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Día de Muertos







Is for every one of we, very diferent in our country

Día de Muertos

México sabe de tradiciones
El cempasuchil es la flor principal...









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ORIGEN






La muerte es el destino inexorable de toda vida humana y es natural que nos asuste y angustie su realidad, sobre todo cuando vemos de cerca el peligro de morir o cuando afecta a nuestros seres queridos. Este resumen dedicado a la celebración del Día de Muertos tiene el propósito de acercar a niños y adultos con la idea de la muerte, para que la vayan aceptando como parte inevitable de la vida humana, conocer cómo algunas culturas antiguas también hacían ritos sobre la muerte; y fortalecer el carácter desde el punto de vista religioso. Además, espero pueda ayudar a entender mejor la sensibilidad mexicana, nuestra manera tan particular de entender y dar sentido a la celebración del Día de Muertos. Más que el hecho de morir, importa más lo que sigue al morir. Ese otro mundo sobre el que hacemos representaciones, costumbres y tradiciones que se convierten en culturas, todas de igual importancia, pues ante el camino desconocido que la muerte nos señala, sólo es posible imaginarla con símbolos. ya que segun las creencias y en particular las mías, al cambio de estado que manifestamos al dejar de existir en este mundo es expresado en multiples cuentos y leyendas... y cada difunto debe de tener los medios en que apoyarse para hacer sus retornos en los días 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre.





LOS AZTECAS Y EL CULTO A LA MUERTE






La fiesta de muertos está vinculada con el calendario agrícola prehispánico, porque es la única fiesta que se celebraba cuando iniciaba la recolección o cosecha. Es decir, es el primer gran banquete después de la temporada de escasez de los meses anteriores y que se compartía hasta con los muertos. En la cultura Náhuatl se consideraba que el destino del hombre era perecer. Este concepto se detecta en los escritos que sobre esa época se tienen. Por ejemplo, existe un poema del rey y poeta Netzahualcóyotl (1391-1472): Somos mortales / todos habremos de irnos, / todos habremos de morir en la tierra... / Como una pintura, / todos iremos borrando. / Como una flor, / nos iremos secando / aquí sobre la tierra... / Meditadlo, señores águilas y tigres, / aunque fuerais de jade, / aunque fuerais de oro, / también allá iréis / al lugar de los descansos. / Tendremos que despertar, / nadie habrá de quedar. Este sentimiento de la representación del destino se debe entender en el sentido de que el pueblo azteca se concebían como soldados del Sol, cuyos ritos contribuían a fortalecer al Sol-Tonatiuh en su combate divino contra las estrellas, símbolos del mal y de la noche o de la oscuridad. Los aztecas ofrecían sacrificios a sus dioses y, en justa retribución, éstos derramaban sobre la humanidad la luz o el día y la lluvia para hacer crecer la vida. El culto a la muerte es uno de los elementos básicos de la religión de los antiguos mexicanos. Creían que la muerte y la vida constituyen una unidad. Para los pueblos prehispánicos la muerte no es el fin de la existencia, es un camino de transición hacia algo mejor. Esto salta a la vista en los símbolos que encontramos en su arquitectura, escultura y cerámicas, así como en los cantos poéticos donde se evidencia el dolor y la angustia que provoca el paso a la muerte, al Mictlán, lugar de los muertos o descarnados que esperan como destino más benigno los paraísos del Tlalocan.


El sacrificio de muerte no es un propósito personal; la muerte se justifica en el bien colectivo, la continuidad de la creación; importa la salud del mundo y no entraña la salvación individual. Los muertos desaparecen para volver al mundo de las sombras, para fundirse al aire, al fuego y a la tierra; regresa a la esencia que anima el universo. Los sacrificios humanos se consideran como el tributo que los pueblos vencedores pagaban a sus dioses, y ellos a su vez alimentaban la vida del universo y a su sociedad. Por otro lado, cuando alguien moría, organizaban fiestas para ayudar al espíritu en su camino. Como en la antigua cultura egipcia, los antiguos mexicanos enterraban a sus muertos envueltos en un "petate", les ponían comida para cuando sintieran hambre, ya que su viaje por el Chignahuapan (del náhuatl: nueva apan, en el río; o "sobre los nueve ríos"), parecido al purgatorio, era muy difícil de transitar porque encontrarían lugares fríos y calurosos.





