Es el patrón, junto con San Francisco de Asís de los franciscanos, pero también lo es de los albañiles y de todos los vendedores en general. Pero por encima de todo, es el santo que ayuda a encontrar "novio" o "novia". También protege los embarazos, a los matrimonios y a todas las personas de buena voluntad. Es un buen santo para invocar contra la presencia de estafadores. También se le otorga la facultad de encontrar objetos perdidos.

Se le llama el "Milagroso San Antonio" por ser interminable lista de favores y beneficios que ha obtenido del cielo para sus devotos, desde el momento de su muerte. Uno de los milagros mas famosos de su vida es el de la mula: Quiso uno retarle a San Antonio a que probase con un milagro que Jesús está en la Santa Hostia. El hombre dejó a su mula tres días sin comer, y luego cuando la trajo a la puerta del templo le presentó un bulto de pasto fresco y al otro lado a San Antonio con una Santa Hostia. La mula dejó el pasto y se fue ante la Santa Hostia y se arrodilló.

San Antonio es el patrón de los pobres y, ciertas limosnas especiales que se dan para obtener su intercesión, se llama "pan de San Antonio"; esta tradición comenzó a practicarse en 1890. No hay ninguna explicación satisfactoria sobre el motivo por el que se le invoca para encontrar los objetos perdidos, pero es muy posible que esa devoción esté relacionada con un suceso que se relata entre los milagros, en la "Chronica XXIV Generalium" (No. 21): un novicio huyó del convento y se llevó un valioso salterio que utilizaba San Antonio; el santo oró para que fuese recuperado su libro y, al instante, el novicio fugitivo se vio ante una aparición terrible y amenazante que lo obligó a regresar al convento y devolver el libro.

En muchos lugares del mundo, San Antonio de Padua es célebre por su infalible ayuda para encontrar objetos perdidos. Más que objetos de valor material, se trata de aquellos objetos que tienen valor y significado para nuestro corazón y que no se miden por su precio.