la TierraLa Tierra es el tercer planeta desde el Sol y el quinto en cuanto a tamaño entre los nueve planetas conocidos del Sistema Solar. La distancia promedio de la Tierra al Sol es de 149.503.000 kilómetros. Aunque de muchas maneras la Tierra es un típico planeta terrestre, ocupa un lugar especial en el Sistema Solar porque es el único planeta que se conoce que alberga la vida como la conocemos.

La Tierra no es una esfera perfecta, sino que tiene forma de pera: cálculos basados en las perturbaciones de las órbitas de los satélites artificiales revelan que se engrosa 21 kilómetros en el ecuador, se dilata 10 metros en el polo norte y está hundida unos 31 metros en el polo sur.

La excentricidad de la órbita de la Tierra alrededor del Sol es muy pequeña, siendo prácticamente circular. La circunferencia aproximada de dicha órbita es de 938.900.000 kilómetros, y nuestro planeta viaja a lo largo de ella a una velocidad de 106.000 kilómetros por hora.

La Tierra se puede dividir en cinco partes:

La Atmósfera es la cubierta gaseosa que rodea el cuerpo sólido del planeta. Aunque tiene un grosor de más de 1.100 kilómetros, cerca de la mitad de su masa se concentra en los 5,6 kilómetros más bajos.

Antártica La Hidrosfera es la capa de agua que, en forma de océanos, cubre el 70,8% de la superficie de la Tierra. Se compone principalmente de océanos, pero en sentido estricto comprende todas las superficies acuáticas del mundo, como mares interiores, lagos, ríos y aguas subterráneas. La masa de los océanos es de 1,35 x 1018 toneladas.

La Litosfera, compuesta principalmente por la fría, rígida y rocosa corteza terrestre, se extiende a profundidades de 100 kilómetros. Comprende a su vez dos capas: la corteza y el manto superior.

El Manto y el Núcleo forman el pesado interior de la Tierra y constituyen la mayor parte de su masa. El manto se extiende desde la base de la corteza hasta una profundidad de unos 2.900 kilómetros. El manto en general es sólido, excepto en la zona conocida como astenosfera (cuyas rocas plásticas y parcialmente fundidas, de 100 kilómetros de grosor, permiten a los continentes trasladarse por la superficie terrestre y a los océanos abrirse y cerrarse). El manto superior se compone de hierro (Fe) y silicatos de magnesio, mientras el manto inferior se compone de una mezcla de óxidos de magnesio, hierro y silicio (Si).

Respecto al núcleo, la investigación sismológica ha demostrado que tiene una capa exterior de unos 2.225 kilómetros de grosor. Esta capa es probablemente rígida y los estudios demuestran que su superficie exterior tiene depresiones y picos, y estos últimos se forman donde surge la materia caliente. Por el contrario, el núcleo interior, cuyo radio es de unos 1.275 kilómetros, es sólido. Se cree que ambas capas del núcleo se componen en gran parte de hierro con un pequeño porcentaje de níquel y de otros elementos. Las temperaturas del núcleo interior pueden llegar a los 6.920°K.

Las corrientes de convección dentro del manto trasladan la mayor parte de su energía térmica desde la profundidad de la Tierra a la superficie y son la fuerza conductora de la deriva de los continentes. El flujo de convección proporciona las rocas calientes y fundidas al sistema mundial de cadenas montañosas oceánicas y suministra la lava que sale de los volcanes

El satélite natural de la Tierra es la Luna. La masa de la Luna es igual al 1,2% de la masa de la Tierra, pero ese porcentaje es el más grande de cualquier combinación planeta-satélite en el Sistema Solar, salvo por Plutón y su satélite, Caronte. La Luna pudo originalmente haberse formado del material esparcido por una colisión de la Tierra con un planetesimal de aproximadamente el tamaño de Marte. Los materiales resultantes pudieron haberse instalado en órbita alrededor de la Tierra y haberse acrecido para formar la Luna. Existen otros modelos para la formación de la Luna, pero muchos científicos creen que esta teoría parece más creíble (ver Formación y Evolución de los Planetas).