Así como Batman, Viaje a las estrellas, y hasta el mismísmo
Rocky nos mostraron que siempre puede haber un
"continuará...", las investigaciones acerca de la
introducción al álgebra parecen no haber querido "ser
menos". A pesar de lo mucho que se ha hablado, investigado y
escrito sobre el álgebra, aún quedan varias versiones por
conocer de esta saga que parece no tener fin.
Resulta necesario desenmarañar y clarificar ese preciso momento
en que se establece qué, cuándo y cómo enseñar álgebra.
La posibilidad de representar con una sola letra un conjunto de
valores y el hecho de poder usarlos de forma sencilla es,
precisamente, lo que hace que el álgebra sea de gran utilidad,
pero sin embargo, los alumnos no siempre llegan a comprender y
aprovechar la ventaja que supone la utilización de símbolos
porque desconocen su relación con lo que denotan.
Algunos de ellos creen que sólo se trata de aprender ciertas
reglas o procedimientos que permiten resolver todo tipo de
ejercicios que puedan presentarse. De hecho, consideran que el
álgebra es "la parte de las matemáticas que tiene como
objetivo resolver ecuaciones" o "la parte de
las matemáticas que se encarga de encontrar números
desconocidos mediante la resolución de ecuaciones"
(Grupo Azarquiel, 1993, p. 89)
Muchos otros consideran que, a partir de la introducción del
lenguaje simbólico, sólo se logra incrementar el nivel de
dificultad de ejercicios que podrían resultar más sencillos. Y
remarcan entonces, una vez más, que sólo es "para unos
pocos" (los que logran, al menos, operar con estas nuevas
estructuras y resolver las actividades que se les plantean).
Langford (1990) presenta un informe sobre las interacciones entre
los métodos de enseñanza del álgebra y la capacidad
intelectual, realizado por Young y Becker, quienes descubrieron
que los estudiantes de gran capacidad aprovechaban mejor un
método de enseñanza "figurativa" que traducía los
problemas a términos gráficos, mientras que los alumnos de
menor capacidad aprovechaban mejor la enseñanza sobre la base de
manipulaciones puramente simbólicas.
Si bien todos los estudiantes tienen que saber traducir los
problemas a términos simbólicos, resulta preocupante que la
manipulación de los símbolos se pueda llegar a dominar más
fácilmente porque sólo requerimos una serie de procedimientos
mecánicos, carentes de significado.
¿Qué se está presentando a los alumnos bajo el rótulo de
álgebra?, ¿qué idea de ella se está fomentando?, ¿cómo se
les presenta la necesidad de un lenguaje simbólico en
determinadas situaciones?, ¿acceden todos a este proceso de
simbolización?, ¿es el proceso de simbolización algo sólo
"para elegidos"?
¿Cuáles son las concepciones tomadas en cuenta al enseñar de
una determinada forma los contenidos considerados? ¿cuáles son
las concepciones posibles, con los alumnos de un determinado
nivel de enseñanza, en relación con los niveles precedentes y
siguientes?