PASTORELAS DEL DRAMATURGO TOMAS URTUSASTEGUI
   
PASTORELAS
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DIABLO.- Por supuesto, amado ángel, nunca he hablado más en serio. Me gustaría rogarle a estos campesinos que asistan al nacimiento, decirles que jamás se van a arrepentir si lo hacen, asegurarles que será lo más grandioso que pueda suceder en sus vidas.
ÁNGEL.- No eres el diablo.
DIABLO.- Mira mis cuernos.
ÁNGEL.- (Ve al público). Muchos los tienen y no son diablos. ¡Te ordeno que te retires!
DIABLO.- (Al público, en político). Campesinos, no permitan que emisarios del pasado empañen vuestros propósitos solidarios en esta coyuntura histórica en que todas las fuerzas vivas debemos luchar hombro con hombro. El mundo nos vituperará o nos amedrentará pero el irrestricto mandato oportuno, unido al tratado de libre comercio y a las cualidades intrínsecas de nuestro mil veces heroico pueblo junto a nuestro invicto partido, nos llevará, paso a paso, de manera firme y recta, apoyados en el voto democrático, por sendas intransitadas al merecido triunfo fruto de la pluralidad de conceptos. Unámonos al postmodernismo, a las ciencias cibernéticas, a la concordia. ¡He dicho!
ÁNGEL.- Ahora sí te creo que seas el diablo, sólo a él se le puede ocurrir decir eso.
ÁNGEL Y DIABLO.- ¡Vamos todos a Belén!
HOMBRES.- Nuestras viejas no van.
MUJERES.- ¡Sí vamos!
HOMBRES.- ¡No!
MUJERES.- ¡Sí!
HOMBRES.- ¡ Pinches viejas! Siempre queriendo salirse con la suya. ¡ No van!
MUJERES.- (Enfrentándoseles) ¡ Quién dice que no?
HOMBRES.- Bueno, pero después no se quejen.
DIABLO.- Qué gusto me da que todos vayan. Yo no sé si pueda llegar a tiempo al parto, ya saben, tengo tanto trabajo, por eso quiero pedirles un favorcito, que le lleven al niño un regalo mío. (Saca una caja grande envuelta para regalo con un gran moño brillante). Son unas chambritas, un gorrito, una faja para su ombligo, un amuleto para que no le hagan mal de ojo, una medallita de plata de San Martín de Porres. Ya saben, es un santo muy milagroso.
MARÍA.- (Conmovida). Qué mono.
DIABLO.- (Entrega la caja a Eugenio). Se las encargo. Me felicitan a María y a Pepe de mi parte y les dicen que luego paso a saludarlos.
EUGENIO.- (Sopesando la caja). Oiga, esto como que pesa mucho ¿no?
DIABLO.- (Sonríe forzadamente). Es que también envío un poco de incienso para que no huela tan mal el establo.
ÁNGEL.- (Conmovido hasta las lágrimas). Me emocionas de verdad, nunca creí que el diablo pudiera tener estos detallazos.
DIABLO.- (Sonríe). Un abrazo. (Se abrazan, el diablo alarga el abrazo, hace algún movimiento sexual).
ÁNGEL.- (En un susurro). Estás muy caliente.
DIABLO.- ¿Te diste cuenta?
ÁNGEL.- Desprendes calor.
DIABLO.- Recuerda de dónde vengo. (El ángel se separa. El diablo a los campesinos) Es necesario que hoy mismo inicien la marcha, tendrán que caminar mucho.
EUGENIO.- ¿Caminar? ¿Y entonces para que queremos nuestros carros? Yo, modestamente, tengo dos coches, una troca y dos camionetas.
ÁNGEL.- (Esperanzado). ¿Van a ir en carro?
ERNESTO.- Simón del Desierto.
ÁNGEL.- (Sonriendo). ¿Podrían darme un aventón?
ERNESTO.- Sinfonola, pero te va a salir un poco cariñoso.
ÁNGEL.- Ya les dije de la crisis, de lo pobres que somos...
DIABLO.- No hay fijón. Por dinero no se preocupen, yo pago todos los gastos del ángel, qué no se hable más de este asunto.
ÁNGEL.- (Corre a besarlo, el diablo se deja) Gracias, Satán, hoy por mí, mañana por ti.
SERAFÍN.- En diez minutos nos vamos, el que quiera mear que mee, el que quiera cagar que cague.
MARÍA.- ¿ Y nuestras cosas?
SERAFÍN.- Todo lo iremos comprando, para algo tenemos tarjetas de crédito. (Saca un paquete de ellas. Todos se suben al auto que es pequeño, quedan comprimidos. El diablo les dice adiós con la mano. El ángel va en medio de todos. Serafín maneja). ¡ Vámonos!

