Al hablar de Sierra Nevada la
imaginación nos eleva a sus altas cumbres, a sus agrestes
caras Nortes y a cuantos elementos configuran una gran
montaña.
Sin embargo hemos de llamar la
atención sobre una zona quizá no tan grandiosa en
su conjunto, pero sí comparable en belleza y
fascinación : Su Baja Montaña
Profundos Valles del Genil,
Lanjarón, Dílar, Monachil, surcados por
bravíos cursos de aguas cristalinas. Picos de una esbeltez y
elegancia inusitadas : Trevenque, Buitreras, Pico de la Carne, que
emergen desafiantes ante nuestra admiración. Escarpados
cresterías de los Alayos, cadena de baluartes
pétreos. Rincones innumerables de peculiares
características, y la multicolor sinfonía de una
exuberante vegetación constituyen este excepcional conjunto,
cuyo trasfondo son las altas cumbres de Sierra Nevada.
© Aurelio del Castillo Amaro y Antonio Castillo
Rodríguez.