Daybreak


Capítulo 1: Light my Darkness

Todos somos diferentes, tenemos diferentes cosas, diferente cabello, ojos, labios. Yo soy diferente a todos… o al menos eso creía hasta hace unos meses atrás cuando conocí a mi hermano gemelo y me perdí en él. Eramos, no, somos completamente iguales físicamente, la única manera de diferenciarnos es por el largo del cabello, el de él es más largo.

Siempre me burle de la gente que se amaba a sí misma pero con mi hermano descubrí que yo también cojeaba de ese pie. Me enamore de él… él que es igual a mí aunque de personalidad somos muy diferentes. Yo suelo pensar mal a veces, él es muy inocente; yo soy de tomar acciones, él va con el viento. El es muy reservado aunque a mi me cuenta muchas cosas, a veces siento que se guarda otras, yo procuro contarle todo, lo único que no le he dicho es como me siento ahora con él. Los dos nos queremos mucho pero de un momento a otro me di cuenta que yo lo amo demasiado pero no me atrevo a decírselo.

Desde que dimos con nosotros vamos al mismo colegio al igual que nuestros amigos, ya no nos queremos separar. Después de colegio solemos ir a mi casa, a veces se queda a dormir otras me quedo yo en su casa. Para dormir yo tengo mucho calor y duermo solo con ropa interior en cambio él se muere de frío y duerme con su pantalón y sudadera. Para dormir el tiene una almohada chica y medio dura, yo duermo con una grande y mullida. En helados él es chocolate y yo vainilla, en comidas él le gusta más la marina, yo muero por la carne roja. Me divierto jugando con mi sombra a la luz del día, él prefiere esconderse del sol bajo la sombra pero definitivamente el adora la noche y la luz de la luna. El vive con papá y yo con mamá. Mamá nos quiere mucho, a los dos por igual; papá también nos quiere mucho pero él le exige más a Kouji por lo mismo que viven juntos… esto como que lo acorta un poco en sus decisiones.

De un momento a otro tengo miedo de hablarle, de decirle lo que siento y que me rechace aunque yo sé que no lo haría, él me aceptaría así le resultara extraño al principio, de todas formas se lo diré, no quiero quedarme con la espina clavada, no quiero dejar pasar la oportunidad que se me presenta. Se lo diré hoy cuando estemos en mi casa, después del colegio, quizás mientras almorcemos o antes que llegue mamá o quizás antes de irme a dormir pero no después de eso… sino nunca lo haré.

Era difícil pretender estar atento en clases con todo esto en mi cabeza, estando con él sentado a mi lado mirándome, pidiéndome los apuntes, prestándome un lápiz o agarrando mi borrador. Sentía la urgencia de pasar mi brazo por detrás de sus hombros cuando Takuya, por jugarle una broma a Kouji me salvo del impulso. Le quito la liga que sostenía su cabello sin que él se diera cuenta. Su cabello quedo suelto y a libre albedrío, liso y suave, no se veía ni la más mínima presencia de enredo en el, le llegaba casi a la cintura, le quedaba muy bien.

Al principio no se dio cuenta de lo que pasaba y me miraba extrañado por lo mismo que Takuya se reía de él. Su cara era una mezcla de expresiones, sus ojos me decían cosas como ‘Por que se ríe?’ y ‘Tengo algo raro en la cara?’ pero su cabello de esa forma me daba la impresión que hablaba con una niña. Tardo un rato en reaccionar y darse cuenta que había pasado. Su primera reacción fue pegarle a Takuya con su cuaderno, se veía algo molesto pero era más por la broma que por la acción en sí. Enojado agarró su liga y se volvió a amarrar el cabello a pesar que las chicas le pedían que se lo dejara suelto pero él nunca les hizo caso, nunca hacía lo que le decían, siempre hacía lo que veía más conveniente.

El es como una luz, donde la luz entra llama la atención, a todos les gusta la luz. Donde el va llama la atención, agrada a la mayoría a pesar que la mayoría para él no es de su total agrado. A pesar de ser una luz se pega mucho a la oscuridad, según él no le gusta llamar la atención, no le gusta que lo miren mucho ni que lo esten tocando como si fuera una estatua a la cual venerar, eso solo se lo permite a sus amigos y a mí. A los dos nos agrada el silencio especialmente para pensar, a mi no me importa mucho la bulla, puedo vivir con eso pero Kouji no puede. Cuando hay mucha bulla pierde la concentración y se desquicia muy rápido, se desespera con facilidad aunque nunca lo he visto explotar, me parece que varias veces ha estado a punto de hacerlo en especial cuando esta al lado de Takuya. Solo mi oscuridad lo calma, lo serena. A pesar de ser iguales a él le prestan más atención que a mí, yo prefiero mantenerme al margen, me gusta ver las cosas así. A mi me gusta la luz, me gusta mi hermano, lo oculto de la gente en mi oscuridad, le doy un lugar especial en mi corazón.

