Caretas - Kouichi


Capitulo 3: Descansando en el cielo azul

Esa noche la pasamos todos preocupados en el hospital. El estado de mi abuelita era incierto, lo único que supimos por horas fue que la estaban estabilizando. Al final cuando la pudimos ver se veía bastante cansada pero aún así nunca me dejo de sonreír. Por días pase mi tiempo en ese cuarto blanco. Hacía mis tareas a su lado, a veces la veía lo bastante repuesta pero ya no era la energía a la que había estado acostumbrado. Mi mamá trabajaba todo el día y al final de su jornada se aparecía en ese cuarto blanco casi tan cansada como mi abuelita. Creo que nunca hubiera podido superar esto sin mis amigos. Incluía a izumi por que en el corto tiempo se había desempeñado de manera asombrosa y junto con takuya habían logrado levantar mi ánimo.

Al principio pensé que este era el final para mi abuelita, los primero días estaba con una mascarilla de oxigeno y un montón de cordones conectados a sus brazos. La verdad pense que nunca la volvería a ver hablar y sonreír, pero el tiempo cura esas cosas y también nos hace olvidar malos ratos. Después que las cosas volvieran a su estado normal. Llame a mi papá para disculparnos por no haber podido ir a la boda y le conté todo lo que había pasado. Se mostró preocupado por al salud de ella. Le pedí que me mandar alguna foto, foto que hasta ahora sigo esperando pero lo que sí nos mando fue algo de plata… creo que fue por lo mismo que no le pasaba ningún tipo de pensión a mi mamá, mantenerme no era fácil. Lo que si no lo había dicho nada fue lo que sentí en ese momento. Sentí es día que una parte de mí casi moría, sé que es algo muy melodramático de decir pero en verdad sentí eso.

Resultó que mi abuelita había tenido algo bastante parecido a un para respiratorio. Según ella su cuerpo le había jugado una mala pasada y que ya no le funcionaba como antes. Comentario bastante gracioso para alguien que por lo general esta llena de vida como ella. Pero lo que sí era verdad es que ya no era como antes. Después de ese susto dejo de hacer algunas cosas como salir todos los días a plantar en el jardín, ya no salía mucho a caminar por lo mismo que se cansaba muy rápido.

Todos en casa trataron de volver a sus actividades diarias. Al principio fue algo difícil pero con el tiempo todo quedó como antes. AL principio sentí un poco a la gente de mi salón algo apartada de mí. Takuya me confirmo que se habían enterado de la salud de mi abuelita pero como no sabían nada mas tenían pena de preguntarme. Después que aclaré eso la gente se me empezó a acercar. Las clases estaban iguales de intensas pero para mi no eran problema por que prestaba atención. Para tener algo como siempre takuya copiaba mis tareas e Izumi lo fastidiaba tratando de que dejara de copiarme y hacer algo por sí solo. Esas palabras me dejaron pensando. Había algo que yo debía hacer por mí mismo y era averiguar por que mamá no quería que visitara de improviso a mi papá. No era cosa de avisar, de eso estaba seguro. Había algo más que me estaban escondiendo y probablemente mi abuela sabía algo, no por algo le cuchicheaba a mamá.

Había algo más que tenía que averiguar. Que cosa era lo que había tenido papá en el carro que no alcance a ver. Eran dos cosas importantes pero no sabía como tratarla sin levantar sospechas. Creo que era mejor dejar eso para un poco mas adelante. Por mientras quería relajarme un poco de tanta tensión. Se acercaban poco a poco los exámenes y a pesar que me había puesto al día en todo aun me faltaba comprender otras materias. Los profesores me dieron chance por mi situación familiar pero era muy difícil que me dieran otra facilidad más. Todos los días nos empezamos a reunir en la casa de Izumi para hacer las tareas después de colegio. Su papá siempre nos servía unos panes deliciosos para estudiar mejor según él, por que con el estómago vacío no se puede estudiar, allí acordó con takuya que se distraía con cualquier cosa.

Después de semanas de preparación por fin llegaron los exámenes y los ánimos de todo el salón se vinieron al suelo. Durante una semana los exámenes fueron tomados a primera hora de la mañana. Lunes historia y lengua, el martes matemáticas, el miércoles ciencias naturales y música, el jueves ingles con geografía y por ultimo el viernes con biología y química. Algunos estuvieron difíciles como inglés y matemáticas. La cosa fue que por fin llegó el viernes y al final del día todos salieron corriendo como locos. Por fin habían terminado los exámenes y la gente se apuraba para llegar a casa por que las vacaciones serían solo de una semana y después otra vez clases.

La semana tenía que ser aprovechada al máximo así que con anticipación ya habíamos hecho una lista de cosas para hacer. Queríamos hacer algunos viajes como por ejemplo la torre de Tokio que dicho sea de paso mi mamá me había dado permiso, queríamos ir al monte Fuji pero ni Takuya ni yo teníamos permiso, había una exposición de arte en el museo de la ciudad a la que íbamos a ir el miércoles por más que Takuya pataleara. La vida a veces era más sencilla de lo uno se imagina, a veces las cosas se complican pero para todo hay una solución.

Esa tarde después del colegio decidí salir a caminar una rato solo. Si bien había sido una semana difícil y ahora se venía la diversión aún no me sentía contento, es mas, me sentía triste pero no tenía sentido. Camine y camine hasta que me empecé a cansar, me senté un rato en una de las bancas de un parque, sentí la brisa en la cara, pense que eso me levantaría más el ánimo pero no fue así. Me sentía mas deprimido que nunca, pero también presentía que había algo cerca y que al final todo se solucionaría. Tenía hambre ahora, alce mi vista y por ahí vi un puesto de esos que venden sándwichs y empanadas, metí mi mano al bolsillo y felizmente tenía algo de plata. Camine hacia el puesto y casi me caigo, los pasadores se me habían desatado. Me agache para amarrarlos justo en el momento que alguien pasaba por mi lado. Volví a sentir esa tristeza que había tenido durante mi caminata. Levante mi mirada para ver quien era el portador de tan mal estado de ánimo y me di cuenta que no era solo su aura, se le veía algo golpeado. La figura del cabello largo se había alejado considerablemente de mi. Pense quien podría ser. Decidí que si lo alcanzaba le invitaría algo para comer. Corrí hacia el pero llegue a una bifurcación de caminos, por donde se habría ido? Tome el camino de la izquierda esperando encontrarlo pero no lo encontré.

Volví al puesto de sándwichs y le pedí uno para llevar. Quizás lo dije de manera graciosa pero el señor me miro extrañado. Luego me dijo algo bastante extraño…

“Ya te cambiaste chico! Que rápido! Ahora si has traído dinero para comprar?”

“Perdón? Yo recién vengo. Y si tengo dinero por algo le pido un sándwich” – el señor me miró mas extrañado todavía.

