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MARÍA.- Qué tiene
de malo, si es un ángel.
LILA.- Sí, es como tocar imágenes.
ENRIQUETA.- Es cosa santa.
Los hombres se colocan entre las mujeres y el ángel.
ÁNGEL.- (A los hombres) ¿No quieren ustedes también
tocar?
HOMBRES.- (Muy machos). ¡No!
ÁNGEL.- Si no quieren... (Espera un momento). Bien, entonces me
voy, ya ni para que les pregunto, ya sé que me van a decir lo mismo
que en todas partes. Sólo permitan que los tache de mi lista. (Sonríe
mientras busca en su lista). Es para dar cuentas allá arriba.
ERNESTO.- ¿Qué le dijeron en los otros lugares, qué
cosa es lo que nos iba a preguntar?
ÁNGEL.- Me dijeron que no, que no iban.
SERAFÍN.- ¿Que no iban a dónde?
ÁNGEL.- Al D.F. A la capital. Los invité y no quisieron.
MARÍA.- ¿A la capirucha? ¿Invitados de todo a todo,
con boleto de avión, taxis, hotel, comidas, viáticos?
ÁNGEL.- No, no tanto. (Ve hacia el cielo). Nosotros también
estamos en crisis, nuestro presupuesto es muy raquítico. Al cielo
llegan sólo los buenos, los honrados...y esos no tienen dinero.
En cambio en la competencia...Allá sí que hay lana: banqueros,
políticos, comerciantes... ¿ Ustedes tampoco van, verdad?
Tendré que volar al siguiente pueblo. Adiós pastores.
Trata de volar, mueve las alas, corre dando brinquitos, no se eleva.
Hace mayor esfuerzo. Los campesinos se ríen de él. Saca
una estopa, se limpia las alas con ella, vuelve a tratar. No lo logra.
ÁNGEL.- ¡ Chin! Ya se descompuso otra vez. (A Serafín).
¿No sería mucha molestia si les pidiera un pushito? Con
el empujón puede que arranque.
ERNESTO.- (Ríe). Está para que lo aten.
Serafín riendo lo empuja, salen los dos de escena.
MARÍA.- ¿De qué güerco hablaría?
ENRIQUETA.- Sabe.
LILA.- Lo peor es que ya me entraron ganas de ir al de efe. ¿Cuánto
hace que no vamos?
EUGENIO.- ¿Qué se te perdió allá? Aquí
tenemos el otro lado, todo es mejor.
LILA.- Quiero ir a Chapultepec, pasear por Xochimilco, ir a Garibaldi
a cantar con los mariachis, ver la Catedral y la Villita...
Regresan serafín y el ángel. Este trae maltratada su ala
derecha y moretones en todo el cuerpo. Su ropa está manchada .
ERNESTO.- (Viéndolos). ¿ Y'ora? ¿Qué les
pasó?
ÁNGEL.- (Digno). Nada.
MARÍA.-¡ Trae rota un ala!
ÁNGEL.- (Poniéndose de lado para que no vean el ala). Dije
que no tengo nada.
SERAFÍN.- (Suelta la carcajada). El muy bruto que salta a la zanja
de Vicente. Me dijo que saltando agarraría vuelo. Y que pega el
brinco. (Ríe a carcajadas). Menos mal que había un charco.
ÁNGEL.- Lo peor de todo es que no puedo seguir mi camino. (Ve al
cielo). ¡Dios, por qué me mandaste a la tierra, qué
mal te hice? (A los campesinos) Si me dio este castigo sin saber por qué,
imagínense lo que me va a pasar ahora que le diga que no convencí
a nadie.
ENRIQUETA.- (Se acerca a acariciarle el ala, es retirada por el marido).
¿Convencer a quién y de qué?
ÁNGEL.- Me encargó que avisara a unos pastores que el Hijo
del Señor vendrá a la tierra y que va a nacer en un establo,
sobre un pesebre.
LILA.- ¡ Fúchila! Con lo que apestan esos lugares.
ENRIQUETA.- Están todos llenos de moscas. Mejor que nazca en pleno
campo. Es más sano. Así nació mi Nicolás y
está bien dadote.
ERNESTO.- Cómo comparas, es distinto, no oíste que éste
es hijo del Señor.
ENRIQUETA.- El mío también era hijo del señor, del
mío.
ERNESTO.- El Señor es Dios.
ENRIQUETA.- ¡ Ahhhh!
SERAFÍN.- Si así están las cosas dígale a
ese Señor que no se preocupe, que su vieja no parirá en
un establo, que yo le presto alguno de mis ranchos, el que quiera.
ÁNGEL.- No es la mujer del Señor la que va a parir. Es la
pareja del carpintero José.
