Alguna vez has sentido la sensación de no estar completo? Como que te esta faltando una parte? A veces esto parece extraño y poco creíble pero uno nunca sabe, te puede pasar a ti. Pero quizás también es solo una sensación… de repente es un hecho… como también puede volverse realidad…
La verdad es que este sentimiento o extraña sensación era bastante común en un chico que nunca sintió la necesidad de nada material, tampoco amor por que lo recibía grandes cantidades de esto todo el día por parte de su mamì desde que se levantaba por la mañana hasta que se acostaba en su cama en la noche. De hecho Kouichi era el hijo perfecto, de ese tipo al que a toda madre le gustaría tener, no por que fuera un buen niño todo el tiempo ayudando a su mamá en todo lo que podía, también tenía muy buenas notas, era un buen amigo y era bueno en todo lo que hacía; pero alguien dijo una vez "nadie es perfecto” y ese precisamente era el caso de Kouichi. Su corazón no solo guardaba inmensas cantidades de amor, tenía una lado oscuro lleno de odio hacia la persona que abandono a su madre justo antes de casarse, su padre con ese gesto había no solo demostrado el poco cariño que le tenía, también había dejado claro que no le interesaba su hijo ni un poquito.
"Kouichi, levántate mi amor. Es hora de ir al colegio”.
" ya, no te preocupes que estaba despierto desde hace rato.” Kouichi se estaba acabando de vestir.
"Esta bien. Te espero para tomar el desayuno juntos”
"No tienes que esperar más, ya estoy listo!”
Después que terminaron el desayuno Kouichi agarro sus cosas y salió con rumbo a clases, no había la necesidad de tomar el bus por que el colegio estaba bastante cerca de su casa, a decir verdad estaba a solo dos cuadras pero si no se apuraba llegaría tarde, además antes de ir al colegio tenía que hacer una parada en la tienda si quería comprarse algunos caramelos. Corrió lo más rápido que pudo, estaba exhausto cuando llego a la tienda del señor Yoshima que era un buen amigo de él.
"Estas a tiempo. Déjame adivinar… la bolsa de caramelos?”
"usted siempre adivina!” – pero eso fue lo único que llego a decir, en ese momento hizo su aparición en la tienda una chica, su cabeza estaba cubierta por una pañoleta, tenía el cabello muy largo pero de pronto la chica salió de la tienda corriendo, en su huida chocó con él. Algo en su mente lo golpeo, algo le decía que era preciso detenerla así que trató de agarrarla pero ella fue más veloz, su baja estatura la hacía escurridiza, no la pudo detener.
El Sr. Yoshima ayudó a Kouichi a ponerse de pie dándole los caramelos de paso. - "Esta es la tercera vez en esta semana en que esa niña entra corriendo y se roba comida. La verdad es que me da pena detenerla, debe de tener mucha hambre esa pobre niña”.
"Si, pero nunca la he visto por aquí, debe ser nueva en esta parte de la ciudad.”
"No tienes que irte a clases?”
"Si! Lo veo más tarde! Si vuelve a ver a la niña pregúntele su nombre, de repente podemos ayudarla en algo” - Kouichi mientras corría pensaba en varias cosas. Por un momento había creído verse en un espejo cuando vio a la chica. Habrá sido una coincidencia?
Kouichi entro a su salón a tiempo, justo antes que la profesora entrara. Las clases fueron normales como todos los días pero algo lo inquietaba, él no sabía exactamente que cosa era o a que se debía pero de repente sentía la necesidad de hacer algo, quería gritar pero… por que? De ahí como respuesta a su última pregunta sintió dolor, un dolor sumamente intenso en su brazo pero no había un motivo para eso, no se había golpeado con nada. Al principio no lo notó pero ahora todas las miradas del salón estaban clavadas en él. Habría llegado a girtar por el dolor sin darse cuenta?
"Que te pasa Kouichi? Sucede algo malo?" – su profesora de matemáticas se veía preocupada. El no sabía que responder pero sin detenerse a pensar lo que hacía se cogió el brazo y le dio una mirada rápida pero lo que vio casi lo desmaya del susto. Su brazo tenía un enorme moretón que parecía empezar a cambiar de color, estaba medio verde, al medio tenía coloraciones entre negras y azules.
"Oh no! No es nada profesora, de verdad es que sin querer me… mordí la lengua!”. – todo el salón se empezó a reír – “No se preocupe, no pasara otra vez”.
"Eso espero señor Kimura, lo único que le puedo sugerir a usted y sus demás compañeros es que paren de reírse y presten atención a la clase de hoy por que es la que va a entrar para el examen de mañana!” – la profesora ahora estaba muy molesta.
La clase terminó y Koouichi no sabía por que se sentía tan vacío. El tenía la sensación que las cosas no estaban bien y tenía que saber por que. Comenzó a caminar otra vez pero su pies en verdad se movían solos cuando se dio cuenta sus pies lo habían llevado a la calle, bastante lejos de su casa, pero la zona no era muy agradeble. Sus ojos de pronto se fijaron en una casa toda destartalada, tenía las ventanas rotas y la puerta se veía muy vieja. Era la primera vez que veía esa casa pero aún así la sintió bastante familiar… pero por que?
De pronto la puerta de la casa se abrió y salió un hombre completamente borracho, algo en su mente le dijo ‘ocúltate’, corrió hacía el tacho de basura del costado y se quedó quieto mientras el hombre pasaba a su costado, olía horrible, como a suciedad y cigarros y alcohol. Vio como se alejaba el hombre calle abajo, era difícil adivinar como haría para caminar, se movía de un lado para otro, como si con las justas pudiera mantenerse de pie.