AHORA COMO LO CELEBRAMOS






Esta celebración conserva mucha de la influencia prehispánica del culto a los muertos, las encontramos en Tláhuac, Xochimilco y Mixquic, lugares cercanos a la ciudad de México. En el estado de Michoacán las ceremonias más importantes son las de los indios purépechas del famoso lago de Pátzcuaro, especialmente en la isla de Janitzio. Igualmente importantes son las ceremonias que se hacen en poblados del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca y en Cuetzalán, Puebla. Sobre sus altares encienden velas de cera, queman incienso en bracerillos de barro cocido, colocan imágenes cristianas: un crucifijo y la virgen de Guadalupe. Ponen retratos de sus seres fallecidos. En platos de barro cocido se colocan los alimentos, estos son productos que generalmente ahí se consumen, platillos propios de la región. Bebidas embriagantes o vasos con agua, jugos de frutas, panes de muerto, adornados con azúcar roja que simula la sangre. Galletas, frutas de horno y dulces hechos con calabaza.





TODO VAMOS AL MISMO HOYO






La creencia de la muerte es el fin inevitable de un proceso natural. Lo vemos todos los días, las flores nacen y después mueren. Los animales nacen y después mueren. Nosotros nacemos, crecemos, nos reproducimos en nuestros hijos, después nos hacemos viejos y morimos. A menudo en un accidente perdemos a nuestros seres queridos, un amigo, un hijo o un hermano. Es un hecho que la muerte existe, pero nadie piensa en su propia muerte. En las culturas contemporáneas la "muerte" es una palabra que no se pronuncia. Los mexicanos tampoco pensamos en nuestra propia muerte, pero no le tenemos miedo porque la fe religiosa nos da la fuerza para reconocerla y porque quizas también somos un poco indiferentes a la vida, supongo que así es como nos justificamos. El desprecio, el miedo y el dolor que sentimos hacia la muerte se unen al culto que le profesamos. Es decir, que la muerte puede ser una venganza a la vida, porque nos libera de aquellas vanidades con las que vivimos y nos convierte, al final, a todos por igual en lo que somos, un montón de huesos. Entonces a la muerte, la llamamos "calaca", "huesuda", "dentona", la "flaca", la "parca". Al hecho de morir le damos definiciones como "petatearse", "estirar la pata", "pelarse" morirse o cambio de vida, así muchos pueblos tienen sus propias formas de llamarla.










EL ALTAR EN NUESTRO MEXICO






En algunos hogares de México es costumbre poner el altar de muertos. Antiguamente se ponía en la sala de la casa, a la vista de los visitantes y amigos. Hoy en día los podemos encontrar en el área más íntima de la casa. La fotografía de nuestro ser querido ocupa el lugar principal del altar y alrededor se colocan objetos que la persona disfrutaba en vida como: los platillos o alimentos que más le gustaban, sus cosas predilectas como un libro, cigarros, hasta la botella de licor que prefería. "...pues el difunto podria volver ese día a la casa y hay que atenderlo bien". También se colocan algunas imágenes religiosas, como una virgen, un cristo y algunos santos. Algunos objetos decorativos como: las flores de "Tzempaxuchitl", calaveritas de azúcar y el Pan de Muerto; son parte de la tradición antigua. También el copal y el incienso de olor penetrante que invaden el aire le dan un olor más místico, más pagano o misterioso haciendonos creer que realmente los muertos pueden venir. Ya en la noche, las velas, los cirios o las veladoras son encendidas en espera del ser querido que vendrá a visitarnos.

      Una forma de poner el altar es escalinado

      Otros lo colocan en una gran plataforma

      En mi pueblo se coloca en petate

El altar simbolo del mexicano

El rico pan no falta en una afrenda

mi_anllelito@homail.com
Miguel A. c.S.

Autor


bibliografía

http://www.acabtu.com.mx/diademuertos/origen.html color verde bosque = 0456100