Otros textos de Y Demás

Henry Ford, pieza y engranaje

El pasado de lo que alguna vez fue el futuro

La Fernandomanía

La fama según Peter Frampton

La Trevi y otros seudohéroes

Las incógnitas del deja vu

Los tres

100 canciones esenciales de los ochenta

Rick James, el superfreak

Archivo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

f

a

s

e

n

l

i

n

e

a.

c

o

m

ANÁLISIS, COMENTARIO Y DEMÁS

 

Y demás/Música

 Blondie y la ex conejita versátil

Recién ingresado al Salón de la Fama, Blondie aumenta su aportación conforme pasan los años. Debbie Harry, la ex conejita de Playboy, fue parte de un grupo que, como pocos, cubrió géneros distintos, hazaña bastante difícil

ABRIL, 2006. Al principio solía enfurecerlo pues la mayoría de la correspondencia que recibía empezaba con un “Señor Jethro Tull”. Sin embargo Ian Anderson pasó de la resignación a la sonrisa. “Sé que a Jimmy Page no le llamaban ‘Señor Zeppelin’ pero creo que el asunto no era tan serio. Si a la gente le gustaban mis discos y los compraban, el que me llamaran Jethro Tull se convirtió en cumplido”, refiere el legendario vocalista de un grupo que, efectivamente, muchos todavía consideran es el nombre de su fundador.

Algo similar sucedía con Deborah Harry aunque ese sí tenía una relación con ella pues fue un apodo que tenía desde la infancia. Blondie (“rubiecita” o “güerita”), esto en relación al personaje femenino del cómic Lorenzo y Pepita. Pero a Harry no le hacía mucha gracia que le dijeran así en la calle y muchas veces aclaró que “Blondie somos todo el grupo, tanto en términos legales como profesionales”.

Lo que sí emociona a los miembros de Blondie es ver la importancia que el grupo ha adquirido casi dos décadas después de sus mejores años, donde destaca la sorpresa de haber influido en géneros tan distintos. Aunque se les cataloga como new wave, en realidad Blondie tambièn trabajó hits elaborados dentro del reggae, el punk, el pop, el rap y, quizá el màs sorprendente, el disco.

Ello se debió a varios elementos, entre ellos la flexibilidad de Chrysalis, su disquera, para que el grupo se desarrollara, así como los gustos distintos de sus integrantes y, en especial, la tolerancia de sus fans para que Blondie explorara géneros inauditos. “Al contrario de nuestro grupo, los seguidores de Blondie eran bastante flexibles; no sé si porque nuestros admiradores eran más ‘intelectuales’ o porque ellos estaban más inclinados al pop”, dijo alguna vez Chris Frantz, el batería de los Talking Heads.

También en ello contaba mucho la personalidad de Harry, quien tenía un carácter fuerte pero a la vez una perseverancia a salirse con la suya. La chica habìa nacido en Miami pero sus padres adoptivos se la llevaron a Nueva York en la infancia. Para muchos biógrafos, su carácter rebelde se remonta a esa situación, así como su tendencia a no dejarse encasillar en su personalidad. Durante la adolescencia se aficionó a escuchar a los grupos màs duros y menos conocidos del rock como The Troggs –autores del inmortal “Wild Thing”-- The Kinks y los Rolling Stones mientras que los Beatles no le llamaban mucho la atención.

Deborah Harry optó por usar pantalones "de tubo", suéteres largos de lana y zapatos de tacón, indumentarias vitales para la Studio 54. Al principio no fue fácil: los fans reclamaban a Harry en el escenario pero, al escucharla, por lo general las protestas cesaban

Cuando acababa de cumplir 20 años se inscribió como “conejita” de Playboy donde estuvo un par de meses hasta que decidió salir, predeciblemente, por su carácter rebelde el cual, le dijeron varios amigos, habría de traerle problemas.

Sin embargo Harry sabía que tenía buena voz y que, aparte, el presentarse en público le daba oportunidad de echar fuera todo lo que sentía iba a estallar dentro de ella. Lo que terminó por decidirla fue el álbum Horses, de Patti Smith, aparecido en 1975. La cantante se presentaba en el hoy legendario y desaparecido CBGB junto a grupos como The Ramones y Television; asimismo Harry ansiaba dejar atrás su etapa de espectadora pasiva, deseaba integrarse a las nuevas corrientes musicales que parecían ser la respuesta al marasmo y la conformidad de la música de entonces.