Cuando dejó de ver al hombre se sintió más seguro. Sería este hombre algún tipo de problemas? Por la cara del hombre todo lo que podía decir era que no se veía confiable mi buena persona, pocos minutos después corroboró su sospecha. La niña que había visto de la mañana salió de la misma casa, pero se veía algo diferente a como la recordaba en la tienda. Caminaba toda maltrecha, su brazo parecía roto por que tenía un ángulo difícil de lograr salvo que uno sea contorsionista, era más delgada de lo que había alcanzado ver, su cara estaba cubierta de moretones y su cabello estaba suelto, tratando de cubrir el estado de su cara. Se veía muy mal lo mejor sería ayudarla, llevarla a un hospital para recibir asistencia, pero cuando Koouichi volvió a buscar a la chica esta había desaparecido. A donde pudo haber ido tan rápido y en ese estado? La trató de buscar nuevamente pero no dio con ella. Quien le habría pegado a esa pobre niña? Sería su papÿ Sería su papá ese hombre borracho? Sería su padre capaz de tratarla de ese modo? Como ya no tenía nada más que hacer y en vista que la chica no aparecía decidió regresar a su casa con su mamá que estaría preocupada por él.
Cuando llegó su mamá estaba efectivamente preocupada por donde se habría metido. Kouichi no era de los niños que se entretenían haciendo cualquier cosa en la calle, no le gustaba preocupar a su mamá por eso tampoco le dijo adonde se había metido ni mucho menos lo que había visto. Pero de repente y sin darse cuenta le pregunto a su mamá sobre su padre.
" Mamì quien era mi papÂ? Donde vive?”
Por supuesto su mamá no se esperaba esa pregunta tan de pronto, mucho menos en ese momento. – “A que viene esa pregunta? Para que quieres saber?”
"uhm No lo sé. Es solo que… nunca lo he visto, ni siquiera una foto de él… no es que me interese es que … no se quien es”.
"Bueno Kouichi, tu papá es una persona bastante complicada, la verdad no sé nada de él desde…” se puso a llorar – “…desde… nunca te lo dije antes, de repente es mejor que te sientes para poder contarte esto. No es muy agradable así que trata de escucharme primero si?” – Kouichi aceptó y siguió escuchando - “Verás tu papá y yo siempre discutíamos por la plata, en una de nuestras peleas le dije que si no coperaba con la economía de la casa mejor sería que se marchara, que no lo necesitaba, que podía yo sola y así hizo. Tu padre se marcho para siempre de mi vida en ese momento pero esa no es la peor parte. Me dolió que tu padre se marchara así sin remordimientos lo horrible fue que antes de irse se llevo a tu hermano, me dijo que no volvería a verlo nunca más” – Para este punto ella se estaba ahogando en sus propias lágrimas. – “Llame a la policía pero nuca dieron con él, mucho menos con tu hermano. Una vez un buen amigo mio me dijo que lo vio en un pueblo pero nunca llego a ver a un niño con él. Fui a ese pueblo con la esperanza de encontrarlo y preguntarle por tu hermano pero él ya no estaba.”
"Entonces ellos dos desaparecieron?” – no podía creer las palabras de su madre, tenía un hermano en alguna parte de este mundo. Era increíble todo eso… -“ Que edad tiene mi hermano ahora?”
"No te acuerdas ni un poquito de él? Tu eras el mayor de los dos… a pesar que son gemelos. Toda esta historia tan complicada paso cuando a las justas tenías un año. Es difícil que te acuerdes de él supongo”.
"Solo una cosa más." – Su madre lo seguía mirando aún con lágrimas en los ojos esperando la siguiente pregunta – “Tienes alguna foto de él? "- Algo le decía en su mente que este misterio podía ser resuelto en u par de minutos, lo podía sentir.
"Si tengo una foto de él, esta en la caja debajo de las revistas, ahí guarde todas sus cosas. Si quieres puedes ver pero cuando termines vamos a comer… si?”
"Si mama, no te preocupes por el desorden que yo arreglaré todo” – Kouichi no había perdido mucho tiempo y ya estaba empezando a buscar esa caja. Encontró unas fotos pero ninguna coincidía con la personba que había imaginado. Aparentemente su papa había sido un hombre alto de músculos bastante marcados, cabello negro como el. Sus ojos también eran negros pero la cámara había logrado captar una mirada desafiante, orgullosa, muy típica de la clase de personas desagradables. Ahora odiaba más a su papa, lo odiaba mucho más por todo lo que su mamá le había contado. Había algo que lo preocupaba más, que clase de vida tendría su hermano con él? Que estarían haciendo en este momento? Se encontraría bien?
Paso una semana pero ahora caminaba mirando a todas partes como si tratara de encontrar la cara de su hermano en alguna parte, sapia que de alguna manera era imposible por lo mismo que no siquiera era seguro que los dos estuvieran en el mimo lugar pero por otra parte estaba desesperado por verlo pero más que deseo era esperanza. La esperanza le duro un buen tiempo, cuando ya la comenzaba a perder sucedió algo que le dio nuevas luces.
Caminaba hacia el Mercado para comprar algunas cosas que faltaban en su casa cuando alguien llamo su atención. Un chico de más o menos su edad lo saludaba como si lo conociera... fácil aún no reconocía su cara. Se acerco al chico para devolverle el saludo pero en verdad no recordaba haberlo visto antes. El chico tenía un polo amarillo, una gorra que cubría un abundante cabello marrón, una mirada expresiva de color chocolate y una gran sonrisa parecía conocerlo muy bien.
"Así que estabas aquí! La verdad pensé que nunca más te volvería a ver! Veo que te cortaste tu cabello, te queda bien aunque nunca pense que te lo cortarías. Y… que te trae por aquí?” – al principio se asusto un poco por la rapidez en la que las palabras fueron dichas.
"Eh… disculpa pero… no te conosco. Quien eres?” – el chico parecio confundido y hasta un poco ofendido.
