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Cíclidos africanos para acuarios de 200l. (1ª parte)
Por Manuel Zapater.
Siguiendo con la serie de artículos sobre los cíclidos africanos, es común que a medida que el aficionado adquiere un mayor dominio de la técnica del acuario y quiere aumentar sus conocimientos y vivir nuevas experiencias, una de las cosas que se suelen hacer es instalar un nuevo acuario de mayor tamaño que el anterior.
Aunque, debido a mi experiencia y a la de muchos otros antes,
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Labeotropheus trewavasae, ejemplar macho. Fotografía: José L. Blanco |
puedo decir que, en general, a mayor volumen de agua, mayor facilidad de mantenimiento. Hay que reconocer que todos nosotros hemos comenzado con acuarios modestos, para después caer en la cuenta de que existen nuevas especies, de diferentes características y requerimientos que necesitan un mayor tanque y... ¡hay un hueco en una habitación!
En este primer artículo de la serie de los acuarios de 200 l quiero explicar unos cuantos modelos y propuestas dedicados a los incubadores bucales del lago Malawi, algunos de los cuales ya se encuentran en los artículos de esta misma página y otros esperamos poder tenerlos pronto para consulta, aunque de todos modos hay excelentes libros, revistas y páginas webs sobre ellos.
La idea es disponer de un acuario de 200 l de medidas estándar, como lo proponen la mayoría de los fabricantes, es decir: 1m de largo, 40 cm de ancho y 50 cm de alto. Particularmente preferiría una superficie de la base un poco mayor, pero no es cuestión de complicarse demasiado la vida y aprovecharemos aquello que se encuentra con mayor facilidad en el comercio (a no ser que alguien quiera aventurarse a construir su propio acuario, lo que, tras unos cuantos intentos, no es demasiado difícil).
El equipamiento básico debería comprender una pantalla de iluminación con dos tubos de 30 w (no entraré aquí en la elección de los mismos, aunque pueden combinarse un tipo luz de día con un Gro-lux para resaltar los colores de los peces), un filtro (diversos tipos que serán explicados posteriormente) y un calentador con termostato de 150 200 w. En principio, con estos tres elementos sería suficiente para cubrir todas las necesidades técnicas de nuestro tanque.
Hablaré un poco más de los filtros, ya que siguen siendo el caballo de batalla de muchos aficionados. Desaconsejo el filtro de placa o de fondo (UGF), entre otras razones porque muchos de los peces que voy a comentar en este artículo tienen costumbres excavadoras, si no a diario sí en época de reproducción, lo que nos anularía nuestro filtro. Puede optarse por un filtro interno, ya que muchos de los acuarios lo llevan incluido, o por externos del tipo mochila o tambor. Lo que sí es importante es el flujo de filtración, que debe ser de, por lo menos, 3 veces el volumen del acuario. La carga filtrante puede estar compuesta por los diversos tipos de esponjas que se encuentran en el mercado, perlón, carbón activo, piedras volcánicas, canutillos cerámicos, etc.
De todos modos, una buena filtración no está completa si no se complementa con cambios de agua frecuentes y abundantes. El Ph para el mantenimiento de peces originarias del lago Malawi debería estar alrededor de 8,0, hay que tener en cuenta que el pH del agua del acuario tiende a disminuir con el tiempo, por lo que, para mantener a estos peces en condiciones óptimas, deberemos cambiar alrededor de un 25 % cada semana. De esta forma no sólo controlaremos el pH, sino que ayudaremos a mantener los niveles de nitritos, nitratos, etc, en un rango aceptable.
La decoración es característica en estos acuarios, e intenta imitar su hábitat natural en el lago Malawi. Dispondremos una buena cantidad de rocas, apiladas unas sobre otras, en la cara posterior del acuario. Pueden ser de varios tipos, hay quien construye huecos con pizarras, mientras que otros emplean piedras volcánicas. Lo importante es que queden muchos escondrijos, en los que puedan refugiarse los peces (hembras que incuban, alevines, peces perseguidos...). Además, haremos una playa de arena, de unos 3 cm de espesor, para que los machos en celo puedan excavar los nidos en los que pondrán los huevos las hembras antes de recogerlos en su boca. Es arriesgado poner plantas, aunque algunas aguantan muy bien, como las Anubias barteri o A. nana, o el helecho de Java Microsorium pteropus. Hay que pensar que los incubadores bucales del grupo de los M´bunas: Pseudotropheus, Metriaclima, Tropheus, Labeotropheus, etc, son principalmente vegetarianos.
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Metriaclina zebra, ejemplar macho juvenil, Fotografía por Manuel Zapater |
El aspecto más importante que hay que decidir en este acuario es quiénes serán los pobladores del mismo y aquí es donde podemos tener más problemas, ya que nuestros gustos personales no suelen coincidir con los de las tiendas de acuariofilia. Debemos tener en cuenta unas cuantas reglas básicas:
- Los machos suelen ser territoriales y agresivos: Solución, sólo un macho por especie.
- Son animales polígamos, distribuyen su agresividad mejor entre varias hembras, así que como mínimo, pondremos dos hembras por macho.
- Para limitar la agresividad interespecífica evitaremos que los machos de diferentes especies sean de colores o formas similares.
- Son, a pesar de lo que podamos pensar por su reputación, animales tímidos, por lo que es mejor tener el acuario ligeramente superpoblado.
- Finalmente, para aquellos interesados en la reproducción, no pondremos más de una especie de cada género, para evitar el riesgo de hibridaciones, ya que en muchos casos, las hembras son tan similares que se reproducen sin problemas con machos de especies diferentes.
