Puppet

 

Capítulo 7: Time goes so fast

Mi alegría no duro mucho. Dudé a la hora de soplar las velas y me quede mirando al frente esperando alguna reacción de él, algo que me indicara si seguía molesto conmigo o no. Todos se dieron cuenta de mi reacción y de alguna manera intuyeron lo que pasaba por mi cabeza.

-“Sopla las velas de una vez Echizen sino la cera caerá en la torta y no se podrá comer… además ya tengo hambre!” – me dijo a la oreja pero yo seguía con la mirada en la puerta.

-“Ya me voy Oishi… hablamos más tarde” – eso solo lo podía interpretar de una sola manera…

-“Pero Tezuka…” – Oishi se puso de pie como para detenerlo pero fue Fuji quien llego más rápido a él y los dos desaparecieron detrás de una pared.

-“Quizás sea yo quien debería irme… no quise aguarle la fiesta a nadie…” – me paré y comencé a caminar pero esta vez fue Oishi quien me detuvo.

-“Que no te preocupe eso… ya se le pasará además aún no te puedes ir… sopla las velas” – Oishi trataba de permanecer calmado y sonriente

-“Oishii tiene razón nyaa! No te puedes ir ochibi sin antes apagar las velas… tienes que pedir un deseo!” – un deseo? En estos momentos lo único que se me venía a la mente en este momento era que el capitán me volviera a hablar pero yo no estaba seguro en cuento tiempo las velas podrían hacer realidad mi deseo.

-“Si Echizen! Debes soplar las velas!” – Momo me cogió de los hombros e intentó empujarme hacia la sala nuevamente y ejerciendo algo de presión logró hacer que me sentara en el sillón. Tome aire y sople las velas de una vez para poder irme, sentía la presión del momento pero era inútil tratar de salir de esa casa por que todos ponían de su parte para que ni siquiera pudiera llegar al baño.

-“No quiero causarles molestias chicos… mejor me voy de una vez…”

-“No incomodas a nadie Echizen” – Kawamura sempai se puso en el marco de pórtico de la sala junto con Inui pero después notaron que ese último esfuerzo no fue muy útil por que desde donde estábamos parados ahora podía oír perfectamente lo que hablaban entre Fuji y Tezuka.

-“Déjame ir Fuji”

-“Pero Tezuka… lo vas a hacer sentir mal… no crees que deberías darle tregua al menos por hoy? Ayer fue su cumpleaños sabes?”

-“Tregua? Más de un mes fue suficiente tregua” – si había algo queme incomodara más que esa situación era que alguien tuviera que intervenir por mi y encima que todos los de la sala escucharan eso… era demasiado…

-“Oishi sempai… donde esta tu baño?” – Oishi se me quedó mirando un rato como para ver si estaba llorando o algo así pero como trataba de mantenerme a mi mismo tranquilo me señalo el lugar al costado de la sala. Camine bajo la mirada de todos y una vez que entre cerré la puerta con candado.

En el baño busque la manera de salir de esa casa. Daba gracias de no haber crecido demasiado como para poder pasar por la ventana aunque el pequeño agujero de la pared estaba algo alto pero a estas alturas la caída era lo que menos me preocupada aunque el dolor en la rodilla una vez que aterrice en el piso me dijo que para la próxima debía pensar mejor en la prioridad de mis preocupaciones.

Salí de la casa de Oishi furtivamente y como no tenía a donde ir me fui a caminar un rato, haciendo tiempo suficiente como para que Momo regresara a su casa. Lo mejor en todo caso sería caminar hacia la casa de Momo y dar vueltas por ahí esperando a verlo para entrar los dos y evitar las preguntas de sus papas… después de todo era su casa y no la mía como para llegar a cualquier hora.

Llegar a los alrededores de la casa de Momo fue sencillo, al pasar por la puerta de entrada vi como la señora le habría la puerta a Karupin para que saliera a pasear un rato, antes de salir le había pedido ese favor. Pero de los dos el único que llego a verme fue Karupin que vino corriendo hacia mí y se comenzó a frotar entre mis piernas.

