Caretas - Kouichi
Capitulo 1

Había hace un tiempo un departamento en el segundo piso de cierta calle principal que llamó mucho la atención. Los propietarios eran una pareja joven de mas o menos 24 años de edad. Al parecer iban a tener un bebe en pocos meses y las ansias se les veía en la cara. Nunca trataron de saber el sexo del bebe por que prefirieron que fuera sorpresa. Él tenia planeado casarse con ella después del nacimiento del bebe.

Los meses pasaron muy rápido y el día del nacimiento por fin llegó. Ella le preguntó a su pareja si quería ver el nacimiento del bebe. Ambos estaban muy entusiasmados pero cuando nació el bebe sus caras se llenaron de felicidad. Era un niño. Sus ojos aun estaban cerrados, él era tan pequeño, su pielcita era suave y rojiza, también tenia un poco de cabello y era como el de ellos: negro azabache. Le pusieron Kouichi por mutuo acuerdo. Musashi beso a Hitomi cuando de pronto ella empezó a gritar. Los doctores la examinaron rápidamente y de pronto otro grito se olló. La enfermera anunció otro a otro bebe: “¡Es otro niño!” Y aquí vino el primer problema de la joven pareja. Ese bebe no estaba planeado. Ambos entraron al principio en cierto tipo de shock pero cuando lo miraron se calmaron al toque. Tenían gemelos. A este le pusieron Kouji, un nombre más chiquito para el bebe mas chiquito. Felizmente los dos niños nacieron con buena salud y un tiempo después notaron que habían heredado los dos los ojos azules de su madre.

Al principio todo era normal en la casa. Compartían las tareas de alimentarlos, limpiarlos y cuidarlos o al menos así fueron las primeras semanas. Musashi empezó después medio como aburrirse de cuidarlos por que sus tareas en el trabajo empezaron a incrementar. Pasaba mas tiempo en el trabajo que en su casa con su familia. A veces llegaba muy tarde, otros días ni siquiera llegaba. Lo cierto fue que Hitomi ya se estaba cansando de esta situación así que decidió tomar al toro por las astas y solucionar su vida. Decidida ella esperó el momento adecuado para hablar con Musashi y preguntarle por aquella oferta que había tenido antes de dar a luz. Por su parte Musashi ya se las había visto venir y su respuesta no fue la esperada. Él prefería en la medida de lo posible no casarse con ella. Y aquí fue donde la relación se deterioro totalmente.

-“Esta bien si nos quieres dejar normal vete, nadie te detiene pero lo que si no es justo que yo me tenga que hacer cargo de los dos niños así que para que las cosas estén parejas yo me quedo con uno y tu te haces cargo del otro.”

-“Esta bien. Si tu lo ves así por mi no hay problema. Escoge con cual te quedas!”

-“Tu primero, tu eres el que te vas a ir. Escoge tu!” – Aquella fue la decisión más difícil que tuvo que tomar. Obviamente no era justo que Musashi se llevara la mejor parte, cuidar a los hijos era una responsabilidad de pareja. Además era poco probable que Musashi le siguiera el hilo, se arrepentiría al toque.

-“¿Nos podrías dejar solos un rato? Me gustaría elegir sin tus ojos mirándome.” – Se abria equivocado? En verdad se quería ir? No le quedo otra más que abandonar el cuarto de los niños y salir a esperar afuera de la habitación, en el pasadizo. Pero antes de salir tuvo la oportunidad de dar una última mirada a sus hijos durmiendo, seria esta la ultima vez que los veria juntos? Musashi se quedo con los niños y lo único que ella pudo oir fue a uno de ellos llorando, que estaría pasando allá dentro? No podía aguantar más, tenía que saber que estaba pasando.

-“Ya acabaste Musashi? Total, a quien te llevas?”

-“Me llevo a Kouji. Ahorita voy a empacar sus cosas así que si quieres ya te puedes ir despidiendo de él.” – No podía ser cierto, esto confirmaba entonces que en verdad se iría. No había marcha atrás, ella había dado la idea pero nunca pensó que él se la tomaría tan a pecho. Mientras Musashi salía de la habitación ella entraba. Cargo a Kouji por última vez, era tan pequeño. Kouji aún tenía lagrimas en los ojos como si supiera lo que estaba pasando, obviamente él no podía saber lo que acababa de ocurrir pero hay quienes dicen que los bebes captan todo.

Horas mas tarde Musashi y su hijo de un mes Kouji salieron por la puerta del departamento. Hitomi se moría de ganas por ir a detenerlos pero Musashi también tenía que aprender como cuidar a su hijo, derrepente regresaba en unas horas, derrepente estaban aquí cenando mañana por la noche. Con todo esto Hitomi no se había puesto a pensar donde pasarían la noche los dos, ojalá que Kouji no se enferme por que eso sería peligroso.

Hitomi se fue a ver a Kouichi a su cuna, el bebé estaba despierto y la miraba con esos ojos azules como si la tratase de calmarla. –“No te preocupes Kouichi, tú papá traerá mañana a tu hermanito y van a volver a estar los dos juntos. No pasa nada, solo le quiero dar una lección a tú papá.” – ella también se quería convencer con sus propias palabras pero por algún motivo algo le decía que acababa de meter la pata, que creer que Musashi volvería era demasiado iluso, no pasaría.

Esa noche Hitomi no pudo dormir, se la pasó en vela mirando la cuna vacía y atendiendo a Kouichi cada vez que se despertaba. Pero si ella se sentía así no se imaginaba como se podían sentir sus hijos estando separados por primera vez. Tenía el remordimiento de conciencia de que quizás Musashi se pudo haber olvidado de alimentar a Kouji, o que tal vez no sepa que Kouji es alérgico a cierta marca de pañales o tenga frío... Hitomi no dejo de atormentarse hasta que llegó el día siguiente en la que ella esperaba el regreso de su esposo con su hijo. Lo esperó para el almuerzo, para la cena, para dormir pero no llegó, ni siquiera se digno en llamar. Todo un día desperdiciado esperándolo para nada. Ella sentía que esa situación estaba mal por que no solo se deprimía ella, Kouichi parecía que también. Lloraba a cada rato, él no era de llorar, se le veía en la cara el descontento, derrepente la culpaba.

Al día siguiente decidió buscar ella misma a Musashi, fue al trabajo y no lo encontró, le dijeron que había pedido permiso indefinido y que no sabían cuando regresaría. Tan fácil le había sido a Musashi olvidarse de ella y de su otro hijo? Durante dos días más ella llamó al trabajo preguntando por él pero ninguno le supo dar razón, aunque por ahí uno le dijo que se había mudado a otra parte del país. Lo habría dicho en serio? Si para él había sido fácil olvidar entonces ella también tendría que hacer lo mismo. No podía pasarse la vida así. Si Musashi se había desaparecido lo más probable es que tampoco le iría a pasar ningún tipo de pensión para mantener a Kouichi y mucho menos a ella. Además dentro de poco tendría que pagar un mes más de renta del departamento y actualmente ella no tenía un trabajo por lo mismo que había dado a luz hace poco, solo tenía unos ahorros de épocas pasadas en las cuales había trabajado, pero esa plata se iría al toque con los pagos, tendría que alivianar gastos y buscar un empleo rápido. Su primera medida sería desaparecer también, se iría a la casa de su familia, allí solo vivía ella no conocía a su hijo. Obviamente ella le pagaría a su mamá por vivir ahí, ya estaba grande y podía asumir esa responsabilidad sola.

Solo empacó lo necesario, su ropa y la de Kouichi, algunas fotos de momentos pasados que hubieran podido perdurar sino hubiera sido tan obstinada. Pidió un taxi y se fue a la estación de trenes, tendrían que viajar un poco, Shinyuku no estaba muy lejos. Su mamá la estaría esperando en la estación para oír la historia de lo que había pasado. La mamá de Hitomi se mostró muy abierta en escuchar todo y le pareció que la actitud a pesar de haber sido buena era extremista y no le había dado buen resultado. En la casa acordaron se que podían quedar a vivir allí. Hitomi buscaría trabajo a la mañana siguiente mientras que Megumi, la mamá de Hitomi, cuidaría a Kouichi. Megumi le prestaba bastantes atenciones a su nieto y al parecer de Hitomi varias eran muy exageradas.

-“Mamá no te parece que es un poco excesivo ponerle todos esos almohadones alrededor de la cama? Si se cae, se caería para uno de los costados, pero para los pies nunca.”

-“Hay hija... te falta mucho por aprender, lo estas haciendo bien pero aun te falta mucho.” – Megumi seguía arreglando los cajones de la ropita de Kouichi. – “Mira, te lo voy a contar pero eso si no te vayas a asustar, ya te conozco”

-“Por que habría de asustarme? Que de malo hay?”

-“Como se nota que nunca has oído la leyenda de los hermanos gemelos...”

-“Ok... no se como no se me había ocurrido antes! Mamá esas cosas no existen. Las leyendas son maneras, explicaciones que busca la gente para ciertas cosas.”

-“Hay hija... que mal informada estas, lo que te estoy diciendo no es exactamente una leyenda, es una verdad. Alguna vez te has encontrado con alguien igual a mí?” – Hitomi movió la cabeza, obviamente no existen las personas idénticas. – “En este mundo no pueden existir dos seres iguales es por eso que existe un tipo muy extraño de selección natural” – Hitomi aún no le entendía. –“Si tu vas por la calle y te encuentras con alguien que tiene un gemelo este te puede contar un montón de veces en las cuales estuvo a punto de morir. Los gemelos tienen más accidentes que cualquier otro niño, como si la naturaleza quisiera eliminar a uno. Por eso los padres tienen que ser cuidadosos con los gemelos, siempre hay uno más propenso y sin ser mala no me gustaría perder a este por un descuido, ya me encariñe con él”

Sería verdad esto o solo era una excusa de mamá pensó Hitomi. A veces ella era muy ocurrente. Pero si fuese verdad entonces sus bebes corrían peligro... Musashi estaría cuidando bien de Kouji?

-“Otra cosa más hija. Hable con Yuko y me ha conseguido un trabajo para ti. Es un puesto de recepcionista en la oficina de un abogado, dice que paga bien y el trabajo es hasta la tarde. Que te parece? Podrías estar el resto del día dedicando a Kouichi.” – Era una buena oportunidad de trabajo, justo lo que estaba buscando.

Por supuesto a la mañana siguiente Hitomi se levantó temprano y se alistó para la entrevista en el despacho de abogados. Allí tuvo que dar su currículum y referencias aparte de llenar una solicitud. Quizás le den la oportunidad de trabajar allí, tenía varias posibilidades pero aún así acudió a otras dos entrevistas más. La respuesta para todas estaría en un mínimo de tres días.

