GRAU  El peruano del milenio

Reynaldo Moya Espinosa

Carátula

Contenido

Prólogo

Capítulo I

Capítulo II

Capítulo III

Capítulo IV

Capítulo V

Capítulo VI

Capítulo VII

Capítulo VIII

Capítulo IX

Capítulo X

Capítulo XI

Capítulo XII

Capítulo XIII

Capítulo XIV

Capítulo XV

Bibliografía

Biografía de R. Moya E.

 

CAPÍTULO XII:

ULTIMOS AÑOS DE DOLORES GRAU Y DE SUS HIJOS

1.- Dolores Grau en Chorrillos

2.- La viuda de Grau viaja a Francia

3.- Los hijos de Grau

4.- Rafael Grau: su trágica muerte

5.- Miguel Grau Cabero

 

5.- Miguel Grau Cabero 

Nació el 23 de enero de 1879. Estuvo casado con doña Teresa Wiese Romero. Falleció en Lima  el 31 de octubre de 1976, cuando contaba 97 años de edad; siendo por lo tanto el último que vivió de los Grau Cabero. 

Cuando su hermano Rafael fue asesinado, publicó en el diario “El Tiempo” de Lima  una acusación contra el Presidente José Pardo, que decía “ Yo Miguel Grau, acuso a José Pardo del asesinato de mi hermano Rafael “ Aseguraba Miguel Grau Cabero, que el Presidente  no había ofrecido las garantías necesarias, no obstante que se le había solicitado el envío de gendarmería y de una autoridad neutral. 

En 1919, siendo don José  Pardo, Presidente se celebran elecciones que gana Augusto Leguía. Este en la creencia de que Pardo no le iba a entregar el poder, lo depone el 4 de julio, tras una conspiración civil militar, en la que intervino Miguel Grau Cabero, más por antagonismo con Pardo que por adhesión a Leguía.. Al asumir éste el poder, reemplazó al Congreso por una Asamblea Nacional, integrada por partidarios suyos. Miguel Grau perteneció a la minoría  de esta Asamblea que se instaló  el 24 de setiembre  de 1919 y duró hasta el 27 de diciembre, cuando aprobó una nueva Constitución, que se promulgó el 18 de enero de 1920. En ese corto tiempo, Miguel Grau Cabero con el asambleísta Alberto Secada propusieron la creación del Ministerio de Marina, lo que fue aceptado. También fue uno de los que  pidieron que se diera una pensión vitalicia a los sobrevivientes del «Huáscar». Así mismo,  propusieron que la provincia de Cotabambas se llamase Grau y tuviese como capital la localidad de Chuquibambilla, tal como lo había querido su hermano Rafael Grau. Los sobrevivientes del Huáscar estaban en la mayor pobreza. 

Miguel Grau, uniéndose a Javier Prado y otros dirigentes políticos, se distanció de Leguía En 1920  Grau era Senador de la República, cuando se produjo una conspiración contra Leguía que fue dominada y turbas partidarias de Leguía asaltaron los diarios opositores “La Prensa” y “El Comercio”, siendo también apresadas numerosas personalidades. El 10 de noviembre, el Ministro de Gobierno  dispuso la prisión  de tres diputados y de los Senadores Miguel Grau y Juan Antonio Portella. Grau era uno de los que más tenazmente había combatido a Leguía desde su Cámara. Para los dos senadores, el Ministro pide el desafuero, que la Cámara obsecuente otorga, siendo reducidos a prisión y enviados a la isla de San Lorenzo, luego Leguía expropia “La Prensa” y la entrega al periodista colombiano Guillermo Forero, que la siguió imprimiendo ya favorable al gobierno, pero en forma clandestina apareció otra “La Prensa” verdadera que continuó atacando a Leguía, el que en el vapor “Paita” deportó el 11 de mayo de 1921 a Sydney, Australia, a 22 personajes entre los cuales estaban Jorge Prado, Miguel Benavides (hermano del general Oscar Benavides) y Miguel Grau, pero los deportados se amotinaron en alta mar y resolvieron  dirigirse al puerto de Punta Arenas en Costa Rica, donde desembarcaron. Desde entonces Miguel Grau Cabero siguió en el exilio hasta que la revolución del comandante Sánchez Cerro el 22 de agosto de 1930, depuso a Leguía.  

Los sucesos de 1921 fueron la base de una sólida amistad de Miguel Grau Cabero con la familia Prado Ugarteche y con el general Oscar Benavides.  

Cuando el 30 de abril de 1932, el Presidente Luis M. Sánchez Cerro fue asesinado, el general Benavides fue encargado por el Congreso para que terminase su período. Entonces se puso de manifiesto la vieja amistad con Miguel Grau Cabero que los había unido en el destierro, y asumió un cargo diplomático. 

En 1936 Benavides convocó a elecciones. El partido aprista no pudo designar candidato por estar fuera de ley. Se presentaron como candidatos los piuranos Luis Flores por el partido  «Unión Revolucionaria” y  Luis Antonio Eguiguren por el Frente Nacional. También Manuel Vicente Villarán  por el Partido Nacional Agrario y Jorge Prado Ugarteche por una coalición de pequeños partidos llamados Frente Nacional. En la lista de Prado iban Amadeo de Piérola como primer vicepresidente, y Miguel Grau Cabero como segundo  vicepresidente. 

Benavides apoyó a Prado. De esa forma la vieja amistad entre Benavides, Prado y Grau se volvía a poner de manifiesto. Javier Prado era hijo del que fuera Presidente general Mariano Ignacio Prado durante a Guerra con Chile, mientras que Miguel Grau, era hijo del Héroe de Angamos y Amadeo Piérola era hijo de Nicolás de Piérola. Es decir, que los padres habían  sido los más importantes protagonistas de los sucesos de 1879 y  fue precisamente eso lo que motivó, sobre todo de parte de los apristas, una intensa campaña contra Prado, haciendo revivir el pasado y acusando al extinto padre de haber abandonado al Perú en plena guerra llevándose los fondos de las colectas. Realizadas las elecciones, los cómputos, eran el 26 de octubre, cuando aún no había terminado el conteo de votos, los siguientes: Eguiguren 75.662 votos, Luis Flores 52.248 votos, Prado 42.788 votos y Villarán 25.550 votos. Como se vislumbraba el triunfo de Eguiguren, el Jurado Nacional de Elecciones, interrumpió el conteo de votos y el congreso alegando que Eguiguren había recibido votos apristas, anuló las elecciones y prorrogó el mandato de Benavides por 3 años más.