-“Creo que debí escucharte mejor Karupin… no fue una buena idea venir desde tan lejos…” – Karupin ahora había saltado a mis brazos y se trepo a mi oreja para ronronearme como siempre lo hacía cuando el consideraba que necesitaba de él. – “Vamos a comer algo al parque mientras esperamos a que regrese Momo sempai”

Me fui caminando con mi gato en los hombros. Nuestra primera parada fue la tienda para comprarle una lata de atún a él y algo para mí. De todas las cosas que habían solo tenía suficiente plata para comprarme unos bocaditos salados de algas crocante… esas bolitas eran ricas, nunca antes las había probado pero fue Momo quien me enseño a comerlas… me gustaba hacer que se deshicieran en mi boca.

En el parque los dos nos echamos en una de las bancas. Tenía algo de frío… quizás sería mejor buscar un lugar más abrigador para pasar el rato… de repente podría ir a una iglesia… nadie botaba a nadie de la iglesia…

Camine buscando una iglesia o un lugar que me diera abrigo hasta que llegara Momo a su casa pero yo estaba da mala suerte… o sería mi mal karma? Llegando hasta una parroquia abierta justo veo entrar a Tezuka con su familia… eso significaba que ya la casa de Oishi estaría menos desocupada… Momo ya estaría regresando? Quizá se había quedado comiendo la torta…

Recogiendo mis pasos escuche una voz familiar…

-“Nyaaaa… ahí esta! Atrápenlo!” – Todos venían tras de mí, Karupin del susto saltó de mis hombros y corrió hasta el árbol más cercano… si yo hubiera tenido sus garras hubiera hecho lo mismo.

-“Donde te habías metido? Te hemos buscado por todas partes!” – Oishi corría algo fatigado pero ninguno se veía demasiado enojado conmigo… felizmente

-“Echizen eso no se hace!” – Momo me jaló una oreja haciéndome doler un poco

-“Déjenlo… entendemos por que te fuiste pero como dice Tezuka aún no has aprendido a enfrentar tus problemas del todo” – Fuji fue muy enfático con la última frase… todos tenían razón pero nadie se estaba poniendo en mis zapatos a la hora de evaluar la situación.

-“Si sabemos lo que pasaba por tu cabeza pero deberías tener un poco más de correa…” – Kawamura y los demás podían decir muchas verdades pero ninguna era posible de aplicar en mi caso por que si ellos hubieran estado en mi lugar también se hubieran sentido mal, nadie quiere estar en un lugar donde lo hagan sentir menos, eso no fue lo que me enseñaron.

-“Al ver tu cara Echizen puedo decir que tienes algo que decirnos… tengo un alto porcentaje de probabilidades que nos dirás que no estamos evaluando las cosas desde tu perspectiva pero…”

-“Pero tienes que aprender a no dejar plantada a la gente como la última vez… psshhhh” – Kaidoh tenía razón… los había dejado plantados una vez más… ellos habían preparado todas las cosas para pasar una bonita tarde y por todo lo que paso… les volví a arruinar los planes…

-“Lo lamento mucho…”

-“No lo hagan sentir mal… vamos, volvamos a la casa para comernos la torta de una vez!” – Oishi se acercó a mí y me ofreció una sonrisa a la vez que cogía mi mano y me llevaba a su casa para evitar que escapara. Para mayor seguridad era Kikumaru sempai el que cogía mi otra mano mientras que Momo iba agarrándome de los hombros… ninguno abandonó esa posición hasta que volvimos a entrar a la casa.

Cuando la torta ya estuvo partida y todos estaban comiendo su torta se me vino algo a la mente… que habría pasado con Tezuka… se habría peleado con todos ellos? Si era si no era justo por que la pelea después de todo había sido conmigo.

-“Y que paso con el capitán?” – la pregunta abandonó mi boca.

-“Bueno él esta bien… no te preocupes, a veces suele tener muy mal humor!” – Fuji rió como siempre lo hacía. No tenía por que dudar de él después de todo la conversación había sido entre ellos dos pero también era sabido que Fuji era un gran mentiroso.