“Pero si hace un rato estuviste aquí, que no te acuerdas? Estabas todo golpeado, pense que eras un maleante por eso te bote de mi puesto” – el señor me hablaba seguro de lo que decía, no parecía que me estuviese haciendo una broma.

“Señor le repito. Es primera vez que vengo aquí!”

“ah bueno chico, entonces debes tener cuidado por que hay un chico igual a ti por esta zona ahora mismo. No se si sabrás la leyenda pero cuando hay una copia de uno andando por tu camino es mejor alejarte por que eso es de mala suerte” – el señor me miraba asustado mientras me servia mi pan. Regresé a mi casa pensando en eso. Tendría un doble? Alguien igual a mi? Sería verdad lo que decía el señor o era que el calor de la parrilla le había afectado los sentidos?.

Ya en casa mi mamá ya se estaba preocupando. Me regaño por regresar tan tarde y yo solo le dije que había sentido la necesidad de caminar un poco. De lo que me había pasado en el parque no le iba a contar, prefería contarle de eso a mi abuela que tenía mejores respuestas que mi mamá. Cenamos los tres como de costumbre. Luego acompañe a mi abuelita a su cuarto para que descansara, la había visto muy decaída en la mesa. Le pregunte si se sentía mal, ella me miró y me dijo que solo era cansancio de vieja y que para mañana estaría normal como siempre. Preferí dejar mi pregunta para el día siguiente que era sábado. Me fui a dormir a mi cama pero aún así sentía que algo no andaba bien. Mi cansancio, el de mi abuelita, la tristeza en el parque, ese chico que se supone se parecía a mi… eran demasiadas cosas en mi cabeza.

A la mañana siguiente me levante temprano pero no había nadie en la cocina. Fui al cuarto de mi mamá… nadie, las dos estaban en el cuarto de mi abuelita.

“Que paso? Te sientes mal?”

“Dice que no se siente mal pero se estuvo quejando en la noche”

“NO pasa nada. Estoy bien de verás es solo que se me adormeció el pie eso es todo.” – sabia que no era cierto.

“Segura? No nos vayas a asustar otra vez por favor.” - Me puse serio como para que me tomara mas en cuenta, a veces se olvidaban que yo ya no era un niño pequeño como para que me estén ocultando las cosas. Ella me miró y comprendió la situación.

“La verdad es que me dio calambre pero… también me dolió un poco el pecho. No se preocupen, si me sintiera muy mal se los diría”

“Pero no esperes el último momento para decirnos eso pues. No estamos para recibir mas sustos mamá. Es mejor prevenir antes que pase algo malo” – mi mamá estaba enojada, tenía razón por que su estado nos preocupaba mucho. Yo también le aconseje que nos avisara por que por mi parte yo no quería perderla.

El día paso sin contratiempos hasta que llegaron los problemas nuevamente. A la hora de la cena mi abuela volvió a tener un paro. Llame a la ambulancia, me había memorizado el número para cualquier cosa que pudiera pasar. Mi mamá mientras tanto trataba de reanimarla. La ambulancia no demoro casi nada en llegar. Trataron de estabilizarla en casa pero se dieron cuenta que era mejor trasladarla al hospital de la zona. Esperamos como dos horas para poder verla. No se veía nada bien. Preferimos verla y dejarla descansar. Mi mamá me envió a casa, me dijo que ella pasaría la noche ahí. No accedí. Yo también me quería quedar con ellas. Pasamos la noche en su habitación, las enfermeras nos pasaron frazadas para el frío.

A la mañana siguiente ya estaba mejor, no se había recobrado totalmente pero ya nos podía hablar. Salí del cuarto un momento para llamar a takuya y decirle que hagan sus planes sin mi, le explique la situación, después de una hora el e Izumi estaban a mi lado haciéndome compañía, era muy bueno contar con amigos verdaderos en estos momentos.

Básicamente pasó lo mismo de la vez pasada. La tuvieron un par de días en observación y luego la dieron de alta. Significaba que estaba mejor, eso era bueno pero lo que no me estaba gustando era tener que volver tantas veces al mismo cuarto de Hospital. No es que odie este ambiente pero si se supone que ella ya estaba bien entonces no teníamos la necesidad de volver a este lugar. En el momento que abandonamos por segunda vez el hospital crucé los dedos para que esta halla sido la última vez, era horrible pensar en la muerte cada vez que se ponía mal.

Como medida preventiva deshice mis planes vacacionales para dedicarme por completo a mi abuelita. En verdad no me dolió perderme esas visitas, total no las iban a cerrar por que eran permanentes. Lo que sí me disgusto un poco era el hecho que le arruine las vacaciones a Takuya e Izumi a pesar que ellos se esforzaban por decirme que no tenía caso. Ellos preferían pasar el tiempo conmigo y yo se los agradecía mucho. Mi abuela también por que le gustaba estar en compañía todo el tiempo. Ellos venían a mi casa temprano y me ayudaban con las tareas de la casa. Después nos juntábamos en el cuarto de mi abuela para escuchar sus historias, leíamos, dibujábamos, pintábamos o como a veces hacía Izumi ayudábamos a mi abuela con sus macetas, tenía un montón de plantas, tantas que no nos dábamos a vasto.

Si, estar con mi abuela no era aburrido, siempre había algo que hacer. Esa tarde del miércoles hicimos una torta a pedido de Takuya que como siempre se moría de hambre. A veces parecía que no lo alimentaban lo suficiente en casa pero por experiencia propia sabía que eso no era cierto. Takuya estaba acostumbrado a lo que comúnmente se llama ‘limpiar la olla’. Su mamá a veces tenía problemas para guardar los dulces en su casa por que él era un sabueso buscando dulces, parecía que podía olerlos a kilómetros de distancia, según él nunca había fallado. La torta sería de chocolate por unanimidad, y de repente le pondríamos crema encima. Izumi quería decorarlo con fresas que ella misma había traído del negocio de su familia. Al esperar todos juntos para que la torta se cocinara más rápido nos relamíamos la boca. El olor que emanaba la torta era increíble, plagaba toda la casa de ese aroma dulzón. Tuvimos que mantenernos ocupados con cualquier cosa mientras esperábamos a que la torta se enfriara. Por momentos se veía que Takuya luchaba continuamente para no sucumbir en la tentación de ir a meterle el diente, sabíamos que era una tarea difícil para él pero por suerte resistió, en verdad resistimos.

En verdad fue un gozo probar un bocado. Claro que la parte divertida fue jugar un poco entre que hacíamos las cosas pero como todo tiene un lado feo este tampoco era la excepción. Lo feo del asunto era limpiar el desorden que habíamos creado, todos tuvimos que poner de nuestra parte pero acabamos al fin. Ese día fue genial. En la noche cada uno se fue a su casa. Estaba cansado pero ya quería que fuese mañana para volver a juntarnos. Era divertido estar con tus amigos todo el tiempo, me encantaba estar con Takuya pero Izumi también era una excelente persona. Me gustaba como se reía, tenía unos gestos bien graciosos, en verdad me gustaba pasar el tiempo con ella.