Los tres días pasaron volando. Entre cuidar a su hijo y ayudar a su mamá no tenía tiempo de pensar o angustiarse por el trabajo. Estaba con Kouichi en su recámara cuando el teléfono sonó. A los pocos segundos su mamá le alcanzaba el teléfono inalámbrico, sin dudas era la respuesta de trabajo y si no se equivocaba la estarían llamando para contratarla, no la llamarían para decirle que no calificó verdad?

-“Mamá! Me aceptaron! Empiezo a trabajar el lunes a primera hora. Estaría de regreso a las 4 de la tarde! No te parece genial?” – Era como un sueño, de pronto las cosas parecían mejorar. Lo único que le preocupaba era como harían para alimentar a Kouichi en las mañanas, ella ya estaría trabajando a esa hora no? – “Mamá, como voy a hacer para dar de lactar a Kouichi?”

-“Bueno, en mi tiempo hubiera sido un problema. Lo que tienes que hacer es lo que espero este haciendo tu marido. En las farmacias venden sustitutos de leche materna. Por los mañanas le doy eso cuando despierte y cuando regreses le das de lactar, así poco a poco se ira acostumbrando a otro tipo de leche y no le será difícil dejar el pecho cuando sea mayor.”

La opción le pareció buena pero las palabras de su madre le hicieron recordar a su otro hijo. Como estaría ahora? Su papá sabría esto? – “Espero alguien se lo diga, por el bien de Kouji”

Los días pasaron y estos se convirtieron en semanas y las semanas en meses. Tenía fotos de sus hijos de recién nacidos pero de pronto solo tenía un montón más de Kouichi, cuando comió su primer alimento duro, cuando le salió su primer diente, cuando aprendió a gatear, cuando dijo su primer monosílabo, cuando empezó a practicar con el andador. Mañana le tomaría algunas fotos más, total no todos los días cumplía su bebé 1 año no? Pero que sería de su otro hijo? Musashi aún recordaría que tiene otro hijo? Intentaría verla a ella y a Kouichi?

Kouichi era un niño lleno de vida pero tenía cierta rareza que con el tiempo supo darle una explicación. Su madre le había dado la parte clave de la idea y ella la había creído. A veces cuando Kouichi lloraba y ella iba a ver que le pasaba no le encontraba motivo. No quería comer ni que le cambien el pañal, su mamá atribuía el llanto también a un mal sueño pero también ocurría esto cuando no dormía. La única explicación lógica fue que derrepente Kouichi había de alguna manera despertado un sexto sentido con su hermano y que los llantos no serían por que a él le doliera algo sino por que su hermano sentía dolor. Cada vez que esto ocurría Hitomi se ponía triste.

El día llego y el primer cumpleaños de Kouichi la pasaron los tres juntos. Entre Hitomi y su mamá hicieron la torta que fue de vainilla, a Megumi nunca le pareció una buena idea hacerle la torta de cumpleaños de chocolate a su nieto por que tenía la creencia que podía hacerle daño. Por otra parte a Kouichi nunca le importo eso por que nunca hasta ese entonces había probado la torta de chocolate de su abuela. Kouchi recibió algunos regalos por parte de las dos, cosas tales como ropita, un oso, un carro, un talco, para un bebé esas cosas carecen de importancia, lo único que importa a esa edad es estar con tu mamá que te atiende y se desvela por ti y en compañía de una abuela que lo único que hace aparte de regar sus plantas es cuidarte y contarte cuentos mientras tu mamá regresa de trabajar. Que más podría pedir un bebé?

Por otra parte después de la celebración y de acostar las dos juntas a Kouichi, Hitomi se puso a recordar a su otro bebé. Le era difícil hacer su vida separada de su otro hijo, sino como hacer? Vives con uno al que le entregas todo tu cariño pero... y el otro que? Lo único que pudo hacer por Kouji esa noche fue rezar para que estuviera bien.

Los años también pasaron por esta casa al igual que pasa por muchas otras, se podía notar la diferencia. No solo la vida era placentera también tenía pequeños contrastes. Por una parte Kouichi era un niño feliz, tenía el amor necesario por parte de su mamá y su abuelita, tenía amigos en inicial pero nunca había visto a su papá. Se las había arreglado para preguntarle a sus amigos como eran sus papas pero aún no se atrevía a preguntarle a su mamá. Entre ellos dos había un estrecho lazo, Kouichi nunca la había desobedecido y nunca había hecho nada que la hiciera enojar pero intuía que esa pregunta sería una situación delicada. Por otra parte su curiosidad era mayor...

-“Mami... te puedo hacer una preguntita chiquitita?” – su mamá en ese momento se encontraba sancochando fideos de espaldas a él.

-“Humm ok, pero que sean dos”

-“Pero solo quiero hacerte una”

-“Es un decir bebé. Bueno ya dime lo que me ibas a preguntar.” – Hitomi seguia distraida probando la cocción del fideo.

-“Donde... donde esta mi papá?” – automáticamente la cuchara se le resbalo de las manos y le dio en el pie derecho. La pregunta la había dejado helada. Ella hacía un tiempo estaba debatiendo en su cabeza que le diría a su hijo cuando llegara este momento y a decir verdad todas sus respuestas ensayadas varias veces frente al espejo se habían borrado de su memoria.

-“Bueno... mira...” – por ahora su respuesta estaba mal tenía que decirle la verdad sino después en el futuro su hijo no creería en su palabra. – “Siéntate en la silla Kouichi, vamos a habalr sobre esto en un segundo. Solo deja que termine de ver los fideos y te contesto como debe ser.”

-“En serio?” – Kouichi estaba algo asustado. Era verdad que su curiosidad era grande pero también se había dado cuenta que la pregunta era incómoda.

-“Te he dicho que si. Bueno, ya están los fideos.” – Hitomi se sentó en la silla que estaba al lado de Kouichi. - “Mira, lo que te voy a decir no pensaba decírtelo hasta dentro de una par de años más, es más me sigue pareciendo que aún estas muy pequeño para decirte estas cosas pero si me lo preguntas creo que mereces saber lo que pasó.” – Hitomi notó que todo este palabreo estaba asustando un poco a Kouichi pero era ahora o nunca. – “Kouichi, tu papá no esta con nosotros por que él, hace tiempo, decidió que su trabajo era más importante que nosotros y prefirió dejarnos. Lo más probable es que él este viviendo solo, y es mejor no molestarlo, es más ni siquiera podemos molestarlo por que ni siquiera sé donde está.” – Hitomi decidió sonreír un poco por que sino le mostraría a Kouichi que está situación aún le seguía dando pena y eso no sería bueno para él.

-“Por que? No me quería?”

-“No mi amor, como no te va a querer? Lo que pasa es que a él le interesaba más su trabajo y quería hacer otras cosas, yo solo lo deje ir. Pero eso no importa ahora por que nosotros estamos bien sin él o alguna vez te ha faltado algo?” – Kouichi negó con la cabeza. – “Ves? No lo necesitamos. Alguna otra pregunta más?” – Kouichi volvió a negar con la cabeza –“Ok, no te pongas triste, eso ya fue. Ahora ve y llama a la abuela para poder almorzar todos juntos.” – Kouichi sonrió otra vez y salió de la cocina al vuelo para ir a llamar a su abuelita a comer.

Le creyó completamente a su mamá pero había algo en su relato que no le cuadraba muy bien, como si faltara un detalle, algo importante. Aun así él seguía teniendo una duda. Si su papá lo quería entonces por que no mantuvo contacto con él, por que no venía a visitarlo de vez en cuando? De pronto su abuelita apareció en su visión, estaba como de costumbre regando las plantas. Kouichi corrió hacía ella y se le colgó en la puerta como había visto que hacían los koalas en la tele. Ella lo abrazó y los dos se fueron de la mano rumbo al comedor para poder almorzar. Como era su costumbre también, después del almuerzo se alistaron los tres para dar el paseo semanal en el parque. Ese día la lluvia estaba pronosticada para eso de las 6 de la tarde así que Kouichi salió con sus botas verdes y su impermeable verde que combinada con el paraguas rojo se su mamá. Era común que para el mes de Mayo las lluvias fueran relativamente suaves pero esta vez su un poco más fuerte de lo usual.

El mes de mayo le gustaba mucho a Kouichi no solo por las lluvias, le encantaba saltar en los charcos, sino también porque era el día de la madre y tenía que hacer un regalo tanto para su mamá como para su abuelita. Aún no sabía que les iba a regalar. Por otra parte en el nido les estaban ayudando a hacer tarjetas y un porta retrato de regalos, el tendría que hacer dos. La actuación sería en una semana y su salón iba a bailar una canción de... no lo recordaba bien... pero era un grupo muy conocido en Japón... se llamaba L arc en ciel y el actuaría de uno de los integrantes del grupo, él sería el vocalista. Ya había ensayado varias veces con el salón así que no le preocupaba mucho.

Después de la actuación de su salón regreso con su mamá y su abuelita a la casa. Para su sorpresa se acababa de enterar que ese grupo era el favorito de su mamá, en otras palabras a su mamá le había encantado la actuación de su salón. Ya en casa tenían que comer pero ninguna de las dos había preparado algo así que lo mandaron a jugar. El pidió permiso para ir al parque a jugar y como estaba al frente de su casa no le negaron el permiso. – “Solo ve con cuidado” – le dijo su mamá.

Kouichi cruzo la pista con cuidado y se dirigió al lado de los juegos. Habían un montón de mamas sentadas en las bancas cuidando a sus hijos y conversando. - “A mi hijo no le gusta tender su cama, mi hijo no me ayuda, a mi hijo no le gustan los vegetales, mi hijo salió con notas bajas...” – Era increíble escuchar esas cosas, como podía ser que estas señoras se quejaran así? Tan malos eran sus hijos? De pronto hubo algo que llamó su atención. Había un niño que al parecer también había oído esa conversación pero parecía que estaba llorando. Ese niño era un poquito más pequeño que él y tenía un polo rojo. Sería hijo de una de las señoras que estaban sentadas allí? O tal vez era un niño perdido. Si estaba perdido entonces tendría que avisarle a alguien, derrepente por eso lloraba, por que estaba perdido. Iba a ir con él para llevarlo con su mamá, ella sabría que hacer cuando el niño empezó a correr en otra dirección. Kouichi corrió tras él pero el niñito era más rápido y por más que le grito para que se detuviera no le hizo caso. Al final Kouichi sintió pena por él, no solo por que estaba llorando o que estaba perdido, había algo más, ese niño le había transmitido por un corto tiempo una sensación de pena y tristeza.