-“Tezuka nos vera mañana a todos… tu también tienes que venir… vendrás verdad?”

-“Quizás no sea una buena idea Kawamura sempai…”

-“Tonterías” –se apresuro a decir Oishi… - “Tienes que ir por que aún sigues siendo parte del equipo”

-“Pero…”

-“Nyaaaa… cochibi no debes seguir diciendo que no iras… tienes que ir Nyaaaa! Oishi dile que tiene que ir!”

-“Eiji, se lo acaba de decir hace un ratito…”

-“Nya… tienes razón Fujiko pero él no entiende!”

-“No se preocupen… mañana iremos los dos verdad Echizen?” – Después que Momo dio esa afirmación no tuve más remedio que aceptar a pesar que en mi mente comencé a ver alguna manera de escapar de esa obligación… no, no podía huir… tenía que remediar el problema…

-“Neee Momo sempai… tengo algo que hacer primero… te veo en tu casa!” – los deje a todos desconcertados y salí corriendo del lugar con un rumbo conocido pero algo lejos de donde me encontraba.

Corrí hasta la avenida principal y de ahí tome un bus que me dejaría a algunas cuadras de mi destino final. Por suerte recordaba como llegar a pesar que solo había ido una vez en toda mi vida. La casa por fuera se veía tan seria como la persona que vivía ahí. Afuera el grass estaba cortado a la misma medida y en el jardín habían unas repisas de madera que tenían una colección increíblemente variada de plantas bonsái… se veía claramente que la familia era fanática de la horticultura.

La puerta de la entrada no tenían ni un minúsculo grano de polvo y a pesar de pisar la alfombra varias veces no se veía el polvo flotar… era de esperarse, por eso seguro también sería meticuloso, no era cosa de él solamente. Alcé la mano para llamar a la puerta pero mi presencia ya había sido detectada por alguien más…

-“Buscas a alguien jovencito?” – salté del susto, esa voz había salido de la nada

-“Eh… buenas tardes señor!”

-“Buenas tardes… Buscas a alguien?” – el señor debía ser su abuelito por que su cabeza tenía varias canas… aunque no me debía dejar llevar por eso por que habían hombres que eran bastante canosos sin necesidad de llegar a la tercera edad.

-“Yo estaba buscando a Tezuka buchou… esta él en casa?”

-“Kunimitsu aún no llega… salió con su mamá un rato pero ya debe estar por llegar. Eres del club de tenis?” – el anciano llevaba en la mano unas tijeras de podar y en la otra una regadera… al parecer el fanatismos venía de su parte.

-“Puedo esperarlo? Aunque sea acá afuera?”

-“Claro… aunque te podrías resfriar. Si quieres ayúdame con las plantas… tengo demasiadas ahora último” – el anciano camino hacia las plantas y me hizo un lado a su costado asumiendo que yo iría a ayudarlo.

-“Yo… yo no soy bueno con las plantas… en el colegio mi semilla jamás crecía…” – el anciano rió un poco, al parecer le había hecho gracia mi comentario. Pero lo que le había dicho era verdad. Cuando fui al colegio y en clase de naturales me encargaban hacer germinar una planta en un vaso con algodón mojado el mió jamás lo hacía. Según mi papá era por que la planta no quería conocerme, según mi mamá yo no tenía buena mano para las plantas… la de mi mamá era la más creíble pero aún así siempre insistí en hacerla crecer aunque sea un poco… después de mucho intentar llegue a la conclusión que no servía para eso y la única manera que podría hacer algo con una planta era convertirla en ensalada.

-“No vas a hacerlas crecer… solo me vas a ayudar a podarlas” - al parecer a el le hacia mucha gracia estas cosas. Sabía que si algo salía mal me iba a arrepentir toda mi vida pero aún así corrí el riesgo y me senté a ayudarlo.

-“Esta bien… que tengo que hacer primero?” – me resigne como siempre lo hacía cada vez que me veía forzado a algo.