"Bueno… tu no eres Minamoto? Si no lo eres entonces creeme que por algún lado de este país tienes un gemelo! Mi nombre es Takuya y creo que te confundi con un amigo al que no veía hacia mucho tiempo. Déjame decirte que eres exactamente igual a él, quien lo diría las coincidencias en verdad existen!”
"Dices que conoces a un chico igual a mi, exactamente igual a mi y que su nombre es Kouji Minamoto? De donde lo conoces? Vive por aquí? Se encuentra bien? Que sabes de él?"
"Wow wow… espera un poco, Creí que yo era el que hablaba rápido. Primero que nada ya te dije que es igual a ti y si, su nombre es Koouji Minamoto. Lo conosco desde el colegio cuando teníamos… seis años creo, pero él se mudo con su papá a quien sabe donde y desde entonces no se nada de él” – Takuya al principio no se veía muy seguro de decir todo eso, no sabía en que manera podía perjudicar a su amigo . – “Y tu eres?” – verdad! El aún no se había presentado debidamente.
"Mi nombre es Kimura, Kouichi Kimura"
"Hasta el nombre suena casi igual, en verdad es increíble!”
"Yo no diría eso. Seguro que no sabes nada más de él?” – Algo le decía que había algo más, algo que Takuya aún no le decía - "Por que… el podría ser mi hermano perdído."
"Oh por Dios! Así que esa era la razón… Son iguales… Oh por Dios… entonces… tu tienes mucha suerte de no vivir con tu papá. Sin ánimo de ofender pero ese señor esta completamente loco”
"Por que dices eso? Le sucedió algo malo?”
"Malo! Oh por Dios, primero que nada sugiero que tomes asiento. Soy una de las pocas personas si es que no soy el único, que conoce a Kouji lo suficiente como para saber las cosas que le pasaban. Tu papá le pegaba todos los días, nadie jamás supo por que; Kouji a veces iba al colegio todo golpeado o maltrecho, a veces con la cabeza vendada, a veces los golpes eran tan fuertes que dejaba de ir al colegio por días, apenas y podía caminar, yo sé esto por que a veces me arriesgaba e iba a visitarlo a su casa después de colegio. A veces compartía con el mi almuerzo uno por que era mi amigo y por que a mi mamá le daba pena que a veces no comiera.”
"Y lo ayudaste? Me refiero a que… ustedes eran amigos no?”
"Si, Le dije a mi mamá todo lo que sabía, también lo repetí a la policía, a todos en el pueblo. A principio nadie me creyó pero después que fueron a revisar… ya no había nadie en la casa, se habían mudado. Yo no creí eso así que volví a la casa para comprobar lo que me habían dicho. La policía encontró sangre en la mayor parte del piso así como muchas cosas de Kouji. Todos llegaron a la conclusión que habían huido. Tuve la oportunidad de agarrar algunas cosas de Kouji como sus extraños dibujos, de repente tu quieres verlos. Mi casa esta a unas cuadras de aquí, si tienes tiempo claro”.
"Vamos!" – por lo menos ahora tenía una pista a cerca de su hermano, si tenía suerte de repente estaba vivo.
Cuando llegaron a casa de Takuya subieron rápidamente las escaleras, de corrida vio a la mamá de Takuya mirarlo con cara de asombro como si no pudiera creer que siguiera vivo, obviamente lo confundía con su hermano.
"Ves Takuya, tu amigo esta bien, sigue vivo"
"Mamì el no es Kouji, es su gemelo, se llama Kouichi”.
"Gusto en conocerla señora”.
"Ven aquí Kouchi, por aquí." - Kouichi siguio a Takuya. Su dormitorio era grande, tenía varias cosas en su cuarto, trató de captar algo que le llamara la atención hasta que Takuya capturó sus ojos con los dibujos de su hermano. - "Aquí estan, son un poco raros, son lugares que él veía en sus sueños, él decía que nunca había estado ahí pero sentía como si toda su vida lo hubiese visto”
Pero los dibujos a Kouichi no le parecieron nada raros. Lo que Kouji había soñado eran cosas que le habían pasado a él, a Kouichi, incluso había dibujado a su mamá. Uno de los dibujos pertenecía a lo que era el comedor de su casa, en el sillón estaba sentada una mujer que obviamente era su mamá y Kouichi. Otro de los dibujos era de un picnic, pero este dibujo tenía algo especial. En el picnic se veía que su mamá cargaba a un niño que se había caído, el niño estaba llorando. Pero había un dibujo más sorprendente, el último. Era la cara de un niño pero si te fijabas bien de cerca te dabas cuenta que en verdad eran dos niños. La mitas de la cara tenía el cabello corto como él pero la otra mitad lo tanía mucho más largo, largo, negro y sedoso. Ese cabello se le hizo familiar por un momento pero no sabía, no recordaba donde lo había visto
Chapter 2 : Someone in somewhere
Había pasado una semna completa sin comer nada, no le hacía mucho caso a eso por que estaba acostumbrado pero de un momento a otro estaba empezando a sentir la carencia de alimentos en su estómago, necesitaba comer algo pero no había plata en ninguna parte. Por supuesto había habido una época en la que había trabajado en un mercado pero por ahora el no podía volver a trabajar., principalmente por dos razones. Número uno: nadie quiere trabajar con niños salvo que muestren permiso de los padres. Número dos: esta era la razón más importante, quien querría emplearlo? El era solo un chico, bastante chico para su edad, era tan flaco que casi no tenía energía para trabajar y siempre estaba mal por los golpes de su papá.
