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La Muerte
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La
muerte en definitiva es la cesación de la
vida. O la separación del cuerpo y del alma, para
algunos; pasando así a otra vida, según creencias,
religiones o filosofías.
Pero, con respecto a este indeseable y temido acontecimiento,
en la mayoría de los casos; todos y cada uno de nosotros,
sin duda, nos preguntamos: ¿Qué es lo que
sé yo exactamente sobre el tema de la muerte?
Y para ser honestos, deberíamos convenir, que es
una pregunta difícil de responder. En primer lugar,
debemos ser conscientes y considerar de que el hecho en
sí de la muerte es un total y absoluto misterio.
Y como se oye decir habitualmente, “nadie ha regresado
de la muerte o del más allá”, para contárnoslo.
Entonces, debemos reconocer que todo lo que sabemos y con
lo que contamos es con las denominadas “experiencias
cercanas a la muerte”. Aunque también
debemos agregar, que contamos con dos verdades irrefutables:
Sabemos sí, en primer lugar que todos los seres vivos
habremos de morir indefectiblemente, y en segundo lugar
que el cómo y el cuándo nos es absolutamente
desconocido.
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Con respecto
a la verdad irreversible de la muerte,
el filosofo griego Sócrates afirmaba, dándole
otro tinte menos dramático a la cuestión:
“Quizá la muerte sea la mayor bendición
del ser humano, nadie lo sabe, sin embargo todo el mundo
le teme como si supiera con absoluta certeza que es el peor
de los males”.
Aunque sabemos, que como Sócrates, existe mucha gente
en este mundo que piensa que vivir eternamente, tal como
la conocemos a la vida nosotros, sería un terrible
castigo.
En el fondo, es como si aceptaran y vieran con buenos ojos
qué toda vida tenga un final.
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La
aceptación de la muerte |
En
realidad, sería bueno que todos empezáramos
por aceptar el hecho de la muerte como algo
natural, sin sumirnos en la angustia y el terror. Y en consecuencia,
aceptándola y siendo conscientes de que nada es para
siempre, tal de cómo lo dijera Lavoisier, "nada
se pierde sino que todo se transforma", nos demos cuenta
de que nada es independiente sino que todo se inter-relaciona
entre si. Es decir, que hasta nuestras palabras y actos tienen
consecuencias reales en el universo. Por consiguiente, tal
vez entonces nos decidiéramos a vivir “el aquí
y el ahora”; evitando que la vida nos pase por encima
y casi sin darnos cuenta. |
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Como
reflexión, sería interesante que al aceptar
a la muerte, es decir, a la no permanencia, nos
permitiésemos el desapego a las personas y a las
posesiones materiales, que tanto daño nos hace cuando
las perdemos. Teniendo la seguridad, que así como
vinimos a este mundo solos, así nos vamos a ir, solos
y sin poder llevarnos nada cuando se nos acabe la vida y
la muerte nos llame. Convirtámonos en personas más
compasivas y generosas; y así será posible
vivir en un mundo mejor.
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