Así pues, junto con Chris Stein y Mark Infante, en 1976 nació Blondie. Meses después Harry lograba su sueño de compartir el escenario con Smith así como The Talking Heads, grupo comandado por un excéntrico músico inglés llamado David Byrne. Debido a sus constantes alternaciones, los fans terminaron por ubicar a ambos dentro del punk rock al tiempo que The Ramones, más extravagantes aún, optaron por mantener un esquema musical de escasas variaciones. Por fin, en 1977, Blondie consiguió el ansiado contrato discográfico con Chrysalis, cuyo mayor activo ese entonces era el cantante pop Leo Sayer.

                                    Empieza el ascenso

Increíblemente, los críticos no veían mucho futuro ni calidad en Blondie. La hoy extinta revista Creem escribió: “Su vocalista es atractiva, qué duda cabe ¿pero son tan buenos como dicen ser?” mientras que Rolling Stone, que recientemente acaba de incluirlos en el Salón de la Fama del Rock & Roll, manifestaba: “Sus canciones rayan en lo convencional y el género no termina de definirse” aunque, optimista, el crítico sentenciaba “pero cuando madure, Blondie alcanzará enormes alturas”.

Por aquel tiempo (1978) en Nueva York imperaba lo discotheque de modo que el new wave, que apenas empezaba a despuntar, vio retrasado su auge. Pero en vez de quejarse por ello, Harry decidió aprovechar la moda, como lo hicieron muchos otros. En primer lugar, la cantante optó por usar pantalones “de tubo”, suéteres largos de lana y zapatos de tacón, indumentarias vitales para la Studio 54. Al principio no fue fácil: los fans reclamaban a Harry en el escenario pero, al escucharla, por lo general las protestas cesaban.

Al año siguiente quedó listo Parallel Lines, el cual incluía “Heart of Glass”, clásico que, inusitadamente, lo es en dos categorías, el punk y el disco, géneros que hasta entonces parecían irreconciliables. Muchos de sus fans anteriores desertaron pero el sencillo les trajo muchos seguidores nuevos; Nile Rodgers, vocalista de Chic, dijo respecto a “Heart of Glass”: “Es fantástica. Cuando la escuché por primera vez detecté su esencia disco aunque esto era algo distinto. Recuerdo haber dicho a Bernard Edwards (su ya fallecido compañero en el grupo) ‘¿escuchas esto? ¡Es el sonido que he estado buscando por meses y ya nos lo ganaron!’ Por supuesto que siempre he admirado a Blondie ¡pero qué canción! ¡qué hubiéramos dado entonces por componerla nosotros!”

Otro productor sorprendido era Giorgio Moroder, quien después de perder a su estrella Donna Summer, al escuchar “Heart of Glass” se maravilló, al igual que Rodgers. Para su fortuna, Columbia estaba en busca de la música original de una cinta estelarizada por Richard Gere. Moroder tenía una canción en mente pero, ya sin Summer, vio en Blondie la posibilidad de convertirla en éxito. Meses después productor y grupo terminaron la grabación de “Call Me”, el sencillo más popular en la carrera de Blondie. Para entonces Harry y el guitarrista Chris Stein ya eran pareja lo cual terminó de solidificar y a la vez diversificar el sonido de Blondie. 

Sin embargo “Call Me” quedaría empequeñecida con otras canciones de exultante calidad. En los meses recientes Stein se había aficionado a escuchar reggae y sugirió a Harry grabar un tema con ese género. La medida era arriesgada aunque a Eric Clapton no le había ido nada mal con su versión del “I Shot the Sheriff” de Bob Marley. Fue así como nació “The Tide is High”, composición donde resaltaba no sólo el reggae sino el calypso y otros ritmos caribeños; quien la escuchaba podía sentir mecerse tranquilamente en el mar. Y aunque “The Tide is High” sonaba bastante exótica a oídos del radioescucha promedio norteamericano, el tema se fue a la cima de las listas.

