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Integrando las piedras
En el plan divino, después de haber confirmado el nuevo pacto, la tarea seria integrar firmemente la piedra del fundamento. Esto lo haría por el gloriosos fuego del Espíritu Santo. Aquí espesaría su Iglesia; aquí empeñaría su revelación a tantas Incógnitas que había confiado a sus apóstoles. Ahora no seria ellos los que hablarían: Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros, Mat 10:20. De aquí que ya no irían ellos por si mismos, sino que Jesús iría en ellos: De cierto, de cierto os digo: el que recibe al que yo enviare, A MI RECIBE Jn 13:20.
Esto le daba identificación con Cristo. El Espíritu Santo cuido de no dejarlos expuesto a dudas, criticas o refutaciones sobre sus doctrinas que ellos enseñarían. Fue la razón que nunca se avergonzaron del evangelio, porque es potencia de Dios a todo aquel que cree, Rom 1:16. Todo lo que estos santos apóstoles enseñaban levaban el poderoso respaldó de Jesús el Cristo, pues el se lo había asegurado: He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Mat 28:20.
La unión fue tan intima entre ellos y Jesús. Que San Pablo exclamaba con divina satisfacción: Con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, mas vive Cristo en mi, Gal 2:20.
Aquí tenemos a un fundamento apostólico y profético integrado por el Espíritu de Jesucristo. Este es del cual Pablo refiere a Timoteo: El fundamento de Dios esta firme, teniendo este sello, conoce el Señor a los que son suyos, y apártese de iniquidad todo aquel que invoca el Nombre de Cristo 2 Tim 2:19
| Estamos edificados sobre el fundamento de Cristo |
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