Caretas - Kouichi

Capítulo 5: Juntando caminos

Al día siguiente regresé al colegio de Kouji para ver su respuesta y tal como me lo había imaginado él había aceptado. Regresé feliz a mi casa al saber la respuesta. Mi mamá aún no llegaba. Tarde o temprano tenía que decirle todo a ella por que lo más probable era que Kouji pidiera verla y mostrarlos a los dos sin previo aviso podría causarle un shock emocional a mi madre.

Hice las tareas como quien camina una calle, no presté atención a nada tanto así que a la mañana siguiente que era mi tan esperado viernes Takuya no quiso copiar mi tarea.

“Sé que me quieres dar una lección para que trabaje yo solo pero no tenías que hacer mal toda tu tarea! Hasta yo me doy cuenta que los resultados están mal! Y tu sabes que eso es bastante. Por ahora creo que tratare de copiar la de Izumi… si es que me deja y no se da cuenta” – Takuya tenía razón. Mis respuestas estaban más que equivocadas, si Izumi se enteraba que no había prestado atención me mataría. En el poco tiempo que me quedaba antes que empezaran las clases traté de volver hacer todo concentrándome en lo que hacía.

En el recreo les conté a los chicos los últimos acontecimientos que no les había podido contar antes. Izumi también se emociono por el hecho que hoy hablaría con Kouji pero Takuya estaba callado.

“Por lo que me cuentas tu hermano no es la mejor persona del mundo. Ten cuidado a la hora que le digas las cosas por que se puede volver loco y fácil te termina matando en la estación del tren”

“Que te hace pensar eso? Kouji no es así. Actúa así quien sabe por que motivo pero el no es malo… lo sé!”

“Démosle el beneficio de la duda. Yo tampoco creo que sea malo, de repente es impulsivo. Los gemelos podrán ser parecidos físicamente pero cada uno es distinto en su forma de actuar, de acuerdo a las circunstancias y a lo que les haya tocado vivir. Tu por ejemplo eres lo comúnmente denominado ‘niño engreído de mamá’ por eso no hace nada en tu casa, en cambio Kouichi a pesar de haber sido criado como hijo único saber hacer muchas cosas”. – el comentario de Izumi me puso rojo pero en medio de todo era verdad lo que había dicho. Por la información que el mismo había recolectado Kouji había pasado por muchas cosas que de repente no habría podido enfrentar.

“Por que no dejas de tirarle rosas a Kouichi y le dices algo? Se ve que se te cae la baba por él!”

“Que dijiste Takuya! Por decir eso mereces la muerte ahora mismo! NO te dejaré copiar nunca más mi tarea!” – Izumi se había puesto muy roja por el comentario de Takuya y se había enojado de manera nunca antes vista. Era verdad que parecía estar de acuerdo la mayoría de veces conmigo pero no creía que pasara lo que Takuya estaba pensando.

“Cambiando de tema… ya has pensado que excusa le darás a tu mamá para salir tan tarde?” – Izumi tenía razón, se me había olvidado ese pequeño detalle. No me gustaba mentirle a mamá ni engañarla diciéndole otras cosas pero que podía hacer?

“Bueno… pensaba decirle que saldría con ustedes, les gustaría acompañarme?”

“Yo normal pero te miramos de lejos, no creo que deberíamos escuchar conversaciones tan privadas. Que dices tu Takuya?”

“yo también iré pero solo para fijarme que ella no te haga cochinadas en el camino!” – Izumi se volvió loca otra vez y empezó a gritarle a Takuya, esa escena se hacía más común a través del tiempo.

Uno de los misterios de la vida es que el colegio pasa mas lento cuando uno tiene que hacer algo importante en la tarde. El reloj se movía lentamente, las clases estuvieron aburridas y me llamaron la atención como tres veces cosa más que rara por que nunca lo habían hecho. La gente estaba sorprendida por este hecho tanto que pensaron que estaba enfermo. Si, estaba enfermo pero de nervios, me angustiaba la reacción de Kouji y no por que fuese a hacer algo malo sino por el hecho en lo mal que quedaría papá ante él. Al parecer esa relación se estaba deteriorando desde hacía tiempo.

Cuando se acabo el colegio todos salieron corriendo, la mayoría para aprovechar su fin de semana al máximo, yo también haría lo propio hablando con mi hermano. Quede con Izumi y Takuya reunirnos a las cinco y media en la estación de trenes de Shibuya para comprar los pasajes juntos para ir a Osaka a ver a Kouji. A la salida como siempre fui a casa, mamá no estaba. Me bañe, almorcé y arregle mis cosas unas tres veces. Estaba tan entusiasmado por matar el tiempo que hasta me puse a hacer las tareas. Tuve el presentimiento que al final las cosas saldrían bien aunque se complicarían un poco.

A la hora que me había programado salí de casa dejándole una nota a mamá diciéndole que estaría con Takuya e Izumi. Dejé la casa con la esperanza de regresar con mi hermano. De camino a la estación me encontré con Takuya y los dos fuimos a darle el alcance a Izumi en la estación. Por momentos tenía la sensación que a Takuya le gustaba Izumi tanto que no se atrevía a decírselo, pero Takuya me confundía a veces, escondía muy bien sus sentimientos por eso sería difícil para ella descubrirlo.

En la estación nos estaba esperando ella. Compramos los pasajes y nos sentamos a esperar a que fuese la hora de abordar. Estaba más nervioso que nunca… me moría de las ansias. Al fin empezaron a llamar a los pasajeros para abordar el tren pero justo en ese momento a Takuya se le ocurre ir al baño. Lo acompañe para meterle prisa y no se demorará demasiado. El tren salía a las seis y ya solo faltaban tres minutos para que saliera nuestro viaje. Salimos corriendo del baño, Izumi nos dio el alcance y ahora los tres corríamos contra el tiempo para alcanzar el tren. Hasta ahora no entiendo muy bien que fue lo que paso pero al parecer me tropecé con mis propios pies. Sentí que volaba. En mi caída vi la cara de susto de Izumi y la cara de Takuya que de una color rosado claro paraba a un pálido espectral. Caía en cámara lenta por todas las escaleras hasta que por fin sentí que mi cuerpo tocó suelo.

Sentía muy a lo lejos las voces de Izumi y Takuya que trataban de reanimarme para ponerme de pie. Oía como sonaba el tren antes de empezar su viaje, tenía la sensación que por primera y única vez en mi vida le iba a fallar a mi hermano, perdería credibilidad ante él. Las imágenes de fueron borrando de mi cabeza conforme mis ojos se cerraban, me dolía todo el cuerpo, este era el fin… mamá se iba a preocupar cuando se enterara.

Izumi’s P.O.V.

Por Dios! Kouichi no reaccionaba por más que tratábamos de reanimarlo. Había aprendido por la televisión que en estos casos lo mejor era no tocar al accidentado por que si tenía algún tipo de lesión en el cuello se podía agravar. Felizmente logré parar a Takuya antes, al parecer el no esta al tanto de este tipo cosas.

Con la impresión de la caída boté mi bolso por el camino, corrí hacia el para sacar mi celular. Llamé al teléfono de emergencias pero no tenía baterías suficientes para hacer la llamada. Al toque Takuya también busco su celular, pero al parecer el problema era del lugar, ninguno de los dos tenía señal para llamada. Takuya tomo la iniciativa del caso por que yo iba a entrar en shock si no pasaba alguien por ahí.

Takuya se fue corriendo y me encargó que viera a Kouichi. Me puse a su lado y puse mis dedos al frente de su nariz. Respiraba, lento pero respiraba, eso era una buena señal. Como estaba boca abajo no podía voltearlo para oír su corazón que era lo único que se me ocurría hacer en ese momento de pánico. Traté de oír sus latidos pegando mi oreja a su espalda, si, ahí estaba su corazón latiendo fuertemente… o al menos eso creía yo.

Al cabo de un momento llegó Takuya con un encargado de la estación. El señor sacó su teléfono y tuvo el mismo problema que nosotros. El se fue pero ya sabía nuestra localización. La ambulancia tardaba mucho en llegar. Traté de pensar una razón por la cual una farmacia se demorara tanto en llegar y la respuesta vino a mi cuando vi a Kouichi.

