La colonización del norte de la Nueva España fue muy
difícil por los indígenas que habitaban esta región. Estos eran los
llamados indios chichimecas, considerados como bárbaros inclusive por los
mismos aztecas.
Los españoles que incursionaban ahí, siempre iban acompañadas por
misioneros, que además de proveer de los servicios religiosos a los
soldados y civiles españoles, tenían como principal propósito el
convertir a los indígenas de esas regiones al catolicismo y de adaptarlos
al estilo de vida europeo-español. El esfuerzo de esos misioneros fue
enorme, duró varios siglos, y sus logros con los indígenas del norte en
gran medida fue infructuoso. Sin embargo, con los pocos grupos que
lograron medianamente convertir, con la ayuda de indígenas tlaxcaltecas
provenientes del sur y con los españoles colonizadores, al final se
logró el implante de la religión católica en estas tierras.

La catolización de las regiones del norte de México presentó
características distintas a las de otras regiones debido al estado
cultural de los indígenas que lo habitaban. Eran grupos pequeños de
indios nómadas, que prácticamente no tenían dios, ni ley, ni rey, a
diferencia de los de otras partes de la Nueva España (como los
tlaxcaltecas, aztecas, mayas, etc.), que eran sedentarios y estaban
acostumbrados a obedecer reglas, a un rey y tenían creencias religiosas
ancestrales. La catolización y la adaptación de un nuevo estilo vida
requería que los indígenas cambiaran de ese estado nómada a ser
sedentarios, agricultores, a someterse a reglas y obedecer a sus
superiores civiles o religiosos, lo que resultó difícil para ellos.
Además del cambio tan radical de sus costumbres, lo que de por sí ya
resultaba difícil, estaban acostumbrados a valerse por si solos y vivir
de lo que recolectaban o cazaban en el día, por lo que no podían
comprender para que trabajar jornadas largas de sol a sol en el campo,
para cosechar lo sembrado dentro de meses de espera, y con probabilidad de
perder todo su trabajo con el azote de un mal tiempo.

misión de San Bernardo
Sin embargo, los misioneros fueron tenaces, y con el ofrecimiento de
raciones de alimentos, ganado, semillas y arreos para la siembra, lograron
establecer misiones. Formadas junto a las iglesias, eran todo un sistema.
Proveían la organización para ser autosuficientes (con la siembra y la
cría de ganado), la organización civil de la población, y los servicios
religiosos. Muchas veces estas misiones fueron fundadas en las cercanías
de los presidios o viceversa, para su protección contra los ataques de
indios no convertidos.
Las misiones fueron un bastión para la extensión de los dominios
españoles y para la divulgación de la fe Católica en la frontera norte
de la Nueva España. Los misioneros que incursionaron en Coahuila y Texas
fueron Franciscanos principalmente, de los Colegios de Santa Cruz de
Querétaro y de Nuestra Señora de Guadalupe de Zacatecas. En estos
colegios, reconociendo que el propósito de las misiones era tanto humano
como divino, se les preparaba arduamente. El fraile guardián, encargado
del colegio, era quien dirigía la preparación. Los frailes candidatos
tenían obligaciones de proveer servicios religiosos, y de visitar a los
enfermos y moribundos en los lugares vecinos del colegio. Además
dedicaban largas horas al estudio. En la mañana aprendían dialectos
indígenas (lo que era considerado como indispensable para su asignación
en las misiones lejanas), y en las tardes se instruían en los métodos
para la conversión, catequización y educación de los indios, además de
lecturas de teología moral, administración de las misiones, etnología y
antropología. Los frailes asignados a las misiones también debían
cumplir con requisitos de edad, fortaleza física, y espiritualidad. Los
elegidos, después de haber completado su preparación y cumplir los
requisitos, primeramente eran enviados a cumplir misiones con indios en
los lugares cercanos al colegio y con el tiempo, al demostrar su
capacidad, eran asignados a las lejanas y solitarias misiones de la
frontera norte.
Las misiones pasaban por varias etapas. La congregación, en la cual
se reclutaba a los indios y se les asignaban terrenos para vivienda,
siembra y cría de ganado, la conversión, durante la cual se administraba
instrucción religiosa, y por último, la secularización (o curato)
cuando los indígenas ya formados y considerados "gente de
razón", mostraban hábitos religiosos y cívicos suficientes para
integrarse al estilo de vida español. Estas etapas solían durar decenas
de años, durante los cuales, muchos proyectos eran abandonados. Sin
embargo, la tenacidad de los misioneros fue sorprendente y consideraban
que solo unos cuantos indios salvados y convertidos a la fe católica eran
suficientes para justificar todos sus esfuerzos y los grandes riesgos que
corrían.
Los misioneros fueron arduos defensores de los indios contra los
abusos de los españoles. Se oponían a las encomiendas y a los trabajos
forzosos a que algunos de ellos los obligaban.
Se cuentan por cientos los misioneros que incursionaron por estas
tierras. Eran muy grandes las penurias que pasaban recorriendo muchas
veces solos los lugares donde podían encontrar indígenas que congregar y
convertir, arriesgando su propia vida. También se cuentan por cientos los
que murieron a causa de los ataques de los indios o muchos otros peligros
a que estaban expuestos. Vestían una túnica color azul y a la cintura
una cuerda blanca. Eran muy austeros, como su orden lo mandaba, y no
tenían propiedad propia y la mayoría de ellos no regresaron nunca a su
lugar de origen.
