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ANÁLISIS, COMENTARIO Y DEMÁS

 

Literatura/Gramática

 

Tan comunes que "crecen como hongos"


El deterioro de la gramática española arroja como uno de sus más desalentadores saldos la abrumadora presencia de los llamados lugares comunes. Pero sí las cosas se ven con humor la perspectiva es, incluso, entretenida

ABRIL, 2006. Un principio elemental de quien asume un gusto por la escritura en todos sus géneros viene a ser el evitar, lo más posible, emplear lo que los filólogos llaman lugar común, esto esto es, el acudir a esas habitaciones donde encontraremos, en cantidades abundantes, frases y clisés gramaticales para todo momento o necesidad. Ello se hace, precisamente, "para salir del paso" o por mera flojera intelectual del escribidor.

Los lugares comunes son, precisamente, tan comunes, que no es sencillo identificar su presencia de inmediato; sólo cuando reparamos en que, por ejemplo, la metafórica frase "estar al pie del cañón" indica que alguien se encuentra al pendiente de cualquier contingencia, es como vemos, muy sonriente y recostado sobre el papel, el lugar común transgresor.

Hay veces, por supuesto, en que no podemos evitar una visita al lugar común, caso concreto, los funerales, donde si no pronunciamos el consabido "mi más sentido pésame" o utilizamos cualquier otro recurso, el riesgo de malinterpretación es enorme e incalculable, sobre todo su la persona falleció luego de "una larga y penosa enfermedad".

Ese es, pues, el lugar común. Y ahora, más como deleite, repasemos algunos de los lugares comunes más raspados y gastados. Lo increíble es que todavía se los escuchamos degustar a locutores, periodistas, animadores, maestros de ceremonias, cronistas, reporteros, faranduleros, columnistas, narradores deportivos y todo aquel que realice labor comunicativa !ah! y los compositores que, supondríamos, dedican más tiempo a la creación de nuevos giros gramaticales.

Así pues, "tenga papel y lápiz a la mano" para "recibir con un caluroso aplauso" esta lista. "Corre y se va":

Los artículos de mucho valor "cuestan un ojo de la cara", quien realiza algo notable "se voló la barda", el arruinado económicamente "no tiene dónde caerse muerto", cuando se pronostica la prolongación de una fiesta, reunión o moda es que "tiene cuerda para rato", quien tiene un defecto oculto "cojea de una pata", la infidelidad se da cuando a alguien "le ponen los cuernos", el presumido "se cree la mamá de Tárzan", o bien "la mamá de los pollitos", quien relativiza sus logros "peca de modesto" y el orgulloso con frecuencia "grita a los cuatro vientos" sus actos, ¿O qué tal ese estorbo que "ni picha no cacha ni deja batear", al gritón que "parece que trae micrófono", al "viejo raboverde" que acosa a las jóvenes o bien aquél que hace "un rictus de dolor", a quien se siente invencible y en consecuencia las críticas "le hacen lo que el viento a Juárez", o el pusilánime que "se deja mangonear"?

Si alguien no quiere escuchar es porque "hace como que la virgen le habla", si el niño no quiere ir a misa quizá "ya se le metió el chamuco", y así como hay quienes "traen la música por dentro" hay otros que "se salen por la tangente", "le sacan al bulto" o bien se hacen "de tripas corazón" cuando aguantan un coraje. Aunque tampoco hay que olvidar a los "ratones de biblioteca", los "sabelotodo" que contestan "rauda y velozmente" todas nuestras preguntas, no importa que sean "de chile, de sal o de manteca", en caso contrario tenemos los "cerebros de teflón" que no acumulan información "por más pequeña que sea" y por tanto "hacen el ridículo" y terminan "llorando su desgracia" o bien "se rasgan las vestiduras" por algo que en el fondo "no tiene la menor importancia".