Ya para el final del día nos encontramos en la puerta para ir a casa. Por lo general caminamos hablando sobre lo que nos había pasado en el día, hoy en cambio estábamos algo callados. Yo estaba absorto en como le expresaría mis sentimientos pero note que él también estaba mudo a mi costado… en que estaría pensando? Podría preguntarle eso para romper el hielo, hablarle de lo mio…

“Etto… En que estas pensando Kouji?” – al principio no me contesto, seguía mirando el piso perdido en su mente. Cuando mis palabras llegaron a su cerebro se sobresalto un poco y me miró medio perdido.

“Nee… no en nada… tu en que pensabas?”

“Yo? Primero tu! Yo te pregunte primero” – Pude haberle dicho ahí mismo pero yo quería escuchar primero que era lo que se traía él entre manos. Estaba pensando en algo importante para él, lo sabía por la manera en la que había reaccionado.

“En nada! Es que pensaba en el examen de la próxima semana. Tu?”

“Humm… te creo pero no me convences del todo. Yo estaba pensando en nosotros” – vi su cara, me importaba más su reacción. Sus mejillas estaban rojas… sería buena reacción? – “Es que… no se como te vaya a caer esto pero… yo te quiero mucho… de un tiempo a otro te empecé a querer más… ahora sé que es algo más que un simple cariño ce hermanos”

“…” – se quedo parado en medio de la calles sin decir nada, ni siquiera se movía.

“No sabía como ibas a reaccionar… creo que mejor no te hubiera dicho nada. Aún así quería que lo supieras por que yo ya no podía seguir viviendo con esto por más tiempo… si no te lo decía ahora no te lo iba a decir nunca. Me perdonas por decirte estas cosas?” – estaba parado a su lado con mi corazón totalmente expuesto esperando algún tipo de respuesta. Me daba mala espina esperar tanto… sentía como si él no me quisiera igual que yo a él. Por su parte el parecía estar buscando las palabras cuidadosamente ya sea para decirme que si o para cortarme de raíz, lo segundo me asustaba más. Al parecer no solo se había olvidado las palabras, había perdido su voz.

“niichan… yo…” – eso sonaba a un no ó estaría nervioso? – “Yo también te quiero mucho. A tu lado me siento extraño, tu me conoces bien y sabes que no soy muy bueno para decir estas cosas pero no existe nadie con el que quisiera estar más que contigo” – me abrazó y se pendió de mi brazo, me puso su cabeza en mi hombro… seguimos caminando. Para mí era algo más que un momento mágico por que sentía que mi valor había dado frutos. Y ahora quien podría decir que la luz y la oscuridad no podían ser una misma cosa?


Capítulo 2: Dark my Lightness

Me encantaba dormir con mi hermano, me gustaba sentir sus brazos alrededor mío. Su cuerpo era sumamente cálido en especial por las noches. Cuando dormía sin él daba vueltas por toda mi cama buscando algún sustituto de calor. Ya era demasiado grande como para dormir con papá, además él estaba con mi nueva mamá y aún no le había cogido tanto confianza a ella como para hacer eso. Por eso cuando no estaba con él usaba mi almohada pero a pesar que era dura como sus huesos no era él.

Yo podría decir que tengo dos caras. La que más uso es con la que aparento y a pesar de ser mi favorita la odio. Con esa careta puedo lograr captar la atención de todos a donde quiera que vaya. Es tan poderosa que apenas pongo un pie en el salón tengo como a diez personas saludándome y queriendo saber de mi. No me gustaba ser el centro de atención hasta tal punto pero si me gustaba que la gente se preocupara un poco por mí pero algunos solían llegar a maneras obsesivas.

Mi otra cara y que fue la creadora de la primera es algo opuesta. Por lo general uso esta para reclamar atención en mi casa ya que papá no suele dármela mucho por lo mismo que trabaja todo el día. El llega cansado del trabajo y para lo único que me dirige la palabra es para preguntarme como me va en el colegio, para saber mis notas y si voy de primero en el salón; por eso siempre me tengo que esforzar para que de esa manera me preste un poco más de atención.

