Abriendo
lugares, tiempos y mentes
La
historia y la geografía en combinación nos permiten
tener una idea contextual de nuestra realidad, pero en las
escuelas no siempre se aborda esta dimensión con malos
resultados al respecto; sin embargo, la inventiva, las
nuevas metodologías y los medios electrónicos podrían
ayudarnos a abordar el panorama en cuestión, de forma más
atractiva.
 |
Frisos en las paredes de barro de Chan Chan, La
Libertad, que representan a lobos marinos en la
parte inferior. Las líneas paralelas representan
el mar. |
La
cultura chimú fue una de las más desarrolladas de la
costa peruana. Asentada principalmente en la zona norte,
extendió sus dominios en una franja de casi mil kilómetros
entre Piura y el norte del departamento de Piura, teniendo
su centro principal, según los estudios, en la gran
ciudad de Chan Chan.
Para
casi nadie es difícil saber que la ciudadela de barro más
grande de América Latina se ubica a sólo cinco kilómetros
de la ciudad de Trujillo, la más importante del norte
peruano.
Ahora
viene el reto más importante: ubiquemos a Trujillo.
Sale
el alumno al mapa y tras mucho divagar, logra dar con la
ciudad, previa revista de casi todos los puntos, letras y
señales del impreso, esto es, un minuto más o menos. Muy
bien, alumno. No es que lo supiera, fue producto de la
casualidad.
La
comprobación viene cuando, clases después, se deben
estudiar los primeros asentamientos incas, que se ubican
en ¡Cusco!, claro, están allá; pero, ubíquelos en el
mapa. La divagación se vuelve casi eterna. Mal, alumno,
siéntese. ¿Alguien lo sabe? Las manos no están arriba.
Desolación. Adiós, magia de la historia.
 |
No basta con haber llegado; también es
imperativo saber representar y recordar dónde
estuvimos en conexión con otros hechos
histórico-geográficos. |
Nombres
y cifras
Como
alguna canción lo dijo, la historia se ha reducido en
muchos casos a aprender fechas de batallas, pero poco de
perspectiva sobre el impacto de hechos pasados en nuestro
presente.
El
resultado es que el estudiantado termina por salir de la
escuela sin tener en claro por qué la historia que
pasaron con esfuerzo, los determina en la actualidad.
De
igual modo, el aprendizaje de la geografía apenas si se
limita a nociones de orientación, en un espacio más
citadino –que se reduce a lejos, cerca, derecha o
izquierda—; sin embargo, no todos los estudiantes son
capaces de representar o describir un hecho geográfico
cualquiera.
Los
autores siempre han sostenido que la historia y la geografía
son ciencias complementarias en tanto permiten datar y
ubicar acontecimientos cercanos o lejanos, o tratar de
seguirlos al mismo instante en que suceden.
Hasta
varios periodistas pecan de ignorantes sobre la materia,
cuando son los primeros llamados a saber ubicar en espacio
y tiempo los hechos que suceden a diario.
No
es raro que hasta las grandes cadenas de medios de
comunicación cometan errores mayúsculos en tal sentido,
como ubicar “Chepén, en Trujillo” por decir “Chepén,
La Libertad”, como realmente se llama el departamento.
 |
A veces los estudiantes aprenden más como
jugando, o como pasando el rato. Todo es cuestión
de estrategias. Museo de sitio de Huaca Rajada, en
Sipán, Lambayeque, donde se puede apreciar al
monarca cuyo descubrimiento dio la vuelta al
mundo. |
Estrategias
Los
conocimientos endebles en las materias se deben en gran
parte al desinterés y la falta de motivación de los
docentes.
Muchos
alumnos han declarado que las clases de historia y geografía
no son de su predilección, pues el aprendizaje de
cantidades ingentes de nombres, lugares y fechas hacen
poco atractivas a las materias.
A
mediados de los 60, Teófilo Abril, autor, sostenía que
la mejor manera de aprender geografía es yendo a los
propios lugares, conociendo las costumbres y empapándose
de su historia, como jugando, como conociendo algo más,
como hacer turismo (que es en realidad el objetivo de esta
actividad).