Bastante inteligente pero su plan estaba retrasando a la ambulancia que vendría a salvarlo. Kouichi había pedido esta hora por que así tendría la excusa de decir que había ido a ver el desfile con nosotros. La gente de la ambulancia se demoró como una hora en llegar hasta el lugar, no era culpa de ellos pero eso era algo que las autoridades debieron de prever. Llegaron con la camilla y antes de subirlo le hicieron unos pequeños exámenes aparentemente por lo que pude ver. En todo ese tiempo cercaron el lugar y no nos dejaron acercarnos. La gente se amotinaba para ver lo que había pasado. Al final los enfermeros se lo llevaron, tratamos de seguir la camilla pero la gente nos cerraba el paso. Poco después oímos las sirenas que se llevaban a nuestro amigo.

Takuya´s P.O.V

Traté de ponerme de puntitas para seguir la camilla de Kouichi pero fue en vano, la gente no me dejaba pasar, ni siquiera podía pasar Izumi. La gente estaba preocupada por la situación del niño. Toda la gente nos preguntaba que era lo que había pasado exactamente. Al principio les contamos lo que había pasado pero después las preguntas se empezaron a poner más insistentes y la gente no dejaba de preguntar así que nos callamos.

Habremos demorado ahí como media hora hasta que por fin la gente fue empezando a moverse a hacer sus propias cosas. Claro que no toda la gente. Otro grupo de personas más curiosas empezaron a examinar la escalera tratando de encontrarle un desperfecto. Izumi me jaló del brazo, este era el momento de irnos al hospital a ver a Kouichi por que teníamos sitio suficiente para caminar por el pasillo para salir de la bendita estación. Yo empecé a seguirla como siempre, cuidándole las espaldas pero alguien me lo impidió. Una mano me detuvo en pleno camino obligándome a detenerme.

Por el uniforme pude ver que era alguien que trabajaba en la misma estación. Nos llevo a Izumi y a mi a un lado, separándonos del resto de la gente.

“Niños… ustedes estaban con el chico que se cayó de las escaleras verdad?” – afirmamos la acusación a lo que el chico continuó. – “Bueno entonces les pedire que por favor no se muevan de este lugar. Dentro de un rato llegará el encargado de este tipo de asuntos a hacerles una preguntas del accidente. Después que respondan a esas preguntas nosotros mismos los llevaremos al hospital a ver a su amigo. No le pasara nada… parece que es solo un golpe.”

Claro, para el solo era un golpe por que el no lo había recibido, tampoco había sido su amigo el que se había rodado como quince escalones abajo y había caído como una pelota de ping pong. No tuvimos otra opción más que esperar a que viniera ese dichoso inspector. Lo esperamos más del tiempo que el chico nos había dicho y aún así el inspector no llegaba. Cuando nos cansamos de esa tontería le dije a Izumi que nos fuéramos a ver a Kouichi de una vez por todas. Ella al principio no quiso pero después de darse cuenta que nos estaban tonteando accedió rápidamente.

Caminamos unos diez pasos cuando alguien nos volvió a detener. Esta ves era una persona de unos 35 años y tenía un atuendo de la policía.

“Ustedes coinciden con la descripción de unos niños que vieron un accidente. Disculpen mi demora pero es imposible llegar a este lugar con ese desfile allá afuera. Soy el inspector Takashi. Y ustedes quienes son?”

“Mi nombre es Takuya Kanbara y ella es mi amiga Izumi.” – el oficial empezó a apuntar nuestros datos en su libreta de notas a la que se le caían los papeles de lo gorda que estaba.

“Alguno de ustedes me puede contar lo que paso?”

Iba a contarle yo ya que de los dos era el más tranquilo aunque estaba igual de preocupado por Kouichi pero Izumi tomo la palabra. Ella si estaba demasiado nerviosa por lo que había visto. Empezó a contarle todo al oficial pero lo hacía tan rápido que ni yo entendía lo que decía… y eso que yo también había estado ahí presente. Tantas palabras dichas en tan poco tiempo empezaron a marear al oficial.

“Tranquilícense por favor. Una vez más cuéntenme que fue lo que sucedió”.

“Bueno es que nosotros veníamos acompañando a un amigo y parece que este se tropezó, no sabemos exactamente como pero se rodó las escaleras”. – la voz me empezó a temblar como la de Izumi, creo que recién estaban viniéndome los nervios.

“Esta bien. Como se llama el accidentado? Y a donde podemos llamar para contactar con algún familiar? – yo iba a contestar cuando veo a Jumpei. Como podría dejar de verlo con lo enorme que es? Casualmente el estaba por aquí. Pense que preguntaría en general pero más termino siendo una pregunta para Izumi.

“Que paso Izumi? Por que estas llorando?”

Una vez más Izumi volvió a tomar la palabra y esta vez un poco mas serena contó todo lo que había visto. - “Habíamos venido a la estación para acompañar a Kouichi pero él se cayó por las escalera. Se golpeó la cabeza y ahora esta mal en el hospital, se lo acaban de llevar y justo cuando iba a… iba a…” - en todo ese lapso de tiempo había estado tratando de captar la atención de ella. Sin querer había volteado a ver al resto de la gente por que algo había llamado mi atención, una mirada en particular. Ahí detrás de nosotros estaba Kouichi parado. Tenía que ser él, por que no había manera que el hermano hubiera llegado hasta aquí… o si? Izumi imitó mi movimiento y también volteó. Ella fue bastante efusiva a mi parecer para la situación. – “TU!” – y corrió hacia él. Yo también la seguí. Me alegraba ver que Kouichi estuviera bien, pero no se lo habían llevado al hospital?

“Ya estas bien Kouichi? Amigo pensé que te habían llevado al hospital, iba a ser una pena tener que avisarle a tu mamá” – Tenía enfrente a mi amigo pero una vez que las palabras salieron de mi boca sentía algo… el no era Kouichi, me miraba con cara rara, como si nunca me hubiera visto. De pronto todo se me vino a la cabeza y comprendí, a veces suelo ser tan lento.

“Tu también lo confundiste Takuya, la verdad el parecido es asombroso. El no es Kouichi, es Kouji. No sé si les comente de él antes, cuando conocí a Kouichi también lo confundí. Parecen gemelos no?” – tanto Izumi como yo tratamos de callarlo antes que diera esa conclusión sobre todo por que Kouichi quería decirle eso a su hermano. Pero creo que nuestras caras fueron muy obvias por que Kouji al toque las captó. En ese momento nos salvo el policía quien volvió con las preguntas de rutina.

“Se llama Kouichi Kimura. Su mamá en estos momentos debe estar trabajando si es que no esta en su casa ya. Le doy el teléfono” – Izumi más tranquila respondió rápidamente. El policía empezó a tomar nota del número que ella le decía. – “La señora se llama Kimura, Hitomi Kimura”

“Hitomi Kimura!” – Koui tenía los ojos casi desorbitados, la verdad su reacción me asustó, quizás Izumi no debió decir ese nombre. Kouji sacó de su maleta uno foto y nos la puso en las narices. Al principio no identifique la foto de lo cerca que nos la había puesto, pero después supe quien era. – “Es ella? Es Hitomi Kimura? Es mi mamá? RESPONDE!” – comprendía que se sobresaltará pero a este chico le faltaban algunos modales aparte de saber comportarse delante de una chica. Izumi estaba pasmada, ninguno de los dos estabamos acostumbrados a esa clase de reacción. Por otra parte los ojos de Izumi no pudieron mentir y le desviaron la mirada. El chico salió corriendo, ni tiempo nos dio de alcanzarlo, aparte por que Jumpei recién estaba empezando a entender, al parecer había alguien más lento que yo.

Demoramos un rato contándole a Jumpei y de paso al policía que se quedó escuchando la historia. Como todo el mundo creo yo todos pensamos que eso parecía una telenovela. El policía al final se fue a dar el reporte y a llamar a la mamá de Kouichi. Después de eso una carro se encargó de llevarnos hasta el mismo hospital para ver a nuestro amigo.

Cuando llegamos al área de emergencias no nos dejaron pasar. No sabíamos que sucedía pero cada vez que una enfermera ingresaba a esa sala soltaba una exclamación. Decían: es un milagro’ o ‘Dios a bendecido a este niño!’. Tratamos de buscar a Kouji por ahí pero nunca lo vimos. Jumpei le preguntó a las enfermeras si lo habían visto pero todas estaban tan ocupadas que ninguna se tomo la molestia de contestar. Solo nos quedó suponer que Kouji bien se había perdido en la ciudad o se había confundido de hospital. De cualquier manera yo prefería tenerlo un poco lejos por ahora, ese chico se veía a leguas que era demasiado problemático.

