3.- Otra Vez En La Marina
Mercante
A los
pocos días de casado. Grau asumió su puesto de capitán en el
vapor «Callao» y luego en el «Perú» y en el «Quito» de la
Compañía Inglesa de Vapores que hacia servicio de pasajeros
entre Perú y Chile. Hay que hacer notar que las reglas del
mar en la marina mercante inglesa eran muy rígidas y casi
nunca se daban el cargo de capitán a marinos que no fueran
ingleses. Por lo tanto la designación de Grau, fue un
reconocimiento de su probada capacidad. Dice la historiadora
Ella Dunbar Temple, que años más tarde, en 1874 Grau, ante
un anónimo y mezquino ataque periodístico por su adhesión a
Balta ofrece un testimonio sobre su vida durante esos años
en la
marina mercante, sus vinculaciones con el presidente Balta,
las razones de su separación de la marina de guerra por el
caso Tucker, y como el empresario naval George Petrie, le
había dado seguridades de que siempre podría contar con un
cargo de capitán en la compañía. Decía Grau que su reingreso
en la marina nacional no obedecía a razones monetarias
porque como capitán de mercante, ganaba mucho más que al
servicio del Estado y que incluso había continuado
recibiendo otras ventajosas ofertas, como la que le hizo don
Emilio Althaus para que asumiera la superintendencia del
ferrocarril de Eten con un elevado sueldo y hasta una
propuesta del mismo Petrie para asumiera el cargo de
superintendente de la Compañía que había dejado el capitán
Wells. La propuesta era en realidad inusitada, pero Petrie
enfatizaba que Grau era el marino más distinguido y
caballeresco de la marina peruana. Sin embargo, el noble
marino puntualizaba que se decidió a seguir en la Marina de
su patria, contra sus legítimas conveniencias y las de sus
hijos, a los cuales legaría un nombre modesto pero limpio.
Grau, publicó esas aclaraciones en los diarios «El Nacional»
el 20 de marzo de 1874 y en «La Patria» del día siguiente,
como remitidos.
En el «Perú», Grau tuvo
oportunidad de familiarizarse con la costa chilena, tomando
un amplio conocimiento de sus puertos, islas, ensenadas,
corrientes, etc. lo cual le sirvió grandemente cuando
después, durante la guerra de 1879, tuvo que incursionar con
el «Huáscar» en las costas chilenas.