-“Lo primero que tienes que hacer es mirar a la planta y hablarle, a ti se nota que te hace falta hablar” – hablarle a la planta… la demencia senil le había llegado muy temprano al señor – “Aunque no me creas hablarle a la planta es un buen secreto… eso le ayuda a crecer… te apuesto que tu no le hablabas a la semilla en el colegio”

-“No, solo le decía que creciera rápido sino me pondrían mala nota”

-“Las plantas se toman su tiempo para crecer… no esta bien apresurarlas” – yo trataba de hacer un buen trabajo mientras lo escuchaba hablar sin prestarle mucha atención – “No te escucho hablarle a la planta. El bonsái quiere saber algo del que corta sus tallos”

-“El bonsái quiere saber de mi?” – me parecía muy loco hablarle a la planta pero me parecía más loco escuchar lo que el bonsái decía.

-“Cuéntale lo que has hecho en los últimos días… no seas tímido, y ni se te ocurra inventar por que sino la mataras!” – ahora si me daba miedo estar al lado de este señor… pero si decidía escapar otra vez era seguro que me perseguiría con sus tijeras podadoras por todas partes… no tenía otra salida verdad?

-“Yo… no he hecho nada bueno ahora último”

-“El bonsái quiere saber más… dile todo lo que quieras que él nunca dirá nada” – sería verdad? Quizás el bonsái no diría nada pero y que de el anciano? El tenía oídos para oir y boca para contarle todo a todo el mundo…

-“No se bien para que vine… quería disculparme con todos pero aparentemente no fue buena idea… no todos querían verme… los comprendo por que se que me fui sin avisar y me porte mal con todos pero…” – el anciano había dejado de cortar y ahora escuchaba con atención

-“Todos actúan de manera diferente, no puedes esperar que todos olviden las ofensas a la vez… solo tienes que darle tiempo a ese cascarrabias” – era curioso que se refiriera de su nieto cascarrabias... obvio que el no sabia que hablaba de él pero el comentario me hizo gracia.

-“Usted cree?”

-“Claro… como dices que te llamas?”

-“Echizen… Ryoma”

-“Con que tu eres el famoso Ryoma… he oído muchas cosas de ti…”

-“Debo suponer no muy buenas verdad?”

-“ Algo desilusionadoras pero supongo debiste tener tus motivos para eso verdad? A donde te fuiste?”

-“Regrese a América pero no pude con la carga y me regrese solo… ni siquiera le dije a mis papas que me vine para acá… recién se enteraron ayer…Ouch!” – el anciano me dio un golpe en la cabeza con un pedazo de periódico. – “El castigo físico no es algo aceptado sabe?”

-“Ese golpe te lo di en representación de tu papá. Que chico tan loco como para viajar antes de Navidad… tu familia debió estar preocupada por ti… eres un insensato!”

-“No es la primera persona que me lo dice pero si le sirve a todo el mundo de consuelo pase el peor cumpleaños de mi vida… no creo que vuelva a repetir esto… nunca más!” – era algo que me lo había repetido constantemente

-“El bonsái te cree… y cuando regresas a tu casa?”

-“A América me voy en un mes…en realidad en 20 días… los pasajes no duran un mes completo” – se rio nuevamente.

-“No eres tan mal jardinero después de todo… lo haces muy natural” – sin darme cuenta había estado hablando y cortando el árbol a la vez… no lo había hecho tan mal como supuse. Le devolví la sonrisa esta vez.

-“Gracias por todo… en verdad”

-“Si… suerte…” – se acercó un poco a mi cara y me susurro algo al oído… - “El cascarrabias se acerca… lo percibo…” – y dicho y hecho, podía ver el mechón de cabello castaño claro moverse por encima de la cerca de ladrillos y acercarse rápidamente a la puerta principal. Podía oír el sonido de unos tacos acompañándolo, ella debía ser su mamá…

-“Kunimitsu… alguien te ha venido a buscar…” – el anciano con voz juguetona comenzó a llamar a su nieto… para él mi situación era un juego que lo entretenía bastante

-“Buenas tardes!” – salude rápidamente a los dos, del susto casi baje mi cabeza hasta el piso y logré arrancarle esta vez una carcajada al anciano… no me gustaba ser objeto de burlas. Por otra parte tenía que preocuparme más por lo que se me acercaba. El capitán se veía más serio que de costumbre.