Los días siguientes fueron iguales, obviamente no repetimos la torta de chocolate por que eso hubiese sido causarle un daño emocional a Takuya que ya amenazaba con mudarse a vivir con nosotros. A mi abuela le hizo gracia el comentario, a ella todo le hace gracia, en especial si viene de Takuya por que ella lo califica de ocurrente y bien intencionado. Estos momentos de extrema felicidad me ponían medio en duda por que no sabía cuanto tiempo más durarían, si ser malos a grandes rasgos sabía que su salud no estaba bien y ella no iba a ser eterna. Me entristecía pensar en eso pero a este paso ya era algo inevitable. Aún no le había encontrado la oportunidad para contarle las últimas cosas que me habían pasado a ella, a decir verdad ni siquiera se lo había contado a Izumi y Takuya.

Esa tarde espere a que se durmiera mi abuela para poder contarle mi pequeña aventura a los chicos. A decir verdad traté de anticipar me a sus acciones, al menos con Takuya que es a quien conocía más, pero más bien la que me sorprendió fue la misma Izumi. Cuando termine mi relato ella tenía una cara como quien se debatía entre el miedo y la emoción del momento.

“Kouichi… yo también sabía esa leyenda. Es mas, donde estuve antes esa leyenda era muy popular. Se dice que cuando ves a alguien que es igual a ti cosas malas pueden pasar. Por eso en épocas antiguas a la gente no le gustaban los gemelos, por eso la mayoría de padres optaban por… matarlos de formas horribles tirándolos de la cima de un acantilado, o simplemente los ahogaban. No digo que sea verdad pero por que crees que los gemelos se accidentan tanto?”

“No lo sé, nunca he tenido uno Izumi, por eso soy hijo único!” – Takuya se rió de mi comentario. A ella no le hizo mucha gracia pero volvió al tema.

“Ay… como se nota que no saben de las leyes de la vida. Permítanme que los ilustre mentes huecas y carcomidas por el chocolate. Verán… por si no lo saben lo que más se puede parecer a uno es un gemelo y si bien no todos tienen un gemelo se dice que todos tienen su doble en el mundo. En el caso de los gemelos los problemas empiezan desde que nacen, siempre hay posibilidades que uno de los dos muera y si no es ahí entonces es por el proceso de selección natural…”

“Estas loca! Esperas que creamos semejantes locuras? Selección natural? No entiendo nada de lo que hablas. Osea solo por ver otra cara de igual a la mía me voy a morir o va a pasar algo malo? Eso es totalmente absurdo!” – Takuya tenía razón, eso no pasaba de ser mas que una simple leyenda urbana, nada más.

“Apoyo lo que dice Takuya. Eso ya es demasiado absurdo!”

“Sé que suena absurdo pero en medio de todo es verdad. En mi otro colegio había un par de gemelas. Siempre estaban accidentadas. A una se le rompió el brazo a la otra la pierna paseando en bicicleta”

“Puede que hayan estado distraídas y se cayeron entre las dos” –podría suceder pero romperse las dos también era un poco raro.

“No me refiero a la magnitud del accidente, me refiero a que constantemente estaban accidentadas cuando estaban juntas.”

“Mala suerte por parte de ellas entonces. Podemos hablar de otra cosa por favor? Ya me aburrí en pensar que puede haber otro Kouichi en otra parte del mundo, con uno me basta.”

“Muy gracioso de tu parte Takuya! Además por si no lo sabes te conviene, tal vez mi contraparte te deja copiar las tareas ya que ahora no lo haré mas!”

“Oh por favor no pienses mal. Era una broma, yo nunca copiaría otra tarea a menos que tenga tu sello de garantía que me muestre que esta bien hecha. Yo no copio cualquier tarea” – para este punto las cosas ya se habían suavizado y estabamos riéndonos de la desfachatez y la frescura de Takuya.

“Por favor! Takuya quieres dejar de ser tan fresco y por una vez en tu vida puedes hacer tu solo tu tarea? Vamos no es tan difícil, no creo que le duela a tus neuronas pensar un poco de vez en cuando!” – Takuya se puso serio, no le gustaba que hicieran comentarios acerca de su falta de tareas, salvo que sea tipo chiste donde también se reía.

“Quieres dejar de decir eso? Vas a traumar a mi materia gris. Además si pienso, como crees tu que elijo siempre a Kouichi? Para que sepas mi cerebro sabe quien lo hace mejor… por eso nunca copiare las tuyas!” – y Takuya siempre busca la manera de salir airado de estas situaciones siempre con algún tipo de broma, broma que obviamente hace estallar a Izumi…

“Que pretendes decir con eso? Que yo no sé hacer mis tareas? Por si no lo sabes las hago muy bien, tanto que para ser nueva estoy mucho mejor que tu!” – Mientras Izumi se hinchaba el pecho resondrando a Takuya este hacia muecas imitándola, espectáculo por demás gracioso por que Izumi es de esas chicas que tienen muchas manías a la hora de hablar como mover las manos de manera delicada por ejemplo. Aparentemente ella se dio cuenta y le mando una manotada en la espalda lo que casi atora a Takuya.

“De que se ríen chicos?” – mi abuelita entraba a la sala y se sentaba en una silleta.

“De las bestialidades de los hombres y de la superioridad de las mujeres” – No nos dio tiempo para contestar además Takuya aun no recuperaba del todo el aliento. Mi abuelita seguía riéndose.- “por que no le cuentas a tu abuela lo que te pasó el otro día?”

“Que te paso el otro día hijo? Que milagro que aún no me lo has contado” – el comentario de Izumi me sacó de cuadro. Yo oensaba hablar con ella de eso más tarde pero… de repente era mejor hablar de eso ahora… o no?

“NO.. este… lo que pasa es que el otro día me sentí extraño pero supongo debió ser por que más tarde ese día te pusiste mal. Supongo que fue por presentimiento, que sé yo”

“Bueno pero de todas formas cuéntame que de extraordinario te pasó, debe ser algo interesante para que ella me dé un anticipo.” – no había marcha a tras, ella estaba curiosa y cuando se ponía así era mejor contarle lo que había pasado.

“Bueno… el otro día que llegue medio tarde y tu te pusiste mal yo había estado paseando en el parque y como te dije ese día me había sentido extraño, triste. Pero me sentí más triste en el parque cuando pase al costado de una persona. Lo curioso fue cuando fui a comprarme un pan por que tenía hambre y el señor que atendía me dijo que hacía un rato había visto a un chico que era igual a mi…”- levante mi mirada para ver como iba mi abuela y la vi espectralmente pálida. Vi que se llevaba la mano al pecho, todos nos asustamos. Corrí al teléfono y pedí una ambulancia. No tardaron en llegar, nos llevaron al hospital, le pedí a Izumi que llamara a mi mamá, no envié a Takuya por que el no tiene tacto para esas cosas.

