CAPITULO I. GLASS Y LAS MAQUINAS DE DIOS
Extraído de: libreto del álbum "MACHINA / the machines of god"

Y como si así fuera con todas las cosas, hablábamos en rima y enigma... no por temor al descubrimiento, porque eso había ocurrido hacía mucho tiempo, sino más bien porque aquellos que secretamente habían deseado ser hablados estaban... para saber que estas palabras estaban destinadas a ellos y sólo a ellos... porque islas solitarias y maldiciones barridas por el viento guardaban los símbolos transmitidos y adivinados para contenerlos dentro, para manternerlos para siempre... sólo un corazón sincero y una sonrisa de complicidad garantizan la entrada a este misterio... porque cada época tiene sus oráculos y sus narradores de la verdad, sus falsos campaneros de alarma, y por supuesto los huecos espectros de la complacencia... así que en esto cantamos los verdaderos ecos sembrados de paño viejo, nacidos para mirar fijamente tan destrozados por todo lo que ellos ven... porque la verdad es locura y la locura verdad fielmente revelada, y ver es siempre ver demasiado... para llevar testimonio a lo falso y a lo correcto y retransmitir hacia atrás y hacia delante que lo que conoces... ama la constante señal que cura y provoca mientras nuestro narrador de la verdad duerme dentro de muros furiosos, tres veces bendito y maldito carmesí... su historia es la misma historia, y como todas sin desenlace... un chico y una chica, simple sí pero eterno para siempre... glass toca, las máquinas sacuden voltaje, y la mirada es atraída una y otra vez por líneas inciertas... un rayo capta un ojo de june, nuestro ángel que ha esperado tanto tiempo... congelado para presenciarlo, podemos pasear y contemplar este momento tan cercano a la perfección como ninguno lo ha sido nunca, para ver la alegría, el exalto, la arrogancia... con su pura violencia de abrazo y liberación ofreciendo lentamente dientes rechinando conocimiento, la canción termina, los amantes se arquean, y en este éxtasis hay esperanza, expectación, y sí, seguro e indivisible amor... la chica, el amor de él, la luz que transformaría cualquier historia en la luna y sus plateadas estrellas... ella no tenía fe sino aquello que destruye, y sólo se había conocido a sí misma en toscos espejos, dejándose y dentro de lo que sea que la moviera... con ojos de opio y boca de gubia, ella seguía un árido sendero porque creía que todo lo que era bueno había muerto mucho antes de que ella tuviese nombre... ella el reflejo en el cristal, él en lo de ella que no podía exigir, ella en él lo cuál ella tan desesperadamente necesitaba, siempre rompiendo... ella había perseguido negros agujeros de silencio para encontrar paz, y a cambio esa oscuridad le transmitió una fiebre que era inquebrantable... sus destinos se habían entrelazado mucho antes de que fueran amantes, su momento se extendía desde antes de que sus ojos se encontraran por vez primera, y ese vínculo era eterno, a través del fuego y la carta para encontrarse una y otra vez hasta este momento, sobre el ápice y la conclusión... estas luces se hacen más intensas para buscar los cielos, esforzándose para ser reconocidas en santidad, pureza, e insolencia... para ojalá captar la mirada de una inteligencia suprema, observándonos tranquilamente y asintiendo con silenciosa aprobación... porque es con fe y sólo con fe con lo que uno justifica la distancia, con poco que confirmar sino luz trémula y temor reverencial, tanto ritual como circunstancia... tanto en sueños como en visiones, tan real e irreal para ser imaginado una y otra vez en un escape mental inverso, era forraje de video para hacer mella... él tenía su voz, incorpórea sin pretensión... ¿pero eran suyos los sonidos? ¿podía poseer esos pensamientos si pudieran ser aceptables? clavados con chinchetas en los techos por todo el mundo se encontraban sus esquemas y deseos de protón, frío arrojado a la blanca luz, como fragmentos de una bomba atómica adolescente... los niños esperaron su turno para su trozo, y los ojos te observaron por todos sitios... contra estas ruinas muere nuestro héroe zero y encuentra una estación muerta agitando códigos estáticos. a través de canales y onda media todavía hablaba sólo para darse cuenta de que él no estaba hablando en absoluto, sólo tarareando la canción favorita de alguien... la voz dice que eres uno de muchos más por venir... en tristeza y en amor, en fe y movimiento vivo.

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