Kouichi decidió regresar al lado de los juegos y lo hizo justo a tiempo por que al otro lado de la calle podía ver a su mamá que cruzaba la pista. – “Kouichi, vamos ya. La comida esta lista.” – hitomi vio a Kouichi que estaba medio agitado. – “Has estado corriendo no?”

-“Si mamá. Es que me encontré con un niño que parecía estaba llorando. Pense que se había perdido y decidí llevarlo a la casa para que lo podamos ayudar. Pero cuando fui a llamar empezó a correr y no lo pude alcanzar.”

-“No te preocupes por el. Debe estar bien ahora. Derrepente se acordó donde vivía y se fue a su casa. O quizás se había caído y le dolía su pierna o algo y ahora debe estar con su mamá”

-“Tu crees? Ah bueno... espero que este bien” – Hitomi penso que su hijo tenía un buen corazón por haber querido ayudar a ese niño. Hitomi cogió a su hijo de la mano y se lo llevo a su casa.

La comida estuvo deliciosa pero aún así Kouji no podía olvidar la tristeza que sintió al ver a ese niño. Tenía que mejorar ese ánimo, no era posible que iniciando el fin de semana se sintiera así.

El sábado paso volando y sin darse cuenta ya era el domingo, era el gran día, tenía que levantarse antes que nadie para repartir sus regalos. Kouichi se levantó de un salto. Corrió de puntitas hacia su escritorio y del último cajón sacó dos paquetitos envueltos en papel de seda. Uno era para su mamá y el otro para su abuelita. Su primer destino sería el cuarto de su mamá que estaba la frente de su habitación. Entro también de puntitas y se colocó al lado de la cama de su mamá. Al parecer ella también sintió su presencia y abrió un ojo. Lo primero que vio fue un enorme ojo azul igual al suyo. Luego sintió un largo y sonoro beso en su mejilla.

-“Feliz día mamá! Toma este regalo es para ti!” –Kouichi le alcanzo su obsequio. – “Espero que te guste!”

-“Y como no me va a gustar si lo hiciste tu mi amor. A ver... déjame ver que es... oh es un porta retratos que lindo! Aquí voy a poner tu foto.” – Hitomi se levantó y caminó hasta su cómoda y puso el regalo de su hijo allí. – “Que tal se ve?”

-“Linda!”

-“Muy bien entonces! Ese será su lugar. Tienes hambre? Voy a preparar el desayuno. Ya le diste el regalo a tu abuelita?” – Kouichi negó con la cabeza – “ok a la hora que vayas para allá dile que yo voy preparando el desayuno. Esta bien?” – Pero Kouichi ya no estaba, había salido corriendo a despertar a su abuelita. Hitomi se sentía muy feliz por su hijo pero también se sentía triste por que no sabía nada del otro.

Kouichi entro al cuarto de su abuelita. Todo estaba muy tranquilo ahí. El cuarto de su abuelita estaba decorado con todas las cosas que Kouichi había hecho, casi parecía su cuarto. Kouichi se escabulló hasta la cama y dio un gran saltó. Lo raro era que el cuerpo de su abuelita estaba más blando que de costumbre. Levantó la frazada y no había nadie. – “Abuelita? ... Ahhhhhh!!!!” Alguien lo había agarrado por el pie y le había sacado su media. Acto seguido Kouichi se revolcaba en toda la cama muriendose de risa, su abuelita le hacía cosquillas.

-“Toma abuelita. Esto es para ti. Feliz día! Espero que te guste!”

-“Como no me va a gustar si me lo regalo mi nieto preferido!”

-“Pero abuelita... soy tu único nieto!”

-“Esto... si ya lo se pero... tu eres el único que me regala estas obras de arte para adornar mi cuarto. Quien más iba a hacer estas cosas tan bonitas para mi?”

-“Si pues... Abuelita quiero preguntarte algo?” – Megumi asintio – “Mi mamá me dijo el otro día que mi papá nos dejo por que quería hacer sus cosa, pero me dijo que me quería. Pero si me quería por que me dejo?”

-“Bueno, tu papá te quería mucho pero sabes que? Mira Kouichi hay cosas que no se si entenderás pero hay gente que cuando quiere mucho a alguien teme hacerle daño. Tu papá te quería bastante pero tenía miedo de no ser un buen padre, tenía miedo de tomar esa responsabilidad. Tu padre no es el único hay un montón de personas que les pasa lo mismo.”

-“Ah... bueno... Tu me quieres no?”

-“Por supuesto mi chiquito!”

-“Y si tuviera un hermano... me querrías igual?”

-“Por supuesto! Pero por que dices un hermano? Tu no...”

-“Ya se que no tengo hermanos pero quiero uno. Estoy pensando en pedirle a mi mamá que me de un hermanito. Tu crees que quiera?”

-“Si le gustaría tener un hermanito para ti pero hay un problema. Para que tu tengas un hermano necesitas que tu mamá este con tu papá. Ahorita no te lo puedo explicar muy bien pero algún día lo comprenderás.” – Megumi tenia ganas de decirle que si su papá volviera traería a su hermano gemelo y sus problemas acabarían pero no podía decirle eso... no le correspondía a ella.

-“Que pena... yo quería uno. Bueno. Verdad mi mamá esta preparando el desayuno. Vamos?” – Megumi y él bajaron de la mano a la cocina. El desayuno estuvo delicioso. Kouichi se ofreció a lavar los platos pero como no alcanzaba se tuvo que subir a un banco. Mientras el lavaba Megumi le contaba su conversación a su hija. A Hitomi le dio mucha pena enterarse que Kouichi quería un hermano y teniéndolo no lo podía ver. Ella también se moría por ver a su otro hijo, escucharlo aunque sea un ratito. Megumi le captó su deseo y cuando Hitomi se dio cuenta ya lo tenia en la mano. Era el teléfono de la casa de Musashi, la casa donde estaba su hijo.

-“No seas tonta llámalo. Habla con él, escucha su voz.”

-“Pero que le voy a decir? Hola soy tu mamá. Solo te he visto un pequeño tiempo? Que va a pensar de mi? Me debe odiar por no estar allí a su lado.”

-“Llámalo, no pierde nada. Mira que ya esta sonando el teléfono.” – Su mamá lo había hecho, había marcado el teléfono. En cualquier momento oiría la voz de Kouji...

-“Alo? Casa de la familia Minamoto. Quien es?.... Alo?” – Era la voz de Musashi, no había cambiado nada. Hitomi trató de agudizar su oído para ver si podía escuchar a Kouji. – ‘quien es papá? No te responden?’ “No, no se quien será” – y de pronto colgó.

-“Mamá, con quien hablabas?”

-“No solo marque un número pero no me contestaron hijo, no es nada. Si ya acabaste por que no te vas a bañar? Así después salimos a pasear un rato. Te parece?” – Hitomi le quería cambiar el tema. Kouichi asintió y se fue corriendo al baño. – “Tratare una vez más. La vez pasada me contesto Musashi. Ojala tenga más suerte” – Hitomi volvió a marcar. El sonido de espera le mataba los nervios.

-“Alo? Casa de la familia Minamoto. Con quien desea hablar?” – Era Kouji... su vocecita era bien dulce, bastante parecida a la de Kouichi.

-“Alo... Kouji. Soy... “– Un nombre, necesitaba un nombre, no podía decirle quien era así de pronto. Cogió el periódico y busco un nombre cualquiera y el primero fue... - “Soy Juri...”

-“Juri!!! Hola como estas? Como estan todos por allá? Dale mis saludos a Hiro y a todos los chicos. No me puedo olvidar de ustedes.”

-“Todos estamos bien. Más bien tu como estas? Te sientes bien hoy?” – hitomi había tenido suerte de acertar con el nombre de alguien a quien conocía... era más que suerte.

-“Yo estoy bien y mi papá también. Aunque ahora lo estoy esperando a él. Me prometió que me va a llevar a ver a mi mamá.”

-“Te va a llevar a ver a tu mamá? A su casa?” – No podía creerlo, iba a llevarlo con ella?

-“No sabías? Pense que sí. Mi mamá se murió hace tiempo. Mi papá me va a llevar al cementerio a visitarla. Por lo menos es algo no? Aún tenemos que ir a comprarle flores, tu cuales crees que le gusten?” – Muerta? Ella no estaba muerta. Como era posible que Musashi le haya mentido de esa manera a su hijo?

-“Que te parece unos claveles? Seguro le van a gustar.” – ‘A mi me gustan’ pensó, pero por que se iba a limitar a decirle eso? Tenía que indagar más. – “Pero Kouji... no te sientes mal por... que tonta soy, no quise decir eso. Pero no te sientes mal en ir al cementerio en un día como hoy?”

-“Si, un poco. Pero no tengo otra alternativa. No la recuerdo, solo la conozco por foto. Me siento en el deber de ir a verla y hablar con ella, así ella no me responda.” – Tenía ganas de correr y meterle un patadón a Musashi, como podía tener corazón ese hombre para hacerle creer eso? – “Bueno ya me tengo que ir Juri. Mi papá me está llamando, ya nos vamos. Otro día hablamos. Chau!” – Trató de despedirse pero Kouji ya le había colgado.

-“Y... Que paso? Que te dijo?”

-“Nada muy importante, solo que estoy muerta. Ese imbécil de Musashi le dijo a mí hijo que estoy muerta, y ahorita mismo lo está llevando al cementerio a ponerle claveles a alguien más por que yo la verdad sigo viva!”

-“Comprendo lo que sientes pero no puedes hablar con él, decirle la verdad?”

-“Podría hacerlo, pero por que me creería? Ni siquiera me conoce. No podría confiar en mi, confía más en su padre.” – No se le podría presentar de frente a su hijo, se asustaría, saldría corriendo, no le creería. Lo que tenía que hacer ella era hablar cara a cara con Musashi y aclarar las cosas. Tenía que ubicarlo, teniendo el teléfono es más fácil dar con la dirección. Primero buscó en la guía con la ayuda de Megumi pero no la encontró allí. Pensó un rato y después se acordó de la respuesta. Musashi seguramente viajaba seguido, por eso no figuraba en la guía, entonces como lo encontraría?

-“Por que no tratas con la compañía? Ellos tienen las bases de datos actualizadas no?” – su mamá podría haber nacido hacía tiempo pero se las sabía todas. Llamó y tuvo más suerte por que dio con la dirección de Musashi y resultó que estaba viviendo a pocas calles de la casa.

-“Vas a ir ahora?”

-“No, se supone que han ido al cementerio. Ire en la noche, a la hora que Kouji este dormido. No quiero que Kouichi se entere tampoco. No se que resulte de está conversación.” – las dos sintieron pasitos en el pasadizo.