Esta vez solo espere una hora hasta que me dejaron verla. Pero me preguntaron por un adulto, les dije que mi mamá vendría enseguida y me dejaron entrar a ver a mi abuela. Me senté a su costado y le cogí la mano, sin querer la desperté.

“Kouichi, hijo”

“Tranquila, mejor no hables que aún no te repones del todo”- se me caían las lágrimas.

“Tengo que decirte algo, sobre la tarde, tu relato.” – moví la cabeza, no quería escucharlo, quería que se relajara no que se pusiera tensa. – “Le prometí a tu mamá que no te diría nada pero ya no puedo más. No me quiero quedar con esto en el pecho”.

“Abuela descansa! No me digas nada, te pondrás peor!”

“Déjame hablar entonces” – acepte escucharla me quede callado – “Tienes que buscar a tu hermano por mi, saludalo de mi parte, dile que siempre lo quise conocer, dale un abrazo fuerte”.

“De que hablas abuela? Que hermano?”

“Tu hermano gemelo, Kouji. Tu no lo conociste por que a él se lo llevó tu papá!” –Hermano gemelo? Kouji?… eso era entonces lo que me habían ocultado, habría sido Kouji la figura extraña en el carro de papá? Alguien igual a mi en el parque? – “la sangre te llama Kouichi, cuando estás triste tu hermano también lo esta, cuando estas feliz el también se ríe. Busca a tu hermano… Kouji Minamoto.” – dejo de hablar, las líneas de la máquina estaban poniéndose planas, entró un médico corriendo junto con mi mamá que me aparto de la cama. No podía moverme, no podía soltar la mano de mi abuela, no podía olvidarme de ese nombre… Kouji Minamoto. Veía como trataban de revivir a mi abuela pero sus intentos eran en vano, ella ya se había ido así como se perderían en el tiempo el olor a dulce de la casa, sus pasos ya no sonarían en las mañanas, ya no volvería a contarme cosas nunca más. Pero ella me había contado un cuento impresionante a último minuto. Dos hermanos que se cruzaban en el camino y ninguno de los dos se daban cuenta del otro. Si, yo ahorita me siento a morir, me hermano se estaría sintiendo igual? No lo podía creer. Toda la vida quería un hermano y resulta que toda la vida lo tuve. Tenía que verlo, lo buscaría a pesar que no le había llegado a prometer eso a mi abuela, lo haría por que ese fue su deseo.

Cuando reaccione me habían logrado sentar en una silla afuera en el pasillo. Mire a los que me rodeaban pero por algun motivo no reconocí sus caras. Moví la cabeza y empezaron a hacerse más familiares. Izumi estaba llorando silenciosamente y Takuya estaba a mi lado cogiéndome del hombro, me querían dar fuerzas, mi mamá también estaba al otro costado, estaba llorando me toque la cara que aun seguía húmeda pero mis lágrimas ya habían dejado de caer. Por una parte estaba triste de que ella hubiera muerto pero por otra parte sabía que estaba mejor, sabía que había sido feliz y se había reido hasta el último momento casi.

No me acuerdo como llegue esa noche a mi cama, es más no recuerdo haber salido ese día del hospital, era como si todo lo que ocurría a mi alrededor pasara en cámara lenta o simplemente estaba en un universo paralelo. De pronto abrí mis ojos y estaba echado en mi cama mirando el techo, recuerdo haber escuchado a mi mamá llorar en la noche, toda la noche. En algún momento me levante y fui a verla, al parecer se había quedado dormida. Me puse a llorar al fin, parecía como si hubiera retenido las lágrimas por días. No se me ocurrió mejor cosa que hacer que echarme a su lado, de pronto yo también sentí un abrazo, mi mamá me apachurraba con todas sus fuerzas, yo también la abracé.

El domingo recibimos a la abuela en casa para velarla, todas sus amigas y amigos vinieron a verla. Con todo el ajetreo no había llamado a papá, quizá podría traer a Kouji. Me escape de las visitas y use el teléfono pero nadie contesto, volví a llamar y me contesto una señora, me dijo que ella ahora vivía en ese departamento y que hacía una semana la familia anterior se había mudado. Iba a ser más difícil ubicar a mi hermano ahora. Me ocuparía de eso después por ahora teníamos que hacer el entierro.

Enterraron a mi abuela el lunes, el primer lunes de colegio, tanto Izumi como Takuya se encargaron de avisar al colegio el por que no había asistido. Esa tarde cuando fui al cementerio había una corona de flores mandadas por mi salón, era cierto que en el colegio todos conocían a mi abuela por que siempre participaba en todas las actividades. Era difícil levantarme todas las mañanas al colegio y regresar para encontrar la casa vacía, aunque a decir verdad no era una sensación tan rara, sentía que la había vivido antes… sería lo que me dijo mi abuela? Sería verdad que yo había podido sentir lo que sentía Kouji? Kouji entonces podía sentir lo que yo ahora. Teníamos un vínculo muy fuerte entonces, sería tan fuerte como para reunirnos otra vez?

En los meses siguientes tanto mi mamá como yo nos íbamos reponiendo de la perdida. Nunca le conté a mi mamá lo que converse con la abuela y lo que ella me contó más que todo para no crearle otro. Tampoco le conté a los chicos por que por ahí a uno de los dos se le podía escapar algo. Ese era un secreto entre la abuela y yo hasta que se revelara la verdad por sí sola. Como iba, en esos meses intente en vano encontrar a Kouji por que no di en ningún momento con su paradero, al parecer papá se lo había llevado muy lejos. Ya estaba empezando a perder las esperanzas en ese asunto cuando se prendió una luz en mi camino aunque la luz que me dio era más como un trueno o un relámpago de… chocolate?


Capítulo 4: Estoy ahí y no me ves

Recuerdo ese día como si hubiese sido ayer. Esa mañana salí de mi casa con la excusa que haría un trabajo de investigación en la biblioteca, mi motivo era verdadero pero la necesidad no era verdad, tenía libros suficientes en casa como para hacer el trabajo pero necesitaba salir de mi casa aunque sea un rato para despejarme. La casa se sentía muy vacía después de la muerte de mi abuela. Ya habían pasado casi como dos años desde aquel día, dos años tratando de encontrar a mi hermano que se había desaparecido de la faz de la tierra. Salí a caminar con rumbo a la biblioteca. Era un día bastante fresco a pesar que había bastante brillo solar. Estaba a no menos de una cuadra de mi destino cuando escuche a una jauría de perros, di la vuelta para ver mejor y vi a un niño bastante subido de peso correr delante de un montón de perros. Como estaba corriendo se tropezó con el, se levanto rápidamente y siguió corriendo. Me incorpore nuevamente a mi caminata pero me di cuenta también que a este chico se le había caído una tableta de chocolate. La recogí y decidi buscarlo, di vuelta a la manzana y vi como entraba a la biblioteca para su suerte ningún perro logró entrar.

