Este Patio era el núcleo de la casa privada del
sultán, donde vivía con su familia. Se halla presidido por la
Sala de los Reyes, donde tenían sus aposentos.
La belleza de éste es indudable, convirtiéndose
en un bosque de columnas coronadas por bellísimos capiteles.
Cada una de las columnas tiene bajo el capitel
una placa de plomo, cuyo objeto es permitir cierta movilidad en caso
de actividad sísmica.
La Fuente de los Leones, con sus doce figuras
aguantando una pica de mármol, cubre bajo su atenta mirada hasta el
último rincón del Patio. En el borde de la taza se halla
esculpido un poema de Ibn Zamrak que alaba al sultán y explica el
funcionamiento de la fuente.
La primera estancia que hallamos es la Sala de
Abencerrajes, con su sangrienta historia...