Ahora bien, quien "ya peina canas" o se acerca "a la tercera edad" y no ha encontrado "a su media naranja" mejor que se apure porque "se le va a ir el tren" y se quedará "para vestir santos", y aunque eso pasa "hasta en las mejores familias" lo mejor es "llegar al altar" y unirse en sagrado matrimonio". Entre tanto es indispensable "cumplir los requisitos" pues si la pareja sale con "su domingo siete" por "haberse comido la torta antes del recreo" la sociedad no verá "con buenos ojos" a los susodichos, máxime si él "apenas cuenta con lo indispensable" o es "un pobre diablo" que "no conoce la o por lo redondo" para "ganarse el pan con el sudor de su frente". Y a ella "le irá como en feria", todos la señalarán "con índice flamígero", será "la comidilla del pueblo" pero de cualquier modo "habrá que ponerle Jorge al niño" o "pasará las de Caín", deberá "romperse el espinazo", "trabajar de sol a sol", "de gallo a grillo", y "echarle todas las ganas" así como "toda la carne al asador" y "en la medida de lo posible" ponerle "algo de sal a la vida" porque en este "valle de lágrimas" hay que "salir adelante" y "dar el 100 por ciento" para que luego "el hilo no se rompa por lo más delgado" y haya "desgracias que lamentar".

Por supuesto que "quien se haga de la vista gorda" o "a quien le caiga el saco que se lo ponga" ante "los puntos ya referidos" "cargarán el sambenito de su culpa" "por los siglos de los siglos". Y es que tales personas "no ocultan la cruz de su parroquia" aunque luego "se echan para atrás" porque "dijo mi mamá que siempre no". ¿Qué hacer entonces ante esta "situación no contemplada"? "No hay vuelta de hoja"; "Dicho sea de paso" y "con el debido respeto", antes de "poner manos a la obra", "esperar a que bajen las aguas" y posteriormente "poner los puntos sobre las íes" en vez de cobrarse "a lo chino" y "ojo por ojo".

                                "Y sigue la mata dando..."

Cuando se agravan los problemas "es porque ya éramos muchos y parió la abuela", nos "llueve sobre mojado" y "hace falta una limpia", llega alguien y "en cuestión de minutos" nos "lee la cartilla" o bien "nos ofrece las perlas de la virgen" por algo que, quizá "no vale la pena" o tal vez no "se ajusta a los cánones" aunque "a primera vista" tenga otra perspectiva pues, se sabe, "las apariencias engañan". Total, que "nadie sabe para quien trabaja".

Aunque también, "hay que dejarlo en claro", lus lugares comunes tampoco "brillan por su ausencia" en otros ámbitos. ¿Qué tal los deportes donde el equipo ganador "está que no cree en nadie", ha "cosechado triunfos" cada vez "que se alza con la victoria"? Los fans "tienen bien puesta la camiseta" y por ello "no cejan en su empeño" de verse "rebosantes de alegría" cuando "la escuadra de sus amores" "llega hasta la recta final" y le da al contrario "una sopa de su propio chocolate" pues, sabemos, "la venganza es dulce" aunque "a veces es mala consejera". Como sea, y dado que a los perdedores "los corroe la envidia", además que en los deportes tampoco "hay nada escrito", los jugadores "dan todo en la cancha", a veces "sacan las castañas al fuego", o bien "cargan con la derrota" cuando "la diosa fortuna no les sonríe". Pero como siempre, hay que ir "de todas todas" so pena de "quedarnos a medio camino" sin "alcanzar la cima del éxito". Y eso dejaría a los fans "con un palmo de narices", "colgados de la brocha" o "chiflando en la loma". Aunque "sin ánimo de ofender", ni "dejar en segundo plano" lo que acotamos, nada mejor que un "borrón y cuenta nueva" para "empezar desde cero" cada vez que una nueva temporada inicia "con bombo y platillo". Si al equipo le va bien entonces todo es cosa "de coser y cantar"; de lo contrario deberán "encomendarse al santo de su devoción" para que las cosas salgan "a pedir de boca".

Hay veces en que al culpable lo dejan "como lazo de cochino" porque "se puso la soga al cuello" cuando él mismo "se echó de cabeza" en un asunto que aparentemente "no pasaría a mayores". Tal vez el aludido "se salió de sus casillas", "perdió los estribos", "estalló en furia" y decidió irse contra todos los que "sin deberla ni temerla" "les cayó el chagüistle" y "sin sospechar de nadie en particular" recibieron "sendas golpizas" por parte de alguien que, sencillamente "no tiene abuela".

                                      "De todo como en botica..."

Hay bebés que nacen "con una torta bajo el brazo", otros que "no se apartan del guión" y por tanto "son la alegría del hogar" mientras que mamá "es la reina de la casa", la abuela es la "cabecita blanca", y cuando todos tienen un hambre "de los mil demonios" van al restaurante y piden "la especialidad de la casa", o un recomendado "suculento platillo" que sin duda está "como para chuparse los dedos", es "un bocado de cardenal" aunque a veces hay "desagradables sorpresas" y algo que al principio "se nos hacía agua la boca", resultó ser comida "de baja estopa", "de la peor ralea" y que hizo "ver visiones a todos los presentes". Por el contrario, si el platillo sale bueno dejará a todos "con el ojo cuadrado" a "los ahí presentes".