Entre también a la biblioteca y le pregunte a la señora de la entrada hacia donde había ido el chico. – “Ah.. el niño gordo se fue por las escaleras, creo que se iba a la sección de ciencias” – el en verdad iba a la de literatura pero esa sección estaba en su camino. Subí por las escaleras y cuando llegue a la parte de ciencias busqué con la mirada. El chico estaba sentado en la última mesa rodeado por una veintena de libros de todos los grosores. Me acerque a él por detrás y me senté a su lado.

“Hola, se te calló este chocolate mientras te perseguían esos perros” – le susurré sin que el me devolviera la mirada. Le acerqué la barra de chocolate y le sonreí.

“KOUJI! Amigo! Hace tiempo no te veía! Te cortaste el cabello! No se te ve mal!”

SHHHHHHHH – gritó la biblotecaria que nos miraba con cierta expresión de odio en los ojos por perturbar su santuario. Al toque el chico se llevo las manos a la boca acordándose de las reglas que comúnmente tienen todas las bibliotecas.

Lo miré con curiosidad, en verdad mis oídos no me habían engañado? – “No me llamo Kouji, me confundes con alguien más. Me llamo Kouichi” – la sonrisa se borró del rostro del chico.

“Ah… pense que eras alguien a quien conocía. La verdad que eres igualito a mi amigo. Por cierto mi nombre es Jumpei”

“Eres nuevo por aquí? Nunca te había visto”

“Ni tan nuevo. Vengo muy poco a esta parte de la ciudad. Vivo aquí desde hace 2 años. Estudio en la primaria de la parte oeste de la ciudad.”

“Con razón entonces. Yo voy a la del este por que esta mas cerca de mi casa. La zona donde vives creo que es la más bonita de la ciudad.” Al parecer por aquí tengo una pista para encontrar a Kouji. Si este niño lo conocía de repente el sabía como podía ubicarlo… pero tendría que preguntarle con calma para no levantar ninguna sospecha. – “Entonces a quien dices que me paresco?”

“A un niño que vivía en Kyoto hace como dos años mas o menos. Se mudo al norte del pais a una de las islas, pero hace como seis meses no se nada de el.” – el chico parecía decir la verdad, obviamente había conocido a Kouji mientras el estaba en Kyoto. Pero hacía seis meses no sabía nada de él, le habría pasado algo en ese lapso de tiempo? – “Ustedes no serán parientes? Se parecen mucho físicamente aunque no en la manera de actuar. Kouji jamás hablaría con un extraño, le es muy difícil hacer amigos.” – Creo que podría sacarle el jugo de información.

“Podría ser. De repente por ahí y somos parientes. Me gustaría conocerlo.”

“Claro! Si algún día me viene a visitar te lo presentare. Ahora si quieres te puedo enseñar una foto de él. No, espera, la olvide en casa. Pero si quieres puedes venir. Tengo chocolates también, mis papás trabajan ahí y soy el catador oficial de los nuevos chocolates.” – esta era una oportunidad de oro. El chico era una buena persona, se harían amigos, así no parecería que es un oportunista.

“Claro, me encantaría!”

Los dos nos fuimos caminando por la calle. Jumpei era bastante agradable, hacía muchas bromas, tenía que presentárselo a Takuya, los dos se llevarían muy bien. Estabamos conversando cuando de pronto se detuve en frente de una casa bastante grande. Tenía un jardín amplio y garaje como para dos carros.

“Llegamos! Esta es mi casa. Ahorita no se quienes estarán en casa pero por lo general esta mi mamá.” – entramos por la reja, la casa estaba muy bien decorada y limpia. Tenía un pasadizo bastante amplio y de la cocina salía un aroma delicioso. – “Mamá ya llegue, mira a quien encontre!” – me guiño el ojo y me hizo como par que hiciera silencio. Me quede callado tal y como me lo había señalado. De la cocina salió su mamá que al igual que la mía estaba vestida como si acabara de salir del trabajo.

“Kouji! Que milagro que nos vienes a visitar desde tan lejos! Te has cortado el cabello, te queda muy bien, aunque largo te quedaba muy bonito, ya quisiera yo tener tu cabello!” – Jumpei no paraba de reírse, creo que esto era la idea de hacerle la broma a su mamá. Al parecer el cabello de Kouji era muy largo y para que la gente se sorprendiera de su largo debía haberlo llevado así por mucho tiempo, probablemente debía tener el cabello largo ahora mismo.

“De que te ríes hijo? Dije algo gracioso?”

“NO, es que te engañe. El no es Kouji. Pero se le parece bastante… verdad?” – los dos empezaron a decir lo mismo acerca del parecido. Era bastante obvio que eran gemelos pero la gente siempre había creído que existían dobles en alguna parte del mundo. Cuando acabaron la señora me pidió disculpas por la confusión y nos mando al cuarto de Jumpei para hablar mientras la comida se terminaba de hacer.

La habitación de Jumpei era bastante grande para ser solo una persona la que dormía ahí. Tenía todas las comodidades que un niño hubiera podido desear. Televisión de pantalla plana gigante, Dvd con un estante lleno de películas, juegos de consola, gameboy, equipo de sonido con salida a karaoke, su propia computadora de pantalla plana también aparte de su cama, velador, ropero y escritorio y su propio teléfono. Me sentí chiquito al costado de tantas cosas. Jumpei no se dio cuenta de eso y me invito a sentar. Del velador saco dos barras de chocolate y me ofreció una. No paraba de ver su dormitorio, era increíble. Después de un rato recobré mi interés que era lo que me había llevado a seguirlo hasta su casa.

“Bueno… me ibas a mostrar una foto creo”

“Ah si, tienes razón.” – se paro y saco del escritorio una especie de álbum fotográfico y me lo alcanzo. – “Ahí estan las fotos que me mando este amigo que te digo, también tienen algunas cartas y postales. Era un buen chico, un poco problemático por que todos parecían gustar fastidiarlo pero era una buena persona. Un poco enfermizo y a veces se portaba extraño pero era bastante normal una vez que lo conocías bien.” – empece a ojear las fotos. Al parecer Jumpei había estado presente en la boda de mi papá, se le veía al costado de Kouji que efectivamente tenía el cabello muy largo. Pero la mirada de Kouji no era la más sonriente en esa foto.

“Se ve enfermo ahí. Estaba enfermo?”

“Bueno… a decir verdad creo que se sentía mal ese día… dejame recordar… ah ya sé! Ese día se había desmayado a la hora de la ceremonia. Había dicho algo raro pero no recuerdo muy bien.” – había dicho algo raro? Podría ser que ese día el… sería posible? Ese día fue el primer ataque de su abuela si tenía buena memoria, ese día el mismo penso que se moriría su abuela… - “Si eso mismo dijo!”

“QUE!”

