Ahora si nos encontramos en la recta final de lo que ha sido una casi eterna campaña por dirigir los destinos de la Nación. Nos encontramos en el mero momento en el que la luna y las estrellas están al alcance de las manos de los candidatos, esten limpias o no. Este mes, según los candidatos, todos nuestros problemas tienen una solución definitiva, y la única razón por la que no llegara a ser así sería nuestra falta de fe, de confianza; ese “pesimismo” endémico de los ciudadanos “irresponsables” que “hace” que al final de un sexenio los saldos sean lamentablemente negativos y, además de todo, que no se encuentre a quien responsabilizar por ellos. Unos se van indignados, con las narices levantadas porque fueron incomprendidos y nadie los apoyo en sus pretensiones y, por tanto, no se sienten con la obligacion de responderle a nadie: “La historia juzgará mis aportaciones cuando el país alcance a comprenderlas”, parecen decir. Otros, los candidatos, ¡pues todavía no llegan a la grande!, pero nos aseguran que son precisamente todos esos saldos rojos los que prioritariamente atenderán en su inédito y transformador gobierno.¿Te preocupa el empleo?, “¡Uta, no sabes!, los veinte millones de mojados que se fueron al otro lado se van a querer regresar con tanto canijo empleo que vamos a generar”; ¿te preocupa la seguridad? “pa acabar con la bronca le vamos a poner un chip policíaco a cada ciudadano para que cuando tenga un pensamiento pecaminoso le caiga un choque electrico en los ojos, en las manos, en la boca o alla donde teconté, y de pasadita le programamos un choque pa cuando piense en nuestros adversarios”. ¿te preocupa la educación? “(¿Pa que te educas wey?)... Abriremos un resto de prepas y universidades en las que todos tendrán asegurado el pase automático al título, y con muchas canchas para poder jugar y chelear agusto, especialmente ahora que ya tenemos una Secretaría de Educación Fisica; ¡y no solo eso!, destinaremos el 30% de las carteras en el gobierno a funcionarios que apenas allan acavado al prepa, como una medida de necesaria equidad”. Te preocupa tu microempresa “¡hombre, carnal, haberlo dicho antes! Te podemos vender desde un buen crédito a sobretasas especiales hasta unos buenos pedidos de alguna trasnacional o del gobierno, pero ya sabes que va la micha por adela”.
A pesar de todo, se acerca el único momento en el que los ciudadanos pueden ejercer su voto y reorientar los destinos de este país, aunque sea de manera casi simbólica y por única vez cada 6 años, porque a final de cuentas todos los candidatos provienen de un mismo círculo social que se ha resistido a cambiar a pesar de la gravedad de la situación del país: la clase política; que está adoleciendo de imaginación y tal vez libertad, pero que tiene en sus manos la operación de las decisiones. Habremos de escoger entre “variaciones sobre un tema conocido” pero, cuando menos, hoy podremos escoger; y ¿quién sabe?, tal vez mañana, cuando nuestra participación sea más enfática y menos remolona podremos escoger entre alternativas sólidas.
Por lo pronto, estamos enfrente de un momento decisivo que parece estar expuesto no solo al impacto de las campañas mediáticas sino también a los vaivenes de la azarosa vida “global”, y hoy por hoy, el pleito entre candidatos se mezcla con los angustiantes resultados que pueda lograr la Selección Nacional en el mundial de futbol, los cuales, si son malos, pueden significar para nuestra maltrecha sensibilidad nacional la reiteración de que pase lo que pase, suceda lo que suceda, entrene quien entrene, vaya quien vaya, los mediocres resultados obtenidos son inamovibles y estamos destinados, como en la novela, a ser una estirpe que vive con una cola de cochino en el trasero; sensación que no es nada positiva para nuestro proceso electoral. Además, en el oceáno mundial se observan nubarrones de un huracán financiero global que puede regresarnos, como en el juego de la oca, varias casillas hacia atrás, haciéndonos recordar aquellos angustiosos momentos en los que el dólar norteamericano valía 12.50 pesos o más, pero con el pequeño detalle de que ahora, con la “apertura” y la profunda dependencia económica de EU que nos han puesto “de a pechito”, y la ausencia de un aparato productivo sólido que nos incluya a los comunes y corrientes habitantes de este pueblo mexica, podemos quedar, al momento de votar, como el chinito (o como dice nuestro señor presidente “como viles chinos”) nomás mirando.
Report from Canada
Como viles chinos
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