A veces se preguntaba por que a su papá le gustaba causarle tanto dolor, todo su cuerpo le dolía, hasta la punta del cabello. A veces algunas personas que se daban cuenta de su presencia le preguntaban por sus golpe, siempre había tenido que inventar una excusa mayormente alegando torpeza como por ejemplo que fue un accidente con la puerta del carro, cuando su brazo se rompió fue por que ‘se cayó de las escaleras’ y cuando en el colegio lo pescaron con las manos quemadas fue por que sin querer había ‘agarrado la tetera caliente sin las manoplas’. Pero la triste verdad había tenido que ver no con el carr ya que su papá no tenía carro, ni en la casa por que no tenían escaleras, tampoco con la tetera por que nunca quiso hervir agua, su papá hizo que él pusiera sus manos al fuego. Acaso su papá estaba loco? De repente si lo estaba, estaba medio loco desde que mamá murió en un accidente con el carro.
Su mamá… Como habría sido la vida con ella? El siempre había tratado de imaginársela en las noches especialmente cuando sus ojos podían al fin descansar. Quería mucho el recuerdo de su mamá, nunca se acordaba de nada de ella pero poco a poco iba creando recuerdos, tenía la sensación que ella lo quería igual o más que a cualquier otro. Soñaba continuamente en que estaba con ella en la cocina recibiendo mimos, comiendo de su comida, podía sentir el gusto de su sazón, podía oler la comida, podía sentir la ropa limpia y suave en su cuerpo a pesar que el estaba bañado en sangre pero por algún extraño motivo el siempre se veía en sueños con el cabello corto. Que pensaría de él su mamá? Siempre torturaba su alma haciéndose esas preguntas tan difíciles de contestar cuando por fin vio una tienda. Sabía que estaba mal lo que iba a hacer pero si no comía algo pronto moriría. Pero a esta tienda ya había venido antes, ya había robado antes aquí, unos cigarros para papá, pero el no quería cigarros, el quería algo para comer esta vez.
Entró a la tienda agarrando una revista y escondiendo su rostro tras ella. Logro ver donde estaba el pan, por alguna razón estaba más nervioso que de costumbre. Agarro el pan pero la sensación se hizo peor, pudo sentir que el dueño de la tienda tenía sus ojos en él ahora. Le hubiera gustado agarrar más cosas pero por el temor salio corriendo con lo que tenía pero en su huida chocó con algo… o habría sido alguien? Nunca supo eso con certeza por que se paso tan pronto pudo agarrando la bolsa de pan que ahora estaba un poco desinflada y corrió por su vida. Pero la sensación le decía que se quedara en ese lugar, era una idea bastante loca por que si se quedaba ahí el propietario seguro llamaría a la policía, no había opción, tenía que seguir corriendo, no podía regresar.
Corría a una gran velocidad hasta que se volvió a chocar con otra persona pero la diferencia era que a esta si la conocía, ese olor lo podía reconocer hasta en el mismo infierno, era un repulsivo olor a cerveza. No tuvo la necesidad de ver a quien le pertenecían esas piernas, esos zapatos pertenecían a su papá. Una mano lo levantó del piso por el cuello y empezó a apretarlo tratando de quitarle el aire de sus adoloridos pulmones, no podía respirar. Estaba empezando a pensar que su papá lo mataría ahí mismo, así podría al fin ver a su mamá. Pero esas esperanzas murieron cuando lo soltó y pegó contra el piso. – “Estúpido mocoso! Donde te habías metido? Que te he dicho hijo mal agradecido?” – Con cada palabra trataba de sacarle el aire que no había de sus pulmones, sus patadas dolían pero esos zapatos tipo bota le añadían un dolor extra, sus costillas ya no lo soportarían más, estaba empezando a toser… era sangre lo que sentía en su boca? ‘Por favor Dios si aún me quieres has que esto termine… que me mate de una vez por todas’ – “Ya es hora de entrar a casa, tengo que castigarte con mano dura por que eres un hijo muy malo. Tu sabes que te quiero y esto lo hago por tu propio bien… verdad?” – Su papá se agachó y lo cogió del cabellos y lo empezó a arrastrar hasta la casa.
Una vez adentro la pesadilla volvió a comenzar para él, sabía exactamente lo que le iba a pasar, siempre pasaba lo mismo cuando su papá estaba borracho y esto era casi todos los días. Lo que su papá quería era que él corriera a esconderse luego él empezaría a buscarlo por toda la casa hasta encontrarlo para castigarlo, esto era como un juego para él. Kouji corrió a buscar un escondite, un punto en contra era que la casa era muy pequeña con pocos sitios donde esconderse, por esta vez se decidió por el baño. Se escondió detrás de un gabinete y se quedó ahí quieto tratando de no hacer ningún sonido que pudiera delatarlo por que eso para é sería fatal. Este juego lo ponía demasiado nervioso, podía oir los pasos de su papá desde el baño y sentía como poco a poco se acercaba a él, lo iba a encontrar. La puerta del baño se abrió lentamente mostrando poco a poco la figura de su papá. - "Kouji. Estas aquí? Sal, sal donde quiera que estés" – estaba completamente asustado, su papá cerró la puerta como para que no pudiera escapar, ahí fue donde comprendió que de repente esconderse en el baño no fue una buena idea. Su papá se miró en el espejo peinándose su cabello ya canoso mientras miraba lo buscaba, lo habría visto ya? Sus sospechas se vieron realidad cuando su papá agarro el jabón que se le cayó al piso, se agacho para recogerlo, hizo un movimiento veloz y cogió a Kouji por el brazo. – “Te encontré!” – El brazo le dolía por que se lo apretaba con fuerza, tanta que sintió claramente la torcedura a la hora del giro. Era doloroso, quería morir en ese mismo momento, pero eso solo era un deseo, uno que no se haría realidad por que los deseos de ese tipo son para los niños pequeños que siguen creyendo en cuentos de hadas, no para él.
