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La Reencarnacion
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Según
las antiguas creencias hindúes, el alma después
de la muerte pasa de forma temporal al plano astral, para
después entrar en otro cuerpo ( la reencarnacion)
que pude ser otro ser humano, un animal inferior, un insecto
e incluso una planta. El nuevo cuerpo en donde se materializará
el alma será definido por el Karma de cada una. El
Karma está determinado por las acciones, buenas o
malas, que esa persona realizó en vida. Así,
cuanto más virtuosa haya sido la persona, su alma
pasará a un ser más noble y perfeccionado.
Por lo contrario, si la persona muerta había seguido
los caminos del mal, su alma será castigada reencarnándose
en un ser poco iluminado. Para los hinduistas, este proceso
de la reencarnacion se repite hasta que
el alma no se sienta liberada totalmente del Karma, perdiendo
así todo el interés por la vida corporal.
Así pues el alma humana se unirá con el Brama
o se disolverá en el Nirvana. |
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La
religión hinduista explica que así como hubo
un tiempo en que el hombre no existía sobre la faz
de la tierra, llegará el día en que ya no
esté más. De la misma forma que el ser humano
evolucionó desde las formas de vida más primitivas,
como las plantas y los peces, llegará a un punto
que se convertirá en un ser superior, en un súper
hombre.
El humano actual está considerado como un ser en
etapa transitiva que se encuentra bajo la directa influencia
de las fuerzas cósmicas. Estas fuerzas lo llevarán
hacia una meta incomprensible para la actual naturaleza
del hombre, y de aquella alma que naciera en un principio,
ya no quedará nada humano y no será necesaria
la reencarnacion.
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La
reencarnacion y El Bardo Thödol de los monjes Tibetanos |
Para los
tibetanos el Bardo es el estado post mortem de las personas,
quienes desde el momento mismo de su deceso, se hallarán
en estado de sueño o trance durante tres o cuatro
días, tiempo durante el cual es separado el cuerpo
del plano humano. Este periodo es el primer bardo y se llama
Chikkai Bardo o estado transitorio del momento de la muerte,
donde aparece la Clara Luz que es percibida de forma kármica
por el alma que aún no es capaz de reconocerla. El
segundo bardo, llamado Chönyid Bardo o estado transitorio
de la realidad, es aquel en donde el alma comienza a vislumbrar
el momento de la reencarnacion y reconocer
su nuevo entorno. Esta última experiencia se funde
con el último Bardo o Estado transitorio del reconocimiento,
que termina cuando el principio de la conciencia renace
en el mundo humano, en algún otro mundo o en uno
de los reinos paradisíacos celestiales. |
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El
Bardo Thödol es la gran doctrina de la liberación
mediante la audición y la visión. Para los lamas
tibetanos, el ser humano difunto se convierte en el único
espectador de un prodigioso panorama de las visiones alucinatorias.
El Bardo Thödol es el estado típico y sugestivo
de todas las experiencias post mortem. El difunto, si no es
un iniciado, se halla bajo la ilusión de que todavía
posee su cuerpo de carne, hueso y sangre. Cuando llega a comprender
que carece de ese cuerpo, comienza a gestar un avasallante
deseo de poseer uno para la reencarnacion y comienza
a buscarlo, el incorpóreo entra en el estado de renacimiento,
en donde vuelve a convertirse en carne.
El lamanismo
explica que los yoguis más iluminados no sufren de
alucinaciones de los Bardos y pueden pasar directamente
a un reino paradisíaco de la reencarnacion
en este mundo de forma consciente y en un lapso de continuidad
ininterrumpida.
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