La revista "Gente" le dice No a las corridas de toros. 

Si bien es cierto, que la mayoría de los medios de comunicación, por obvios motivos económicos, han apoyado y hasta auspiciado las corridas, también podemos afirmar que existen honrosas excepciones. Es el caso de "Gente", revista que prefirió apostar por el respeto a la vida.

Como parte de una extraordinaria campaña antitaurina, José Enrique Escardó, Director Ejecutivo de este medio, ha querido dedicar, en esta oportunidad, su columna semanal llamada "El Quinto Pie del Gato" a la vergonzosa celebración de la "Fiesta Brava" en nuestro país.

En vista pues, que esta columna refleja exactamente la indignación que sentimos todos aquellos que luchamos en contra de la insensatez y la ignorancia que esta mal llamada "Fiesta" representa, consideré imprescindible, reproducir su columna en este espacio.

El Quinto Pie del gato

 

Nota: esta columna, así igualita, la escribí hace un año y salió publicada casi en la misma fecha. Como la enfermedad ésta no ha pasado, creo que es mi deber reproducirla un año después, para demostrar que la cojudez es lo más difícil de cambiar.

El ser humano puede ser uno de los bichos más miserables sobre la tierra y octubre es un ejemplo de lo mierdas que podemos ser.

¿Cómo puede haber gente que califique de espectáculo cultural a una de las tradiciones más crueles que puede existir? En las corridas de toros, el animal humano disfruta de la esencia de su perversión. Disfruta al ver cómo un noble animal, en un acto completamente inhumano, es encerrado en una plaza tratando de defenderse de un grupo de hombres morbosos que lo golpean, lo cercan, lo pinchan, lo marean, le gritan, lo aturden, lo desangran, lo pican, lo matan y luego lo pasean arrastrándolo mientras su sangre mancha la arena ante los aplausos de una multitud de nariz estirada que se asquea de los talk shows pero no nota su propia mierda.

  En el colmo de las ineptitudes mentales, la misma religión que pregona el amor al prójimo y que predice en la biblia que en el paraíso las bestias y los hombres vivirán en paz, auspicia esta carnicería anual. "Feria del Señor de los Milagros" le dicen, como si Jesucristo el inspirador de San Francisco de Asís (quien llamaba hermanos a los animales) estuviera aplaudiendo esta bajeza humana desde su trono celestial.

  ¿Cómo puede la mente humana ser tan obtusa y no llegar a comprender que está cometiendo una barbaridad? ¿Cómo? Escudándose en la tradición, en la taradez de repetir conductas individuales y sociales sin usar el cerebro
para analizar lo estúpidas que pueden ser esas costumbres heredadas de un tiempo que ya pasó y que debería dar vergüenza imitar.

  ¿Quién puede ser tan imbécil de no darse cuenta de que el pobre toro está en desventaja y de que sufre? No llegaré jamás a entender cómo alguien puede pagar una suma cualquiera de dinero para participar, alentar y disfrutar de un espectáculo tan vil y miserable como ése.

  Hay que tener el cerebro bien taponeado de mediocridad e incapacidad de cuestionamiento como para no reaccionar con rechazo a estos instintos que ni siquiera los animales más bajos tienen.

  Podemos ser unas mierdas, pero lo más vergonzoso es que pagamos por serlo, lo festejamos y nos jactamos de ser cultos por serlo. ¡No me jodan! ¿Quién es la bestia? Reaccionen de una vez por todas y dejen de inventarse excusas para participar de esta brutalidad inhumana que desgracia al género humano.

  Y si alguien tiene mejores argumentos a favor de esta destrucción de la conciencia humana, desafíenme para darme el gusto de pasear sus neuronas muertas por la plaza de la miseria humana entre los aplausos de todos aquellos que pensamos que los animales tienen el mismo derecho a vivir que tú y yo.

  ¡Para incitar a muchos a apartarse del rebaño, para eso he venido! Que así sea.

Escribe: José Enrique Escardó.
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