-“Bueno… ya casi es de noche chicos y si van a conversar un rato será mejor que pasen por que acá afuera hace mucho frío no creen?” – la mamá del capitán eran diferente a su hijo en el aspecto de comportamiento, a decir verdad todo el mundo hablaba más que el capitán, él era casi tan antisocial como yo.

-“Que esperas para entrar chico? Ya todos estamos adentro” – el abuelo me paso la voz, sin querer me había quedado agachado mucho rato saludando a los recién llegados. Me di el lujo de entrar pero solo por que el anciano me había invitado a pasar por que lo que era su nieto persistía en su hermetismo. – “Siéntate” – me señalaron un asiento mientras la mamá del capitán salía con dos tazas de algo humeante, por el olor era te.

-“Uy, me olvide de preguntarte! Te gusta el té o prefieres un chocolate caliente?” – no le podía despreciar su té aunque de los dos prefería el que tenía más alto contenido calórico.

-“Me encanta el té!” – su mamá me sonrió y salió de la sala para dejarnos hablar un rato. El anciano también había sentido esa mala vibra y se fue a seguir haciendo sus cosas. Ni bien estuvimos completamente solos me puse más nervioso. El capitán no me dirigía la palabra por lo que supuse estaba esperando a que yo comenzara primero.

-“Perdón!” – pero el seguía hecho una estatua frente mio y no movía ni una sola pestaña. Sus ojos seguían clavados en mi como si yo fuera una pequeña mosca, o al menos así me sentí en ese momento. – “Sé que tu esperabas otra cosa de mí y comprendo que va a ser muy difícil reivindicarme y todas esas cosas pero… solo vine a decirte que vine a pedirle disculpas a todos pero… principalmente a ti… te falle una vez pero prometo no volverlo hacer!” – pero la estatua permanecía inmóvil y sin ninguna intención de movimiento… - “Bueno… eso era todo… ya me voy no quiero hacerte perder el tiempo” – me paré con toda la intención de abandonar la casa y correr al lado de Momo y esconderme debajo de su cama pero cuando ya estaba por legar a su puerta lo oí.

-“No pretenderás irte sin haber acabado esa taza de té… es de mala educación irse sin probar lo que le han invitado… no querrías ser descortés verdad?” – fue una oración bastante larga para ser de él. Pero era su voz y no había manera que alguien la hubiese imitado.

Me voltee lentamente y lo vi con mis propios ojos, si Momo me lo hubiera contado no le habría creído nada pero ahí estaba, el capitán sentado en su sillón sonriendo… me habría querido hacer sufrir todo este tiempo?... quizás ahora se estaba juntando demasiado con Fuji sempai…

Aún así me acerque al lugar que había dejado segundos atrás y me senté lo más rápido que pude. El té estaba caliente, parecía que hubiera hervido en el mismo infierno por que me quemo la lengua.

-“Ouch!”

-“Como siempre sigues siendo imprudente… hay cosas que cambiaras con él tiempo, lo único que espero es que sigas conservando tu esencia… es lo mejor de ti” – al hablar me esencias me sentí extraño… como si sus palabras pudieran tener un significado al futuro… seguro me daría cuenta de eso mucho más adelante

-“SI quieres que te diga la verdad entonces diré que me hubiera gustado más el chocolate… el té es rico pero me gustan más las cosas que tienen leche” – le comente tratando de darle un sorbo a la taza aguantando la quemada en la lengua y la garganta.

Si uno saca el valor necesario para hacer ciertas cosas puedes tener grandes sorpresas. Yo nunca espere un abrazo o que me recibieran al regresar… lo único que quería era verlos una vez más y de ser posible hablar un poco cosa que no supe aprovechar en su momento.