Cuando hay ceremonias especiales todos "se visten de gala", cumplen "al pie de la letra" y "sin brincarse una coma" todas las indicaciones pues de otra manera las cosas "se pueden ir por la borda". Y en tal situación "ya ni llorar es bueno".

En los sitios muy concurridos "no cabe un alfiler", "está a reventar" o bien alguien dirá que "parece que ahí regalan algo". Pero la gente que se "pone trucha" "lleva las de ganar" y "pesca en río revuelto"; "así es la vida".

 

Cuando alguien está deprimido entonces "no lo calienta ni el sol" o se siente "como suela de zapato", los "amantes de lo ajeno" que huyeron y no se les encuentra "se hicieron ojo de hormiga", los bebés de gran tamaño "rompieron el molde" y los arrepentidos "se dan de topes contra la pared". Una excusa bastante conocida dice que "la suerte de la fea la bonita la desea" y para dar a entender la imposibilidad de simpatizar con todos se debe a que "no somos monedita de oro" y la venganza se da cuando a alguien "le pagan con la misma moneda"; los cínicos "ni la burla perdonan" y lo semiobsoleto "ya está en las últimas" y los listos "no tienen un pelo de tontos", quienes "se duermen en sus laureles" optan por el conformismo mientras que hay personas que "echan la casa por la ventana" y los que atentan contra su vida "salen por la puerta falsa" y los fanfarrones "se creen muy salsa" y las chicas atractivas generalmente "se hacen del rogar" o bien "se ponen sus moños" aunque al fin "dan su brazo a torcer" cuando el galán las conquista "hasta en el más mínimo detalle" y las hace "sentir como reinas". Naturalmente que al "unir sus destinos" al poco tiempo "escriben a la cigüeña".

A los impacientes "se les queman las habas", los aduladores "hacen la barba", quienes tienen mala suerte "se las ven negras" y con ironía decimos que "no son blancas palomas" pero sí "lobos con piel de oveja" pues "no es el león como lo pintan" y cuando algo da resultado entonces "santo remedio". Generalmente "por causas de fuerza mayor" se suspende lo programado pero "a la brevedad posible" y porque "la función debe continuar", "se levanta el telón" y el público "aplaude a rabiar" o bien "al calor de las copas" hay veces en que se arma "el rosario de Amozoc" cada vez que ocurre una pelea "como perros y gatos". 

Cuando alguien se despierta de mal humor decimos que "comió gallo", si todo le sale mal es porque "se levantó con el pie izquierdo" y cuando el infortunio es constante "trae el santo de espaldas". Los que consumen cigarrillos en exceso "fuman como chacuacos", los tragones "parecen barril sin fondo", quienes comen poco lo hacen "como pajaritos", quien está a dieta debe "guardar la línea", los que se asustan quedan "con ojos de plato" y quien se muere "colgó los tenis", "se lo llevó la parca" y las cosas que no toman tiempo se hacen "en un dos por tres", "un santiamén", "de volada" o "en menos que canta un gallo".

Si hay gente que bebe "como cosaco" también los hay quienes devoran alimentos "como pelón de hospicio" mientras que los desidiosos "hacen concha" y los malintencionados "ponen piedritas en el camino" y quienes "dan pena ajena" por sus actitudes a veces "le sacan al bulto" pues los virtuosos "se cuentan con los dedos de una mano" y con eso que el dinero "no crece en los árboles" hay que "apretarnos el cinturón" para esos tiempos "de vacas flacas".

Ahora bien, las situaciones desagradables "nos dejan mal sabor de boca" pero para "cerrar con broche de oro" y "como punto final", lejos de estar "hasta la coronilla" de los lugares comunes, estamos "más listos que un calcetín" para darle vuelo a la hilacha" con otra tanda. Total, "nunca es tarde" para "llevar a buen puerto" lo que uno se propone. Y como todo "es según el cristal con que se mira" el asunto, este pudiera ser "el cuento de nunca acabar". Y si no, "al tiempo" pues "al César lo que es del César" o, sencillamente, "a volar paloma" o, menos cortés, "a otro perro con ese hueso".