Esperamos afuera de la sala de emergencias por lo menos cuarenta minutos que fue el tiempo que se demoró la mamá de Kouichi en llegar. Su cara estaba sumamente pálida. Debía ser horrible para ella esa situación. Nos pregunto lo que había pasado. Yo le conté todo. Obviamente no le dije nada de que íbamos a viajar a Osaka ni nada de Kouji, no sabíamos si Kouichi le había dicho algo, aunque lo más probable era que no. Le dije que entramos a la estación para descansar y que mientras caminabamos por las escaleras él se tropezó.

La señora ejerció más presión sobre las enfermeras para saber como se encontraba Kouichi, al cabo de un rato un médico la fue a buscar para contarle sobre el estado de su hijo. Estuvimos escuchando a su lado para darle un poco de apoyo por si había sucedido algo malo, obviamente cruzábamos los dedos para que no.

“Bueno el paciente Kouichi Kimura tuvo una muerte clínica de un minuto pero en ese momento entro un niño medio loco pero su intervención nos dio suerte por que empezó a golpear a su hijo hasta que de alguna manera milagrosa volvió a la vida. Ahorita el niño ha salido de peligro y esta dormido. Queremos de todas maneras que se quede para examinar como pasa la noche, aunque la verdad dudamos que exista algún tipo de complicación. Pueden pasar a verlo si desean pero como les digo el paciente esta dormido” – Un chico medio loco? Hahaha esa descripción calzaba perfectamente con Kouji, pero donde estaba él ahora? Aproveche que todos querían entrar a ver a Kouichi y le pregunte al doctor.

“Disculpe. Usted mencionó a un chico medio loco, sabe usted donde esta?”

“La verdad no tengo idea. Una vez que el paciente empezó a dar signos de vida no le preste atención al chico, pero me parece que entre varias enfermeras lo sacaron de la sala. Puso buena resistencia”. – el doctor se fue. No lo retuve más tiempo, debía tener cosas que hacer. Fui donde Izumi a contarle que Kouji había estado ahí pero nadie sabía de él ahora. Decidimos preocuparnos por el después por ahora solo nos dedicamos a ver a nuestro amigo.

Eran como las once de la noche y Kouichi seguía durmiendo. Recordé que ni mis papas ni los de Izumi sabían donde estabamos. Nos excusamos y fuimos a buscar el teléfono. Mis papas me perdonaron esta vez por avisar tan tarde, me preguntaron por el estado de Kouichi y me dijeron que regresara al día siguiente no muy tarde. Acepté el trató y colgué. Había sido un día muy emocionante después de todo.

Mientras estuvimos ahí velándolo, cosa que la enfermera decía que no era necesario por que el estaba totalmente fuera de peligro, Izumi le contaba a la oreja todo lo que había pasado a Kouichi. La verdad yo pienso que era innecesario por que estaba dormido, no iba a saber nada cuando despertara y ella tendría que volverle a contar. De que servía contarle todas esas cosas a alguien que esta durmiendo de lo mejor?

Kouichi´s P.O.V

Lentamente abrí mis ojos, sentía que me dolía cada poro del cuerpo. Había alguien que me cogía la mano, lo sentía a mi lado. Moví mis dedos, sin querer lo desperté por que se incorporó. Me miró con esos tremendos ojos azules que solía ver por las mañanas en el espejo. Estaba triste, triste y pálido, mis dedos empezaron captar sus manos frías. Traté de hablarle pero al principio las palabras no pudieron salir de mi boca, la tenía seca, el intentó callarme pero ya había esperado demasiado para hablar con él así que le dije lo primero que se me vino a la boca.

“No quería que la cosa hubiera sido así. Lamentó no haber llegado ayer. Quería decirte lo que ya sabes de otra manera. Izumi ya me contó todo, me dijo que no te pudo parar, ella no es buena mintiendo ni ocultando las cosas”. – me estaba prestando atención, este era el momento de decírselo, sentía que mis ojos se cerraban otra vez, el sueño se apoderaba de mi. – “Tengo que pedirte un favor. Que mamá no te vea, si? Aún no le he dicho nada y no quiero que la coja de sorpresa.”

“Esta bien. Yo me iré para que mamá no me vea pero… como sabías? – sabía que me preguntaría algo así. Me hubiera encantado responderle pero mi cuerpo estaba contra mi en ese momento. Tuve la oportunidad de gozar esa cara de curiosidad hasta el último momento.

“No te puedo contar todo ahorita pero básicamente la abuela me lo contó todo. Te fui buscando por dos años hasta que di contigo.” – me moría de sueño, que horror, no me podía controlar, felizmente pude acabar con la idea rápido.

“Pero…” – me olvide de lo preguntón que era Kouji, lamentablemente ahora era muy difícil para mi juntar dos palabras del sueño.

“No te…puedo decir mas… por ahora… lo siento. Si quieres saberlo con urgencia pregúntale a… I.z.u.m.i” – mis ojos se cerraron por completo, me estaba quedando dormido… que relajado era esto… solo esperaba que Izumi le tuviera paciencia…

Izumi´s P.O.V

Ya había pasado todo, era un alivio no pensar más en cosas feas. Los accidentes suelen pasar pero no caes de cuenta cuan feos son si es que no te pasan a ti. Habíamos pasado toda la noche pendientes de Kouichi, que felizmente no presento ningún tipo de complicaciones, ahora solo esperábamos a que se levantara para poder hablar con él. Lo bueno de no tener preocupaciones era el poder disfrutar más a gusto el desayuno.

Baje con Takuya a la cafetería a buscar comida decente, Jumpei se había ido más temprano a su casa pero prometió regresar más tarde. La comida se veía deliciosa, no sabía por que decidirme si por una tortilla o un bollo relleno cuando una mata de pelos bloqueó nuestro camino…

“Kouichi me dijo que me contaras lo que sabes. Dime por favor!” – era Kouji, salió de la nada y me asusto, la verdad que casi me desmayó de la impresión. Era la primera vez que me percataba completamente se su cara. Ayer lo había visto con un gorro igual que su hermano pero le tapaba la parte más importante de su cara, sus ojos. Lo que si no se igualaba con Kouichi era que por algun motivo extraño Kouji tenía algo como un moretón que se estaba empezando a desaparecer… le iba a preguntar como se lo había hecho pero algo me detuvo, sus ojos eran tan bonitos como los de su hermano, cuando los miraba me derretía y aunque era difícil reconocerlo todavía existían unos ojos más bonitos que esos pero se negaban a darme la razón.

“Por lo menos pediste por favor” – Esos ojos que eran tan brutales a veces para dar comentarios como los de este tipo. – “Nos dejaste preocupados ayer por que no te encontramos.” – pero que siempre decían la verdad por todos, Takuya era un buen chico, algo duro a veces pero era muy lindo.

“Ya Takuya, comprende que estaba angustiado, esas cosas se perdonan por las circunstancias.” – Lo miré igual como miraba a su hermano, si Kouichi había dado el permiso supongo estaría bien… no? – “Vamos a la mesa que tengo hambre, ahí te digo todo lo que quieras saber” – Nos sentamos en la mesa, mientras esperábamos a que llegara el desayuno le iba contando todo lo que sabía. Habían cosas que también Kouichi nos había comentado pero no juzgue necesario decírselas por que eran cosas más personales que solo se supone se sabían entre los dos. Durante todo el relato me prestó toda la atención, se veía que estaba desesperado por respuestas.

Al final de su desayuno nos agradeció el relatos y se fue. – “No vas a desayunar? El desayuno es la mejor parte del día! Si no desayunas te puedes enfermar” – era lo que yo siempre decía, aparte por la hora en la que tenía que vernos ayer lo más probable era que no hubiese cenado. La verdad yo no cené pero durante la madrugada me compré algunas golosinas para seguir viva sino se me iba a bajar la presión.

“NO, gracias. Tengo mucho que hacer antes de pensar en comer”. – que cosas tan importantes podía pensar un chico de nuestra edad? Es que nadie comprende la importancia del desayuno!

“Deberías pensar en comer. Estas más flaco que Kouichi y eso es decir bastante. A parte te ves muy pálido, hace cuanto no comes?” –Takuya si bien podía estar completamente en contra mía la mayoría de las veces sabía que con la comida no se jugaba, entre sus actividades más importantes del día, la que le tomaba más tiempo era la hora de sus comidas. Tenía que estar bien alimentado para hacer todos los deportes que practicaba.

“No, en serio, no estoy acostumbrado a tomar seguido desayuno. Aprendí a vivir sin el. Además…”

“Te esperan en casa seguro” – upps! Se me salió ese comentario. Esperó le hubiera pedido permiso a su papá antes de salir de casa… o hizo como Kouichi y no le dijo sus verdaderas intenciones a su papá? La verdad no me sorprendería lo último, hermanos tenían que ser!