Cuando abrió sus ojos se vio tirado en el piso, su papá le seguía pegando pensando que sus costillas eran de goma pero era tanto el dolor que ya no sentía las patadas de su papá en la espalda. Lo agarro del cuello como levantándolo para luego soltarlo con fuerza pensando que su cabeza era algo así como un martillo tratando de hacer un hueco en el piso. Entre esos golpes sintió húmeda la cabeza, le dio miedo mirarse después pero tomo valor y lo hizo. Había una piscina de sangre en el piso blanco del baño. Odiaba el color blanco pero no vio ese color por mucho por que sus ojos se empezaban a cerrar la oscuridad nublaba su visión por ahora.
No se sentía bien, tenía frío, había un para de manos que lo tenían agarrado, estaba sin aire, se sentía ahogado. – “Despiértate! Enano estúpido, la diversión aún no ha acabado” – su papá lo estaba hundiendo en la tina, lo estaba ahogando, necesitaba respirar, ahora! Con sus manos trataba de lanzar puñetes tratando de golpear a su papá solo para darle un poquito de tiempo y tomar aire y con un poquito de suerte de repente salir corriendo de la casa. Casa? Podría ser esto una casa o un hogar decente? Trato de concentrarse en escapar primero de ahí para estar vivo, no sabía por que pero en ese momento no quería morir, quería encontrar algo que pudiera llamarse hogar.
Con sus manos encontró algo, de repente alguien en el cielo se apiado de su alma. Era algo que parecía ser un bate de baseball, su papá seguro lo había llevado hasta ahí para pegarle. Con toda la fuerza que le quedaba trato de pegarle a su papá, al parecer le había pegado en la cabeza pero el no se quedaría ahí para averiguarlo. Salió de la tina y corrió lo más rápido que pudo hasta la sala, su papá había cerrado al puerta con candado pero para sacarlo se necesitaba tiempo y el ya podía oir los pasos de su papá acercándose poco a poco. No podría escapar de ahí a tiempo, lo atraparía antes lo mejor por ahora era esconderse y por el tiempo que le quedaba el mejor escondite era detrás del mueble. Su papá le dio una mirada a la sala cuando llego a ella, Kouji pudo ver lo que había hecho, su papá tenía una line de sangre recorriendo su cara. Abrió la puerta de la sala y se fue, lo más probable era que saldría a buscarlo por la calle, el tenía que aprovechar el tiempo y salir de ahí antes que su papá regresara. Sacó fuerzas de flaqueza y se paro, caminar era todo un sacrificio, atravezo la puerta de la sala, algo bueno pasaría, estaba seguro de eso, lo presentía pero por otra parte el se sentía débil. Trato de permanecer con los ojos abiertos pero la luz del sol nublaba un poco su visión, podía ver algo al frente de él pero sus ojos se cerraban, se negaban a seguir despiertos un minuto más. Caía sobre sus rodillas, la fuerza lo abandonaba.
……………
Soñaba que estaba muerto, soñaba que podía verse buscando algo pero no sabía que era exactamente lo que andaba buscando. – podía ver a su mamá llorando por algún motivo, le entristecía verla así. Pero como sabía si esa mujer era su mamá, lo más probable era que fuera fruto de su imaginación ya que nunca la había conocido, ni siquiera por foto. Se atrevió a abrir sus ojos, ya era de noche, tenía que salir de ese lugar lo antes posible pero a donde iría? Comenzó a caminar sin rumbo fijo, a donde sus pies lo llevaban pensando un montón de cosas. Lo último que podía acordarse era haber estado parado en la puerta de su casa pero lo más raro era que había alguien parado en frente, alguien igual a él. Como podía ser eso posible? Habría estado a punto de morir? Una ilusión lo más probable… Podría ser un doble, un gemelo! No, eso no podría ser, él no tenía hermanos.
Cuando se dio cuenta sus pies lo habían llevado hasta un parque. Busco una banca para poder echárse a dormir, era mejor dormir ahí que en su casa. El parque era en medio de todo un lugar bastante segur. Como no encontró ninguna banca disponible se acomodó debajo de un árbol para tratar de dormir. Cerró sus ojos y trató de enfocarse en algo bonito y relajante para olvidar el dolor que sentía pero hpy no era su día de suerte después de todo ya que la lluvia había empezado. Gruesas gotas de lluvia empezaban a mojar toda la tierra. Ahora estaba adolorido, con un brazo torcido y encima mojado por la lluvia, pero cualquier cosa era mejor que su casa. Trató de descansar que no pudo, se congelaba ahí afuera, no sería una buena noche, trató de darse calor frotándose pero no estaba funcionando, no se sentía bien y para colmo de males ahora un par de potentes luces amarillas lo estaban iluminando.
"Oye chico! Que haces aquí con esta lluvia? Planeas atrapar un resfriado? Deberías estar en tu casa!” – Eran dos policías los dos con impermeables. Uno de ellos, el que hasta ahora no había hablado, se acerco a él y le puso la mano en la frente.
"Por Dios!Oye Tetsu esta caliente!Cual es tu nombre niño?”
"Kouji" – Con razón se sentía tan enfermo, tenía fiebre. –
"Bueno… Kouji por que no estas en tu casa? Donde vives? Esta lejos de aquí?” – Los policías querían saber muchas cosas, no podía decirle la verdad a nadie, nadie le creería, ya había pasado esto antes.
"No muy lejos de aquí. Pero yo puedo ir solo, no se preocupen por mi”.
"Esta bien chico. Nosotros te llevaremos directo a tu casa con tus papas, ellos deben estar preocupados por ti así que ven con nosotros”.
"Ok. Pero podrían decirle a mi papá que me perdí? Por favor!” – los policías llevaron a Kouji hasta su casa. Tetsu se quedo en el carro y Joey lo acompaño hasta la puerta de su casa. No tuvieron la necesidad de tocar la puerta por que su papá con un comportamiento bastante meloso les abrió la puerta.