“Lo de su abuela… o al menos eso me pareció escuchar. Espera! Como sabías tu eso?” – Lo había dicho alto? Lo peor de todo es que esas palabras habían despertado cierta sospecha en Jumpei. – “Con razón! Tu debes ser entonces… UN PSÍQUICO!” – uff… en verdad era igual de lento para pensar como takuya – “O me equivoco?”

“Te equivocas. La verdad lo adivine. Es que… si miras la foto… ahí falta la abuela de alguien, tampoco veo ningun abuelo, falta familia… ves?”

“Oye… tienes razón. Por el lado de su papá a esa reunión no fue nadie y por el lado de la verdadera mamá de Kouji tampoco. Es mas de la familia de Kouji no se casi nada. Solo se que su mamá se murió al nacer el, por eso se dejó el cabello largo” – había oído bien? Su mamá muerta?

“Muerta?”

“Si. Eso fue lo único que me dijo. Se dejo el cabello largo para recordar a su mamá. Es más ahora va a tener que hacer bastante memoria para acordarse de ella… pobre Kouji.” – acordarse de ella? Por que pobre? Al parecer Jumpei comprendió las dudas de mi cara y solito empezó a contarme todo lo que sabía entre esas cosas lo de un tal Jhonatan que rompió la única foto que Kouji tenía de mamá. Al parecer la vida de Kouji no había sido tan fácil, mudarse de ciudad en ciudad con papá debía ser agotador, es como ser nuevo casi siempre, no podía mantener a sus amigos aunque por otra parte podía conocer varios lugares.

Aprendí en esa tarde muchas cosas de Kouji mientras que Jumpei me contaba con lujo de detalles lo que el mismo se acordaba. Almorcé con el y su mamá, al parecer su papá llegaba más tarde. Antes de irme Jumpei me dijo que volvería a escribirle a Kouji ya que aún no le habían devuelto una respuesta desde la última vez. No le dije nada acerca de mi mas que mi nombre y mi teléfono para hablar asi que si le contaba algo a Kouji no sería mucho. Me fui de la casa en la tarde llegue en la noche a la mía. Recibí las llamadas de Takuya e Izumi. Como siempre Takuya quería la tarea aparte de saber a donde me había metido que no había contestado sus llamadas.

Los días transcurrieron normalmente según al menos a lo que estoy acostumbrado. Como siempre entre las peleas de Izumi y Takuya yo estoy al medio. Las tareas, los exámenes, las obligaciones en casa, visitar a mi abuela para contarle mis cosas y ponerle flores de sus propias macetas. Después de dos meses volví a pasar por la biblioteca y me acordé de Jumpei así que decidí darle una visita para ver como estaba, preferí hacerlo después de un día de clases por que así estaría seguro que estaría en casa y podría presentarlo con los chicos.

Después del día de clases convencí a los chicos para presentarles con Jumpei. Los tres fuimos caminando hasta su casa, por supuesto los dos se quedaron tan impresionados como yo con el tamaño de su casa. Esa tarde la que nos abrió fue la ama de casa y nos llevo hasta el cuarto de Jumpei. El estaba tirado en su sillon jugando con los juevgos de video. Cuando gire la cabeza para recoger las mandíbulas de Takuya e Izumi Takuya no estaba. Volví ver y estaba sentado al costado de Jumpei. Al toque congeniaron los dos. Pero así como la debilidad de Takuya eran los juegos la de Jumpei parecía ser Izumi. Nos pusimos a hablar y contar chistes, almorzamos en su cuarto, Jumpei no se separaba de ella cosa que la empezaba a incomodar al parecer. En uno de esos momentos cuando Izumi se fue a usar el baño tuve la oportunidad de hablar con él. Takuya por supuesto no estorbaba en ese momento por que estaba pegado al televisor con una especie de goma invisible por que por mas que tratamos después no quería irse.

“Por cierto… me devolvieron las cartas que le mande a Kouji. Parece que se ha vuelto a mudar, no encuentro otra explicación.”

“Tienes idea a donde?”

“La verdad que no. Pero espero me escriba pronto por que si bien no tengo su dirección el si tiene la mía. La vez pasada que se mudo se demoró en escribirme como tres meses, le daré un mes mas sino ya lo doy por perdido.” – al parecer Jumpei ya se iba a dar por vencido en la búsqueda de Kouji pero al parecer Jumpei no sabía que había más de una manera de dar con una persona en el japón. Si bien el no había podido encontrarlo antes era por que pensaba que estaría en la misma isla pero ahora lo más probable era que había vuelto a la isla. Cuando dieron esa reunión por terminada los tres amigos se fueron cada uno a sus casas pero siempre siguiendo el mismo camino para acompañarse.

Al día siguiente con la pista que me había dado Jumpei fui a las computadoras a buscar algunos datos. Que sabía de mi papá? Sabía su nombre, más o menos que cargos desempeñaba. Fue un poco difícil pero al final de mi primera investigación encontré dos personas con el mismo nombre, al parecer mi papá tenía un homónimo. Uno vivía en Nagoya y el otro en Osaka. Cual de los dos sería la persona que estaba buscando? Intentó en ver algo más pero ya no le salían más respuestas por que habían informaciones confidenciales. Donde más podían haber datos más recientes… Kouji! De repente si entraba a la red de los colegios podía encontrar a un niño Kouji Minamoto. La computadora se demoraba en encontrar lo que le había pedido pero después de 10 minutos arrojó algunos resultados.

Resulta que habían tres Koujis pero solo uno de los tres se había mudado hacía poco a una ciudad… a Osaka! Al toque bajo la nueva dirección de su hermano, cada vez estaba más cerca, parecía como si alguien lo estuviera llevando de la mano, sería su abuela? Acabo de copiar la información y estaba apagando la computadora del colegio.

“Hola Kouichi! Que tanto haces en la computadora? Hace rato que te estoy buscando y resulta que te habías metido por aquí.”

“Estaba buscando algunas cosas nada mas Takuya, una dirección … ves?”

“Es la dirección de ese chico del que hablabas ayer con Jumpei?”

“Escuchaste algo?”

“Claro! Estaré jugando pero no pierdo la noción de lo que pasa a mí alrededor, sé que se estuvieron burlando de mi pero no importa. Quién es ese chico? Que tanto afán tienes para encontrarlo?” – para ser despistado Takuya sabía varias cosas. No sabía si contárselo o no. En que variaría su plan?

“Bueno… es un chico que vive ahora con mi papá y su esposa”

“Tu medio hermano?” – en verdad era mi otra mitad, si le decía a Takuya me haría muchas preguntas.

“No tienes que decirme si no quieres”

“No es eso es que… ni yo mismo se muy bien como es la cosa. Te lo contaré pero eso si, ni una sola palabra a mi mamá ni nada de esto con nadie más” – Takuya hizo una señal de juramento y le conté todo lo que sabía, todo lo que me había dicho mi abuela antes de morir y todas mis suposiciones. Se sentía bien contarle todo este peso a alguien, era como liberar una carga emocional, un gran secreto. Takuya tenía una cara de sorpresa como las que uno usualmente pone para ver esas películas de suspenso.