El auto arranca, caminan por el escenario como si fueran en el automóvil, dan curvas, suben cuestas. Sale el narrador a cantar. El grupo de peregrinos cantará el coro. La música es la de “Agustín Bajaba” con la que se inició la pastorela.

NARRADOR.- (Cantando)

“EL ÁNGEL BAJABA, BAJABA DEL CIELO
PARA INFORMARNOS DE UN NACIMIENTO.
CORO.- EL ÁNGEL BAJABA, BAJABA DEL CIELO
PARA INFORMARNOS DE UN NACIMIENTO.
NARRADOR.- PEDÍA QUE FUERA TODITA LA GENTE
Y QUE LLEGARAN A FIN DE DICIEMBRE.
CORO.- PEDÍA QUE FUERA TODITA LA GENTE
Y QUE LLEGARAN A FIN DE DICIEMBRE.
ÁNGEL.- PREFIERO YO IR VOLANDO EN UN AUTO
PARA EN LAS POSADAS DIVERTIRME UN RATO.
CORO.- PREFIERO YO IR VOLANDO EN UN AUTO
PARA EN LAS POSADAS DIVERTIRME UN RATO.
MARÍA.- ¿DONDE NACERÁ?
CORO.- CERCA DE LA VILLA.
MARÍA.- ¿SERÁ POR LA NOCHE?
ÁNGEL.- SERÁ AL MEDIODÍA.
CORO.- BONITO MUCHACHO, NACERÁ EN DICIEMBRE
Y DARÁ GUSTO A TODA LA GENTE.
MUJERES.- PALOMITA BLANCA, PIQUITO DORADO.
HOMBRES.- SI NACE EN DICIEMBRE SERÁ AFORTUNADO.
CORO.- PALOMITA BLANCA, PIQUITO DORADO
SI NACE EN DICIEMBRE SERÁ AFORTUNADO.”

Aparece otro auto, vienen en él dos hombres armados. Son traficantes de drogas. Tocan el claxon para que se detengan los peregrinos.

EUGENIO.- Nos vienen siguiendo.
SERAFÍN.- ¿Quién? ¿Unas rorras?
ERNESTO.- Dos tipos.
MARÍA.- ¿Son de la tira o de la migra?
SERAFÍN.- Tratan de pasarnos, pero no se va a poder. A ver quién pasa a quién. ¡ Ajúa!

Aumentan la velocidad, se persiguen. Se mientan la madre. Al fin los narcotraficantes sacan pistolas y disparan. Se detienen los dos autos. Todos se bajan de los autos.

EUGENIO.- (A los narcos) ¿Qué se traen, raza?
NARCO 1.- (Amenazándolo con la pistola). ¡La coca!
EUGENIO.- ¿Cuál coca?
NARCO 2.- La queremos inmediatamente.
EUGENIO.- Tanto ruido por una coca. Si traen tanta sed no es para que nos amenacen. No traemos cocas pero sí una cheves bien helodias.
NARCO 1.- (Golpeándolo) ¡No se haga el payaso!
MARÍA.- (Se le enfrenta al narco). A mi marido no le pega.
NARCO 1.- (Le pone la pistola en la cara a María). ¿Quién dice que no?
MARÍA.- Pues nadie. Si quiere pegarle pues péguele.
NARCO 2.- ¡La coca!
SERAFÍN.- Mira si no serán tercos, ya les dijimos que no tenemos.
NARCO 1.- Nos la entregan ahorita mismo o me los quiebro a todos, empezando por las viejas.
ÁNGEL.- (En macho). Con mis pastores no se metan, ellos están cumpliendo una misión importante.
NARCO 2.- ¿De dónde salió este pinche maricón? ¿A ti quién te está hablando?
ÁNGEL.- Déjennos en paz. ¡Váyanse!
NARCO 1.- (Golpea al ángel) ¡Última advertencia, la coca o la vida!
ENRIQUETA.- No tenemos cocas, se los juro.
NARCO 2.- Yo me echo a las viejas y tú a los machos.

NARCO 1.- El que se echa a las viejas soy yo.

Los dos se colocan para disparar, cuando lo van a hacer aparece el diablo que se coloca frente a las pistolas. Los narcos disparan. Las balas rebotan en el pecho del diablo, éste se sacude la ropa como haría superman.

NARCO I.- ¡ Es Superman! Estamos perdidos. Los dos corren, se suben a su auto y desaparecen. El diablo ríe, levanta al ángel del suelo


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