-“Mami, estoy listo para salir!” – Kouichi se había vestido solo y se había puesto el polo al revés. Después se preocuparía de Musashi por ahora saldría a pasear con su hijo.

Para las 9 de la noche Kouichi ya estaba contando ovejas con la ayuda de su abuela. Hitomi salió y tomó un carro que la dejo en la esquina del departamento de Musashi. Kouji debería estar dormido a esta hora. Como no quería causarle un susto prefirió llamar a la casa primero para cerciorarse. Contestó Musashi.

-“Musashi, tengo que hablar contigo. Kouji esta durmiendo?”

-“Que? Hitomi? Hola, como estas? Como supiste mi teléfono?”

-“Eso no importa ahora. Tengo que hablar. Puedo entrar a tu casa? O Kouji está despierto?”

-“Está en su cuarto pero no se si estará despierto. Como sabes mi dirección?”

-“Sabes que? Voy a subir asi que ábreme la puerta quieres?”

-“Esta bien. Te espero.” – Hitomi subió hecha un bólido y se vió con Musashi en la puerta del departamento. – “Kouji aún está despierto, no puede dormir. Todo el día ha llorado. No puedo hacer que se calme”

-“Entraría a calmarlo si no me hubieras matado antes de tiempo. Como pudiste decirle eso? Que malo que eres. A Kouichi no le dije que te habías muerto, lo único que le dije fue que te habías ido a hacer tu vida aparte. Por que no le pudiste decir eso a Kouji!”

-“Puedes hablar más bajo mujer? Te va a oír. No pude decirle eso pues! No sabes lo difícil que se me hace hablar con él de esas cosas. Aparte, creí que no te volvería a ver nunca. Ahora me arrepiento haberle dicho que te habías muerto. Fue una mala idea, no se en que estuve pensando.”

-“Bueno, ya deja de sufrir. Que vas a hacer ahora? No vas a permitir que ese niño viva de mentiras no? Aparte Kouichi quiere conocerte, siempre me pregunta si lo quieres, y si es así por que no lo visitas.”

-“Yo... podría ir a verlo? Puedo entrar?”

-“Por que no? Si eres su padre también. No te puedo prohibir eso. Ve cuando quieras.”

-“Me gustaría que entraras y que vieras a Kouji también pero... yo metí la pata y ahora está un poco difícil para ti entrar salvo que... espera un ratito aquí” – Musashi la dejó en la puerta parada mientras él entraba en su casa. Después de 5 minutos volvió a salir. – “Pasa, ya se durmió. Como comprenderás no puedes hablar con él por la burrada que cometí pero por lo menos lo puedes ver cuando duerme. Creo que es algo.”

-“Gracias.” – No había sido tan malo después de todo. Hitomi recorrió los pasillos del departamento y al final de él estaba la habitación que más había querido ver. Abrió la puerta y acurrucado estaba Kouji enterrado bajo un cobertor. Le destapó un poco la carita y lo vió. En verdad eran gemelos idénticos. No variaba nada entre los dos. Recorrió el cuarto con la mirada. Sus juguetes estaban ordenados, su ropita estaba colgada en ganchos, en su pared también había colgado sus dibujos. Kouichi dibujaba mejor pero Kouji no se salía de la línea a la hora de pintar. Se dio cuenta que Kouji tenía una foto de ella en su mesa de noche y al costado tenía un paquetito forrado en papel de seda. Lo iba a agarrar cuando Kouji se movió.

-“Hmmmm” – Abrió prezosamente sus ojos y la vió. Estaba en problemas, se suponía que no la debía ver. – “Estoy soñando verdad mamá?”

-“E... sí. Estás soñando mi amor. Duerme tranquilo chiquito, cierra tus ojitos.” – Hitomi se quería morir, le estaba acariciando su cabeza, estaba volviendo a cerrar sus ojos.

-“Sabía que ibas a venir mamá, siempre sueño con esto, pero ahora tengo sueño, discúlpame. Te hice un regalo por tu día, cógelo mientras sigo soñando contigo mam...” – uff se volvió a dormir, esa había estado cerca. Hitomi agarró su regalo y salió de la habitación no sin antes darle un beso a su hijo. Al salir vio la cara de Musashi que estaba volviendo a su color. – “No te preocupes, creyó que estaba soñando”

-“Si lo sé. No se volverá a levantar hasta mañana. Quiere que te lleve a tu casa? De paso la conozco y veo a Kouichi”

-“Si quieres ven pero Kouichi ya está dormido. Si quieres verlo despierto puedes venir mañana.”

-“Entonces vamos. Te dejo y vuelvo mañana a las 5 de la tarde. A Kouji lo puedo recoger a cualquier hora. En la guardería son comprensivos conmigo.” – Musashi dejo a Hitomi en la casa y se regresó donde Kouji. Hitomi le contó todo a Megumi. Su mamá también comprendía el caso pero se moría por ver a su otro nieto por que eso estaba más imposible. Hitomi se fue a dormir, se echó en su cama y busco su cartera. Aún no veía el regalo de Kouji. Abrió el paquete, era un cofre con un clavel. Hitomi vió que también lo había hecho él y lo colocó junto a su nuevo portaretratos.

Al día siguiente Musashi fue a ver a Kouichi como había acordado con Hitomi. Al principio le pareció extraño por que le parecía estar hablando con Kouji. Claro que tratando al niño era diferente del suyo. A Musashi le pareció que Kouichi era más tímido y muy mesurado en la forma de ser, era inteligente pero aún no sabía muchas cosas, lo que sí era un niño que captaba todo con rapidez, no era que Kouji no las captace, era que Kouichi las intuía más. La gran conclusión para Musashi fue que a pesar que se habían criado alejados uno del otro se parecían bastante. A los dos les gustaba la comida marina, eran inteligentes, tenían mucha imaginación, eran muy apegados a ellos, eran cariñosos, y eran igualitos a su madre.

Musashi empezó a separar en su agenda semanal dos días para Kouichi. Dos días a la semana se veían los dos. Jugaban, hablaban, comían, para Kouichi era una nueva experiencia por que siempre había soñado en conocer a su papá, él era tal como lo había visto en un sueño, con él a su lado tenía más esperanzas de juntarlos a ambos, aún le seguía la idea del hermano menor. Pero Kouichi un mes después descubrió que nada era para siempre por que un día Musashi le contó que ya no iba a poder venir muy seguido. Otra vez se tenía que mudar y no sabía cuando regresaría para esa zona. Fue un día muy difícil para Kouichi por que ese día sus planes se desarmaron, ya no podrían ser una familia unida otra vez. Musashi se iría y algo le decía a Kouichi que después ya sería muy difícil volverlo a ver...

Los años pasaron pero la casa seguía igual, no había cambiado mucho. Lo que si había variado un poco era la rutina de los que la habitaban. Hitomi había perdido su empleo como secretaria en el despacho y había tenido que conseguir un empleo rápido para seguir manteniendo a su familia. Por suerte había conseguido uno como supervisora en una fábrica de alimentos. Megumi por su parte solo se dedicaba a la casa, su edad ya no le permitía trabajar. Kouichi seguía siendo un niño aparentemente feliz. Era muy difícil verlo enojado, tenía que ser a causa de una injusticia para verlo en ese estado.

El día empezaba para Kouichi comprando el pan para el desayuno. Regresaba a ayudar a su abuela y de allí se alistaba para salir al colegio. El colegio para él era como un desahogo de sus obligaciones en casa. En el colegio se divertía y jugaba como cualquier otro. Aquí era el lugar donde se había hecho de un buen amigo que lo ayudaba a seguir siendo niño. Su amigo se llamaba Takuya Kanbara que era uno de los jugadores principales del equipo de football de su colegio. Takuya también era el payaso de la clase y no dudaba en ponerse en falta para hacer reír a su amigo. Varias veces Kouichi se quedó a dormir en su casa y viceversa. Kouichi conocía practicamente a toda su familia. Era difícil para él convivir a veces con su amigo por que Takuya tenía algo que él quería, una familia unida, aunque varias veces no la sabía apreciar. Que no hubiera dado él para que su papá se hubiese quedado con su mamá. Y todo por la culpa de su papá.

Ahora que él tenía 7 su mamá le había empezado a confiar más cosas. Hacía poco que a ella también se le habían acabado las esperanzas de reunir a su familia. Hacía como 1 semanas que le había llegado una carta de Musashi contándole que tenía planes de volverse a casar esta vez con una mujer que había conocido en alguna parte. A Kouichi le había caído como balde de agua fría, no se la esperaba. Al parecer su papá estaba muy feliz, pero la felicidad de uno era la tristeza del otro, y lamentablemente la persona con la que él vivía era a la que le había tocado la tristeza. Si había algo que él no podía soportar era la tristeza de su madre.

Takuya había tratado de animarlo por todos los medios posibles pero la verdad no pudo hacer nada para mejorar el humor de su amigo. Lo único que pudo hacer fue convencerlo para quedarse a dormir una noche en su casa pero Kouichi la rehusó. Pasar la noche en su casa era como restregarle en la cara la ausencia de papá y hermanos que él tenía. No era el hecho que Takuya lo haya querido así, era solo que no lo había pensado. Kouichi se quedó en casa, haciendo tareas como de costumbre, de cuando en cuando salía a la cocina a tomar un vaso con agua o al baño, no era que tuviera muchas ganas, lo que le importaba ver era como la estaba pasando su mamá. Hitomi se sentaba de noche en la mesa de la cocina a hacer cuentas o a arreglar los papeles de la casa. No era común verla desanimada ni llorando por los rincones, esto era culpa de la bendita invitación de su papá. A él no le bastaba con arruinarle la vida a él, tenía que agarrarsela también con su mamá.

A determinada hora de la noche Kouichi ya no lo aguanto más y se fue a sentarse con su mamá. Hitomi cuando veía a su hijo trataba de cambiar el ánimo.

-“Que pasa? Pasa algo malo Kouichi?”

-“No disimules más mamá. Ya sé que estas triste. Se puede hacer algo para alegrarte?”

-“No te preocupes hijo, todo va a estar bien”.

-“A mi no me parece que las cosas esten bien. Yo se que no te ha gustado el cuento de que papá planea casarse de nuevo, la verdad a mi tampoco. También me parece que ese trabajo en la fábrica te cansa mucho.”

-“Te admito que me sorprendió el hecho que este planeando casarse de nuevo con alguien que ni conosco, ya sabía que esto iba a venir algún día, total los dos estamos divorciados ya. El puede hacer lo que quiera con su vida y yo lo mismo con la mía. Pero tienes razón en que el trabajo me mata mucho, es muy cansado verificar que la gente haga bien el trabajo. No te preocupes, esto se arregla durmiendo bien el fin de semana. Ahora ve a dormir que mañana tienes clases”.

