Qué hacer para evitar este tipo de incidentes? ¿Cuál es el método a seguir para enfrentar estas complicaciones? Docentes y sicólogos educacionales apelan a la prevención y a un trabajo cohesionado con los padres. Los jóvenes, en tanto, lo toman como una situación cotidiana que, en general, no tendría que provocar tantas complicaciones.
PONERSE EN EL LUGAR DEL OTRO
El sicólogo Rodrigo Cárcamo coincide con quienes señalan que la violencia entre estudiantes ha existido siempre. Pero quizás antes era más verbal y menos violenta que ahora.
El cambio actual se plantea como un problema que da cuenta de un síntoma más complicado: el desapego de los jóvenes con su entorno familiar y su falta de empatía con sus pares. “Cuando hay un vínculo seguro y una familia adecuada se protege a los niños de caer en los golpes y la falta de respeto por las personas. En esos casos es muy difícil que un niño no desarrolle habilidades sociales y un sentido de empatía, por más exposición que tenga a juegos violentos, aunque tenga un grupo de pares negativo en el entorno escolar, aunque los medios de comunicación estén mostrando este tipo de situaciones, o la internet”, advierte.
Pero todo lo contrario puede ocurrir cuando el contexto personal y familiar es adverso. En esos casos el menor está muy vulnerable al imitar otros comportamientos.
La violencia entre los estudiantes se ha incrementadoy est á relacionada con los cambios en la sociedad. Estamos acostumbrándonos a observar cómo distintos grupos sociales actúan de modo violento, porque se atropella el respeto del otro.
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