En cambio con el único que puedo ser como soy es con mi hermano. El es el único que me conoce y me presta atención sin necesidad de hacerme el interesante o sin portarme de manera ejemplar. Me gusta estar con él por que a su lado puedo ser yo.

Así soy yo, en el colegio y para mis amigos soy el cool al que todos hacen caso; en mi casa soy el niño bueno que mi papá quiere que sea, siempre bueno, siempre responsable; pero con mi hermano soy un chico normal, como cualquier otro. Estaba feliz de saber que gracias a él no me había perdido en mi mismo. Aunque de un momento a otro se me hacía difícil describirme cuando me lo pedían. Esas preguntas prefería dejarlas en blanco… era posible perderme de esa manera? Dándome cuaenta ahora admito que siempre anduve perdido tratando de complacer al resto de personas que me rodeaban pero mi hermano me empezó a encontrar apenas me conoció aunque persisto en la búsqueda de mi antiguo ser.

Ahora estoy sentado en mi escritorio con un papel y un lápiz una vez más frente a la gran pregunta… quien soy? Soy una persona normal? Las personas normales no tienen tantas caras como yo, la mayoría a mi edad se muestra tal cual es y yo la verdad me siento opaco, mi hermano es transparente por que él dice lo que siente y piensa. Mi hermano dice que yo soy como una luz y él es como la oscuridad pero si yo soy la luz por que me siento tan solo? El siendo la oscuridad se lleva mejor con la gente. Yo en la oscuridad me siento tranquilo por que nadie me ve, por que sin tanta luz no me ven tal como soy, puedo sacarme la máscara.

Como la luz que soy todos me siguen asi mi comportamiento no sea el más adecuado, a la luz todo se ve así que todos muestran lo que pretenden, lo que no son. En la oscuridad en cambio todos somos iguales por lo mismo que no hay manera de reconocernos, uno se siente más cómodo ahí, no hay necesidad de ir a la luz. Dicen que la oscuridad es engañosa pero no puede ser así por que en ella yo encontré la paz, comprensión y un lugar solitario donde pensar tranquilo, un lugar que no había encontrado en otra parte... pero si todo el día me la paso pensando entonces yo mismo estoy buscando quedarme solo, todo el día estoy solo… con razón me quejo de eso.

A mi hermano no le prestan tanta atención como a mí pero a él parece no importarle, así se siente feliz. Como se nota que le prestaron bastante atención de chico mamá y la abuela. Siendo el la oscuridad y parando siempre alrededor mio no desaparece en mi luz, al contrario, pareciera que tiendo a esconderme en él, a su costado mi luz cegadora se apaga y paso a ser una simple vela.

Recuerdo muy bien el otro día que hablo conmigo seriamente, fue la primera vez que me dijo que me quería. Al principio me quede helado con su declaración, no por que no le correspondiera sino por que me había agarrado de sorpresa, casualmente yo había estado pensando lo mismo. Yo también lo había llegado a querer mucho, al principio no sabía si era por la costumbre de parar todo el día juntos desde el día que nos conocimos o era por que nos complementábamos muy bien, después de todo éramos gemelos no? A pesar de haber vivido separados y que recién nos conocíamos nunca nos comportamos como perfectos desconocidos, sentía como si solo lo hubiera dejado de ver por un tiempo y nada más… sería la conexión de la que todo el mundo hablaba? En fin, eso ya no tenía importancia ya que desde ese día estábamos más unidos que nunca, ya no era un simple y común amor fraternal, tampoco era un cariño común o de amigos… eso ya lo habíamos superado.

Apenas llegamos esa tarde a la casa almorzamos juntos y luego nos echamos en el sillón a ver televisión. EL se puso del lado derecho y yo del izquierdo. Conforme el tiempo transcurría mi cuerpo se iba cayendo hacia el medio del sillón hasta que el sopor terminó dejándome medio dormido en las piernas de mi hermano. Mis ojos medio cerrados tenían una batalla para permanecer abiertos pero las suaves caricias de mi hermano hacían que perdiera a cada segundo.