"Oh ya no sé que más hacer. He tratado de todo para hacerlo entender que llame cuando va a llegar tarde, hago todo por el y ni siquiera me llama. Se ha comportado así desde que murió su madre” – Obviamente eso era una gran mentira, su papá nunca se había preocupado por el, al menos eso era lo que el sentía. - "El dice que yo no lo comprendo pero claro que si lo hago, ustedes deben saber lo difícil que es criar a un hijo solo, he tratado pero al parecer no funciona, ya no se que más hacer”.
“No se preocupe señor, a veces los chicos son traviesos pero eso es normal. Por ahora hable con su hijo, creo que esta un poco nervioso y asustado de usted pero sea paciente”.
"Por supuesto. Muchas gracias por traer a mi hijo hasta la casa, a mi lado" – Su papá dijo eso a medida que iba cerrando la puerta, el sabía lo que pasaría cuando los policías estuvieran a una cuadra. Necesitaba con urgencia escapar de ahí.
Comenzó a correr pero una mano lo paro en seco estrellándolo contra la pared dejándolo sin aliento. Pudo sentir otra vez el dolor mientras un hilo de sangre se resbalaba a través de su mejilla, volvía a sangrar. No podía morir, no sabía por que pero lo único que podía hacer era tratar de seguir vivo, tenía que resistir los golpes de su papá que cada vez venían con más violencia. Cuando por fin lo soltó trato de ponerse de pie pero era algo difícil especialmente cuando su papá quería hacerlo pure. Trató de gatear por la sala buscando algo para poder defenderse. Lo único a su alcance fue un florero, lo lazó contra su papá pero algo no estaba bien. Todo le comenzaba a dar vueltas, no podía enfocar nada… logró ver algo como un bate de baseball, el que uso en la mañana pero el golpe lo dejo turulato tirado en el piso, sin voluntad de moverse
………………..
Paso una semana, su cara seguía llena de moretones como siempre, tampoco podía caminar muy bien, al parecer una de sus piernas estaba torcida, se le hacía difícil respirar bien y eso era por las costilla rotas que le había dejado su papá. Todo su cuerpo le dolía. A pesar de todo esto se sentía feliz: Había logrado sobrevivir todo eso… pero para que? Su vida seguía igual de miserable, no había ningún cambio, nada fuera de lo común, para que había logrado seguir con vida si nada iba a cambiar.
Por ahora caminaba lentamente por un vecindario que le resultaba bastante familiar, había estado ahí antes o en un sueño? De repente era un dejavú. – ‘eso tenía que ser, nadie que yo conozca vive por aquí’ – el siguió caminando a través de la calle, paso varias tiendas, paso el colegio hasta que una voz lo llamó
"Hey!"
"umm? Lo conozco?"- Que pregunta más estúpida. Claro que lo conocía, era el propietario de la tienda a la que había robado la vez pasada, la tienda donde robó el pan, pan que nunca llegó a comer.
"Hey Kouichi, tu mamá…" - Kouichi? - "Lo siento niña… tu no eres Kouichi… aunque te pareces bastante a él. Pero creo que te conozco… yo te he visto antes… déjame pensar…. Ya sé! Tu eras la chica que se robo el pan de mi tienda el otro día! Pero ahora que te veo bien… eres un chico! Bueno eso no es muy importante por ahora.”
"Lo siento… es que yo… no quise pero… yo…” – Kouji se dio la vuelta y salió corriendo lo mñas rápido que le permitieron sus piernas.
"Hey, chico no te vayas!”
Cuando estaba a cuatro calles del señor paro de correr. Ya no podía correr más, ni siquiera caminar. Se sentó en la esquina de una cerca, estaba cansado, su respiración comenzó a hacerse cada vez más lenta pero le seguía doliendo el pecho. Recordó aquellas épocas en las que corría pero jugando con su único amigo Takuya. En esa ocasión ambos corrían de su papá. Takuya tenía la idea que si escondían la correa del papá de Kouji no le volvería a pegar más. Pero el mejor escondite que encontró en ese momento fue el horno. Sin saber su papá uso el horno esa tarde y quemó su correa, su correa favorita. No pudo pegarle a Takuya por lo que había hecho por que no era su hijo así que se desquito conmigo. Esa vez el tuvo que permanecer en el hospital alrededor de una semana. Todo el pueblo creyó que había sido una accidente horrible el que Kouji cayera del quinto piso.
Pero ahora que se detenía a pensar un poco en esto… que sería de la vida de Takuya?
Chapter 3: Something in my heart told me it was you.
Kouichi´s P.O.V
Paso un mes desde que Takuya me mostró los dibujos de mi hermano. Por ahora los dos teníamos la misión de estar con los ojos bien abiertos para encontrar a Kouji. Era muy difícil por que ninguno de los dos sabía por donde empezar. La primera parte de nuestro plan era recoger datos, esa parte era específicamente de Takuya, el era muy bueno para contactar gente del pueblo, a demás él los conocía, si tenían suerte alguno de ellos sabría algo de Kouji. Mientras tanto por donde sea que camináramos siempre veíamos a todas partes más que todo con la esperanza de que él estuviera ahí, pero esto no nos llevaba a algo concreto y poco a poco empezamos a perder las esperanzas.
Pero un día mientras estaba haciendo mi tarea Alguien tocó la puerta, intuñi era Takuya por el tipo de timbrada que dio. Me paré y abrí la puerta para recibir a un hiperactivo Takuya que sin dudarlo salto encima mio, pero que pondría de tan buen humor a este chico si de por sí él no tenía mayor problema?
-"Que pasa Takuya? Tienes alguna noticia?” – La verdad no se que me animo a hacer esa pregunta pero sentí que mi alma la gritaba… yo solo la vocifere.
