La primera vez que supe del Bichón Habanero fue cuando una amiga mía me habló acerca de esta raza. En aquel entonces ella tenía un perrito Bichón Habanero y disfrutaba mucho hablar sobre su perro. Siempre he amado mucho los animales aunque nunca había tenido la oportunidad de tener un perro en mi casa. Cada día aprendía algo nuevo sobre ellos. Un día su hijo trajo a nuestro trabajo a su perro. Recuerdo que me gustó mucho. Luego fui invitada a participar en una reunión de criadores de esta raza en la que acudían con sus perros. En estas reuniones se hablaba del rescate de la raza, cómo entrenarlos, cuidarlos, sobre las exposiciones, y muchas cosas más con relación a este tema. Recuerdo como este pequeño perro cautivó mi atención con su alegre carácter, su pequeña estatura y su belleza. Quedé fascinada con este lanudo perrito. Así fue como nació mi interés por conocer más y más sobre esta raza. Hasta el día en que mis hijas y yo decidimos que queríamos tener en nuestra familia un perro Bichón Habanero. No puedo expresar la alegría que sentimos cuando el club nos asignó una pequeña cachorra. Era una hermosa perrita, llamada Anca de La Giraldilla (“La Giraldilla” es el afijo de nuestro club). Esta cachorra era tan alegre, traviesa y curiosa. Las cosas que hacía nos dejaba sorprendidas por su inteligencia. Hoy Anca tiene 12 años y aún es muy alegre. Fue una de las fundadoras del club. Muchos de sus hijos, nietos...han obtenido títulos relevantes en exposiciones nacionales e internacionales. Así fue como mi familia y yo comenzamos junto a un grupo de personas a trabajar en el rescate y desarrollo de la raza. En 1991 fue fundado el Club Cubano del Bichón Habanero. En 1995 tuve mi segunda camada, donde nació mi segunda perrita, Euforia. Un año después nació Diana. En el año 2000 Euforia tuvo 4 hermosos cachorros, uno de ellos fue Romeo nuestro macho y actual Campeón Cubano en Expocanina 2001. De esta forma creció nuestra familia habanera. Y hoy no podemos imaginar nuestras vidas sin estos pequeños amigos.