“Parece una novela que mira mi mamá. La novela es aburrida pero tu vida es más interesante. Por que no nos lo dijiste antes?”

“Preferí investigar primero antes de contarles algo. Aún no le digo a Jumpei que Kouji es mi hermano por que si se lo digo de repente le dice el primero y me gustaría hacerlo personalmente” – Takuya prometió ayudarme en lo que pudiera y al verdad se lo agradecí mucho aunque con escucharme para mi ya era suficiente.

Durante los siguientes días espere tener un día libre hasta que al fin llegó uno. Le dije a mi mamá que saldría a caminar por ahí y para que se sintiera más segura le dije que iría con Takuya.

Ese día me fui temprano por que tenía que tomar un tren hasta Osaka para poder buscar a mi hermano. En el viaje la verdad no me aburrí, estaba impaciente por conocer a mi hermano aunque no sabía como iba a reaccionar él cuando me viera, estaba muy nervioso. Tenía que cuidarme de papá por que si me veía le diría a mi mamá y se supone que yo no sabía nada y si se enteraran que sé algo al toque pensarían que mi abuela me dijo algo cosa que era verdad. También tenía que cuidarme de la esposa de papá por que seguro también me reconocería al toque. No podía dejar que me miraran, felizmente no había ido con Takuya, el haría tanta bulla que me encontrarían al toque.

Me baje del tren, no creía posible que me encontrará tan cerca de mi hermano. Me querría tanto como yo a él? Llegaríamos a conocernos lo suficiente como para recuperar el tiempo perdido? Poco a poco iba acercándome hasta el paradero de buses. Cogí un mapa y traté de ubicarme en la ciudad. Para llegar a su casa tenía que tomarme dos buses y caminar unas cuantas cuadras. Si podía hacerlo, lo haría. Durante todo el camino estuve pensando que le diría cuando tuviera la oportunidad. ‘hola soy Kouichi tu hermano gemelo!’ , ‘Hola, de repente no lo sabes pero soy tu gemelo’ , ‘Papá te mintió mamá no esta muerta’ Poco a poco las alternativas de conversación se hacían más difíciles. Que sería lo más conveniente?

Llegue a mi paradero, me baje, las piernas a las justas me obedecían. Logré caminar las cuadras y ubiqué la casa que tanto había estado buscando. La miré bien y me imagine a mi hermano con mi papá y mi mamá viviendo juntos conmigo. Hubiera sido perfecto estar todos juntos pero a veces como dice mi mamá las cosas no funcionan y es mejor cortar por lo sano. Ahora veo que la puerta se abre, me escondo no vaya ser que la persona que salga no sea Kouji. Acerté, era la esposa, mi mamá era más bonita. Estaba sacando la manguera. Decidí tomar apuntes para ver cual era su rutina. Esperé y esperé hasta que volvió a entrar a la casa. Había espacio para un carro pero no había ninguno… papá debía estar trabajando entonces.

Después de mucho esperar me dio hambre, saqué de mi maleta un sandwich y seguí esperando. La casa era mediana pero tenía un árbol del cual solo podía ver la parte de arriba, parte de la cerca obstruía mi visión. La señora volvió a salir pero esta vez movió el brazo llamando a alguien. Poco después entró un chico flaco con una pañoleta en la cabeza y cabello largo. Al parecer Kouji había estado todo ese tiempo debajo del árbol yo no me había dado cuenta. Había desperdiciado tiempo con mi hermano. Cuando el entró me acerqué a la puerta para ver mejor el jardín. No había nada fuera de lo común hasta que un perro me empezó a oler. Era bastante amistoso, al parecer el era el único que se había percatado de mi presencia y sabía por sus instintos que era en medio de todo parte de la familia por que no hizo nada. Al rato Kouji volvió a salir y metió al perro. Alcance a ver la cara de mi hermano, a pesar de ser gemelos idénticos el se parecía demasiado a mi mamá.

Kouji no volvió a salir ni la mujer tampoco. Como a las seis de la tarde mi papá volvió a casa pero nadie salió a recibirlo, solo el perro. Volví a mi casa, no había averiguado mucho acerca de su rutina pero ya sabía que de papá no tenía que preocuparme por que tenía una hora de llegada. Cuando llegue a casa llamé a Takuya para contarle lo que había pasado. Para él esto era una novela y quería saber el desenlace. Tenía que volver a ver a mihermano de preferencia un día de semana donde hubiera clases y trabajo para poder hablar con el. Esta semana no podía hacerlo por que tendría algunas pruebas pero la siguiente era perfecta, lo malo es que tendría que faltar a clases y si bien en el colegio podían pensar enfermedad Izumi seguro iría a su casa a ver como estaba y ahí se enteraría su mamá. Había llegado el momento de decirle esto también a Izumi, total tarde o temprano se iba a enterar no?

Reuní a Izumi y Takuya para hacerla participe a ella también. Takuya se negaba a hacerla participe a ella por que según el las mujeres no saben guardar secretos. Izumi estaba muy intrigada que era eso de lo que hablábamos pero al final mi decisión ya estaba tomada y le conté todo. No pudo contener su cara de sorpresa e indignación por no haber sido avisada antes pero después se le paso. Por supuesto dijo que no le parecía que faltara a clases pero cayó en la cuenta que era la única alternativa para él así que aceptó ser parte del plan siempre y cuando no descuidara mis estudios.

El plan entonces empezó otra vez. Salió de casa muy temprano y llego a la casa de Kouji. Había salido tan temprano de su casa que aún todo estaba oscuro. Le había dicho a su mamá que tendría que llegar más temprano que nunca por que tenía que hacer una tarea no había hecho por que se había olvidado de su libro. Cundo llegó donde Kouji su papá ya se había ido y la señora también. Kouji salía de casa al colegio mas o menos a las 7 y 15 de la mañana. Lo seguí por todo el camino hasta el colegio. Lo mejor hubiera sido esperarlo afuera pero la directora me atrapó y me registro en el colegio. Le dije que estaba inspeccionando primero por que recién me había mudado y no sabía a cual escuela asistir. Me extendió entonces una invitación como alumno libre por el día de hoy pero que mañana me esperaría para la asistencia habitual. No me negué por que era muy seria, no como la de mi colegio que tenía cara de ángel. Entre al salón que resulto ser el mismo que el de Kouji. Me vería? La profesora no me dijo nada por que al parecer la directora ya le había contado como era mi asunto.

Me senté al fondo para tener una vista más panorámica del aula. Como dijo Jumpei Kouji era muy duró para hacer amigos, eso o era muy callado en el salón. En toda la clase ni siquiera volteó para verme, ni por curiosidad. A la hora del recreo se sentaba solo en una banca a leer. Me acerque a uno de los chicos del salón y le pregunte por Kouji.