Su mamá aparentaba bien. Era demasiado buena con la gente y creía en todo lo que le dijeran. Por otra parte tenía razón, ella ya estaba divorciada, eso no debía de importarle y el tampoco le daría tanta importancia entonces. Por el contrario se olvidaría de él y su estúpido cuento, le importaba un bledo si se casaba o no, le llegaba la idea que tuviera otra familia muy pronto. El seguiría su vida y ayudaría a su mamá a olvidarse de él también.

A la mañana siguiente se fue al colegio y de camino se encontró con Takuya.

-“Oye, adivina que?” – Kouichi solo le hizo una señal para que prosiguiera con la noticia. – “Hideki se quedó hasta tarde ayer en el colegio y a la hora que se iba a la puerta ya para irse a su casa pasó por el salón de profesores y escuchó a la señorita Miyashiro que hablaba con el director.”

-“Y?” – Kouichi ya se estaba aburriendo del teléfono malogrado de Takuya. Si era importante como parecía serlo, por que no iba al grano?

-“Que falta de paciencia la tuya Kouichi. Bueno seguiré. La cosa es que el colegio esta planeando para nosotros una visita a Kyoto, todo el salón. Entendiste? Pasaremos unos días fuera de casa! Sin hermanos que te fastidien, sin papas que te digan: ’hora de dormir’. Libertad plena, después de la ocho de la noche!”

Era obvio que Takuya se exaltaría con la falta de supervisión adulta pero eso a él no le importaba. Se iría lejos de casa por unos días entonces. Eso no estaba mal, a él le hacía falta despejarse un poco de los problemas de la casa...

-“No comprendo tu falta de entusiasmo! Vamos anímate! Además no te preocupes por tu papá, lo más seguro es que ni sepa que iras allá. No ves que esto del viaje es de último momento? Ni siquiera tu lo sabías. Ves? No hay por que preocuparse.” – espera un momento... Lo que decía Takuya era verdad. En estos momentos recordó lo qe decía su papá en la carta, la próxima semana el estaría en Kyoto, y si sus cálculos eran precisos su papá ya debería haberse establecido allá. Derrepente podría ir a verlo a su casa y hablar con él. Derrepente él podría cambiarle la idea que tenía de casarse otra vez.

-“Ese paseo se oye bien Takuya. Cuando será sabes?” – si tenía suerte sería esta semana.

-“La verdad que ahora si me agarraste. Eso aún no lo sé pero lo más seguro es que la profesora nos lo diga hoy.” – En eso Takuya tenía razón. Los dos le metieron prisa a sus pies para llegar más rápido al colegio, ellos dos como los demás estaban ansiosos de que empezara ya el colegio y que llegara la profesora para atiborrarla de preguntas acerca del paseo. Cada uno tenía su razón para ir. Para unos era perder clases, otros querían conocer el lugar, pero él simplemente quería ir para ver una solución a su vida. Cuando al fin llegó la profesora todos se quedaron en silencio.

-“Este es mi salón? Creo que me equivoqué.” – Salió un momento y volvió a entrar. – “No, este es mi salón. Por que están tan callados? Han hecho algo malo?”

Takuya que ya no podía más con su genio se paró enfrente de todos. La mayoría ya sabía que Takuya hablaría por el salón por que simplemente ya lo conocían. – “Profesora Miyashiro. Sabemos que a nuestro salón lo van a llevar de viaje a Kyoto. Lo que queremos saber es cuando?”

-“Quien les fue con el chisme? Bueno eso no interesa ahora. Si es verdad pero esa iba a ser mi sorpresa para ahora Takuya. Arruinaste mi sorpresa!” – Takuya empezó a sudar frío. La profesora era joven para su edad. Era muy buena persona pero un tanto enérgica a veces, chistosa y le gustaba dar sorpresas. – “El paseo chicos será este miércoles. Llegaremos a Kyoto el jueves y nos quedaremos allí hasta el domingo que regresaremos. Ahora les voy a pasar los permisos para que me los traigan firmados por sus padres. Deben traer un poco de plata para el hotel donde nos quedaremos todos y un poco más si se quieren comprar un dulce por ahí. Yo conozco una tienda muy buena. Los que quieren pueden traer una cámara. En Kyoto por las noches corre viento así que no se olviden de traer abrigos. Alguna pregunta?” – Todos se quedaron callados. – “Muy bien entonces... saquen sus libros de matemáticas y abranlos en la página 37!” – lo último no le gusto mucho a la clase pero a nadie le importo esa clase de matemáticas, todos estaban pensando lo que harían a Kyoto, lo que llevarían... lo que él vería...

El permiso se lo firmó su mamá y entre las dos le dieron una buena propina para que se compre algo en el viaje. Kouichi estaba sumamente feliz, este paseo era su gran oportunidad pero al parecer el no había pensado solo en esa misma posibilidad.

-“Kouichi, supongo no iras a buscar a tu papá o si?”

-“No puedo?”

-“No me malinterpretes pero... por lo general tu papá para ocupado todo el día, derrepente el no va a poder atenderte.”

-“Pero hace tiempo no me ve. Seguro se hará un tiempo. Además nos dio su deirección, lo buscaré cuando este en casa. Así no lo molestaré en su trabajo. No te preocupes mamá” – Kouichi prefirió dejar la conversación allí y se fue a dormir.

-“Lo que me preocupa hijo no es que lo fastidies sino a quien puedas ver...”

Capítulo 2

El viaje parecía disipar sus preocupaciones. El viaje le llego en buena hora... justo antes de la boda de su papá. El tiempo era bueno, nada podía salir mal. Conforme avanzaba el viaje Takuya se volvía mas latoso. A cada rato se paraba de asiento y corría hacia el asiento de adelante para preguntarle la profesora si ya iban a llegar. Takuya era un buen niño era su mejor amigo pero el hecho de soportarlo durante todo el viaje como compañero de asiento podía desquiciar a cualquiera. La paciencia ya se le estaba agotando a Kouichi, varias veces se le cruzó por la mente empujar a Takuya por la ventana pero después tendría que viajar solo y eso también era desesperante. Para suerte de Takuya su amista valía mucho para Kouichi y después de varias horas sentados en el bus llegaron a Kyoto.

Bajaron de bus volando por que ya no podían soportar ni un minuto más sentado ahí. La profesora los ando a los cuartos de Hotel para que se instalaran de una vez y si sobraba algo de tiempo quizás podían visitar la ciudad de noche. La profesora fue muy soñadora en ese momento por que a decir verdad los chicos se demoraron un monton en desempacar y arreglar sus cosas aparte todos necesitaban comer por que sus reservas de golosinas y panes no los habían llenado lo suficiente. Ya con la barriga llena les dio pereza salir asi que todos se fueron a dormir a sus cuartos.

-“Oye Kouichi... vamos a dormir? Me muero de sueño” – Takuya bostezo de una manera estruendosa mientras estiraba sus brazos como si fuera un gato.

-“Hummm... yo estaba pensando en hacer ora cosa ahora.” – No hubiera dicho eso en especial a Takuya pero no estaba entre sus planes dormir en ese momento, el no solo había ido a Kyoto para conocer la ciudad... el había ido a ver a su papá y ver alguna posibilidad de que no se casara.

-“Vas a salir solo del hotel?... La verdad no se que te propongas hacer pero no te parece peligroso salir del hotel a estas horas en especial si no conoces la ciudad? Digo no? Tu serías el primero que te opondrías si yo hubiera dado la idea... me hubieras dicho que es poco juicioso de mi parte no?”

-“Bueno... si pero yo tengo otros motivos Takuya. Yo no me voy a ir por que quiero hacer algo malo. Tengo que ir a visitar a alguien antes. Mañana saldremos a conocer la ciudad y no se cuando voy a tener la oportunidad de ir a visitar a esa persona.”

-“Ah bueno... si lo pintas así entonces por lo menos déjame que te acompañe no? A propósito a quien vas a ir a visitar?” – Takuya se estaba volviendo a poner las zapatillas y estaba viendo que casaca combinaba mejor con ellas.

-“No es necesario que vengas, yo puedo ir solo. Voy a ir a ver a mi papá”

-“Tu papá sabe que vas a ir a visitarlo? No sería mejor que lo llames para que te venga a recoger? Además como te digo tu no conoces la ciudad.” – Takuya tenía razón ahí pero...

-“Tienes razón pero no quiero avisarle. Le quiero caer de sorpresa. Si me anuncio el de repente no quiera verme y yo tengo que hablar con él”

“Si quieres hablar por que no usas el teléfono? Es un adelanta muy reciente.”

-“Muy chistoso Takuya. No en serio, tengo que ir a verlo. Necesito hablar con él sobre... bueno necesito hablar con el y punto!”

-“Ah bueno entonces vamos juntos antes que sea más de noche y nos pase algo.” – sin poder hacer nada para impedirlo Takuya lo acompaño. Salieron a hurtadillas del hotel ya que no tenían permiso para salir. Preguntaron las direcciones a los policías que se encontraban por ahí dirigiendo el tránsito. Después de deambular por una hora perdidos entre calle y calle llegaron a un área residencial donde se supone vivía el padre de Kouichi. Llegaron al edificio en cuestión y Kouichi logró convencer a Takuya que se quedara abajo esperándolo. Había tenido que contarle para que lo dejara en paz y aun así Takuya no esta muy seguro de querer dejarlo ir. Al final no lo pudo retener y se quedo esperando en la puerta del edificio, sentado y muerto de frío.

Kouichi escaló los peldaños hasta llegar hasta el piso correcto. Al final del pasadizo estaba la puerta que lo separaba de su padre. Por extraño que parecía esa puerta se le hacía bastante familiar, lo raro era que nunca había estado ahí y tampoco recordaba haber imaginado la puerta antes. A principio no pudo tocar la puerta por que lo invadió una sensación de esas que sientes cuando sabes que no estas haciendo algo bien. No podía dejarlo para otra oportunidad por que sabía muy bien que era muy difícil que hubiera otra. Se armó de valor y tocó, al comienzo muy suave, tan suave que ni siquiera el que estaba detrás de la puerta lo pudo sentir. Tocó algo más fuerte y por fin lo vio.

Su papá estaba ahí parado mirándolo pero por que su mirada estaba perdida? Lo había cogido de sorpresa al parecer.

-“Puedo entrar?” – no fue un buen comienzo pero fue lo primero que se le ocurrió decir.

