LA VISITA
TOMÁS URTUSÁSTEGUI
que dice que te quería: que nunca ha conocido a un hombre
igual a ti, que eras un marido y un padre ejemplar, que debemos
seguir tu ejemplo. ¡ Qué mala memoria tiene la pobre!
Si toda la vida se la pasaban en broncas y a nosotros ni nos pelabas
¿ O no es cierto? Yo me acuerdo que sólo te veía
de noche cuando llegabas con tus copitas a buscarle pleito a todos,
bueno, no a todos, con mi hermana no te metías, era tu
consen...En cambio yo, con lo de que era el mayor y el hombre....aún
tengo marcada en una pierna una cicatriz de cuando me diste con
la hebilla de tu cinturón ¿ Te acuerdas? Fue cuando
llegué más tarde que tú, de nada me sirvió
decirte que me había quedado a estudiar con Jorge. ¡
Fue verdad, te lo aseguro! A los doce años todavía
estaba muy menso para esas cosas, sobre todo para las viejas con
quien dijiste que me había ido, con decirte que empecé
a darle hasta los catorce años. Me imagino que tú
sí habrás disfrutado de ellas, aunque la verdad
nunca supe que tuvieras otra de planta, de eso nunca se quejó
mi madre, pero no me digas que tus borracheras eran tan inocentes,
no soy tan buey aunque lo parezca. Hiciste bien, si uno no se
da esos gustos ¿ entonces qué? Viejas nunca faltan
y eso es lo que ellas quieren; no me voy a hacer el santo contigo;
yo sí aprovecho todas las ocasiones, no soy pendejo para
dejarlas ir así nomás y menos ahora en que ya no
hay peligro de embarazarlas. CAMBIO DE TONO. ¿ Qué
se siente estar ahí bajo tierra? SE ACUESTA EN EL PISO
JUNTO A LA TUMBA PARA SENTIR LA TIERRA. Debe ser rete pinche:
sólo, sin nadie quien te pele, con el frío y la
humedad, pudriéndote. Qué caso tiene que vivamos
para acabar así. SE COLOCA EN EL PISO DE LADO PARA PLATICAR
CON EL PADRE COMO SI ESTUVIERA EN SU CAMA. Ya ves tú, apenas
y habías cumplido los cuarenta. Yo también quiero
morir joven, no de cirrosis, prefiero en un accidente o algo parecido;
me gustaría que fuera en el mar, así mis hijos no
tendrán que venir a visitarme aquí, al panteón.
A la mejor me traga una ballena como a aquel tipo de la Biblia
o a Pinocho. SE PONE DE RODILLAS, SE RECARGA SOBRE LA TUMBA. SONRÍE.
No sé porque me acordé ahorita de Pinocho, será
porque tú nos llevaste a ver la película al Cine
México ¿Te acuerdas? Creo que fue la única
vez que salimos juntos toda la familia. Con mi mamá sí
íbamos una vez al mes a la matiné. Después
de la película nos invitaste a comer churros a San Juan
de Letrán, yo me comí ocho, mi mamá dijo
que me iban a hacer daño pero tú dijiste déjalo
y yo me aproveché; nos regresamos a la casa en taxi, te
costó cinco sesenta de aquellos pesos, ahora no sé
cuanto te costaría, de seguro que mucho más. Si
vieras lo caro que está todo. Mi vieja se la pasa diciéndome
que no le alcanza con el gasto que le doy, estoy seguro que si
le diera el doble diría lo mismo. Es lo único que
hacen bien las mujeres: pedir y pedir...no, no es cierto, también
saben llorar, para eso sí que son buenas. La campeona es
mi madre, cuando te moriste lloró como tres meses día
y noche; ahora lo hace a ratos, pero eso sí, todos los
días y con ganas. Ni cuando le diste aquella entrada de
madrazos lloró tanto, sería porque tenía
los ojos bien gordos y morados. PAUSA. ENCIENDE UN CIGARRILLO.
LO FUMA. ARROJA EL HUMO SOBRE LA TUMBA. ¿ Te gustaron las
flores que te traje? Seguro que ni te fijaste en ellas, nunca
te dio por eso. Yo me sentía tan ridículo en el
camión, todos me veían y no era para menos; el camión
venía repleto, yo con una mano me detenía, con la
otra cargaba la bolsa LA SEÑALA . A las flores las tuve
que acomodar en el sobaco, por eso están un poco maltratadas,
tú perdonarás. LEVANTA EL RAMO DE FLORES. LO EXAMINA.
Flores blancas, como si fueran para una boda; ha de ser por eso
de la pureza. Aquí si tienen razón de ser, ya muerto
ni modo que sigas haciendo nada, ni engaños ni viejas ni
alcohol ni nada de nada. RÍE Ahora sí eres puro.
Por cierto, te traje una botella, sé que te va a gustar
más que las flores LA SACA DE LA BOLSA DE PLÁSTICO,
LA COLOCA SOBRE LA TUMBA. Es Presidente, él que