EL VERSO
CON RIMA Y MEDIDA


 
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   AUTÉNTICA POESÍA    



    En esta página encontrarás las siguientes poesías:

  • Una triste historia
  • Año 1989
          • UNA TRISTE  HISTORIA

                            I

            La niña era un fruto
            de madre soltera.
            Por aquellas cosas
            que trajo la guerra
            él estaba preso
            muy lejos de ella.
            La niña crecía
            en aquella dehesa
            en donde la madre
            era cocinera;
            el jardín regaba,
            cuidaba la huerta;
            era la criada
            y hasta la enfermera
            del ama que estaba
            en la cama enferma.
            La niña crecía
            feliz en la dehesa.
             
            El señor, tan bueno,
            atento con ella,
            le daba esperanzas
            de que removiera
            el caso del novio
            para que saliera.
            Ella confiaba
            y estaba a la espera
            ya que por su oficio
            tal vez consiguiera
            librar a su novio
            de la cruel condena.
            ¡Qué feliz sería
            la madre soltera
            si el señor consigue
            que el novio volviera!
             

                           II
             
            Ha pasado el tiempo
            y el novio ya ha vuelto,
            gracias al empeño
            que el señor ha puesto.
            -Señor, muchas gracias,
            ¡cómo le agradezco...!
            Por usted, mi novio
            ha salido absuelto.

              Por fin se ha casado
            la madre soltera
            y son muy dichosos
            viviendo en la dehesa.
            Pero...   ¡ay!,    hay un débito
            que no olvida ella.
            La niña vivía
            feliz en la dehesa.
            Un día de otoño
            que iba a la escuela;
            un ser inhumano
            que a la niña acecha,
            deshonestidades
            comete con ella.
            La niña, asustada,
            ni a gritar acierta,
            se somete atónita
            a sucias vilezas;
            la fiera inhumana
            no muy satisfecha,
            está decidida
            a borrar las huellas.
            ¡Qué hace, Dios santo!
            La niña degüella
            y arroja su cuerpo
            por la torrentera.
            -¿Dónde se ha metido
            mi niña pequeña?
              Se pasan las horas,
            nadie aporta señas.
            -¿Dónde está mi niña?
            ¡¿Dónde estás, mi reina?!
              Nadie ha visto nada
            ni a explicar aciertan.
            Las horas se pasan,
            la noche se acerca.

              El padre es un tosco
            gañán de la dehesa,
            la madre una pobre
            semianalfabeta.
            Cabizbajos, tristes,
            vuelven de la escuela.
            "Hoy no la hemos visto"
            es toda respuesta.
            Ya se echó la noche,
            las penas aumentan.
            Gritando la buscan,
            llorando sospechan
            pues lo más terrible
            temen que suceda.
            Al llegar el alba,
            un trozo de tela
            traía el perrito
            lleno de tristeza.
            Entorno a los padres
            todos en la dehesa
            mudos, compungidos,
            la tragedia expresan.
            Se echan a buscarla
            hasta que la encuentran
            fría, ensangrentada,
            desnuda, patética.
            No estaba dormida
            la niña de cera,
            la mirada fija
            mirando una estrella...
            el pelo revuelto,
            desechas las trenzas,
            su cuerpo manchado
            de clara evidencia.
            -¡Ay, me la han matado!
              La escena era tétrica.
            Los padres hundidos
            en honda tragedia,
            con odios muy negros,
            deshechos, sin fuerzas.
            Ya viene el forense
            y el cuerpo se llevan.
            Qué tarde más trágica,
            la sangre se hiela,
            sobran las palabras,
            el aliento quema.
            Silencioso el padre
            en brazos la lleva;
            en el cementerio
            se abre la verja;
            la madre está ausente,
            le fallan las piernas,
            entre dos mujeres
            en vilo la llevan;
            gargantas que estallan
            en gritos de pena
            que claman justicia,
            ¡qué dentro penetran!
            Al día siguiente
            a la niña entierran.
            -¡Adiós para siempre...!
            ¡Qué sola me dejas!
              Gargantas con nudos
            un pésame rezan.
            El padre y la madre
            lloran su tristeza
            mirando la tumba
            de la hija muerta;
            se despide el duelo
            y solos se quedan.
              
              
                          III
              
            El ama, un mal día
            se fue de la dehesa,
            un mal innombrable
            acabó con ella
            y el señor muy solo
            vive su tristeza.
            La vida transcurre
            apática y lenta;
            nada les alegra,
            poco les afecta,
            sólo los recuerdos
            sus mentes recrean.
            Pero...   siempre un "pero"
            en el aire queda:
            existía un débito
            que no olvidó ella.
            Y el señor   ¡tan solo...!
            ¡ tan bueno que era...!
            que no se merece
            tan sola existencia.
            Y los muertos...  muertos;
            y los vivos quedan,
            y el tiempo que pasa
            y todo lo arregla.
              Entre aquellas gentes
            que habitan la dehesa
            faltan dos uniones
            de hilitos de seda.
            En su puesto habita
            una sombra negra...
            pequeños recelos,
            fundadas sospechas,
            frías relaciones,
            notorias miserias.
            Algo se interpuso
            entre la pareja.


                                       _________
                                                Junio  1991


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                     AÑO  1989

                Año lleno de conmemoraciones.
          Murió Dalí, pintor octogenario
          y hay cien mayos de manifestaciones.
           
          De su muerte cumplió el cincuentenario
          pero está don Antonio muy presente
          con aquel torpe aliño indumentario.
           
          Del rey de los payasos, solamente
          cien años hace de su nacimiento
          y sigue estando vivo en nuestra mente.
           
          Un loco genocida, en mal momento
          también hace cien años que nacía;
          el racista crüel, el más sangriento.
           
          Y Francia celebró con alegría
          que un chispazo al mundo iluminara,
          dos siglos ya de aquella algarabía.
           
                                                        _________
                                                                      Julio  1989

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