-“Claro... pasa. Que...” – al parecer su papá también se había olvidado como articular las palabras por que Kouichi notó la dificultad que tenía para formar la oración. – “que haces por aquí hijo? No me digas que tu mamá te mandó”.

-“No. Yo he venido por que he querido venir a verte. Estoy en un hotel por que he venido con mis compañeros de colegio a una excursión. Veo que te sorprendí. Si quieres me voy”. – No se le ocurrió decir nada más que eso por que así su papá le dijera que no estaba demasiado pendiente a una puerta del corredor. – “Escondes algo?” – aja! Su papá había perdido los colores de su cara. A quien escondía ahí? Sin más tiempo que perder Kouichi se escabulló por entre las piernas de su papá y corrió hasta la puerta del pasadizo. Estiró la mano para dar vuelta ala manija de una vez cuando el cuerpo de su papá se interpuso entre él y la puerta.

-“No entres ahí. Hay un perro muy bravo detrás de esa puerta”

-“Si es tan bravo por que no ladrá?” – que hay detrás de esa puerta se pregunto Kouichi.

-“Es por que está durmiendo pero si abres la puerta se molestará y te morderá.” – Era su imaginación o la manija de la puerta se quería abrir? Alguien estaba armando mucho jaleo detrás de la puerta. – “Por que no hacemos una cosa! Que te parece si te llevo ahorita al hotel? Tu maestra se puede preocupar si no te ve en la cama no crees? Seguro parara por sus cuartos para revisar que esten dormidos. Por que no vas bajando y buscas el carro azul con manijas negras. Yo voy a buscar mi casaca y nos vemos abajo!” – Kouichi no se la tragó, había algo detrás de esa puerta y algún día lo averiguaria.

-“Pero... si voy me contestarías algunas preguntas?” – su papá movió la cabeza asintiendo velozmente. – “Esta bien te espero abajo con mi amigo junto al carro.” – Kouichi dio la media vuelta y salió corriendo. Por ahora era más importante para el hablar con su papá que averiguar que había detrás de esa extraña puerta.

Bajo corriendo los escalones y encontró a Takuya reducido a su mínima expresión tratando de impartir calor a su cuerpo.

-“Ya párate por que mi papá nos va a llevar de regreso al hotel.”

-“En serio? Que bien por que me estaba muriendo de frío! Pero cuéntame como te fue? Se sorprendió?”

-“A decir verdad parece que oculta algo arriba. No se. Pero recién vamos a hablar, o me dijo mucho arriba más se preocupaba por esconder algo detrás de una puerta. En fin... vamos al carro dice que es uno azul con manijas negras.” – Los dos corrieron hacia el carro azul y como estaba abierto se metieron en el.

Adentro del carro estaba más calentito. El carro tenia un buen olor a lavanda, para ser el carro de un hombre solo esta bien ordenado pensó Takuya que imaginaba a la vez el carro de su papá que siempre paraba lleno de bolsitas de caramelos, o papel higiénico por todas partes. Mientras esperaban al papá de Kouichi no pararon de revisar el carro para ver que cosas tenia. Encontraron un bolígrafo debajo del asiento del chofer, papeles de oficina aparentemente, un portafolios y una foto de un niño.

-“Mira Kouichi. Tu papá tiene una foto tuya en su carro. Aquí cuantos años tendrías?” – Takuya le extendió la foto a Kouichi para que la viera. Lo extraño era que Kouichi no se acordaba de haber un polo como ese, es más, no se acordaba donde le habían tomado esa foto ni porque no sonreía a la cámara, por lo general a él le gustaba sonreír.

-“La verdad ni me acuerdo de esta foto. Debería acordarme por que parece que tuviera 4 años más o menos.”

-“Cuando venga tu papá le preguntas pues. Sales con cara de pocos amigos.” – apenas Takuya termino de decir eso y su papá abrió la puerta para entrar.

-“Buenas noches... soy el papá de Kouji... perdón Kouichi. En donde se alojan ustedes?” – A Takuya le pareció chistoso el hecho de que un padre no recuerde el nombre de su hijo pero también le dio pena por que no era justo de que ellos se gastarán en ir hasta alla para que trate de esa manera a su amigo.

-“Buenas noches señor. Mi nombre es Takuya Kanbara y soy amigo de su hijo Kouichi. Su casa queda en una zona muy bonita señor. Ya quisiera mi mamá vivir en un lugar asi!”

-“Y papá... a propósito... por que te vas a casar? Digo estas seguro de querer formar una familia aparte por que tu ya tienes una.”

-“Mira Kouichi... yo ya estoy grande como para hacer lo que quiera con mi vida ok? Además yo se lo que hago!” – Los niños se quedaron callados por el exabrupto de Musashi. Quienes se creían ellos como para darle ordenes a el? No eran más que unos niños de primaria. Sin darse cuenta estaba conduciendo más de prisa y como consecuencia se estaba acercando más al hotel de los niños. Por otra parte se acababa de dar cuenta de el error que estaba cometiendo. El no tenía derecho a gritarle a esos niños. Bueno tenía un poco de derecho en gritarle a Kouichi por que de todas formas seguía siendo su hijo pero al otro niño... Dieron una vuelta a la derecha y llegaron. Ninguno se había atrevido a volver a hablar. Los niños empezaron a bajarse del carro pero Kouichi seguía mirándolo.

-“Yo no se por que te enfadas con nosotros si lo único que quería saber era si estabas seguro. Quiero impedir que destroces la felicidad de otro niño como lo estas haciendo conmigo. La verdad me esta empezando a dar pena tu hijo... si es que llegas a tener uno en tus manos. Doy gracias que a mi me toco vivir mejor con mi mamá y mi abuela. Tu no vales la pena, cásate si quieres ojalá te vaya bien.” – Kouichi estaba enojado con él y el mejor final que se le ocurrió fue tirarle la puerta del carro lo más fuerte que pudo. Con eso se fue corriendo a alcanzar a takuya y los dos corrieron a su cuarto. La verdad ya no le importaba más si tenía o no tenía papá.

Esa noche Kouichi durmió intranquilo. No paraba de pensar en su mamá. Conociendo ahora esta faceta de su papá trataría para que su mamá se olvidara completamente de él, no valía la pena gastarse en un hombre amargado como el. Lo que no se explicaba era que era lo que le había cambiado el humor tan pronto. Cuando lo vio en su apartamento su papá se veía preocupado pero en medio de todo era amable. En cambio en el carro se volvió una especie de demonio. Era completamente diferente al papá que había conocido hace tiempo. Ese hombre había cambiado demasiado.

A la mañana siguiente a Kouichi le costó un poco de trabajo levantarse. Como no había podido dormir mucho pensando estaba con ojeras. Cuando por fin se levanto Takuya seguía dormido. Tuvo que saltar encima de su cama para poder despertarlo pero aún asi Takuya seguía dormido. Después de mucho patalear se levanto. Ambos se alistaron y bajaron juntos al comedor para desayunar con los demás. Como llegaron un poco tarde al desayuno ya no encontraron lo mejor. Comieron rápido por que el carro ya estaba por llegar a recogerlos y la profesora les metía prisa.

Al cabo de media hora la profesora pudo meter a todos sus alumnos al bus y empezar el recorrido por la ciudad de Kyoto. El salón recorrió las principales plazas y conoci los principales templos de la zona. De cuando en cuando los hacían bajar para tomarse fotos o comprar las artesanías de cada templo. Al terminar el día los niños estaban demasiado cansados como para salir a jugar a la zona recreativa del hotel. Uno que otro por ahí reunió fuerzas para ir a jugar con las maquinas de juegos. Takuya casi va en ese grupo pero se acordo de su amigo. No lo había visto muy bien en todo el día.

Lo más probable era que como se peleó con su papá se sintiera mal por lo mismo decidió quedarse con él y hacerle compañía. Ambos pasaron la noche hablando de lo que el papá de Kouichi podía ocultar detrás de la puerta. A Takuya se le ocurrieron ideas medio raras acerca de algún muerto o unas oficinas secretas donde guardan zoombies y alienígenas. También pensó que ocultaban a un laboratorio secreto donde clonan gente para después suplantarlos y dominar el mundo. Obviamente todas esas ideas muy a lo takuya.

Por su parte Kouichi pensaba que si escondía algo sería probablemente esa mujer con la que se iba a casar y la tenía escondida ahí por que no quería que el, Kouichi la viera. Si el se iba a casar el no lo iba a impedir, solo había ido hasta él a buscar respuestas nada más.

Los niños se quedaron conversando hasta tarde una vez más. Los días transcurrieron con esta normalidad hasta el domingo en que partieron. Todos alistaron sus maletas y tenían una hora más para descansar antes que llegara el bus que los llevaría a sus casas nuevamente. Takuya y Kouichi se sentaron a esperar el bus en la banca que estaba afuera del Hotel cuando vieron un carro azul estacionarse en la puerta del hotel.

Del carro bajo el papá de Kouichi pero había alguien más en el carro. Musashi camino hacía Kouichi y Takuya. Llevaba dos paquetes en las manos.

-“Puedo hablar con ustedes? De repente podríamos ir adentro y tomar un helado. Les parece?” – este hombre si se parecía más a lo que el se acordaba de su papá. Los tres entraron al hotel y se fueron a la cafetería. – “Primero que nada quiero pedirles disculpas por el pésimo comportamiento que tuve con ustedes la otra noche. Estaba de mal humor por culpa de alguien... pero eso ya fue. Pensé mucho después que nos vimos y la verdad a mi no me hubiera gustado que me traten de esa manera. Me perdonarían?”

Había algo de verdadero en esas disculpas pero aún asé Kouichi seguía resentido. Podría perdonar quizá pero olvidar? Eso nunca, ya se había quedado grabado en su memoria y sería muy difícil de reivindicar. Por otra parte la cara de Takuya se veía muy piadosa y al parecer de Kouichi su padre había llegado al corazón de Takuya. Su papá los miró esperando una respuesta de parte de ellos.

-“Bueno señor... de repente nosotros fuimos los que llegamos en mala momento, como dije a alguien hubiera sido mejor anunciarnos primero pero alguien quería mantener el factor sorpresa presente!” – Que simpático de parte de takuya tirarle todos los platos a él aunque evaluando la situación el era el que había planeado todo.

-“Esta bien entiendo, si debí llamar pero no sabía si tu me ibas a recibir o no. Además solo quería hacerte unas preguntas nada más!” – de repente podía aprovechar este momento para preguntarle a lo que había venido.

-“Mira si esta en mis posibilidades responder lo haré. Siempre y cuando no se meta en lo que es mi vida ok?” – bueno... por lo menos respondería lo mínimo.

