Al seguir unas cuantas reglas simples, Usted puede ayudar a protegerse a sí mismo y
a su familia de enfermedades causadas por bacterias nocivas.
Compre alimentos de vendedores
de buena reputación. Cuídese de vendedores ambulantes. Observe las fechas de caducidad
o fechas límites para la venta en los productos que compra. Compre sólo productos
cuyas envolturas estén en buenas condiciones. Evite alimentos cuyos empaques estén abollados,
oxidados o deformes.
Lea las etiquetas para conocer los ingredientes, incluyendo aditivos.
Si le preocupan o es sensitivo a ciertos aditivos, limite su consumo de alimentos que contengan
esas sustancias. Compre una variedad de alimentos para evitar consumir demasiado de cualquier sustancia.
Lleve los alimentos del mercado a la casa inmediatamente y guárdelos debidamente.
No permita que reposen a temperaturas entre 10 ° C y 90 ° C por
más de dos horas.
Mantenga limpios todos los mostradores y los utensilios y desinféctelos
a menudo. Hágalo con una solución de dos cucharaditas de blanqueador por litro de agua.
Tire alimentos descompuesteos a la basura. Si duda, tirelos.
Lave fruta fresca y vegetales
con agua limpia antes de comerlos. Use un cepillo cuando sea posible, para quitar bacterias y
residuos. El pelar frutas y legumbres reduce el riesgo de residuos y bacteria pero puede reducir
una fuente de nutrientes valiosos (que se encuentran en la cáscara).
Descongele
alimentos adecuadamente - en el refrigerador o en el horno de microondas- no sobre el mostrador.
Cocine los alimentos inmediatamente después de descongelarlos.
Cocine todos los
alimentos completamente (hasta la debida temperatura interna).
Mantenga temperaturas
adecuadas en el refrigerador (8 ° C o menos) y en la nevera( -8 ° C o menos).
Refrigere
las sobras inmediatamente. Póngalas en recipientes poco profundos y bien tapados.