En ningún momento hubiera esperado una torta por un cumpleaños atrasado o una recepción para pasar las fiestas en casa de alguien ajeno a mi familia. Descubrí que los amigos eran como hermanos que te podían tanto ayudar así como lo hizo Momo sempai conmigo o aconsejar como lo hacía de manera bastante indirecta el capitán. La sobreprotección no viene solo de tu madre, también viene de Oishi sempai, la voz de tu conciencia es Kawamura sempai y no Pepe grillo como alguna vez me lo hizo creer mi papá. Cuando sientes que haces algo mal de pronto en tu oído oyes un pshht y decides huir del lugar por que es Kaidoh quien te pasa la voz para huir aunque a él le cueste aceptarlo. El lado sarcástico de la vida solo lo veía con Fuji aunque el sarcasmo a veces se me salía sin su ayuda; para los empujones él era el mejor. SI era para investigar o con alguna tarea difícil de entender para eso si era bueno Inui por que si se lo ocurría nutrir a la gente era mejor evacuar la zona. Pero Eiji era el tipo de hermano con él que podías hacer bromas, el hermano que nunca parecía estar triste y siempre tenía la suficiente energía como para hacer cualquier tipo de cosas.

De verdad los iba a extrañar mucho cuando me volviera a América. Les escribiría a diario de ser posible… prefería nomás no tener que prometérselo a nadie por que si llegara a incumplir la promesa volvería a tener tantos problemas como ahora los había tenido.

Después que salí de su casa y me regrese a la casa de Momo. Cuando llegué me pregunto a donde había ido con tanto apuro. Era lógico que me preguntara eso por que me fui sin darle a nadie una mínima explicación.

-“Fui a arreglar un asunto pendiente… nada más!”

-“Por tu cara debo suponer que lograste arreglar ese ‘asunto pendiente’?” - Momo me miraba como tratando de sacarme más información sobre a donde me había ido pero preferí dejarlo en la duda. – “Bien… si no me lo quieres decir esta bien! Pero tarde o temprano me enterarme de lo que fuiste a hacer!”

-“Créeme que te enteraras tarde… Momo sempai” – en sus ojos se le veía el afán para que le contara a donde había ido aunque si usara un poquito más su cabeza sabría a donde fui.

-“Entonces… mañana irás conmigo a reunirte con el equipo verdad?” – podía hacerme el que no había pasado nada y fingir temor… o bien podía huir a la respuesta para no delatarme bajo ninguna manera…

-“Creo que tu mamá ya nos esta llamando para cenar… me muero de hambre!” – y salí corriendo del cuarto hacía la cocina.

En lo que resto del día intentó sacarme información pero preferí no ceder. A la mañana siguiente Momo persistía en saber lo que había hecho pero una de sus hermanas lo cayó.

-“Ay Momo deja de preguntarle lo mismo! Ya me tienes harta! Te vas a enterar más tarde seguro con alguno de tus amigos si es que hizo algo que afecte a los demás pero por mientras deja de darnos lata!” – todos prorrumpieron en risas por que si bien su hermanita no era de mucho hablar si era de callar a un momento preciso.

-“Eso merece pena capital!” – Momo saltó sobre ella y casi la aplasta como si fuera un peluche. Lo que siguió fue la guerra de cosquillas a la cual ya estaban ellos acostumbrados y ahora, como se les hacía costumbre comenzaban a jalarme. – “Echizen ayúdame con la otra!”

-“Momo sempai… no puedo pelear contra una niña… tu si puedes por que son tus hermanas!”

-“Mal amigo!” – yo trataba de mantenerme al margen, nunca había sido bueno en cuanto a las cosquillas se refería. – “A él enanas!” – y era precisamente eso lo que me temía pudiera pasar. Había vuelto a caer en su trampa… todo fue un ataque bien pensado, ellos sabían que no era bueno en eso…

-“Alto chicos! Déjenlo en paz, esos juegos son demasiado bruscos!” – salvado por la campana… gracias a Dios había alguien más civilizado en casa…

-“Arigato!” –le agradecí mientras sus hijos huían de la escena del crimen.

