Hasta 1937 se comercializaban anualmente en el mercado peletero español mas de quinientas pieles de lince ibérico.
Lince cazado en el coto de Doñana en
1923.
El duque de Tarifa, muestra orgulloso, un lince cazado en 1920 en Doñana.
En tan sólo diez años hemos perdido la mitad de la población de linces ibericos. Menos de 600 ejemplares del más hermoso de nuestros mamíferos se enfrentan a una extinción casi segura. El gran gato lucha por su ultima oportunidad.
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