Gustavo
Adolfo Domínguez Bastida -su verdadero nombre- nació en Sevilla (España), el 17 de
febrero de 1836. En 1841 muere su padre, el pintor José
María Domínguez Insausti, más conocido
por el apellido Bécquer , tomado de unos antepasados
flamencos.
sus
primeros estudios los hizo en el colegio de San Antonio
Abad; luego pasó a la carrera náutica
en el colegio de San Telmo, internado para huérfanos
de familias nobles sin recursos. Con su condiscípulo
José Campillo escribe "Los conjurados",
«un espantable y disparatado drama». Cuando tenía
nueve años murió también su madre
y tuvo que salir de aquel colegio para ser acogido por
su madrina de bautismo. A la edad de dieciocho años
dejó a su madrina y la buena posición
que ésta le proporcionaba en Sevilla, para viajar
a Madrid en busca de fortuna a través del campo
de las letras que se le daba con facilidad. En Madrid
vive una dura bohemia por intentar vivir de la literatura;
se vio obligado a servir de escribiente en la Dirección
de Bienes Nacionales.
Se
enamoró de una fugitiva visión femenina
que sería la musa constante de su inmortal poesía.
Intentó
vivir de sus artículos literarios que eran entonces
de poca demanda por lo que alternó esta actividad
con la elaboración de pinturas al fresco.
En
1862 su hermano Valeriano -célebre en Sevilla
por su producción pictórica- se trasladó
a Madrid y ambos hermanos vivieron juntos, uno traduciendo
novelas o escribiendo artículos y el otro dibujando
y pintando a destajo.
Como
legado para la literatura del mundo, Gustavo Adolfo
Bécquer dejó sus "Rimas" una
colección de setenta y seis poesías, publicadas
al año siguiente de su muerte, con el título
inicial de "El libro de los gorriones" a través
de las cuales deja ver lo melancólico y atormentado
de su vida.
Las
Rimas, que tienen una engañosa sencillez, son
poemas breves en versos asonantes; se refieren a la
emoción de lo vivido, al recuerdo, a experiencias
convertidas en sentimientos. También aparece
el amor, el desengaño, el deseo de evasión,
la desesperanza y la muerte. Continúan
editándose con regularidad y, aún hoy
día, constituyen uno de los puntos de referencia
capitales de la literatura poética española.
A
causa de la terrible tuberculosis de aquellos tiempos,
muere en Madrid el 22 de diciembre de 1870, sin llegar
a ver editadas ninguna de sus obras.
Gustavo
Adolfo Bécquer está considerado como una
de las figuras más importantes del romanticismo.
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