-"Bueno... algo así. No hay noticias de él. Pero si tengo algo que te podría interesar. Mi amigo me mando el anuario donde salen las fotos de todos los alumnos. Esta de acá se la tomaron a Kouji cuando tenía… ocho años… creo. Aquí también sale, en la foto de todo el salón. No es una gran foto pero por lo menos es para que te des una idea". – La verdad era una foto bastante pequeña, Kouji era un chico bastante delgado y de cabello largo. Su cabeza era lo que más resaltaba de él, sus enormes ojos azules expresaban una tristeza infinita pero a pesar de todo trataba de sonreír. EN la foto del salón Kouji se perdía entre un chico que sonreía con todos sus dientes como tratando de acaparar la foto.
-"Gracias" – Fue lo único que pude decir. La foto de su hermano era algo que atesoraría por siempre, algún día de repente podrían tomarse una foto los dos juntos, eso era lo que más quería por el momento. – “Donde crees que podría estar?”
-"La verdad no lo sé, podría estar en cualquier parte. Pero… lo más probable sería que si se siente triste o solo… a él le gustan mucho los parques, especialmente si tiene árboles grandes”.
-"Hey, entonces por que no hemos buscado ahí? Hay un parque cerca de aquí, si Kouji esta en esta ciudad entonces fácil conoce ese lugar!” – Con esa consigna los dos fuimos a buscar a Kouji en el parque pero no corrimos con ninguna suerte. Regresamos a mi casa por que también iba a comenzar una nevada, el tiempo estaba muy frío al igual que nuestros intentos. Cuando llegamos a casa mi mamá nos recibió con dos tazas de chocolate caliente, estaba delicioso y nos levantó un poco los ánimos. Mi mamá no sabía nada de nuestras investigaciones era muy rponto como para ponerla sobre aviso.
Después de un tiempo más takuya regresó a su casa. Yo me quede con los dibujos de mi hermano, de tanto mirarlas se me ocurrían ideas algo locas y descabelladas pero jamás las había pensado antes. SI Kouji había dibujado esto hacía tiempo, estas cosas que eran básicamente mi vida… se la habría imaginado no más o quizá… Él nunca lo había intentado antes! De repente si cerraba sus ojos y se concentraba en los dibujos de su hermano… Me eché en mi cama y me concentré en mi hermano. Cerré mis ojos, tenía que tratar de ver algo que me sirviera como pista para empezar a buscarlo. Empezaba a ver algo… aunque estaba medio borroso, no reconocía nada. Solo podía ver un mercado, ese mercado le era familiar, no estaba tan lejos de su casa pero también estaba muy cerca de la casa de la chica del otro día, de repente Kouji vivía por ahí.
Me paré y agarre mis chompas, mi casaca, guantes, chalina, botas para la nieve. Antes de salir alcancé a decirle a mi mamá que no demoraría mucho. Corrí hasta que no pude más, sentí que me quedaba sin aire y salía humo de mi boca.
Mis piernas me llevaron automáticamente hasta la puerta de la casa de la chica. Estaría bien ella? La verdad por ahora no me importaba mucho por lo mismo que ya tenía alguien por quien preocuparme. Empecé a caminar otra vez, tenía que llegar al mercado para ver si podía encontrar por ahí a mi hermano, a lo lejos vi a la chica que al parecer estaba llegando a su casa. Caminaba con dificultad, aún no la podía ver bien por que la nieves me estorbaba la vista… al pareces la chica no llevaba gran abrigo, solo tenía puesta una chaqueta delgada, su cara mostraba más golpes que la vez pasada aunque no los podía ver muy bien por que su cabello le cubría el rostro. No podía hacer gran cosa por ella mas que ser amable y de repente hablar con ella. Me acerque a su costado y traté de entablar una conversación rápida.
-"Te encuentras bien?” – No fue una pregunta muuy brillante pero con algo tenía que romper el hielo. Ella me trató de contestar por lo que pude ver pero no podía hablar bien por el frío. – “Debes estar congelándote, toma una chompa mía para que te mantengas caliente ok?" – Trate de ponerle la chompa sin tocarla mucho, me daba miedo lastimarla, se veía muy frágil. Su respiración era muy lenta y pesada. Me dijo algo que me sonó a ‘Gracias’ y siguió caminando. Yo también continué mi rumbo para encontrar a mi hermano.
Para cuando llegue al mercado este estaba cerrado…
Kouji´s P.O.V
Había pasado un mes completo y nada parecía mejorar. Yo no sabía por que mis esperanzas estaban jugando conmigo, la verdad era lo último que me hubiera esperado. Todos jugaban conmigo, por ejemplo mi papá. A él le encantaba verme sufrir a diario, de cualquier manera posible, le encantaba torturarme y no sabía cual era exactamente el motivo. Para lo que recordaba no le había hecho nada mal…o si?
Para mi un día es lo mismo de siempre, cuando me levanto no hay nadie que se preocupe por mi. La verdad es que mi mamá siempre esta conmigo. Una vez mi papá me dijo que ella había muerto en un accidente de carros y por eso ella se tiene que hacer cargo de mi en el cielo, es un ángel. A veces parece que esta un poco ocupada allá arriba por que me pasan cosas malas, lo único malo de que ella sea un ángel es que no puede detener a mi papá a la hora que me pega. Por lo general el no está en casa por las mañanas así que yo aprovecho para hacer mis cosas, puedo salir a la calle a caminar y buscarme algo para comer ya que lo único que hay en la refrigeradora es la cerveza de papá.
Lo primero que hice hoy fue limpiar un poco la casa, en especial tuve que limpiar la sangre que ensucie ayer, cuanto más tiempo pasa es más difícil sacarla del piso, a mi papá le gusta ver la casa limpia sino me mata. Por ahora todo esta limpio, al menos hasta que él llegue y encuentre algo malo, le gusta buscar excusas para pegarme. Por ahora tengo unas horas hasta que él llegue y creo que lo mejor sería ira al mercado a buscar algo para llenar mi estómago. Por ahora ya tenía un problema, estaba nevando allá afuera y no tengo botas de nieve como para salir. Por otra parte si mi papá no me ha matado hasta ahora un poco de nieve tampoco lo hará, de repente si uso algo de ingenio puedo hacer algo… vamos a ver… sí! Eso era la única idea que tenía.