“Me van a matar! Ya me voy! Nos vemos!” – Si, adivine. Hombres, todos son iguales, despreocupados y olvidadizos. Kouji salió corriendo, la verdad ya nos estabamos acostumbrando a verlo correr y desaparecer sin dejar rastro alguno. Ojalá tome desayuno en casa…

Pasaron como cinco horas más o menos desde que Kouji nos dejó sentados en la mesa de la cafetería. Ahora estabamos en el cuarto de Kouichi. Hitomi, su mamá había llegado poco después que Kouji se fue. Ella también había pasado la noche con nosotros pero ella había tenido que ir en la mañana temprano para arreglar unos asuntos en la oficina donde trabajaba. Si bien su preocupación no era como la que tenía ayer estaba ansiosa por que su hijo se levantara. Habremos esperado como una hora hasta que Kouichi por fin se levantó.

Kouichi´s P.O.V

“Hijo, como estas? Como te sientes?” – la voz que escuche definitivamente era la de mi madre. No era la primera, la primera había sido la de Kouji pero no sabía con exactitud hacía cuanto tiempo había pasado.

“Mejor, aunque me duele un poco cuando me muevo” – me recosté sobre el almohadón y me quedé sobre sentado. Me remangué las mangas del pillama, tenía unos moretones horribles en los brazos y las piernas. – “Cuantas escaleras me he rodado? Cualquiera diría que me las rodé todas!” – traté de hacer algún tipo de comentario gracioso para aligerar el ambiente. Al parecer Takuya captó mi idea y se comenzó a reir.

“Aparentemente todas amigo!” – ahora que me fijaba mejor no solo Takuya y mi mamá estaban ahí. Izumi y hasta Jumpei también estaban en mi cuarto. El único que faltaba era Kouji pero para que Kouji hiciera su aparición tenía que hablar con mamá…

“Mamá… hay algo que tengo que contarte… no te enojes por favor.” – mi mamá me dio permiso con la mirada para que prosiguiera con mi confesión. – “Mamá, yo no fui a la estación para ver el desfile. En verdad iba a dar un pequeño viaje para conocer a alguien. Me iba a ir a Osaka…”

“Osaka? Pero eso esta un poquito lejos de aquí! A quien ibas a ir a ver?” – mamá lo estaba tomando bastante mejor de lo que me había imaginado… al menos por el momento.

“Bueno, aquí viene la parte por la que te vas a enojar. Iba a ir a ver a papá. Espera, déjame terminar” – ya veía la boca de mi mamá apunto de argumentar algo. – “Lo sé todo. La abuela me lo contó antes de… tu sabes, ella me dijo acerca de Kouji. Ya había ido a verlo antes solo que esta vez iba a hablar con él”

“Por que no dijiste nada? Me lo hubieras dicho, para…”

“Me hubieras dejado ir? A demás le prometí a la abuela que no te diría nada hasta después. Tenía que contarte esto ahora psra que no te impresiones después”

“Impresionar? Ya estoy impresionada por todo lo que me estas diciendo, por que otra cosa más me podría impresionar?”

“Por el hecho que si no te decía nada te impresionarías al ver a Kouji aquí.” – Mi mamá se quedó un poco pasmada.

“Tu hermano aquí? No creo que tu papá lo deje ir muy lejos, conociéndolo le debe reprimir los pasos…” – era como si nos hubiéramos sincronizado. De pronto Kouji cayó de rodillas en el piso de mi cuarto con un ramo de flores. Se levantó muy rápido, su cara estaba toda roja y el moretón de la cara que me pareció estaba casi extinto ahora tenía más color.

Izumi se dio cuenta de la situación y agarró a los dos chicos y se los llevó afuera. Kouji se acercó a mamá, tenía miedo de ella aparentemente, por otra parte ella se había quedado sin habla. Traté de captar la atención de Kouji y le hacía señas para que me acercara más. El pobre estaba rojo pero al final parece que venció su timidez por que lo primero que hizo fue abrazarla. Mi mamá es muy emotiva para estas cosas, ella se puso a llorar y yo solo pude observar, el dolor no me permitía moverme demasiado. Mamá alejó un poco a Kouji de ella para verlo mejor, hacía tiempo no se veían.

“Estás muy flaco Kouji. Tienes que comer hijo! Te extrañe un montón, siempre quise ir a verte pero la mayoría de las veces no sabía donde estabas”. – A mamá le preocupaba mucho mi salud y como no hbaía visto ni sabido de Kouji por un buen tiempo era natural que se impresionar por su contextura. – “Que gusto que hayas venido Musashi. Kouichi estaba preguntando por ti también. Tu debes ser…” – papá también vino? No me había dado cuenta. La esposa de papá se acercó a saludar a mamá.

“Ella es Tomoko, es mi otra mamá!” – se veía que Tomoko era una buena persona, en especial para que le cayera tan bien a Kouji. Por otra parte noté que Tomoko se había impresionado por las palabras de Kouji. Mientras se daba todo esto Kouji se acercó a mi.

“Como estas… niisan?” – niisan? Que bien se sentían esas palabras. – “Te puedo decir niisan.. no?”

“Me siento mejor… otouto. Solo me quedan unos cuantos moretones de la caída, pero me siento mejor.” – Ahora era él el sorprendido. Le mostré mis moretones de la caída pero eso no fue lo que me sorprendió. Al parecer mi abuela tenía una vez más razón, los dos éramos uno por que el también me mostró los mismos moretones en los mismos lugares donde yo me los había hecho. – “Veo que compartimos más que el dolor… tal y como me lo dijo la abuela. Apuesto a que antes has sentido cosas parecidas pero no tenían motivo aparente de ser.” – se puso a pensar sobre lo que le acababa de decir, al parecer le habían pasado estas cosas varias veces.

Todos los adultos salieron de la habitación y solo nos dejaron a los dos supongo para hablar más tendido. Le empecé a contar a Kouji todo lo que debí contarle apenas lo vi. Le conté de la abuela que era la persona más impresionante que hubiera existido, le conté lo que le gustaba a mamá y como había sido mi vida con ella. Conforme avanzaba en mi relato podía sentir lo mucho que él nos había extrañado. El conté nuestro problema para ir a la boda y muchas cosas que había podido empatar con él gracias a Jumpei.

Después de eso Kouji se echó a mi lado. Nos pusimos como unos niños pequeños a buscar diferencias entre nosotros, obviamente la más saltante era el cabello largo de Kouji, en el resto del cuerpo habían algunos lunares que podrían delatarnos. Por otra parte yo era unos centímetros más alto que él pero el era más flaco que yo.

“Ese moretón es del otro día no?”

“Más o menos. Ese moretón se me estaba desapareciendo pero no le avise a papá que llegaría al día siguiente. Me lo merecía.” – estiré mi brazo y lo acaricié. La mejilla la tenía caliente, el golpé había sido fuerte como el del otro día.

“No fue mi intención causarte ese moretón. Lo siento.” – por mi culpa no había llegado a casa y papá lo había vuelto a castigar.

“No te preocupes, me lo merecía, en serio. Por ser terco, malo, y temperamental” – no pasó mucho rato cuando entraron los chicos. Nos pusimos a hablar entre todos. Jumpei le contó a Kouji como gracias a su intervención yo había podido dar con él. Aunque según sé por Takuya había sido Izumi la que tuvo que explicarle todo ayer.

Esa tarde Kouji pudo conocer a mis amigos, estaba completamente seguro que no faltaba mucho para ser un gran grupo de amigos, eso le iba a hacer mucho bien a Kouji que estaba considerado como un solitario en el colegio.

Poco después entró el doctor esta vez para darme por fin de alta, esto significaba que podía regresar a casa hoy mismo, claro que solo faltaban firmar unos cuantos papeles. Papá entro a vernos. El se quedó en el cuarto para hablar conmigo mientras que mamá se llevó a Kouji, Tomoko se llevo a los demás a comer un helado para que nos dejaran en paz un rato.

No sabía que decirle exactamente a papá. Estaba nervioso, hacía tiempo no hablaba con él, desde Kyoto. Por increíble que pareciera esta vez fue papá el que tomó la iniciativa y empezó a hablar. – “Has hecho un buen trabajo de investigación encontrándonos a tu hermano y a mí. Te felicito. Has pensado en ser periodista?” – era gracioso, de chiquito siempre había querido ser reportero y cubrir noticias, no había tomado lo que había hecho como un trabajo. – “Quiero darte las gracias por tu consejo, te acuerdas? El que me diste aquella vez en Kyoto. Eso de asentarme a un solo lugar, lo hice hasta que pude, logré que Kouji tuviera algún tipo de vínculo con el norte”.

