El año
de 1871 fue un año grandioso para
Belzoni. El día 16 de
octubre comienza a excavar en la que muchos denominan, la más bella
Morada para la Eternidad del Valle de los Reyes. El día 18, ya estaba
dentro.
"Esta
vez tuve la felicidad que me recompensó ampliamente de todas mis
penas. Puedo considerar el día de este descubrimiento como uno de los
más afortunados de mi vida. Y quienes saben, por experiencia, tener
éxito en una empresa larga y penosa más allá de lo esperado son los
únicos que pueden imaginar la alegría que me dominó al penetrar,
primero de todos los hombres que actualmente viven en el globo, en uno
de los más hermosos y vastos monumentos del Antiguo Egipto; en un
monumento que se habría perdido para el mundo y que está tan bien
conservado que se diría que acababan de terminarlo poco antes de
nuestra entrada."
La
totalidad de la morada de eternidad de
Seti I está decorada, desde
el comienzo del corredor descendente hasta la sala del sarcófago. Por
doquier, los colores de los bajorelieves están intactos, llenos de
vida. Los techos están sobrevolados por buitres con sus alas
desplegadas, es la madre regeneradora. Belzoni se tropieza con un
pozo. Encuentra un trozo de cuerda atada a un cantón de madera, pero
la cuerda se desintegra en cuanto Belzoni la toca. Debe aguardar al día
siguiente para regresar con un tablón de madera, colocarla a modo de
pasarela y traspasar el vacío del pozo.
La
enumeración de las partes de las que consta la morada de Seti es
increíble. Escalera, corredor, escalera, corredor, pozo, una sala con
cuatro pilares, un pasillo que se detiene en una sala con dos pilares,
un nuevo pasillo que conduce a una nueva escalera, otro corredor, otra
sala pequeña, otra sala con seis pilares con dos capillas adyacentes,
la cámara funeraria con bóveda en cañón que da acceso en su lado
izquierdo a una estancia para el mobiliario fúnebre, y finalmente,,
otra sala con cuatro pilares.
Lo
que Belzoni buscaba con ansiedad eran los tesoros, pero se dio con un
canto en los dientes. Tan solo un cuerpo de toro, estatuillas
distintas clases, restos de cerámica. Pero ni rastro de obras de
arte.
Sin
embargo, el tesoro está ante sus ojos. El techo de la cámara
funeraria está decorado con signos astronómicos y astrológicos. El
cuerpo del rey será regenerado eternamente gracias a su madre Nut, el
cielo. El Ka del rey reside en medio del cosmos estelar, las estrellas
imperecederas de las cuales Seti I es la Gran Estrella al oriente del
cielo que vivirá en las doce horas del día y de la noche,
traspasando así las fronteras de los siglos y de la eternidad.
Aunque
en su momento Belzoni no pudo adivinarlo siquiera, la morada para la
eternidad de Seti I es una magna enciclopedia teológica del Antiguo
Egipto. Allí están escritos el Libro de la Cámara Oculta ó la
Amduat, el
Ritual de la Apertura de la Boca y de los Ojos, el
Libro de
las Puertas, las Letanías de Ra
y el Libro de la Vaca Divina.
Es un conducto mágico que transporta al faraón difunto a un mundo mágico
e imperecedero, en el cual el valor del tiempo se ha detenido para
satisfacción de las divinidades. Seti es El Gran Dios, el que está
dotado de vida, el Toro Poderoso, el que está guiado por Maat hacia
el camino de Occidente, es la Luz Divina. Ofrenda a todas las deidades
y su alma se regenera, pasando a ser parte del conjunto de la materia
que forma el Universo.
El
arte que denota la morada de eternidad de Seti I es fascinante.
Algunas escenas están esbozadas de forma perfecta, mientras otras,
sin embargo, tan solo la rozan. Belzoni advierte que, al contrario de
lo que muchos opinan, esto no es un fallo. Los artistas quisieron que
así sucediese, y así sucedió. Amén. Para comprender la naturaleza
del artista y del
arte egipcio, debe comprender la estética y las
plantillas que esta morada nos ofrece.
El
sarcófago es de calcita, sin igual en el mundo. Se vuelve
transparente cuando se le acerca una luz a cualquiera de sus paredes.
Está decorado con escenas del Libro de las Puertas. Por desgracia y,
como de costumbre, el hombre es víctima de su estupidez natural, así
que la tapa del sarcófago fue arrancada y partida, transportada a
Londres para que finalmente acabase en manos de un museo privado
en Lincoln's Inn Fields. El mundo entero debiera exigir que esta
maravilla, patrimonio de la Humanidad, regresase a su lugar de origen.
No se llevaron la
Gran Pirámide por que habría que hacer una
ampliación del museo, que si no. Lo mismo ocurre con los bajorelieves
que
Champollión recortó, y que se hallan en el Louvre y en
Florencia. Si la intención es que el mundo entero disfrute del arte
egipcio, es aceptable, pero no es la primera vez que colecciones
enteras recorren el planeta, y luego regresan al lugar en el que deben
de estar. Muchos opinan que el proyecto es de una envergadura faraónica,
nunca mejor dicho, pero la totalidad de momias y utensilios del ajuar
funerario, deberían descansar, una vez acondicionado el lugar, allí
donde los grandes faraones de Egipto decidieron descansar para toda la
eternidad, por los siglos de los siglos.
Afortunadamente,
su momia fue rescatada por los sacerdotes
Herihor y Smendes, y en el año
décimo del reinado de Siamón llevada al escondrijo de Deir el-Bahari.
Seti I fue el hijo de
Ramsés I y de la reina Satre, hermano de la
Gran Esposa Real
Tuya y padre de
Ramsés II, El Grande.
Seti I fue el
hombre del dios Seth que gobernó las Dos Tierras bajo la forma del
Horus Viviente.
La
Morada de Eternidad de Seti I tiene una longitud de 100
metros. La anchura del corredor es de 2.61 metros. La
altura del corredor es de 2.61 metros. La altura de
las puertas es de 2.07 y 2.10 metros.