-“Esta bien. De acuerdo. Entonces te haré la primera pregunta. Mi mamá siempre me dice que tu me quieres y esas cosas pero si es así entonces por que no vives al menos cerca mio para poder ir a visitarte?”

-“Tu pregunta tiene una respuesta que ya la sabes. Yo te quiero a ti y a tu mamá. El que nos separaramos es cosa nuestra pero a decir verdad es básicamente por que tuvimos nuestras diferencias. Si hubieramos seguido viviendo juntos por todos estos años tu crees que hubieras podido soportar las peleas sin ponerte triste? La verdad no creo que te hubiera gustado eso, de repente tu hubieras sido el que nos hubiera pedido para separarnos. Y con respecto a por que no vivo cerca es precisamente por que mi trabajo me lleva a viajar por todo el país.”

-“Viajar por todo el país?”

-“No te gusta la idea? O no te gusta viajar?”

-“La idea me parece buena pero creo que a la larga no me hubiera gustado. Es bonito viajar y conocer varios lugares pero viajar todo el tiempo? No podría tener amigos, no me sentiría cómodo. Sería como ser nuevo todos los días.”

-“A mi tampoco me gustaría. Esta bien viajar si es para conocer un lugar pero mi casa me gusta. No me podría separar de mis amigos, me pondría muy triste, o estaría contento.” – Kouichi noto que cuando hablaba el o Takuya su papá parecía tomar notas mentales. Estaría haciendo algún tipo de reportaje para su trabajo?

Estaban terminando el helado cuando la profesora entra a la cafetería a llamarlos. El bus había venido antes de la hora y ya estaban abordándolo. Ambos se despidieron de Musashi y le agradecieron el helado. Musashi los acompaño hasta el bus y los ayudo a subir sus maletas. Antes que el carro zarpara Musashi les alcanzó unos regalos para los dos que en medio de todo esperaba que compraran su perdon. Ambos agradecieron los regalos y se sentaron en sus asientos.

Cuando el carro arranco Musashi los despidió desde la puerta de su carro, les movía la mano deseándoles buen viaje. Kouichi se había olvidado de preguntar quien era el que lo acompañaba en el carro. Por la luna oscura no podía verle la cara pero no tenía buen semblante. Quien sería? Hizo un apunte mental de preguntarle eso cuando lo volviera a ver por que Takuya ya estaba otra vez preguntándole a la profesora a que hora iban a llegar y si ya faltaba poco. En verdad Takuya era desesperante cuando se lo proponía.

De camino a casa fue un poco más relajado por que a la mayoría le dio sueño, claro eso es teniendo en cuenta que se han tenido que despertar temprano y hacer las cosas por si solos. La mayoría esta acostumbrados a que sus mamas les hagan las cosas. En el camino tuvieron que hacer algunas paradas por que siempre hay uno, como el que tenia a su costado que toma demasiada gaseosa. En el camino también cantaron y jugaron pero al final de cada actividad la profesora estaba más cansada.

Después de varias horas de viaje por fin llegaron, pudo ver la cara de felicidad de la profesora cuando entrego a Takuya a su mamá. Su mamá también había ido a recogerlo.

-“Hola mi amor, como te ha ido? Cuéntamelo todo. Pero primero vamos al taxi que ahí nos espera tu abuelita.” – su mamá lo ayudo a cargar sus cosas. Se despidió de Takuya quien ya estaba empezando a desesperar a su mamá y se subieron al taxi.

-“Hola Kouichi! Que ha hecho mi nieto favorito en su paseo?”

-“Bueno fui a visitar muchos lugares. Entre a todos los templos que vimos en esos libros te acuerdas abuelita? Los monjes venden cosas muy bonitas ahí. Compre oraciones mira!” – le extendió a su abuelita las oraciones. Les estaba contando todo solo que hasta ahora había omitido una gran parte.

Entraron a la casa con las maletas y se sentaron los tres en la sala. Kouichi se puso a contarles todo lo que había hecho con lujo de detalles es decir con pequeños comentarios como para aminorar lo que les iba a decir después. No podía omitir ese detalle por que seguramente se enterarían luego y no era bueno crear mala atmósfera en la casa.

-“... y eso fue todo lo que hice.... ah si... también fui a visitar a mi papá.” – Kouichi abrió el ojo para ver las reacciones de las mujeres que tenía delante de él. Su abuelita tenía cara de haberse quedado sin palabras, palabras que parecían estar todas en la boca de su madre que se peleaban por salir de ella. Al parecer sus actos habían causado la conmoción que se había imaginado.

-“Pero... como... por que lo fuiste a ver? FUISTE A SU CASA?” – su mamá de pronto se altero casi igual de cómo se había alterado su papá.

-“No entiendo por que los dos reaccionan de la misma manera? Es que no puedo ir a visitar a mi papá? O tu sabes que esconde en su casa? Cuando lo fui a ver me dejo casi lo mismo. Y me pareció muy extraño que se traen ustedes dos?”

-“Nada. Lo que pasa es que me parece que fue de mala educación que vayas a visitarlo sin haberlo llamado primero. Pudiste no encontrarlo cuando fuiste.”

-“Yo había calculado mas o menos la hora. Fuimos de noche con Takuya...”

-“Que? De noche? Como es que salieron ustedes dos? Pudo haberles pasado cualquier cosa, ustedes no conocían la ciudad, se han podido perder por ahí, pudieron haberlos matado, o robado! Nunca más vuelvas a hacer algo tan imprudente Kouichi. Que iba a hacer yo si te pasaba algo?”

-“Lo mismo me dijo takuya pero... tenía que hacerlo mamá, tenía que verlo entiendes. Si lo llamaba tu crees que hubiera ido a verme? Tanto tiempo ha pasado y ni siquiera me ha llamado ni se ha aparecido por aquí.”

-“Dejalo ya! A mi me parece que Kouichi tiene razón. Para mi la sangre llama a la sangre, el esta en su derecho de ver a su padre cuando tenga ganas.” – bien su abuelita estaba de su parte – “Pero eso no quita Kouichi que has debido actuar de manera más responsable. Te ha podido pasar cualquier cosa a ti y a tu amigo. No lo vuelvas a hacer nunca más!”

-“Lo siento... en verdad no fue mi intención preocuparlas. No lo volveré a hacer pero no se enojen.” – la carita de inocente nadie se la podía resistir. Al toque su mamá y su abuelita cambiaron de caras y todo volvió a la normalidad.

A la mañana siguiente ya lunes Kouichi como siempre fue al colegio. De camino y ya casi llegando se encontró con Takuya y los dos entraron al colegio juntos. A Kouichi le causo gracia lo que e contó Takuya. Takuya también le había contado a sus papas que había salido del hotel en la noche junto con Kouichi. También se había ganado un resondrón y le habían puesto un ultimátum de que si no se portaba bien para la próxima no lo dejaban salir de viaje con su salón. Eso y que no se dejara influenciar por él.

Las clases siguieron normal para él y su salón. Las cosas se veían muy normal ahora que ya había hablado con su papá. Los días también pasaron con normalidad. Entre las tareas y sus obligaciones diarias Kouichi no tenía tiempo para pensar en nada más, habían varias cosas que su mamá le hacía pasar por alto. Habían algunas cosas que ella le ocultaba incluyendo el que tenía un hermano gemelo, también que estaban empezando a tener problemas económicos pero de todas esas cosas había una que era muy importante para su hijo. Ya desde hacía más de dos meses se habían enterado que Megumi, la abuelita de Kouichi tenía problemas cardiovasculares. Ella se había sentido varias veces mal pero por no preocupar a su familia había callado hasta que decidió contárselo a su hija.

Por su parte Hitomi no estaba muy bien en el trabajo. Su jefe había tenido problemas judiciales y estaba evaluando la posibilidad de cerrar el negocio. Hitomi tenía que buscar trabajo en otra parte eso sin descuidar la seguridad económica de la casa. Por ahora tenía posibilidades de trabajar de recepcionista en otra oficina y un empleo de medio tiempo en una fabrica. Ella no tenia problemas en trabajar de obrera por que un trabajo era un trabajo y lo que a ella mas le importaba era la plata para poder mantenerse.

Kouichi pasaba bastante tiempo con Takuya en su casa. Hacían las tareas juntos y luego salían a jugar. A veces jugaban con Shinya el hermano menor de Takuya que parecía haber heredado la seriedad de la familia pero como aun era pequeño todavía era muy engreído y eso era algo que Takuya no toleraba. Un hermano menor era lo que siempre había querido y ahora después de un tiempo había comprendido que era algo muy difícil para el. Su papá se iba a casar en dos semanas. De repente no podría tener un hermano menor pero si podría tener un medio hermano menor, no le podrían impedir ir a visitarlo o si?

-“En que piensas Kouichi? Estas en otro mundo y así no vas a poder hacer bien la tarea y ya no te podré copiar”.

-“En nada muy importante. Y sería bueno que alguna vez en tu vida hicieras tu solo las tareas Takuya. Para variar a mi también me gustaría copiarte pero tu no sabes hacer los problemas bien”.

-“Por eso te copio pues. Jajajjaa. En serio... en que estabas pensando?”

-“Mi papá se casa en dos semanas y estaba pensando en que de repente puedo ir. Nos envió invitaciones ósea que estamos invitados.”

-“Tu mamá te va a llevar a la boda de tu papá? La verdad que no lo creo”.

-“Yo tampoco pero le puedo pedir. Aunque sea que me deje ir a mi.”

-“Y por que quieres ir?”

-“Si voy podré conocer a su esposa. Quiero ver si por lo menos se parece a mi mamá. Además quiero que la señora me conozca para que cuando tenga a mi medio hermano pueda ir a visitarlo.”

-“Sigues con eso? Ya te he dicho mil veces que los hermanos menores son fastidiosos y mas aun si son pequeños por que lloran todo el día y sus pañales huelen horrible.”

-“Si ya se pero yo no voy a vivir alla. Solo quiero ir a visitarlo cuando nazca. Total compartimos al mismo padre no? Tiene que conocerme.”

-“Hazme caso no te conviene. Después te vas a quejar de él y sabrás por que me gusta maltratar a Shinya.”

-“Eso lo dices por que a ti te gusta que tu mamá te engría y Shinya ocupa más la atención de tu mamá”.

-“Eso fue golpe bajo. Además a quien no le gusta que su mamá lo engría. Tu lo dices por que tu mamá esta para ti tiempo completo, no la compartes, asi quien no pues.”

-“Sabes que? Dejemos de discutir de esto que es un tema muy tonto. Y has tu tarea de matemáticas que esta vez no te voy a dejar que te copies la mia.”