-“Bueno… Momo… tu y Ryoma a que hora regresan? Dime para dejarles comida en la refrigeradora”

-“Bueno… regresamos en la tarde… hoy comeremos en la calle creo por que el entrenamiento será muy largo…”

-“Si estudiaras como entrenas sería ideal… y tu como eres en los estudios Ryoma?” – esa era una pregunta difícil de contestar. Las mejores calificaciones nunca había obtenido… a excepción de las clases de inglés pero era obvio que fuera bueno eso por que el inglés era mi idioma natal… pero en los demás era un alumno promedio.

-“Creo que soy normal..” – no quería decir mucho tampoco pero en eso Momo me dio un jalón de brazo y supe lo que quería – “Que tarde es…ya nos tenemos que ir verdad Momo sempai?”

-“Hai!” – Momo cogió algo de dinero de la repisa y salimos corriendo de ahí. – “Mi mamá a veces se pone algo fastidiosa pero creo que eso es normal en toda madre… no?”

-“Hai!” – no lo sabría yo… mi mamá hacía escándalo cuando bajaba un poco mis notas, el padre permisivo en casa era oyaji… a el no le importaban mis notas contar de sacarme a jugar.

-“Cuando llegamos ya todos estaban ahí y yo olvidándome de todo comencé actuar como lo había hecho siempre. Todos se veían algo sorprendidos y no sabía por que exactamente aunque tenía una suposición…

-“Eh… Echizen chan, como te fue ayer con Tezuka?”

-“Como lo sabes Fuji sempai?”

-“Fue algo fácil de suponer… no tienes cara de ratón asustado… Admito que me hubiera gustado verte rodando por el piso un poco pero supongo que si lograste descongelar su corazón algo de esfuerzo te debe haber costado… no?”

-“Fuji sempai… no se te escapa una verdad?” – se comenzó a reír como siempre. Lo único que me dio cierto susto fue que ellos al parecer esperaban una lucha o algo que los hiciera entretenerse un rato tal vez… supongo que eso nunca lo sabría con seguridad

-“Te amistaste con Tezuka!” – todos estaban asombrados pero yo era el más asombrado. No comprendía como habían hecho para escuchar nuestra conversación si esta fue casi en susurros… esa era otra cosa que nunca entendería.

-“No les interesa… o si?” – me di la vuelta solo para no perder mi toque

-“Nyyya… ochibi eres malo! Y nosotros que nos habíamos preocupado tanto por ti… así nos pagas?”

-“Ya Kikumaru sempai, no le puedes decir a Echizen que deje de ser Echizen” - todos se rieron y comenzamos el entrenamiento.

Las cosas marcharon de manera normal por las dos siguientes semanas. Me pasaba el día entero junto con Momo comiendo, saliendo, jugando, entrenando, viendo películas. Comencé a agarrarle gusto a las cosquillas aunque aún seguía siendo blanco fácil de Momo y sus esbirras. Ya faltando una semana para que volviera abordar el avión recibí una llamada de mi mamá…

-“Seishounen… que estas haciendo? Ya te estarás despidiendo de tu chica verdad? Dale muchos besitos de mi parte y…” – era mi papá que no sabía exactamente de que demonios me estaba hablando pero por suerte alguien le estaba quitando el teléfono…

-“Hey… chibisuke!” – no había necesidad de que Ryoga me gritara en la oreja pero al parecer el lo creía necesario – “Tráeme algo rico cuando regreses… uno de esos bocaditos de algas, no seas malo!” – pero por suerte alguien más cuerdo que ellos dos logró apoderarse del auricular.

-“Hijo… ya te estamos extrañando…. Cuando regresas?”

-“La próxima semana estoy por allá”

-“Bueno… mira te llamaba para algo importante…” – me quedé calladito para escucharla – “Mira hijo, ya llevas dos semanas con la familia de tu amigo y eso esta bien por que… bueno son amigos pero no se ve muy bien que estés ahí sin dar algo a cambio, entiendes?”

-“Si…” – mentí, no entendía mucho hacia donde jalaba la conversación

-“Bueno, por eso comprenderás que sería mejor que pasaras lo que te queda de tu solitario viaje con tu prima Nanako. Le pedí que fuera a recogerte ahora por la tarde así que prepara tus cosas y ve despidiéndote”

-“La tarde? Ya es tarde mamá… acuérdate de la diferencia de horario!” – no era justo… - “Por que me avisas tan tarde mamá?”