“Ah Minamoto? Ah el no le gusta jugar. Cuando recién llegó lo invitamos pero no quiso. La mayoría piensa que es sobrado pero habla muy poco.”

“Si, me dijeron que es mudo”

“A mi me dijeron que asesinaron a su mamá y el fue un testigo, desde entonces no habla”. – como inventaba la gente, era increíble que el nombre de su hermano causara tanta controversia.

“Yo se la verdad. A mi me dijo mi tía que es la secretaria de la directora que es un chico muy callado. Ha tenido psicólogo desde siempre por que no supera algunos traumas. Ha tenido problemas de conducta en otros colegios pero a pesar de ser así siempre ha sacado los primeros puestos. También se que tiene un récord casi nacional en cambio de escuelas por que su papá siempre se anda mudando constantemente, por eso seguro no tiene muchos amigos.” – al parecer esta chica sabía muchas cosas de Kouji.

“Como sabes todo eso? No creo que tu tía te cuenta las cosas confidenciales de los alumno o si?” – la chica me miró sorprendida y con tremenda frescura me contestó.

“Es que a pesar de ser un rebelde aparentemente sin causa como dice mi tía es muy lindo. Aquí la mayoría de chicas se mueren por que el aunque sea les de los buenos días pero ni eso. Te asombrarías si te enteraras que tiene un club de fans a pesar de no hablar nada con nadie” – volví a mirar a Kouji pero ya no estaba, la chica tenía razón no hablaba con nadie y nadie parecía tener el suficiente valor de acercarse a él. – “Planeas acercarte a él? No te hará caso.”

No le hice caso y emprendí el camino. Podía sentir conforme me acercaba a él que la gente me empezaba a mirar, habían un montón de chicas a su alrededor y todas se hicieron a un lado cuando pase al costado de ellas. Me senté en el otro extremo de la banca respire profundo y le dije…

“Hola! Mi nombre es…”

Sin levantar la mirada del libro me contesto… - “No me interesa como te llames solo aléjate que me tapas la luz del sol y no puedo leer bien.”

“Pero…” – no me dio tiempo de ser amable ni de explicarle nada de nada, no le importó ni siquiera mirarme, solo se levantó y se fue sin despegar sus ojos del libro. Mi primer intento había fallado. La chica que me había pasado los datos tenía razón era de pocas palabras. Lo seguí observando el resto de la clase esperando tener la oportunidad de captar la atención y que viera mi cara que era igual a la suya, aunque iba a ser difícil que lo notará por que el gorro me tapaba muy bien los ojos y con el cabello hacia delante era muy difícil ver mi nariz. Esta bien, de nada iba a cambiar que me mirara o no pero quería su atención para poder conversar con él… pero como?”

Al terminar el día en el colegio lo seguí hasta la casa aunque primero hizo unas paradas en el parque para leer, luego se quedó mirando a unos niños jugar. Por su cara se veía que quería ir pero sus pies le impedían hacerlo. Tenía que hablar con él pero la única manera de hacer que me hiciera casa sería tener cara de libro o algo parecido salvo que… ya tenía un plan y era casi perfecto… solo tenía que esperarme un par de días para hacerlo. Acompañe de lejos a Kouji hasta su casa, espere a que entrara a la casa, no se por que pero tuve ganas de entrar con él, pero me quedé afuera de la ventana viendo todo. Nunca había tenido la oportunidad de ver dentro de su casa. Papá ya estaba adentro por que el carro estaba estacionado afuera. Pegue mi oreja a la ventana para escuchar lo que decían.

“KOUJI! Que horas son estas de llegar! No sabes que debes llamar antes para avisar que llegaras tarde!” – papá estaba alterado.

“Si lo sé pero se me hizo tarde. Lo siento” – y siguió caminando a las escaleras.

“Escúchame cuando te hablo! Parece que no te importará nada de lo que sucede en la casa. Tu mamá estaba preocupada por ti, debes de llamar!”

“Cuantas veces te voy a repetir que ELLA NO ES MI MAMA! Mi mamá se murió cuando yo nací PUNTO!” – la señora se había puesto a llorar. Al parecer la vida de Kouji no era tan perfecta como parecía ser. Si la chica del salón supiera esto tendrían que hablar en el colegio por mas de dos meses. Por otra parte papá estaba más que molesto tanto que le pegó una tremenda cachetada a Kouji que lo llevo a caer al piso. Toda su mejilla se puso roja, pero el como si nada se paró y siguió caminando. Papá también lo comenzaba a seguir pero esta vez ella lo detuvo para calmarlo. Me sentí impotente de no poder hacer nada por mi hermano, si supiera que mamá estaba viva sería un gran alivio para el.

Tenía que ver a Kouji para saber que estaba bien, su dormitorio estaba en el segundo piso y para verlo tenía que… subir el árbol! Trepe como nunca lo hice en una clase de gimnasia y logre treparme por la rama hasta llegar a la ventana que para mi suerte era la de Kouji. El ya estaba ahí sentado, dándome la espalda, vi que sacaba algo del velador, se paró y fue a dejar su maleta al escritorio, lo que había sacado lo había dejado en la mesa, era un marco de fotos vació. Kouji se puso a hacer sus tareas lo que me recordaba que tenía que regresar a mi casa, sino mi mamá también se preocuparía y no había nadie quien la calme.

Felizmente cuando llegue a casa mamá recién llegaba. Ella notó que estaba muy callado por que estaba pensando en un plan como para hablar con mi hermano. Pero cuando mamá me pregunto en que pensaba no supe que decir y de mi boca salió una pregunta medio rara.

“Por que te separaste de papá?” – no se esperaba esa pregunta creo. El ambiente se puso un poco tenso.

“A que viene la pregunta?”

“Bueno es que hoy en el camino vi a un señor que le pegó a su hijo, pensé si mi papá sería así también”.

“Bueno, tu papá nunca me pegó si a eso te refieres. Pero lo que sí el perdía muy rápido los estribos. Era una buena persona pero muy voluble e impulsiva si no hacían lo que el quería”. – con razón se enojo. No podía decirle eso a su mamá por que él estaría en falta. Después de la comida llamó a Takuya para que le dijera las tareas, no podía atrasarse sino Izumi lo acusaría. Takuya pidió detalles pero no se los dio, esa era una situación muy delicada como para ventilarla.

A la mañana siguiente fue a su colegio, dijo que se había sentido mal pero que ya estaba bien. Los profesores no notaron nada malo por que el era un alumno modelo, nunca haría nada malo. Para después del colegio se fue a ver a Kouji, pero como le daría el sobre que le había preparado sin levantar sospechas? En lugar de ir a verlo fue al colegio de Kouji y se metió hasta el casillero. Por ahí le deslizo el sobre y luego salió corriendo para que nadie lo viera. Mañana Kouji se llevaría una gran sorpresa.

TBC...

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