MARÍA.- (En chisme). ¿Entonces no es del señor ese
niño, es del carpintero?
ÁNGEL.- Es hijo del Señor.
MARÍA.- ¿Y ese José lo sabe? Qué disgusto
se va a llevar.
ÁNGEL.- José es su esposo. Le lleva muchos años.
ENRIQUETA.- Conra...(Sonríe). ¡Mujer joven, esposo viejo..!
ÁNGEL.- Qué tanto murmuran...
LILA.- (Sonríe). Nada, que siempre hay alguien que pague el pato.
ÁNGEL.- Unos pastores tienen que ir a adorarlo para que se sepa
que ya nació.
EUGENIO.- ¿A fuerza tienen que ser pastores? ¿Por qué
no obreros, policías, estudiantes?
ÁNGEL.- Tiene razón, por qué nada más les
tengo que avisar a pastores...No entiendo.
MARÍA.- ¿Y para cuándo es el parto?
ÁNGEL.- Entre el 20 y 30 de diciembre nacerá el niño.
LILA.- ¿Niño?
ÁNGEL.- Sí, ya le hicieron el ultrasonido y se vio que era
machito.
ENRIQUETA.- Para esas fechas no podemos ir, es cuando son las baratas
de Navidad en el otro lado.
ÁNGEL.- No sean gachos, ustedes tienen dinero y tiempo. Please.
Vayan.
ERNESTO.- ¿De qué nos serviría?
ÁNGEL.- Serán los primeros en conocer al Niño, hasta
lo podrán cargar. Después, cuando sea famoso, y lo será
en muy poco tiempo, nadie se le podrá acercar. Ustedes aparecerán
en todos los periódicos, en la tele, serán conocidos en
todo el mundo. (A las mujeres). Piensen. Ustedes podrán cambiarle
sus pañales, quitarle su caquita santa, limpiarle sus moquitos
santos.
EUGENIO.- ¿Cuál es su nombre?
ÁNGEL.- Ángel, así me pusieron cuando nací.
Ángel Hernández de la Borbolla para servir a Dios y a ustedes.
EUGENIO.- Hablo del güerco.
ÁNGEL.- Todavía no nace. El nombre se pone en el bautizo.
LILA.- Ya me está entrando...la curiosidad, y de que me entra...,
soy capaz de todo.
ÁNGEL.- El Señor les dará miles de dichas.
SERAFÍN.- ¿Como cuáles?
ÁNGEL.- Bueno, pues... (Se rasca la cabeza). ¡Dichas!
SERAFÍN.- Esas dichas no están dichas y si no me las dice
yo no voy ni mi vieja.
ÁNGEL.- Les dará amor, felicidad y paz.
ERNESTO.- (A Serafín). Hasta que se nos va a hacer con la Paz,
sólo falta que acepte su marido.
ENRIQUETA.- ¿Y nos dará algo más concreto? (Hace
signo de pesos). Tú sabes ¿no? Money, lana, billetes, plata,
oro, pesos, dólares, marcos, libras.
ÁNGEL.- De eso no hablamos.
MARÍA.- Así qué quieren todo de gorra...
ÁNGEL.- Me la están poniendo muy difícil.
(Entra el diablo)
DIABLO.- Ejem, ejem, ejem.
ÁNGEL.- Dando un brinco ¡Satanás!
SERAFÍN.- (Observa al diablo). ¡Otro! Por lo visto va a venir
toda la compañía.
DIABLO.- Soy Satanás, el diablo mayor.
ERNESTO.- (Camina a su alrededor). El diablo tiene cola y cuernos... ¿dónde
está tu rabo?
DIABLO.- Me lo quité, era una lata, por todos lados se atoraba,
si cerraban una puerta me lo aplastaban, en el Metro me lo pisaban, los
niños me lo jalaban, las mujeres me lo pedían.
LILA.- Te ves raro, los diablos me gustan más con su...cola.
DIABLO.- Ya me está saliendo una nueva, todavía no se nota
pero ya se siente. ¿Quiere tocarla?
Lila lo va a hacer, el marido la jala.
SERAFÍN.- ¿No te bastó con agarrar al ángel?
Ahora quieres agarrarle la cola al diablo.
LILA.- Tú tan fijado.
DIABLO.- (A los pastores). Vine para decirles...
ÁNGEL.- No sigas, yo se los digo, viniste para pedirles que no
vayan al nacimiento. (Hace una cruz frente a él) ¡Vete Satanás!
Nadie te llamó a esta fiesta.
DIABLO.- Pero querido Miguel. ¿Quién te dijo semejante mentira?
Yo vengo a decir que se va a producir un milagro. Un maravilloso milagro.
ÁNGEL.- ¿Estás hablando en serio?
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