Todo fue muy puntual el 18 de septiembre de 2003. El Autobús ALSA de las 06,00 entre Xixón (Gijón) y el Aeropuerto, la salida de Iberia hacia Madrid (07,30) y de Madrid a Casablanca (10,10). Como, en verano, Marruecos lleva dos horas menos que España, a las diez, hora marroquí, aterrizaba en el Aeropuerto Mohammed V

      Se me presentaba un problema: Yo quería continuar en tren hacia Marrakech, pero si tomaba el que parte del aeropuerto, lo haría hacia el centro de Casablanca donde, al llegar, habría perdido el enlace con Marrakech. Hube de tomar un "grand taxi" (*), que me cobró 250 Dh por el trayecto (unos 20 kms) hasta Berrechid.

      Desde Berrechid hasta Marrakech (195 kms) el tren tarda 2h 40m y cuesta 62,50 Dh (en 2ª, 8 pasajeros por compartimento).

      Nada más llegar a Marrakech fui a la estación de autobuses de Bab Doukkala. Allí me enteré de que el autobus nocturno de la CTM, que quería tomar hasta Tiznit, salía desde un lugar más cercano a la estación de ferrocarril, el Boulevard Zerqtouni (Guéliz).

      En las dependencias de dicha calle pude dejar mi equipaje en consigna (5 Dh), y me advirtieron que -aunque el autobús no salía hasta las 12 de la noche-, debería presentarme media hora antes para retirar la bolsa de viaje.

      Al salir de la CTM encontré, junto a ella, el Snack Tifaq, un moderno restaurante donde comería y cenaría durante mi estancia en Marrakech, tanto en este viaje de ida como en el de regreso, camino de Rabat. ( Como orientación: una ensalada, un tayin de carne, agua mineral, pan y te a la menta, fueron 63 Dh).

      ¿Qué iba a hacer en Marrakech una tarde entera, hasta la cena, habiendo estado ya varias veces allí? Pues pasear por la Avda Mohammed V y acercarme a la Yemaá el Fná, ¡cómo no!

      Encontré Marrakech muy cambiado: nadie se me acercó a darme la paliza ( "¿Español? Bienvenido. Hoy día de mercado bérber, ..."), lo que actualemente está perseguido. Además, la ciudad está muy cuidada. Pude así disfrutar de cada rincón de Guéliz y de la Medina.

      Cuando faltaba una hora para oscurecer, me fui a la terraza del Café de France, desde donde se disfruta del ambiente de la Yemaá cómodamente sentado tomando un te (7 Dh). ¡Todo un lujo!

      Algo después de la medianoche llegó el autobús. Venía desde Casablanca y quedaron plazas libres en la primera fila. Había, previamente, recogido y facturado mi equipaje (otros 5 Dh) e inicié la marcha hacia Tiznit.

      La vida sigue por la noche en las carreteras marroquíes, al menos en las principales como ésta que, via Chichaoua, lleva hasta Agadir: muchos puestos de venta en los arcenes y bastantes lugares donde hacer una parada a tomar o comer algo.

      El autobús, que continúa con 3 o 4 pasajeros hasta Goulimine, no entra en Tiznit: a las 6 de la mañana te deja en la carretera de circunvalación, donde unos niños, tirando de pequeños carros, te recogen el equipaje y lo llevan hasta donde les indiques.

      A una belleza marroquí, que también se baja del autobús y queda en el hotel
Idou Tiznit ^****, le pregunto que cuánto se les da:

      -Sobre 2 Dh, me dice.