-“No fue mi culpa, le pedí a tu papá que lo hiciera mientras yo hacía cosas importantes pero él aparentemente tuvo que dormir!” – iba a matar a oyaji – “Tu prima también va a llevar plata para darles algo, no queremos descompensar su economía… yo te estoy mandando un cheque para que lo recojas del banco y luego le devuelvas la plata a Nanako, entendido?”

-“Si mamá”

-“No te pongas triste… todavía te queda una semana más allá”

-“Esta bien… nos vemos en una semana entonces…” – los dos cortamos la comunicación.

-“Esta todo bien? No parece que hubieras recibido buenas noticias” – Momo apareció de la cocina con una manzana en la boca.

-“Tengo que volver en una semana para mi casa pero… mi mamá le ha pedido a mi prima que venga a recogerme para pasar la última semana con ella”

-“Entiendo…bueno supongo que es algo que solo te queda obedecer… pero no importa verdad? Aún tenemos unas semana más!” – Momo trato de alegrarme hasta que la puerta sonó, esa tocada de timbre era típica de Nanako. Solo agarré mis cosas y metí a Karupin a la maleta para poder irme.

-“Listo para irnos Ryoma chan?” – no me podía enojar con ella por más que no me gustara la idea de irme, ella siempre había sido muy buena – “Nee, Momo chan ten, entrégale a tu mama si’” – Nanako le extendió un sobre a Momo que más le prestaba atención a ella que a lo que estaba recibiendo…

-“Cierra la boca Momo sempai!”

-“Deja de ser antipático Echizen…. Gracias Nanako san!” – Momo no tenía remedio a veces…

Nanako y yo caminamos hasta afuera de la casa y nos subimos al taxi que ella había traído.

-“Gracias por todo Momo sempai… otro día vengo para despedirme de tus papas!” – le grite por la ventana del taxi a medida que este avanzaba por la calle.

La semana que me quede con Nanako no estuvo mal… mi prima tenía la manía de alimentarme sano y yo le agradecía que fuera con comida japonesa… cuando me fuera iba a extrañarla… tenía que hacer que mi mamá aprendiera a cocinar como ella o en todo caso aprender yo mismo.

Ya acercándose la fecha límite me hicieron una despedida en la casa de Momo. Comimos, jugamos un poco, nos hicimos bromas. Pero cuando la gente poco a poco se comenzó a ir me comencé a sentir nervioso… otra vez no quería subirme al avión pero ahora si tenía que hacerlo.

-“Ryoma…”

-“Si Momo sempai?”

-“Prométeme algo antes que te vayas?” – que querría? – “Prométeme que me vas a escribir… escríbeme por lo menos cada semana para saber que paso contigo, si te sientes mal, si te paso algo nuevo, algo malo, algo bueno… cualquier cosa… Yo creo que siempre es bueno saber de uno y tu eres de esa gente especial… no dejes de escribirme…” – Momo se estaba empezando a poner sentimental y cada vez que hablaba le sonaba la nariz… lo curioso es que a mí me comenzaba a picar el ojo…

-“No te pongas sentimental Momo sempai…”

-“Pero que engreído… si tu también estas igual…”

-“No… a mi solo me pica el ojo” – mentí pero al poco rato nos pusimos a reír. De todas maneras le prometí que le escribiría mínimo una vez por semana siempre y cuando él también hiciera lo mismo. Claro que también deje en claro algunas excepciones como si tenía que viajar o se fuera la luz o si estuviera muy ocupado aunque esas cosas eran difíciles que pudieran suceder. Aún así él estuvo de acuerdo y sellamos la promesa con un fuerte abrazo.

Esa noche la pase con él en su casa y a la mañana siguiente con Nanako que vino a recogerme nos fuimos todos al aeropuerto. Antes de subir al avión me volví a despedir de todos… ojala pudiera volver a repetir el viaje una vez más…

FIN

 

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