GRAU  El peruano del milenio

Reynaldo Moya Espinosa

Carátula

Contenido

Prólogo

Capítulo I

Capítulo II

Capítulo III

Capítulo IV

Capítulo V

Capítulo VI

Capítulo VII

Capítulo VIII

Capítulo IX

Capítulo X

Capítulo XI

Capítulo XII

Capítulo XIII

Capítulo XIV

Capítulo XV

Bibliografía

Biografía de R. Moya E.

 

CAPÍTULO IV:

LA FAMILIA GRAU CABERO

1.- El matrimonio

2.- Los hijos

3.- Otra vez en la marina mercante

 

3.- Otra Vez En La Marina Mercante 

A los pocos días de casado. Grau asumió su puesto de capitán en el vapor «Callao» y luego en el  «Perú» y en el «Quito» de la Compañía  Inglesa de Vapores que hacia servicio de pasajeros entre Perú y Chile. Hay que hacer notar que las reglas del mar en la marina mercante inglesa eran muy rígidas y casi nunca se daban el cargo de capitán a marinos que no fueran ingleses. Por lo tanto la designación de Grau, fue un reconocimiento de su probada capacidad. Dice la historiadora Ella Dunbar Temple, que años más tarde, en 1874 Grau, ante un anónimo y mezquino ataque periodístico por su adhesión a Balta ofrece  un testimonio sobre su vida durante esos años en la marina mercante, sus vinculaciones con el presidente Balta, las razones de su separación de la marina de guerra por el caso Tucker, y como el empresario naval George  Petrie, le había dado seguridades  de que siempre podría contar con un cargo de capitán en la compañía. Decía Grau que su reingreso en la marina nacional no obedecía a razones monetarias porque como capitán de mercante, ganaba mucho más que al servicio del Estado y que incluso había continuado recibiendo otras ventajosas ofertas, como la que le hizo don Emilio Althaus para que asumiera la superintendencia del ferrocarril de Eten con un elevado sueldo y hasta una propuesta del mismo Petrie para asumiera el cargo de superintendente de la Compañía que había dejado el capitán Wells. La propuesta era en realidad inusitada, pero Petrie enfatizaba que Grau era el marino más distinguido y caballeresco de la marina peruana. Sin embargo, el noble marino puntualizaba que se decidió a seguir en la Marina de su patria,  contra sus legítimas conveniencias y las de sus hijos, a los cuales legaría un nombre modesto pero limpio. Grau, publicó esas aclaraciones en los diarios «El Nacional» el 20 de marzo de 1874 y en «La Patria» del día siguiente, como remitidos. 

En el «Perú», Grau tuvo oportunidad de familiarizarse con la costa chilena, tomando un amplio conocimiento de sus puertos, islas, ensenadas, corrientes, etc. lo cual le sirvió grandemente cuando después, durante la guerra de 1879, tuvo que incursionar con el «Huáscar» en las costas chilenas.