Teniendo en cuenta estos simples puntos de partida, podemos empezar a pensar que con un tamaño medio de 10 cm por pez adulto (hasta casi 15 en los Metriaclima zebra), podemos llegar a unos 12 peces en este volumen, lo que puede ser con 4 especies y tres ejemplares (1 macho y dos hembras de cada una), o 3 especies (1 macho y 3 hembras). No aconsejo poner menos de 3 especies para que los machos tengan que competir por los territorios y así se cree un acuario interesante; además, las hembras se sentirán menos acosadas de este modo.
Siendo tan variadas las opciones que tenemos, lo más probable es que nos dediquemos a recorrer las tiendas del ramo a ver que es lo que hay en cada una. Lo más adecuado es poblar el acuario de una sola vez, para que los machos no establezcan territorios, ya que no tolerarían a otros peces despistados que se metieran en ellos. Si esto no fuera posible, cada vez que vayamos a introducir un nuevo pez o grupo de peces, deberemos modificar la decoración del acuario, cambiando las rocas de lugar. Esto provoca un desconcierto de un par de días en los machos dominantes, que es aprovechado por los demás peces para conocer su nuevo entorno. No suele cambiar la situación de dominancia, pero mientras se establece el nuevo reparto de territorios en el acuario, ponemos a los recién llegados a salvo.
Los ejemplos de población son muy numerosos, por lo que sólo me voy a limitar a comentar por encima algunas especies y muy brevemente sus características, ya que de algunas de ellas ya existen artículos en esta página.
- Metriaclima (=Pseudotropheus) zebra: alrededor de 10-12 cm, muchas variedades de color, elegiremos la que más nos interese, en función del resto de ocupantes. (ver artículo)
- M. aurora: una de las especies más bonitas del género, con cuerpo azul y zona ventral amarilla.
- M. lombardoi: presenta un curioso fenómeno de inversión cromática, las hembras son azules y los machos amarillos.
- M. elongatus: dentro de este complejo de especies hay algunas de gran belleza, menos de 10 cm y carácter bastante "fuerte". Hay una "variedad" en que los machos son amarillos con bandas anchas verticales negras.
- Pseudotropheus tropheus: similar en comportamiento y tamaño al M. zebra.
- Labeotropheus trewavasae: unos 10 cm, la variedad más apreciada es la "red-fin" (aleta dorsal roja y cuerpo azul en el macho). (ver artículo)
- L. fuellerboni: hasta 15 cm, más agresivo que el anterior.
- Cynotilapia afra: hasta 8 cm, a pesar de su tamaño, sabe defenderse bien de peces mayores. (ver artículo)
- Labidochromis caeruleus: hasta 10 cm, bonito color amarillo, poco territorial. (ver artículo)
- L. exasperatus: hasta 8 cm, puede ser intimidado por machos de otras especies de color azul.
- Melanochromis johanni: hasta 12 cm, bonito y agresivo, debe ser mantenido en compañía de peces de similar o mayor talla.
- Tropheus duboisi: si bien los ejemplares juveniles son preciosos (negros con puntos blancos), hay que tener cuidado en la elección de la variedad, ya que sólo algunas son realmente atractivas cuando llegan a adultos. Muy delicado en cuanto a su dieta, no debe comer "carnes rojas": larvas de mosquito, bazo, hígado, etc, que podrían causarle problemas digestivos, ya que es una de las especies de dieta más herbívora.
- Tropheus moori: para esta especie vale lo comentado en el párrafo anterior.
- Iodotropheus sprengerae: de color casi granate los machos, su tamaño inferior a 8 cm lo hace ideal para este tipo de acuarios.
Todos estos ejemplos entran dentro del grupo de los M´bunas y no debería mezclarse a estos peces con otros incubadores bucales de carácter más asustadizo como los Aulonocara, por ejemplo: A. nyassae (ver artículo) y A. jacobfreigei (color de cuerpo dominante amarillo), o Sciaenochromis fryeri (anteriormente erróneamente conocido como Haplochromis ahli). Estos peces deben albergarse casi en solitario en tanques de este volumen y con una densidad muy inferior a la comentada anteriormente. En 200 l podríamos tener un macho y cuatro hembras de una de estas especie junto a la excepción a la regla de los M´bunas que supone Labidochromis caeruleus, representado por 4 ó 5 ejemplares.
Del decorado y su disposición dependerá que obtengamos alevines de modo natural, en general, dada la superpoblación del acuario, es difícil que salgan adelante si no separamos a la hembra que incuba y la ponemos en un acuario separado (esta operación de captura debe realizarse por la noche, con ayuda de una linterna). De todos modos, la costumbre de los alevines de esconderse entre las grietas de las rocas y su "inteligencia" hace que a veces sí podamos verlos perfectamente mimetizados y saliendo a comer pequeñas partículas que pasan delante de ellos. Como regla general, a más rocas, más posibilidades de obtener alevines. Un hecho curioso que se produce cuando estos alcanzan unos 2 cm de tamaño y empiezan a aventurarse a comer en las zonas abiertas, es que si son aceptados por el resto de habitantes del acuario, no serán ya perseguidos y podrán nadar con normalidad por todo el tanque, parece como si el resto de pobladores del acuario pasara de considerarlos como fuente de proteínas a unos nuevos habitantes, eso sí, con la limitación de derechos propia de su talla.
En resumen, después de haber descrito someramente el equipamiento, decoración, mantenimiento y especies adecuadas, pienso que este artículo servirá para aportar ideas a los aficionados que dispongan de un tanque de 200 l y quieran convertirlo en lo más parecido posible a un rincón del lago Malawi.
Manuel Zapater, Diciembre 1.999.
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