No recuerdo el momento exacto en el que me quede dormido pero desperté en otra parte, desperté en mi cama con mi hermano al costado, él también estaba durmiendo. Mire por la ventana y ya estaba oscuro, mamá llegaría en cualquier momento. Salí del cuarto a tomar aire pero antes hice una parada obligatoria en la cocina por que me moría de sed. Me sentí algo solo pero no quería ir corriendo a despertar a mi hermano por que tenía cara de cansado, como si no hubiese dormido bien anoche. Preferí salir a la puerta del departamento a esperar a mamá. Mire por la baranda pero aún no la veía llegar, corría bastante viento por el pasadizo así que preferí entrar por mi casaca pero la puerta se cerro en mi cara. A pesar de tener frío me negaba a tocar la puerta para despertar a mi hermano, no me importaba mucho de todas formas por que mamá no demoraría en llegar.

Me recosté contra la puerta abrazando mis piernas para darme algo de calor. El cielo estaba despejado y la luna en forma de plátano parecía estar sonriéndome, sabría ella lo que me había pasado en el día? Cerré mis ojos para contarle todo… habré estado ahí un buen rato sentado, como unos diez minutos casi hasta que mi hermano abrió la puerta y como estaba recostado en ella me caía hacia dentro. Lo primero que vi fueron sus ojos, se veía preocupado, sus manos llegaron a las mías después para ayudarme a parar. Me sentí como un tonto y las rechacé, podía pararme solo. A él no le importo mucho eso, parecía estar acostumbrado pero aún así siempre me las seguía ofreciendo.

“Es mala idea salir al corredor sin abrigo” – tenía razón pero la puerta se me había cerrado en la cara, no paso más de dos segundos y mamá llego.

“Hola hijos! Como estan? Que tal les fue hoy en el colegio?” – Esa siempre era la primera pregunta de papá pero mamá solo la usaba cuando llegaba cansada de un largo día de trabajo.

“Hola mamá! Te estábamos esperando. Vamos a comer para que te acuestes temprano y descanses” – entramos los tres al departamento. Kouichi calentaba la comida mientras yo ponía la mesa y mamá se ponía más cómoda.

“Bueno y como les fue hoy? Kouji no me has dicho nada hasta ahora. Todo bien?” – verdad, me había distraído mucho a la hora que ella llego. Mi primera reacción fue darle el beso que no le di cuando llego.

“Si, de maravilla” – todo estaba muy bien desde esta tarde, lo que me había dicho mi hermano me había subido bastante los ánimos. Mamá me sonreía satisfecha. Por lo general yo no era de contar mis problemas a nadie, no me gustaba preocupar a la gente pero por otra parte tampoco era de expresar así de fácil mis sentimientos, no tenía idea que me pasaba en ese sentido.

“Si me preguntas a mi te dire que me fue muy bien hoy! Te acuerdas el trabajo que me quede haciendo ayer? Me pusieron sobresaliente. Además que todo va bien entre nosotros… ne Kouji?” – me puse rojo. No era de muchas palabras y que él le dijera eso a mamá… tampoco era que le había dicho gran cosa pero… no sabía que podía decir mamá a todo eso tampoco… y si no le gustaba le idea?

“Estas rojo hijo! Te pasa algo? Te noto calenturado… te sientes mal? Tienes fiebre?” – me gustaba estar aquí con mi mamá, con ella tampoco valía la pena intentar llamar la atención por que de por sí nosotros éramos su vida.

“No, estoy bien!” – le sonreí para que confiara más en mí. Después de eso la hora de la comida estuvo más tranquila. Mamá se fue a acostar temprano y Kouichi y yo nos fuimos a nuestro cuarto. Antes de que supiéramos lo que sentíamos el uno por el otro me cambiaba a mi pijama enfrente de mi hermano pero ahora… ahora sentía un poco de recelo pero era uno no justificado. Por que me sentía así? Para evitar ese tipo de cosas me fui a cambiar al baño y de paso me lavé los dientes. Cuando salí mi hermano ya estaba apagando las luces. El se echó en su cama vestido solo en ropa interior, yo me metí a la mía abrigado como si me fuera al polo norte.

Sentí como si pasara algo, como si él me llamaba, sentí como mi cuerpo como si fuera un imán me pedía acercarme a mi hermano. Me levanté como por arte de magia y me pare al lado de su cama.

“Puedo dormir contigo?” – me abrió los ojos y se hizo a un lado con una sonrisa en la cara. Me recosté a su lado abrazando a mi almohada como solía hacerlo siempre hasta que sentí sus brazos entrelazando mi cintura, él también me abrazaba par dormir… me encantaba dormir en esa cama… me encantaba estar con mi hermano…

TBC…


Cap 3 y 4 // Cap 5 y 6

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