No había recordado ese consejo aunque después de un rato me acordé de mis palabras. – “Eso lo dije sin saber de Kouji papá. No sabía que tenía hermano, aunque siempre quise uno”

“Bueno te diré que tu hermano no es algo fácil, a veces se complica mucho, supongo que será por la vida que le he dado moviéndolo de un lado para otro. En fin ya lo hice y no hay vuelta a tras.”

“Si lo hay! Tenemos que aprender de nuestros errores y tenemos que superarlos tratando de hacer las cosas mejor. Cuando sabes donde te equivocas sabes donde tienes que mejorar!”

“Tienes razón hijo. Kouichi… estabamos hablando con tu mamá y estabamos llegando a un acuerdo. Las cosas seguirán como siempre. Tu vivirás con ella y yo con Kouji. El cambio será con que pasaran un fin de semana con su mamá y al siguiente fin de semana me tocará disfrutarlos a mi. Hay otra cosa más pero esa te la va a decir tu mamá.”

“Umm… bueno… el plan es bueno pero hay algo que no me gusta. El fin de semana en el que me toqué ir a tu casa mamá se quedará sola en la mía. No me gusta dejarla sola. Esta bien para mi una noche pero un fin de semana es muy largo para ella.”

“Si, tienes razón no es justo para ella. Pero no habrá necesidad de que se sienta tan sola.” – umm si su olfato no le fallaba ahí había algo más. – “Este plan entrará en vigencia dentro de un tiempo, tu mamá ya te dirá. Por ahora pueden visitarse una vez por semana ya que Kouji esta castigado”.

“Castigado? No creo que el castigo sea el único motivo por el cual no pasaremos juntos el primer fin de semana o si?”

“Esta castigado por su falta de educación para con la directora de su colegio.” – no, lo sabía había algo más detrás de esa decisión.

“No te creo. Me dejas adivinar?” – el aceptó el desafió. Me concentré en lo que me había dicho. Para que mi mamá no se sienta sola a la hora que me vaya a dormir a su casa significaba o bien dos cosas. O ella venía conmigo a pasar el fin de semana a su casa o que ellos vivieran más cerca! – “Creo que pesqué tu plan. Aún así no me decido por una respuesta. Pero la que me parece más razonable es… que ustedes se mudaran más cerca! Adivine?” – Al parecer si lo había hecho por que casi se le cae el mondadientes de la boca. Trató de disimular su comportamiento pero se vio acorralado.

“Como te dije serías un buen periodista, siempre sacarías la verdad. Me has pillado esta vez pero… aquí entre nos… no le digas nada a tu mamá, ella quería decírtelo personalmente, tampoco se lo digas a Kouji, para él seguirá siendo sorpresa. Es un secreto?”

“Es un secreto!” – No paso nada de tiempo hasta que las enfermera vinieron a ayudarme a vestirme. Una de ellas se llevó a papá. Cuando estue listo baje a buscarlo a recepción, el estaba pagando todo. Me senté en la banca a esperar a que vinieran los chicos que me sorprendieron de la cafetería. A Takuya se le había caído el helado y Jumpei seguía comiendo el suyo. Kouji llegó ahí nomás, tenía ganas de decirle que estaríamos más cerca que nunca pero le había prometido a papá que no diría nada.

Kouji se me acerco para asegurarme que vendría a verme este primer fin de semana. Le di la dirección de la casa para que pudiera llegar, no creo que el supiera donde quedaba mi casa. La vida, nuestra vida se estaba juntando, hoy era sábado, faltaba toda una semana para el fin del colegio y un fin de semana divertido.

Capítulo 6: El final no siempre es el destino.

“Por ahora ya no le veo sentido pensar en lo que fui o deje de hacer, solo me importa lo que soy ahora”

Me dolían un poco menos los golpes de la caída pero en definitiva me sentía mucho mejor. Había influido bastante en mi recuperación el hecho en que ya podía ver a mi hermano sin preocupación alguna. La mayoría de las cosas ese día se resolvieron gracias a la abuela… es la única explicación lógica que le doy. Después de tiempo pude hablar con papá y me sentí muy bien con eso por que en a conversación no se notó mucho el hecho que hacía ya un buen tiempo no nos veíamos las caras. Papá se portó muy bien conmigo y con mamá, incluso la esposa de papá era muy buena persona. Según lo que me contó Izumi tanto takuya como Jumpei le sacaron provecho a la situación y se atragantaron con helados. Por otra parte Kouji se veía muy feliz, cuando lo conocí era difícil pensar en que sonreiría otra vez, era demasiado serio para la edad que teníamos aunque cada uno madura de acuerdo a sus propias circunstancias, yo tuve la suerte de hacerlo poco a poco a pesar de mis responsabilidades.

El camino del hospital hasta la casa no fue muy largo por que íbamos en taxi. Mamá insistió en dejar a cada uno en su casa para asegurarse que no les pasara nada y que llegaran sanos y salvos. En cada sitio que nos deteníamos los papas bajaban para ver como seguía yo ya que se habían quedado preocupados por lo que cada uno de sus hijos les habían contado. Afortunadamente solo fue un susto y punto, un golpe, un golpazo. Pero todo estaba bien en el mundo… al menos en el nuetro.

Ya en casa mamá me ordenó recostarme en cama para descansar un poco más. Me trajo una sopa caliente y se sentó a mi lado. Parecía que se estaba guardando algo que le estaba dando vueltas en la cabeza pero aún así se decidió y habló después de un rato.

“Cuéntame bien todo. Dime todo lo que te dijo tu abuela. Lo que pensaste en ese momento. Como te sentiste. Para mi fue difícil vivir con eso todo el tiempo, como pudiste tú?” – eran varias cosas, algunas ya casi ni me acordaba como habían sido todo.

“Mamá… ahora mismo no me acuerdo muy bien de todo. Toda mi vida creí lo que me decían pero sentía que me faltaba algo, a veces sentía que ustedes dos me ocultaban algo importante. Nunca les pregunte, al menos a ti por que pensé que te pondrías triste por algunas cosas. A la abuela le podía preguntar más de esas cosas, ella se moría por decírmelas.”

“Si lo sé. Ella constantemente me decía que lo mejor era contarte todo. Por un tiempo la convencí que estabas muy pequeño pero cuando cumpliste los ocho años se comenzó a poner más insistente. A partir de entonces tenía miedo que ella te lo fuera a decir en cualquier momento. Pero ella mantuvo su promesa pero no pudo con ella a último minuto y te lo contó.”

“Si ella no me lo hubiese dicho tu le lo ibas a decir?”

“La verdad yo estaba esperando un momento adecuado para contarte todo esto. Por ahora no te lo hubiera dicho… me esperaría unos años más por que no estaba segura de cual sería tu reacción. Tenía miedo que me odiaras por no habértelo dicho antes”.

“Bueno. Lo mejor hubiera sido antes. Cuando me lo contó la abuela no te odie, si estuve triste por que no confiaron en mi, siempre quise un hermano menor… te acuerdas?” – ella se acordaba muy bien, siempre la había fastidiado con eso de un hermano menor. – “Cuando la abuela me dijo de Kouji al principio pense que teníamos una diferencia de un año o algo parecido. Pero después me dijo que era mi gemelo. Yo no me acordaba de él. Kouji tampoco sabía nada de mi. Fue difícil dar con el y papá”

“Si… tienes razón. A veces se me hacía difícil ubicar a tu papá, como siempre estaba viajando no aparecía en las guías de teléfono. Me hubiera gustado también ir a ver a Kouji más seguido”.

“Seguro que él también. El tuvo varios problemas sabías? Papá te los llego a contar alguna vez?” – movió la cabeza, no sabía si decirle esto así que le cambie el tema. – “Si pues… con las mudanzas, nunca hizo muchos amigos por que siempre viajaba de un lado para otro siguiendo a papá. El me lo dijo”. – Le empecé a contar pequeñas cosas a mi mamá, pequeñas cosas que Kouji me había contado. Seguro el también le contaría sus cosas a ella.

El lunes regresé al colegio. Las cosas seguían casi como si nada. Algunos sabían de mi accidente por que lo habían visto en lso periódicos pero no todos lo leían. Por mi parte la semana paso lentamente Izumi y Takuya se preguntaban como podía estar tan tranquilo en clase. Era muy sencillo… aún me dolía el cuerpo, moverme mucho no era la mejor opción.