Las primeras incursiones de misioneros a Coahuila (y Texas) se
dieron desde fines del siglo XVI. El padre Zalduendo durante las
ultimas décadas de ese siglo y principios del XVII durante la fundación
de Nuevo Almadén (Monclova) de Pedro de Velada a quien también
acompañó Fray Diego de Arcaya. El memorable Fray Juan Larios
(de quien se cuenta una muy interesante anécdota cuando estuvo a punto de
perder la vida a manos de los indios y fue salvado por otros), considerado
el "fundador de Coahuila", fue uno de los más notables y
exitosos al lograr congregar gran cantidad de indios nómadas, y seguidos
por otros, de los que los más notables fueron:
Fray Antonio Margil, español, del colegio de Santa Cruz de
Querétaro, misionó por Yucatán y América del sur (se le reconoce como
el apóstol de Guatemala), Franciscano muy austero y disciplinado a los
votos de humildad de la orden, viajaba descalzo, no comía carne ni
pescado, en 1706 fue nombrado primer guardián del Colegio de Guadalupe de
Zacatecas. En 1716 salió a misionar nuevamente en Coahuila y Texas donde
fundo varias misiones desde el Río Grande hasta Nacodoches.
Fray Alonso Giraldo de Terreros, español, del Colegio de
Santa Cruz de Querétaro que misionó por Coahuila y Texas fundando y
administrando muchas misiones en la primera mitad del siglo XVIII. Viajo a
México en la década de 1730 para protestar por las reformas hechas por
Pedro de Rivera sobre la ayuda que las misiones recibían de los soldados
presidiales y la cancelación del presidio de Nuestra Señora de los
Dolores de los Texas. Al volver de México, lucho por la formación de
misiones para congregar a indios apaches en Coahuila, y fundo la misión
de San Ildefonso, cercana a lo que ahora se conoce como Zaragoza. En 1757
fundo la misión de la Santa Cruz de San Sabá en Texas, también con
indios apaches, pero un año después fueron atacados por los eternos
enemigos de estos, los comanches, y en el ataque Fray Alonso Girardo de
Terreros junto con otros misioneros resultaron muertos. Los apaches no
volvieron a congregarse en misiones.
Fray Damián Massanet, español, formó parte de un grupo de
24 franciscanos que vinieron ala Nueva España en 1683 a fundar el Colegio
de Santa Cruz de Querétaro. A fines de 1680 llego a misionar a Coahuila y
fundo la misión de San Bernardino de la Caldera (Candela, Coahuila) y en
1689 acompaño al Capitán Alonso de León en la entrada a Texas en busca
de la expedición francesa de La Salle, y fundo la misión de San
Francisco de los Texas. Fue controversial, y reportó problemas con las
autoridades militares de Alonso de León y de Domingo Terán. Posteriores
problemas con inundaciones, cosechas malogradas y falta de abastos lo
hicieron abandonar la misión y junto con otros frailes regresaron a
Coahuila.
Fray Antonio de San Buenaventura y Olivares, en 1699 fue
elegido por Fray Antonio Margil para misionar en Coahuila junto con otro
religiosos. Participo en la fundación de la misión de San Juan Bautista
cuando esta fue cambiada del río Sabinas al sitio cercano donde ahora es
Guerrero, Coahuila, Posteriormente fundo la misión de San Francisco
Solano en Texas. En 1706 fue nombrado guardián del colegio y regreso a
Querétaro donde permaneció hasta 1709, cuando regreso a las misiones del
río Grande. El mismo año acompaño a Pedro de Aguirre en su incursión
por Texas, quien recomendó abandonar las misiones de Texas por las
dificultades que presentaban y los pocos resultados. En desacuerdo con
él, Fray Antonio viajó a España para abogar por que estas continuaran,
regresando nuevamente a Texas en 1716. En 1718 se hizo cargo de la
fundación misión de San Antonio de Valero (El Alamo).
Dos frailes Franciscanos elaboraron manuales en lengua coahuilteca
para ayudar a la conversión de los indios. Fray Gabriel Vergara en
su Cuadernillo en 1732 y Fray Bartolomé García en su Manual para
administrar los santos sacramentos en 1760. Sin embargo la cantidad de
lenguas y dialectos que se hablaban en la frontera norte era muy numerosa.
Actualmente existen muchas de las misiones construidas por ellos. Al
principio eran construidas solo con palos, ramas y zacate adornadas con
una cruz de madera, posteriormente su construcción fue siendo de adobe y
piedra. Son monumentos vivos de sus esfuerzos y su obra.
Estos heróicos personajes fueron parte fundamental de la formación
de Coahuila (y Texas), así como en muchas otras regiones de América y el
Mundo. Han sido poco reconocidos por las fuerzas políticas, al menos en
México, y sus nombres son poco conocidos, pero sus acciones permanecerán
para siempre.
Bibliografía: Coahuila y Texas en la época colonial,
Vito Alessio Robles; The Handbook of Texas on line; Journal of Texas
Catholic History and Culture; Catholic Encyclopedia; Historia General del
estado de Coahuila, Regino F. Ramón.