Y mientras Stein escuchaba reggae, Harry estaba entre intrigada y curiosa por un nuevo estilo musical que manejaba la comunidad de color en Nueva Yorky de donde uno de sus primeros hits era “Rapper`s Delight” de los Sugar Hill Gang. Cuando se encontraba en el estudio de grabación, Harry improvisó una serie de estribillos para incluirlos en la versión larga de “Rapture”, auténtica obra maestra de Blondie. Y aunque lo hizo a modo de juego, ese extracto de rap abrió nuevas puertas al grupo; bien pronto las cerradas listas radiofónicas afroamericanas aceptaron a “Rapture” en su programación. Para fines del 80 Blondie eran ya los mayores vendedores de Chrysalis.

                                          Lo que sube...

Sin embargo la suerte del grupo comenzó a eclipsarse al mediar el 83. El pop británico y el Heavy Metal dejaron desubicado a Blondie, aparte que el caràcter de Harry finalmente chocó con el del bajista Harry Infante, quien no sólo abandonó el grupo sino que lo demandó por un asunto de regalías. Fue una pérdida importante (efectivamente, él había colaborado en la mayoría de las canciones que se convirtieron en hits) aunque Harry, hiperactiva al fin, ya pensaba en otros proyectos, entre ellos su varias veces suspendido disco solista y su participación en el cine. El disco fue The Hunter, de buena catadura aunque inferior a sus trabajos con Blondie y la cinta fue la extraña Videodrome. Son dos movimientos que no le generaron mucha popularidad. Meses después Blondie quedó disuelto.

Lo extraño de todo ello era que, el grupo que más parecía haberse adelantado a los ochenta, cuando éstos llegaron eran ya parte de la historia. Harry no se desanimó: junto con su compañero Stein colaboraron en la grabación de discos como Koo Koo y Rockbird, ambos con calidad bastante cuestionable. Asimismo la cantante volió brevemente a la actuación pues participó en la serie Tales From the Dark Side. Finalmente y tras cansarse insistir en nuevo material de Blondie. Chrysalis Records rescindió el contrato al que había sido uno de sus actos más completos.

                                         Se configura el regreso

En medio del grunge, el hip hop y otros ritmos que dominaron los noventa, grupos como Blondie se veían tremendamente desubicados, algo que dejaba la posibilidad de reunión aun mucho más remota. "Lo que suele suceder cuando regresas es que la gente te juzga por lo que hiciste y no por lo que quieres aportar. Temía convertirme en un oldies act, por ello decliné varias veces la solicitud de reformar a Blondie", dijo Harry a mediados de los 90.

Sin embargo la cantante extrañaba aquellos años. Sus discos como solista no habían sido exactamente reivindicadores de su estilo, de manera que en 1988, y a instancias de Stein, se puso en contacto con los demás ex integrantes, invitándolos a una nueva etapa de Blondie. Había uno que, naturalmente, no estaba contemplado, y es más, Harry Infante tomó acciones legales para impedir que el grupo se presentara en el escenario con ese nombre. Mientras la demanda seguía Blondie ya no perdió más tiempo, regresó al estudio de grabación y en cuestión de meses puso a la venta --, nuevo material del grupo desde 1983.

Tanto músicos como disquera se mordían las uñas en espera de la respuesta del público. Sorpresivamente, el sencillo "Maria" comenzó a posicionarse en buen sitio. "Creo que esto era indispensable, tener un nuevo hit antes de anunciar un regreso triunfal", aseguró Stein, "así no seríamos vistos nada más como acto nostálgico" aunque, por supuesto, el grupo interpretó sus hits del pasado, entre ellos "Heart of Glass" y "The Tide is High", de los cuales se han grabado nuevas versiones, además de "Rapture", cuyo riff ha sido sampleado en innumerables temas de rap; era una manera de apuntar que, antes de ellos, Blondie había abierto el camino. La demanda de Infante fue derrotada en la Corte.

A mediados del 2005 el Salón de la Fama del Rock and Roll anunció la entrada al recinto de Blondie. A inicios de marzo de llevó a cabo la ceremonia donde aparecieron todos los miembros del grupo, incluido Infante, quien no fue invitado a tocar con el resto en el escenario. Pero independientemente de ello --y de ser reconocidos por el Salón de la Fama, donde imperan los criterios subjetivos-- Blondie destacó por su enorme versatilidad, buena parte de ella debido a una ex bunny de Playboy quien, pese a acercarse a los 60 años de edad, mantiene su vitalidad prácticamente intacta.