A mitad de semana recibimos una sorpresa. Jumpei se había mudado a nuestra escuela. Según él por que ahora la mayoría de sus amigos estaban aquí. A parte el al igual que Takuya e Izumi me guardaban el secreto de mi papá. Todos quería estar presentes para ver la cara de Kouji pero para eso todavía faltaba un par de semanas. Jumpei iba un año delante de nosotros, compartíamos el refrigerio juntos y los recreos. Era una gran ayuda también para algunas tareas especialmente por que el ya las había pasado.

Conforme se acercaba el fin de semana me ponía mas ansioso para ver a Kouji. El me llamaría el viernes para quedar conmigo como íbamos a reunirnos. La llamada la recibí el jueves, el vendría a mi casa y la siguiente semana yo iría para allá. Le recordé las instrucciones y le dije que lo esperaría el sábado entonces. Ya faltaba poco pero como decía la abuela… los días se pasan volando cuando uno menos piensa en ellos, así que traté de concentrarme en otras cosas como en correr ya que las maratón se acercaba y yo correría en ella.

Por fin llego el viernes, esa noche dormí intranquilo. Algo pasaba o iba a pasar. Pense al instante en Kouji… si estuviera mal me llamaría no? Yo quería llamarlo pero no me anime por que el reloj decía que era muy tarde para efectuar llamadas en especial por que la hora era ya de madrugada y todos estarían durmiendo. Preferí esperar a primera hora de la mañana así que volví a cerrar mis ojos y me quedé profundamente dormido…

Cuando abrí mis ojos ya entraba el sol por mi ventana. Recordé que había pensado en llamar a Kouji temprano. Fui corriendo al teléfono y marqué su número… por que demoraban en contestar?

-“Alo?” – era la voz de Tomoko… salvo que se hubiera equivocado de número. – “Alo? Residencia Minamino”

-“Hola. Soy Kouichi. Quería saber si Kouji ya había salido.”

-“Salió hace diez minutos mas o menos Kouichi. Estará en tu casa en una hora y media más o menos”

“Ah… ya veo. Me podría decir si estaba bien? Estoy algo preocupado”

-“Bueno… creo que estaba bien. La verdad no me fiej mucho en eso por que casi ni lo veo, estaba muy apurado por ir a verte”

“Ya veo… bueno lo esperaré. Gracias por tu ayuda”

-“De nada. Si pasa algo no dudes en avisarnos por favor”

“Asi lo haré.” - colgué el teléfono. Seguía pensando en Kouji… sería mejor si saliera a buscarlo, pero no ganaba nada si salía ahora por que ahorita estaba en el tren, mejor sería esperarlo en la estación, ahí lo recogería y me aseguraría bien.

Tenía como una hora para alistarme y salir a buscar a Kouji. Mamá también se estaba alistando para salir. Creo que iba a estar con papá y Tomoko buscando una casa por aquí. Esa también era la razón por la que no traían ellos a Kouji por que lo de la casa era una sorpresa para él. Le dije a mamá que iría a buscar a Kouji a la estación así que me dio algo de plata para el carro. Salí de casa y cuando llegue a la estación me di cuenta de lo inútil de mi plan.

Habían como tres trenes que habían llegado así que había un montón de gente que caminada de un lado a otro comprendo tickets, buscando a sus familiares, comiendo, saliendo, entrando. En todo ese barullo me iba a ser un poco difícil dar con mi hermano, aún así traté de encontrarlo. Pregunte por el tren de Osaka y me dijeron que había llegado hacían solo diez minutos… podría encontrar a Kouji aún? De repente ya había salido a la calle y en estos momentos estaría buscando la casa. Traté de pensar y concentrarme. Kouji no era un chico muy paciencioso que digamos así que lo más probable era que había salido corriendo del tren a buscarme.

Trate de salir de la estación sin perder mucho tiempo. Iba mirando por las calles la delgada figura de mi hermano. Pero no lo veía, me empezó a doler la cabeza, algo andaba mal. Miré a la calle del frente había un bulto sentado junto a un poste… era Kouji. Me acerqué a él, estaba con la cabeza entre las piernas. Llame su atención y tardó un poco en centrar sus ojos en mi.

-“Si te sentías mal debiste llamar sabes? Estaba preocupado por ti. Pense que te había pasado algo”. – Tenía la mirada perdida pero aun así sus ojos echaban chispitas. Lo ayude a ponerse de pie, algo me decía que debía ver su temperatura así que le puse la mano en la frente. – “Eres un tonto al salir de casa con fiebre, nunca más vuelvas a hacer eso!” – sabía que no estaba bien, como se le ocurrió salir en ese estado de su casa? No podía ocultarle mi enojo, tampoco me quería enojar con él pero… de alguna manera tenía que entender que no era bueno preocupar a la gente.

-“Lo siento, pero recién me empecé a sentir mal en el tren” – eso era una mentira y yo lo sabía. Por que tenía que mentirme? – “No te enojes… niichan”

-“Bueno… no te preocupes. Ahora vamos a casa para que te abrigues por que esta corriendo bastante viento ahora. Takuya, Jumpei e Izumi llegaran pronto. Mamá salió temprano pero volverá en la tarde. También sería bueno que llegando llames a papá y le cuentes todo” – niichan? Me quería endulzar y lo estaba logrando.

–“Pero después el querrá recogerme ahora.”

-“No lo creo. El de todas formas iba a venir más tarde por ti, salvo que… tienes razón sabes? Pero tenemos que decirles, al menos a mamá” – Papá vendría volando a llevárselo a su casa después trataría de hacerle entender, sabe dios bajo que método, la importancia e avisar su enfermedad.

-“Han hecho pie? Huele muy bien”

-“No. Mamá solo preparó sopa y arroz con carne.” – Aunque ahora que lo decía el… si olía a dulce la casa, a veces de la nada la casa olía como si la abuela estuviera cocinando algo en la cocina. Kouji por otra parte estaba tratando de captar todo el olor en sus fosas nasales - “Ya sé. Debe ser la abuela. Parece que ha venido a verte. Ella siempre preparaba postres, ese es su olor”

Recosté a Kouji en el sillón y fui a buscarle algo para el resfriado, mamá siempre me daba una pastilla y te caliente, también me daba sopa y ese tipo de cosas. Opté primero por el té y la pastilla.Después hice lo primero que se me ocurrió… llamar a mamá. No espere a que ella me preguntara nada, de frente le dije el problema.

-“Mamá, acabo de encontrar a Kouji en la avenida pero esta con fiebre. Aún no lo he medido pero creo que es alta la temperatura.” – No tenía idea como resolver esto, en mi vida había sido responsable por alguien más, un hermano menor si era una gran responsabilidad. – “Esta echado en el sofá por ahora. Si le acabó de dar una pastilla… ok yo se lo daré. Demorarás mucho? ……… Ok… entonces te esperaremos. Chau” – colgué y fui a hacer lo que mamá me había dicho pero primero me fui a poner más cómodo, si tenía que hacer las cosas entonces era mejor relajarme.

“Mamá dice que no demorará mucho. Dice que llames a papá de todas formas por que tiene derecho a saber esto. Y me pidió que verificara algo…” – sabía que tenía fiebre pero no sabía la temperatura exacta. Le puse el termómetro y le tome el tiempo. Tenía razón era una fiebre alta. – “uhmm… Estas seguro que me has dicho la verdad?”

-“Verdad?”

-“Mira. Ahorita tienes 39.6 grados, eso es bastante fiebre. Si bien la fiebre puede subir rápido no te puede dar si antes no te has sentido mal. Lo que significa que…” – te atrape una mentira! vamos Kouji… dime la verdad… dime que es cierto…

-“Esta bien. Si me sentí mal en la mañana pero quería venir. Es el primer fin de semana y no podía fallar… pero ya lo hice.” – En verdad quería venir a casa, en verdad quería vernos, también habría pasado la semana distraído como yo? Con su cara de resignación por que sabía que había hecho mal se paro y agarró el teléfono… – “Alo… papá?”

Parecía como si se estuviera confesando en una iglesia, como si hubiera cometido una falta sumamente grave. Si bien no había matado a nadie su crimen no era tan grave como para poner esa cara.

-“Bueno… de eso quería hablarte. En la mañana me sentí mal y no te dije nada por que quería venir a ver a mi hermano y si te decía algo no me ibas a dejar salir así que no te dije nada y me vine aca.” – lo sabía, sabía que se había sentido mal, esto de ser hermano mayor me estaba resultando muy bien.

