Nacido
en Luján, hace 19 años, Luciano Pereyra, subió a lo
más alto del podio en Roma, cuando cantó ante su santidad
Juan Pablo II y miles de jóvenes de todo el mundo “Solo le pido
a Dios”, un clásico de León Gieco.
Su
primer disco Amaneciendo vendió más de 250.000 ejemplares
y llegó a Cuádruple disco de Platino. A solo dos meses de
su lanzamiento su segundo disco “Recordándote”, obtuvo “Doble Platino”,
con 120.000 placas vendidas.
La
canción popular en nuestro país se esta revitalizando rápidamente,
merced al súrgimiento de jóvenes intérpretes, que
han producido en un efecto multiplicador en las nuevas generaciones.
Luciano Pereyra es uno de los quijotes de esta avanzada. Músico
por amor a la música, se crió al compás de la
guitarra y el canto de su padre. Nacido en una ciudad de músicos
y lanzado al mundo, hace pocos días su canto pobló
las pantallas de las cadenas de noticias más importantes del planeta.
Aún
con rasgos adolescentes, con una mansa expresión
en su rostro, Luciano nos recibió en la casa de su agente de prensa.
“Mi
padre es folklórista, de él heredo todo lo que yo siento
por la música. Yo comencé a cantar a los cuatro años,
paralelamente me dedique al fútbol, estuve a punto de jugar en Boca,
el cuadro de mis amores, pero una lesión me dejó afuera,
Dios quiso que agarre la guitarra y cante. No sé si el deporte me
hubiese dado tanta felicidad como me esta dando la música.
Siempre
estuve abocado a la música, a los once años, empece a estudiar
piano, canto vocalización, en ese momento me di cuenta la importancia
que el canto tenía para mí. Nunca fui de jugar mucho con
los autitos, yo siempre preferí una guitarra, lo mío era
cantar y estar abrazado a la música.”
Luciano
Pereyra responde con total naturalidad, sin prisa y con la total convicción
que esta haciendo lo que más le gusta: cantar. Le encanta
recordar aquellos momentos que fueron claves en su carrera.
“Tuvo
muchas actuaciones de real importancia que me marcaron el camino. En Luján,
las peñas oficiales de Cósquin, programas como “Que
se vengan los chicos”, “El show de Xuxa”, “Festilindo”, en varios resulte
ganador. En las peñas de Cósquin conocí a Palito Acuña
y a Don Horacio Guarany, quien es hoy mi padrino artístico.”
“Yo
hago lo que siento que es cantar y hacer música nacional,
me siento feliz con eso. El reconocimiento lo decide la gente. Yo
vengo a aportar lo mío desde mi parte. Los demás folkloristas
también trabajan por la revitalización de la canción
popular, que venía de una decadencia muy grande, pero que hoy esta
muy bien, porque el público cada día se acerca más
a nosotros”.
¿Qué
músicos influyeron en tu carrera?
“Más
que nada el trío de mi padre, yo comencé con ellos,
yo seguí sus pasos, los seguí por todos lados. También
tengo influencia del cuarteto “Nuestro Tiempo”, en donde estaba “Chingolo”
Scarnato que cantaba como los dioses, ahora ya no quiere cantar más,
le insisto que siga cantando, pero no me da bolilla. “Las voces de abril”,
Horacio Guarany, Jorge Cafrune, Jairo, Hernán Figueroa Reyes, Los
Tucu Tucu y mucha otra gente fueron y son mis guías.”
¿Qué
otra música te gusta?
“Escucho
de todo, pop, rock, mucha música centroamericana. Trato de escuchar
otros géneros que me llegan y me llenan mucho también.”
¿
Sui Generis?
“Me
gustan mucho, he aprendido mucho de ellos. Si puedo los voy a ir a ver.
Para nuestra generación Sui Generis es una asignatura pendiente,
solo los escuche en disco.”
¿Qué
otros músicos de rock te gustan?
“Spinetta,
me gusta muchísimo, lo vi actuar un par de veces.”
La
actuación de Luciano Pereyra en Roma, fue una reivindicación
de nuestra música ante los ojos del mundo. ¿ Te diste cuenta
de la importancia de la presentación en Europa?
“En
ese momento no me di cuenta de nada. Me di cuenta cuando llegue al país,
en donde estaba, de lo logrado y en que lugar había tocado.
Fui una emoción que llego de golpe y lo empecé a disfrutar
recién ahora y es como que estoy despertando de un sueño.
Estuve a diez o quince metros del Papa, no pude hablar con él, porque
la seguridad es muy estricta. Me bastó con cantar, representar
a la Argentina y a toda Latinoamérica, con eso estoy echo.
Cuando
llegue todo el mundo me felicito, mucha gente se sintió identificada
con esta presentación.”
¿El
futuro?
“Dos
recitales en Buenos Aires, un poco de descanso y todos los
festivales del verano. Seguramente Cosquín, Jesús María
y Baradero.”
¿A
que dedicas tu tiempo libre?
“No
tengo hobbies, y en realidad tengo muy poco tiempo libre, gracias a Dios.
Me gusta leer.”
¿Qué
autores?
“Ahora
estoy leyendo Paulo Cohelo, “Verónica decide morir”. Él es
un autor mi grande al igual que Gabriel García Marquéz.
He leído “Cien años de soledad”, “El amor en tiempos de Cólera”
y “Relato de un naufrago”. Trato de leer variado. Leo mucho en los viajes.”
¿Escritores
argentinos?
“Creo
que no hay como Jorge Luis Borges, yo admiro mucho su obra al igual que
la de Ernesto Sábato”
¿Julio
Córtazar?
“No
he leído nada de él, me lo han recomendado, en algún
momento seguramente lo voy a leer.”
¿Cómo
es tu relación con los otros músicos?
“Muy
buena. Cuando nos encontramos o tocamos en los mismos lugares, después
del show vamos a cenar todos juntos. Hacemos sobremesa muy larga, charlamos
y también guitarreamos, contamos anécdotas del trabajo. Mas
que nada tratamos de disfrutar un encuentro entre colegas.”
¿Porqué
elegiste “Solo le pido Dios”?
“Lo
eligió la gente del Vaticano con mi representante, me preguntaron
a mí si yo estaba de acuerdo y dije que si, porque me pareció
un mensaje de paz muy concreto para todos los jóvenes del mundo.
León Gieco me dio un par de consejos muy importantes”.
Luciano
Pereyra, tiene un mensaje sencillo y sin vueltas. Conserva la tranquilidad
de los lujanenses, sabe disfrutar de este momento.
La
canción popular argentina esta de fiesta “la nueva trova”
ensancha el horizonte musical y promete mucho más para un
futuro próximo.
Edgardo Miller. |