En
su libro, “Conozca el Perú”, editado por esa época,
creó cuatro personajes –tres muchachos, una
chica—quienes, aprovechando sus vacaciones, salieron a
conocer su país por los cuatro costados, obteniendo
interesantes crónicas de viajero que, complementados con
datos estadísticos e ilustraciones, permitían tener un
mejor acercamiento a las dos ciencias.
Quizás
el éxito de la estrategia fue no presentar este libro de
historia y geografía como un libro de historia y geografía,
sino como de aventuras. Experiencias como esas no se han
repetido.
 |
También podemos ser historiadores de nuestros
propios pueblos, pero hace falta investigar con
rigor científico. Este puede ser el modo de saber
qué significan estos petroglifos hallados en
Guaraguaos Bajo, Piura. |
Descubriendo
metodologías
Se
ha sostenido siempre que estar desconectado de la historia
y la realidad geográfica no nos permite identificarnos
mejor con la zona que conocemos. De hecho, mucha gente está
viviendo hoy sobre siglos de hechos, gentes y quiebres que
determinaron nuestro tiempo, sin saberlo.
Por
otro lado, no hay recursos económicos para realizar
exploraciones en este sentido, amén de algunas
iniciativas locales, que con poco lograron abrir muchas
ventanas.
Hasta
1970 no se tenía claro que representaban las ruinas de
Aypate, en Ayabaca, Piura. Las investigaciones desplegadas
hasta la última década han posibilitado reconstruir la
historia de este pueblo desde el megalítico hasta la caída
de la confederación Guayacundo, por el soberano inca, a
mediados del siglo 15.
Ahora
se sabe que Ayabaca constituyó una estratégica provincia
andina que sirvió como puesto de avanzada para penetrar
en lo que hoy es Ecuador, y en parte a las partes altas de
la jungla amazónica.
Precisamente,
especialistas de la Dirección Departamental de Educación
de Piura deben iniciar el lunes 18, un curso en el que se
capacitará a los docentes para aprendan a recolectar los
relatos de las personas de distintos lugares,
sistematizarlas, y presentar trabajos con mayor rigor
científico, que luego deben replicar a sus alumnos.
De
este modo, se espera tener mayor información sobre el
pasado de varias comunidades que nunca antes se sintieron
identificadas con su pasado.
 |
Las nuevas teconologías pueden ayudar a
visualizar mejor la historia o la geografía.
Programas como "Encarta" de Microsoft
permiten volar virtualmente sobre cualquier lugar,
en tres dimensiones. En la vista, la costa de
Trujillo, en La Libertad. |
Historia
y geografía electrónicas
Recientemente,
los medios de comunicación están tomando cierta visión
positiva sobre estos temas a los que aún se etiquetan
como “culturales”.
TNP,
la cadena estatal, desde 2001, ha comenzado a apostar por
una programación más educativa sin dejar de lado el
entretenimiento, creando interesantes propuestas con
calidad de exportación y cierta audiencia cautiva, que ha
encontrado en esta televisora, opciones más constructiva
que la media docena de cadenas comerciales.
Programas
como “Reportaje al Perú”, “Costumbres” o el talk
show – documental “Sucedió en el Perú” permiten
obtener un aceramiento a los hechos histórico-geográficos
y ponerlos en perspectiva, sin que ello implique cultismo
o sofisticación.
Por
si eso fuera poco, las nuevas tecnologías ahora ofrecen
mejores herramientas para saber más sobre lugares e
historias; así, paquetes multimedia como la famosísima Encarta
de Microsoft ofrecen líneas de tiempo, archivos
audiovisuales y hasta vuelos virtuales en tres dimensiones
por los lugares a los que jamas pensó llegar.
En
todo caso, el hogar influye mucho, pero si no se toman las
medidas para hacer más atractiva la historia, tampoco
esperemos ciudadanos conscientes de lo que deben hacer
porque simplemente no lo harán suyo. Un poquito de
curiosidad nos permitirá ver más allá sin viajar mucho.
©2002
NPC
www.oocities.org/NPCcomunicaciones/NewsSupply
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