-“Papá… estoy con fiebre y no te dije nada… Estas enojado?” – supongo que a papá le hubiera gustado ver la cara de arrepentimiento de Kouji, parecía uno de esos perritos triste cuando hacen algo malo.

“Esta bien. Pero podrías tratar de demorarte un poco… me gustaría quedarme de todas maneras un rato más por aquí.” – vamos papá… demorate un poquito… aunque sea para pasar algo de tiempo juntos…– “Ya le dije, va a venir a recogerme dentro de un rato, dice que esta por la zona.” – SI!

-“Uhmm.. de repente mamá puede dilatar eso. Todo depende de lo que demore papá en llegar. Ahora trata de descansar” – traté de darle más ánimos con eso. Mamá estaba con ellos y ella podría convenserlos de pasar un rato en casa.

-“Pero yo no quiero descansar! Quiero ver la casa. Muéstrame tu cuarto! Quiero ver donde duermes” – Kouji a pesar que estaba enfermo se comportaba como todo un niño caprichoso. Era natural su curiosidad pero me daba miedo que le subiera más la fiebre, sería lo mejor darle un recorrido rápido por la casa para que descansara.

-“Esta bien. Pero abrígate, no quiero que te enfríes por mi culpa.”

Le mostré todas las habitaciones pero él le prestó más atención al cuarto de mamá y de la abuela. Reviso cada ricón de esos dos cuartos como si buscara algo.

Los chicos llegaron un rato después y nos sentamos todos en la sala. Izumi había traído una cámara fotográfica y nos tomamos algunas fotos. Jumpei trajo una caja enorme repleta de chocolates y Takuya trajo una torta que su mamá había hecho. Su mamá era la segunda persona que conocía que hacía unos postres maravillosos. Los comentarios de todos hacían reír como nunca a Kouji, sabía que si juntaba a Takuya con Jumpei harían una excelente dupla de chistes aunque de por si ellos ya eran bastante cómicos.

Mamá llegó para la hora del almuerzo, llego junto con papá y Tomoko. Los tres rodearon a Kouji, como algun tipo de tribunal. Mamá le volvió a tomar la temperatura, la fiebre había cedido un poco ahora estaba en 38.8 Takuya se moría de risa por todo ese espectáculo, nunca hubiera pensado que mi hermano era tan ñoño. Papá después de eso se llevo a Kouji a un lado para hablar. Traté de escuchar algo pero no tuve suerte.

Si bien la cara de papá no se veía como de enojo si tenía marcada cierta decepción. Supuse que era por el hecho que Kouji no le había avisado nada y recién se venía a enterar a último momento. Sus caras cambiaron después de un rato hasta que todos nos enteramos que Kouji seguía con el cabello mojado. En verdad mi hermano era para matarlo!

Al minuto siguiente Kouji estaba sentado en la sala con Izumi cepillándome el cabello y Tomoko secándolo con la secadora. – “A propósito… Que hacían todos ustedes por aquí?” – aja… se dio cuenta! No estaba tan despistado entonces. Yo también me hubiera olido esto en su lugar. Pero todos lo ignoraron como si no hubieran escuchado su pregunta. El también se olvido de volver a preguntar por que no siguió con el tema.

El día acabó y ellos volvieron a su casa en Osaka. Yo me quedé en casa limpiando todo y comentandole a mamá como había encontrado a mi hermano. Todo el día domingo estuve haciendo mis tareas y como se me empezaba a hacer costumbre terminando la semana me empezaba a distraer, hasta que en clase escuche las palabras mágicas que hicieron que mis pies se quedaran pegados al piso. Ese viernes volví a hablar con Kouji.

-“Bueno Kouji. Para eso te llamaba, mañana no podré ir a tu casa.” – note cierta decepción en su manera de hablar. Pero había una solución para este problema, ya la había pensado.

-“Pero… por que? Tienes algo que hacer?”

-“A decir verdad… si. Pero si quieres puedes venir a verme. El sábado hay una maratón en mi colegio. En verdad son varios juegos y los chicos y yo vamos a participar. Ven, así conoces mi colegio”

-“Ya! Esta bien. Pásame la dirección para poder llegar.” – le di la dirección, no quedaba muy lejos de mi casa así que no le sería difícil llegar. Quedó en ir temprano, llegaría antes de las nueve de la mañana y me buscaría en el colegio.

El sábado me levante temprano para llegar al colegio. Me despedí de mamá y le dije que regresaría en la tarde con Kouji que se venía a quedar a dormir. A pesar que llegue temprano el colegio ya estaba lleno de chicos todos practicando y calentando para las pruebas de más adelante.

No paso nada del otro mundo, lo que me preocupaba era si Kouji llegaría a la hora. De rato en rato mis ojos se ponían a buscarlo pero no lo encontraban. Estaba perdiendo las esperanzas de que viniera para verme correr hasta que lo vi venir. Se había encontrado con Jumpei quien era el que lo traía hasta mí. La gente lo abordaba preguntándole un montón de cosas, nadie jamás se imagino que tendría una hermano gemelo.

Al final el salón lo aceptó, cuando se mudará aquí le sería más fácil acoplarse a ellos. Los chicos se lo llevaron y le señalaron la mejor banca para ver los juegos. Mientras competíamos le echábamos un ojos a ver si no le faltaba nada, le teníamos cariño por que no conocía el lugar. Kouji desde la banca nos daba mucho ánimo, en especial a mí. Se puso triste cuando Izumi perdió en postas y gritó como loco cuando le toco el turno a Takuya, pero más gritaba por mí.

Los problemas para mi vinieron en la carrera de obstáculos cuando al final uno de los competidores del otro equipo me cerro el paso, traté de frenar y lo hice pero aún así mis pies tropezaron a último momento y tuve una fuerte caída sobre mi pie. Me causaba dolor tratar de moverlo. El otro equipo gano esa competencia, mi equipo se estaba empezando a desmoralizar y a buscar un reemplazo para mí.

-“Con el pie así no podrás correr la última carrera Kouichi” – tenía razón Takuya, con ese pie ni siquiera lograría estar parado ni diez segundos. – “Tendremos que buscarte un reemplazo” – me dolía aceptarlo pero a veces Takuya tenía toooda la razón.

-“QUIEN CREE PODER REEMPLPAZAR A KOUICHI PARA LA ULTIMA PRUEBA!” – Me sorprendí al escuchar gritar a Izumi de esa manera, no pensé que tuviera tal potencia. Todos trataban de buscarme un reemplazo pero nadie nominaba a alguien.

-“tengo una idea… ouch!” – Se me acababa de prender el foco. Si yo no podía correr entonces quizás… – “Que me reemplace Kouji. El corre rápido, Takuya tu lo has visto, los dejara atrás a todos. A parte es igual a mi, puede pasar como yo!” – La ventaja era que era igual a mi. Solo podían competir los alumnos y no otras personas… a demás el sería alumno la próxima semana… solo tenían que esperarse un par de días.

-“No es mala idea sabes? Tiene razón chicos, yo lo he visto correr y en verdad es un rayo. Que dices Kouji… lo harás verdad?”

-“Bueno… creo que al menos puedo intentarlo. Nunca he corrido en competencia” – bueno… tenían que arrisegar algo. Si bien no era importante ganar tampoco se dejarían tan fácil o si? En el poco tiempo que quedaba le iba contando a Kouji los trucos que tenía que hacer, la manera como calentar antes de la corrida. Aún así los chicos querían ver un poco más de Kouji así que corrió para medir su tiempo, tenían razón, era más rápido que yo.

A la hora de la prueba Kouji se puso mi gorro para esconder todo su cabello. Estaba nervioso. Todos los chicos le dieron ánimos hasta que nos dejo por que lo llamaron a la pista. Takuya también participaba así que se situó a su lado para ver que no le faltara nada.

-“A la una… a las dos… a las tres!” Sono el silbato y todos partieron. El inicio estuvo bastante bueno por que No perdió el equilibrio como lo había hecho en las prácticas pero la ventaja que habñia tomado no era mucha y cualquiera podría pasarlo. El primero en completar la vuelta fue Kouji quien seguí corriendo pero un poco más despacio, se veía cansado, le seguí otro chico pero de un año contrario luego Takuya quien casi se resbala en la curva. A medida que llegaba a la meta Kouji empezaba a poner más velocidad, al final termino ganando la competencia Kouji. Todos estabamos felices por él, el se veía incrédulo al principio.

