MARZO, 2007. Hay proyectos que nacen de improviso, y éste fue uno de ello. Mientras se encontraba en una mesa junto con varios guionistas mientras discutían una nueva serie, el productor Aaron Spelling terminó por exasperarse. "¡Para ustedes las cosas son tan fáciles! ¡Lo que ustedes quisieran es irse a una isla perdida en el Pacífico donde sus deseos se hicieran realidad...!"

"¡Eso es, Aaron!", respondió uno de los guionistas, "hazlo!" No literalmente, claro, sino en una serie que en su momento llegó a ser transmitida en más de 60 países. Su éxito no fue tanto como el de Charlie's Angels o El Crucero del Amor, pero sí mucho mayor al de otras series contemporáneas como B.J. McKay. Se trata, claro, de Fantasy Island, o La Isla de la Fantasía, como la conocimos por acá.

Spelling, un productor espigado y con inseparable pipa, había trabajado en el negocio de la TV desde los sesenta, pero no fue hasta que Starsky and Hutch, una de sus gemas, le dio un poder inmenso dentro de la industria. En su momento la mitad de las series más exitosas de la televisión norteamericana eran hechuras suyas, aunque Fantasy Island, como concepto inesperado, marcaba experimentos ciertamente riesgosos.

Para empezar, no tenía un perfil estrictamente policiaco, como las chicas al servicio del nunca visible Charlie, ni tampoco tenía al romance como elemento central, como la tripulación a bordo del Princess Cruise. Pero Spelling era testarudo: "Esto va a poner a la gente a soñar pero también a ver cómo muchos de nuestros fantasías idealizadas encierran repercusiones insospechadas".

Fue también idea de Spelling tener como protagonista a un personaje misterioso, una especie de Fausto con pactos secretos acompañado de un ayudante más simpático pero igual de intrigante. El productor tenía en mente a Ricardo Montalbán desde el inicio. Montalbán es un actor de origen mexicano que siempre se opuso al estereotipo que Hollywood da a los latinos, y desde hace rato deseaba entrar a la TV. Cuando Spelling le propuso encarnar a Mr. Roarke, Montalbán aceptó gustoso. Ambos llevaban una amistad de años.

Al igual que El Crucero del Amor, cada episodio combinaba dos historias conectadas con el protagonista. El hidroavión llegaba a una isla hawaiana cuya ubicación exacta se desconocía y no aparecía en los mapas. Conforme bajaban los pasajeros, Mr. Roarke nos deba un perfil de ellos; todos venían con la intención de hacer realidad una fantasía, ya fuera toparse de nuevo con ese amor de la secundaria que no se ha olvidado, convertirse en estrella de rock, ser poderoso empresario, un donjuán, conocer a Sherlock Holmes a Afrodita, a Cleopatra, a Julio César... a mitad de la fantasía todos comprenden que nuestros deseos no siempre son compensados al enfrentarlos con la realidad.

"La Isla de la Fantasía tiene un elemento entre paranormal y metafísico que rara vez vemos en la TV", escribió un crítico de Newsweek, mientras que otro, de TV Guide, señaló: "Montalbán transmite perfectamente el efecto de misticismo de Mr. Roarke, alguien que suponemos esconde un secreto macabro, alguien que intuimos no es completamente humano". Lo que alegraba al actor era que el personaje había roto el estereotipo reservado para los artistas latinos, tanto así que ya no regresó a ellos: otra de sus caracterizaciones más conocidas fue como Kahn en la cinta Star Trek: The Wrath of Kahn, estrenada en 1981.

En cierta ocasión el actor fue arrestado por posesión ilegal de arma de fuego seguida de una relación extramarital bastante publicitada. Spelling le envió una advertencia: a la otra la sería rescindido el contrato, lo cual ocurrió de todos modos ante las posteriores exorbitantes exigencias salariales de Villechaize quien, efectivamente, en 1996 ya no pudo más y se pegó un tiro en la sien.

Villechaize fue sustituido, primero, por un actor pero luego, ante las exigencias de las feministas --alegaban que en las series de Spelling, las mujeres estaban relegadas o, por el contrario, no pasaban de ser meros objetos de deseo cuando, en realidad, Charlie's Angels fue de las primeras emisiones en destacar la inteligencia de la mujer en áreas que antes le eran vedadas-- incluyó como comparsa de Mr Roarke a una mujer. Pero la gente, ajena a lo que pasaba con Villechaize en la vida real, extrañaba a Tattoo. El rating comenzó a descender a partir de ese momento.

Aparte de ello, Montalbán ya se estaba cansando del papel; en 1983 le dijo a Spelling que era sería su última temporada y propuso buscar un sustituto. "Tu fuiste el primer Mr Roarke y después de ti ya no habrá otro Mr Roarke. Si te vas, la serie terminará en ese momento", le respondió el productor, por lo cual fue cancelada al año siguiente. El comentario explicaría por qué hasta hoy no se ha filmado una versión fílmica de Fantasy Island. Spelling, fallecido el año pasado, se encargó que ello no ocurriera.