Había sido algo duro con Takuya pero el tenía que aprender a hacer sus tareas solo. Por otra parte de todas formas hablaría con su mamá aunque sea para evaluar la posibilidad de ir a la boda.

Salió de la casa de Takuya como a eso de las siete de la noche. La noche estaba clara y tenía el presentimiento que llovería más tarde. Paso por el mercado y la panadería. Habría comprado su mamá panes para el lonche? Entro y compro algunos por ahí a alguien se le apetecía. Por alguna razón la panadería olía diferente. No tenia ese peculiar aroma a pan arabe o esos francés que le alocaban a su abuela. Olia a...

-“hola... se te ofrece algo?” – era una niña... ese olor era el de una niña rubia de ojos claros. – “Te pasa algo es que nunca habías visto a una niña?”

-“Si he visto niñas pero no totalmente rubias. Es tu pelo?”

-“Uhhhh que niño tan grosero! Para que sepas mi papá es el nuevo dueño de esta panadería así que si quieres comer de los mejores panes sería bueno que tuvieras algo más de modales... malcriado.”

-“pero mira quien es la grosera. No creo que a tu papá le convenga no vender panes. Además hablas gracioso.”

-“Niños! Cuando no... para que sepas vengo de otro país. Por eso hablo así, estoy acostumbrada a hablar en Italiano!”

-“Esta bien... por cierto como te llamas?”

-“Hummm... Izumi... Orimoto. Tu?”

-“Kouichi Kimura. Espero que el pan siga rico por que es el que mas le gusta a mi abuelita. Lo digo de broma no te molestes... aunque para las bromas mejor esta mi amigo. Seguro el también va a venir a comprar panes aquí, esta es la panadería de la zona sabes?”

-“Tu amigo? De repente ya vino... Por casualidad es de tu tamaño y de cabello marrón? Si es ese ya vino”.

-“Asu como se hace conocido Takuya.”

-“Si es el... así lo llamo su mamá. La estaba fastidiando por que quería comer una torta”.

-“Si es Takuya entonces. Es buen chico, es mi mejor amigo.” – La chica no era tan mala después de todo. Estaban hablando de pronto de lo mas normal como si hubieran sido amigos de toda la vida. Ambos se sentaron en una de las bancas de la panadería cuando Kouichi vio un pastel inmenso. – “Y ese pastel?”

-“Ah ese... es un pastel de bodas. Ese esta hecho de cartón por que solo es de adorno pero mi papá va a hacer uno para una boda dentro de unos días. Justo lo acaban de contratar. El pastel va a viajar hasta kyoto! Es una gran propaganda para la panadería. Justo aquí tengo la hoja del pedido. Parece que le caí bien al señor y me invito también a la boda. Te gustaría ir? Mi papá nos puede llevar y nos regresaremos con el? La boda es del Señor Minamoto creo” – No lo podía creer! En verdad el mundo era muy pequeño, demasiado.

-“Musashi Minamoto?” – Izumi asintió y lo miro con cara de preocupación. El mismo Kouichi podía sentir que se le iban los colores de la cara. – “Ese señor es mi papá. Se va a casar en dos semanas con otra persona. Mis papas son divorciados.”

-“Cuanto lo siento... no quise hacerte sentir mal. Si no qieres ir no importa...”

-“No, no es eso! Es que me cogió de sorpresa. Pero yo también tengo invitación así que podemos ir juntos. Incluso si te sobra una invitación tu crees que puedas invitar a Takuya? El también quiere ir!”

-“Claro! Es mas boda de tu familia que de la mía! Entonces vamos los tres?” – era increíble la forma en que se le estaban resolviendo los problemas... ya tenía movilidad ahora solo faltaba pedirle permiso a su mamá.

Salió de la panadería hecho un bólido y no paro hasta llegar a su casa. Entro y se encontró con su mamá en la cocina. Ella estaba poniendo a hervir el agua y su abuelita estaba sentada en una de las silletas de la mesa de la cocina. Su mamá volteó a verle en el tiempo que el recuperaba el aliento.

-“Mamá, verdad que iremos a la boda de papá no? Tenemos la invitación no podemos dejar que se desperdicie.” – su mamá lo miro con cara de extrañeza y medio como que se quedó muda para responderle. Su abuelita cogió la palabra en vez de ella.

-“Quieres ir? Si quieres ir vamos pues, no creo que tu mamá se oponga. Pero todo depende si encontramos un carro que nos lleve hasta allá y que no nos cobre mucho, tu sabes que no podemos permitirnos gastar mucho dinero en esas cosas.”

-“Si, ya sé eso. Por lo mismo les pregunto bien. Me acabo de hacer amigo de la hija del panadero que le han encargado la torta de papá. A ella también la han invitado para ir y podemos viajar con ella y la torta. Que les parece? – Megumi se quedó sin habla ahora. Haba accedido por que era difícil encontrar un carro hacia allá pero ahora que Kouichi había encontrado trasporte era más difícil decirle que no al niño sin levantar sospechas....

-“Ah bueno... si ya conseguiste transporte entonces no tenemos excusa para no ir. Creo entonces Hitomi que tendremos que buscar un atuendo para la ocasión”.

-“Pero que dices mamá...!” – Al toque Hitomi se cayó, al parecer su madre tenía un plan porque le guiñaba el ojo. – “Esta bien iremos no hay problema. Arreglare mi vestido para la ocasión.”

-“En serio? No habrá problema? Perfecto! Vamos a ir con el padre de Izumi y con Takuya. Esto será genial!”.

Por fin el día del matrimonio llegó. Se despertó temprano para hacer sus deberes y luego alistarse por que la boda todavía era en la tarde. Pero se dio cuenta de algo. Su mamá y su abuelita hablaban en susurros, habría algo que no querían que escuchara?

Después de acabar con sus deberes fue a ver a su mamá para recordarle que se tenía que alistar, no quería llegar tarde. Su abuelita también estaba ahí presente.

-“Kouichi, no quería decirte esto pero la verdad hoy no me siento muy bien y la verdad no creo que sea prudente que vaya a la boda. Yo me quedó”

-“Si Kouichi, se ha estado sintiendo mal desde temprano y la verdad no queríamos decirte por que teníamos la esperanza de que se sintiera mejor pero no ha sido así. Yo creo que es mejor quedarnos para cuidar de ella”.

-“Oh.. esta bien..que pena entonces. Llamaré a Takuya para decirle que ya no voy. También tendré que llamar a Izumi para cancelar lo del viaje.” – en verdad era una lástima para él por que de verdad quería ir y ahora todos sus planes se fueron por la borda. No es que culpara a su abuelita, no, es que en verdad tenía muchas ganas de ir.

Se retiro del cuarto de su abuelita y fue corriendo al teléfono para avisarle a Takuya pero cuando llamó el ya había salido de su casa. Llamó a Izumi pero también había salido...seguro los dos estaban de camino hacia su casa en ese momento. No tuvo mucho tiempo para pensar por que ahí nomás tocaron el timbre. Takuya estaba parado en la puerta vestido de manera elegante como nunca lo había visto antes, incluso parecía que su mamá lo había peinado por que tenía todo el cabello tirado para atrás.

-“Ay Takuya lo lamento mucho pero la verdad no planeo ir. Mi abuelita se acaba de poner mal y lo mejor es que o me quede a ayudar a mi mamá. Si quieres puedes ir tu solo con Izumi y de ahí me cuentan”.

-“Estas loco! Yo solo con ella! Prefiero quedarme contigo a cuidar a tu abuelita. Si quieres le puedo contar cuentos pero no me hagas ir solo con ella!”

-“Que te pasa? Es solo una niña, no te va a morder!”.

-“No es eso es que ayer vi con mi mamá esas películas que ella ve y en verdad las mujeres son demasiado melosas y yo no quiero que acabe con mi inocencia!”.

-“Que cosas hablas?” – Iba a decirle a Takuya para que vaya cuando Izumi se aparece en el carro. – “Mira quien llego!”

-“Hola chicos, listos para salir? Pero Kouichi tu aún no estas listo!”

-“Si, es que ya no voy a poder ir. Mi abuelita se puso mal y tengo que quedare a cuidarla. Le estaba diciendo a Takuya para que vayan ustedes dos”. – Izumi abría y cerraba los ojos como si no pudiera creerlo. Se dio la vuelta y camino hacía el carro y habló con el chofer, después de esto la torta emprendió el rumbo hacía la boda.

-“Yo no quiero ir sola con él. Si uno se queda los demás también deben de hacerlo. Si quieres te ayudamos a cuidar a tu abuelita. La verdad tampoco tenía muchas ganas de ir a esa boda. Estos zapatos me matan!” – y sin esperar otro minuto se metió a la casa. Los dos se quedaron perplejos y entraron después de ella.

Los tres pasaron un rato agradable en la casa de Kouichi. Por momentos a el le parecía que su abuelita actuaba de manera muy sana pero si ella decía que se sentía mal entonces eso debía ser. Alquilaron películas y se pusieron a verlas. Las películas eran muy buenas pero de cuando en cuando a el se le ocurría mirar el reloj. Cada vez faltaba menos tiempo para que comenzara la boda. A la segunda película se dio cuenta que había comenzado ya. Su papá estaría igual de nervioso cuando se casó con su mamá? La película era interesante pero mas le carcomían los nervios que su papá se casaba y el no estaba ahí para ver.

Estaba empezando a prestarle atención a la película cuando sintió que se había caído un plato en la cocina. Lo más probable era que se le haya deslizado a su abuelita, últimamente lo hacía seguido. Sintió el deseo de ir a ver pero la película estaba de lo más interesante. Ya iban a descubrir quien era el asesino ...y de pronto...un grito.

-“Quien grita? Que paso?” – Izumi tenía cara de asustada.

-“Vamos a ver” takuya y el se miraron y salieron corriendo hacia la cocina que era mas o menos de donde provenía el gritó. Cuando Kouichi entró a la cocina vio algo que jamás espero ver. Su mamá estaba que gritaba como loca y su abuelita estaba tirada en el piso.

-“Voy a llamar a la ambulancia!” – Izumi salió corriendo por el teléfono. Kouichi se acerco a su abuelita y tomo el pulso como le habían enseñado en el colegio. Estaba viva pero no respiraba muy bien. Lo único que atinó a decir era que no se muriera.. por favor que no se muriera.

La ambulancia no tardo en llegar felizmente Izumi había reaccionado rápido. Su mamá de la impresión no se veía muy bien y es que para ser sincero la cara de su abuelita no se veía muy bien tampoco, es más para el ya era el fin de su familia de tres... algo le decía que eso no iba a durar mucho.

TBC...


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