Cuando termino el día todos nos fuimos hasta mi casa ya que no podía caminar, tomamos taxi. Hablamos un rato y después los chicos se fueron a descansar a sus casa. Kouji me ayudo en casi todo, en verdad fue ua bendición el que se quedara a dormir esa noche, tenía que descansar, mañana sería un día algo agitado para él. Mamá se asustó un poco cuando vio el estado de mi tobillo pero en general solo había sido un golpe y la enfermera del colegio me había atendido muy bien, de todas formas mamá me puso el ungüento especial de la abuela que olía a rayos, era un olor demasiado fuerte. Esa noche dormimos juntos. No podíamos dejar de hablar de todo el día. A pesar del susto del golpe ese día había sido muy divertido.

Yo no podía dormir pensando el día siguiente, yo sabía lo que iba a pasar y en varias ocasiones estuve tentado en contarle algo pero me mordí la lengua. A la mañana siguiente Kouji se veía intranquilo como si supiera que las cosas estarían por cambiar. A cada rato preguntaba la hora por que estaba esperando por papá que iba a venir a recogernos. En todo ese tiempo de espera estuvimos jugando juegos de mesa como damas chinas que es el favorito de mamá, los chicos también vinieron básicamente para ver la cara de sorpresa de Kouji y de paso para ver como estaba mi pie. El tobillo poco a poco se iba desinflamando. Papá no se apareció hasta la tarde. Tenía cara cansada, no dudo que no, por lo que sabía el trabajo de una mudanza era muy fuerte.

-“Bueno ya nos vamos. Trae tus cosas Kouji. Si quieres pueden venir ustedes también.”- Si! Por fin había llegado el momento.

-“Pero papá… después va a ser difícil para mamá regresar con Kouichi y su pie.” – Kouji aún no sospechaba gran cosa, el estaba más preocupado por mi pie.

-“Si pero yo los puedo regresar, no te preocupes” – Podía ver como Kouji hacía cálculos mentales para ver a que hora regresaría papá hasta Osaka.

-“Papá… necesitaría por lo menos diez horas para estar tranquilo en casa… no es que no quiera que vengan pero… te puedes quedar dormido en el carro…”

-“Que cosas dices… por supuesto que no! Vamos todos suban al carro!” – papá lo estaba ignorando demasiado otra vez, por otra parte Kouji solo tenía que aguantar un rato para solucionar el misterio. Subimos al carro. Papá conducía despacio por las calles, daba demasiadas vueltas como para marear a Kouji. – “Llegamos!”

-“Papá esta no es la casa!” – Pero todos se reían. Todos eran muy poco obvios para esto. Kouji miró hacia fuera y reconoció a la persona que salía de la casa. Con esto ya tenía que darse cuenta de lo que pasaba.

-“Que te parece la nueva casa. Ahora podrás pasar más tiempo con tu hermano. Irás a su misma escuela. Que te parece?”

-“…” – Kouji se quedo mudo, había perdido el habla completamente por que ni siquiera sonidos le salían. – “Tu sabías de esto no?” – me quede callado… no le podía mentir.

La casa era bastante agradable. Tenía varias ventanas, una terraza, la cocina, sala comedor, estudio, dormitorio principal con baño, tres dormitorios extra y dos baños más. Kouji me llevo a ver su habitación, nuestro cuarto que era bastante grande, las camas ya estaban puestas y solo faltaban acomodar algunas cosas. Todo era un sueño, demasiado bueno para ser verdad.

Tengo que decir la verdad, esos tres años estuve lo más cerca que pude de mi hermano. Sabía que no duraría mucho así que tenía que aprovecharlo al máximo. Sé que papá se esforzó tratando de conseguir trabajos cerca de nosotros pero cuando no se pudo entonces optaba por donde le rendía más. Por otra parte Kouji a pesar de vivir lejos siempre venía a vernos. Siempre me repetía que a pesar que conocía gente nueva ellos, nosotros éramos los mejores amigos que él había tenido. Por mi parte también lo veía igual.

Pero como dice Kouji: ‘Nada es perfecto’ a lo que yo respondo. ‘Si nada es perfecto entonces trata de buscarle el lado positivo y sácale provecho’ Puede que nada sea perfecto pero siempre es bueno tratar de componer las cosas. Y eso fue lo que yo hice. Frente a mi mamá traté de rellenar ese hueco. SI bien los dos éramos sus hijos y cada uno era diferente yo siempre traté por todos los medios que ella no se sintiera sola. Creo que todos pusimos la mano en eso incluso Kouji que mandaba cosas de los lugares a los que iba.

Kouji venía a vernos principalmente cuando se sentía deprimido, nunca supe que era lo que lo deprimía, nunca me lo dijo. Yo también me pegaba a veces mis escapadas e iba a verlo. Por lo general hacía esto en fin de semana por que a veces estaban muy lejos y eran varias horas de viaje. Cuando iba Tomoko siempre me recibía con una gran sonrisa. Nunca llego a tener hijos propios con papá, creo que ella no podía asi que nos tomaba como sus hijos también. Papá siempre que iba me dedicaba un tiempo especial según él para guiarme por el sendero e instruirme en mi carrera, se había empeñado en que siguiera sus pasos, no me molestaba, era algo que ya me revoloteaba en la cabeza.

Mamá… ella nunca tuvo mayores problemas. Cuando pude valerme por mi mismo ella dejo de trabajar. La universidad era dura pero ella me apoyaba con lo que podía. Estudiaba y trabajaba a la vez. ella tomo la actitud de la abuela y se dedico al hobbie familiar del cuidado de plantas. Ella y la mamá de Takuya también se juntan periódicamente para preparar postres y venderlos para causas buenas recolectando fondos para ayudas internacionales y cosas así.

Por otra parte Jumpei heredó la fabrica de chocolates. El seguía con su título de catador oficial, supongo que cuando le nazca algún hijo el ocupara su lugar. Jumpei se casó con una chica de la universidad a la que asistió, otra adicta al chocolate. Una chica muy dulce a mi parecer. El siempre tuvo una idea especial para hacer las cosas, se lo tomaba todo con gran calma y a pesar de las presiones lo hizo muy bien. Su vida era algo mas que un dulce dice el.

Takuya e Izumi… bueno siempre han sido mis mejores amigos y nos durara hasta que muramos creo. A Takuya lo conoci de niño y a Izumi un poco más grande. No me sorprendió el hecho que un día se aparecieran en mi casa con la noticia que estaban juntos, es más los sorprendidos fueron ellos por que yo ya lo sabía. Eran una pareja bastante explosiva por que eran opuestos en varias cosas. Se peleaban y luego se volvían a hablar. Takuya estudió para Ingeniería Informática (tenía vocación, no se podía despegar de las teclas) e Izumi para economía (Siempre que salían a comprar ella ponía la mano dura) Era toda una experiencia salir a comprar con ellos.

Kouji… el no sabía por que optar, al parecer tenía muchas cosas en su cabeza. Al final salió con su decisión de estudiar psicología. Le gustaba mucho eso, siempre nos cogía de conejillos de indias para probar algunas cosas. La costumbre de vivir con papá lo llevó a después de acabar su carrera viajar de cuando en cuando. EL se movilizaba por todo el país buscando a papá que siguió trabajando hasta que por fin se jubilo. A Kouji también le gusto el dibujo y la pintura. Se relajaba bastante haciendo eso pero más que nada por hobbie ya que su carrera a veces le daba dolores de cabeza.

Yo… como ya lo había dicho antes y mi papá antes que yo estudie para periodismo. No lleve la carrera como papá deambulando de un lado para otro, más bien yo busqué estabilidad en una misma ciudad, Shibuya, de la cual no me gusta salir y es que aquí pasaron varias cosas. En Shibuya mi hermano me habló por primera vez, en Shibuya estaba mi mamá y mi abuela, aquí estaban todos mis recuerdos, por que tendría que alejarme? Me va bien en mi trabajo por lo que estoy feliz, mi enamorada trabaja junto a mi, es editora de noticias, mi mamá esta tranquila por eso. Planeo casarme y tener un par de niños para que jueguen juntos, cosa que no pudimos hacer con Kouji desde antes, no es bueno que un niño juego solo siempre, no es bueno que madure antes de tiempo, ni obligarlo a hacer cosas, esa es mi manera de pensar.

Puede que mis padres se equivocaran en algunas cosas, pero las cosas no siguieron asi para siempre, las cosas cambiaron, no lo hicieron solas por que para todo uno tiene que meter la mano, no siempre el final es el destino, el destino uno lo puede cambiar, el final es cuando cada uno lo decide... o no abuela?

Fin.

 

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