-"Hoy es un día soleado” – mientras abría la puerta iba repitiendo eso – “Es una díacon mucho calor” – por supuesto era todo lo contrario pero si lo repetía muchas veces lo creería por convicción no? Tenía que creer en mis propias palabras. Mi primer pie en la nieve y sentí como mi mentira me congelaba - "La arena esta más caliente que nunca y el sol me calienta” – No podía parar de temblar de frío pero aún así seguí caminando hasta el mercado, felizmente solo estaba a unas cuadras de mi casa.
Entre al mercado después de una larga caminata y empecé a mirar todas las tiendas hasta que por fin encontré una, ojalá me funcionara esta vez.
-"Hola señor. Necesito… humm cosas de limpieza como detergente!” – el vendedor me miro como evaluando mis acciones y muy lentamente se metió a su tienda. Tomé esta oportunidad y metí a mi bolsillo todo lo que pude que en esta vez fue un paquete de fideos cuando llegó el vendedor con el detergente. Afortunadamente el señor no se dio cuenta de lo que hacia. – “También necesito un trapeador” – Me mando una mirada de furia y volvió a entrar. Esta vez agarre algunas cosas que tenía cerca pero vi una enorme barra de chocolate. Hacía años que no me comía algo ce chocolate. El vendedor volvió a venir y le pedí una escoba, esta vez agarraría el chocolate, mi mano se deslizaba poco a poco hasta la barra pero no pude llegar ni a tocar la envoltura. Una gran escoba salió de la nada y me pegó en la espalda como si me quisieran mandar a la luna con una fuerza como las que usan para hacer puré de papas.
-"Te atrapé! Crees que soy un estúpido? Me di cuenta de tu treta niño estúpido! Miren todos atrapé una rata!”- Ahora no solo sentía dolor de espalda, sentía las miradas de todos en mí. Se acerco a nosotros un hombre que tenía la contextura necesaria como para practicar zumo, me cargo y me tiro contra el tacho de basura, mis costillas sintieron más el golpe que el resto de mi adolorido cuerpo. Esas mismas manos me volvieron a levantar y me pusieron boca abajo encima de sus piernas y me dio una paliza ejemplar con la correa que amablemente le paso el vendedor. No solo me dolió el golpe, también me dolió que la golpiza fuera delante de tanta gente y que nadie hiciera nada. Traté de no llorar pero por momentos me resultaba imposible, esos golpes dolían más de los que me deba mi papá. Cuando mi castigo acabo e intenté pararme mis piernas de gelatina no querían sostenerme, di un par de pasos hasta que el vendedor me volvió a fastidiar. Me levanto en el aire agarrándome de los pies y me movía mientras caían las cosas de mi bolsillo. Los fideos, legumbres, galletas, todo. Como regalo de despedida del vendedor me dio un golpe en la mejilla que me tiró al piso.
-"No te quiero volver a ver por aquí otra vez! Me entendiste? Nunca” – Por supuesto que después de esto ya no regresaría más por esos lares. Todo me dolía demasiado como para querer volver. Ahora regresaría a mi casa sin nada en los bolsillos. Se que es malo robar pero no podía hacer otra cosa más. Con este estado y encima menor de edad nadie me querría contratar.
Camine despacio hasta mi casa por razones más que obvias pero tenía que apurarme por que papá llegaría de un momento a otro. Me moría de frío, las frases para subir mi ánimo no servían nada. Lo bueno del dolor era que casi no podía sentir bien las piernas, mi visión no era muy buena, todo estaba borroso y mi cabeza daba vueltas. Me sentía mal, tan mal que empezaba a alucinar cosas como osos parados en medio de la calle, casi a la altura de mi casa. Pero el oso me miraba y se acercaba a mí. El oso me empezó a hablar pero no le entendía muy bien su lenguaje de oso, pero por lo que parecía era bueno y no me haría daño. EL oso se sacó una de sus pieles y me la puso. Olía la chompa… estaba limpia, olía a casa. El oso me ayudó a ponerme la chompa con cuidado, empecé a calentarme rápidamente, a pesar que me dolía todo pude sentir algo especial como si mamá estuviera a mi lado dándome calor. El oso me miraba. – “Gracias Oso” – con las justas pude terminar la frase por que me vino la tos. Al oso no le gusto que tosiera creo por que se empezó a alejar de mi. Lo imité y seguí caminando hasta mi casa. Me paré en la puerta a buscar mis llaves que no las encontraba hasta que una mano con olor a alcohol me metió a la fuerza.
-"Donde te habías metido? Espero hayas ido a comprarle algo a tu papa que te quiere tanto aunque no veo que traigas algo… eres un hijo mal agradecido. Yo que te he criado con tanto amor. Yo que te he dao un techo donde dormir, comida, ropa. Después de todos estos años de sacrificio que recibo? No te comportas como un buen hijo. Yo estaba siendo amable contigo pero si no vas a cooperar entonces tienes que pagar las consecuencias”.
-"Pero de que rayos hablas papá? Me has dado un montón de cosas? Donde estan esas cosas que me has dado entonce? Amor? Si esto es amor entonces no lo quiero y si me dices sobre sufrir las consecuencias entonces no me importa, ya sufro a diario viviendo contigo en esta casa!” – de pronto recordé con quien hablaba, hablaba con papá y lo que acababa de hacer era prácticamente un suicidio. Fue mala idea levantarme temprano, era una mala idea seguir con vida. Era una mala idea pensar que mamá me iba a ayudar por que era una total mentira. Si mamá en verdad estaba siempre con él entonces por que demonios no hacía algo! Tuve la extraña sensación que todo esto era culpa del oso. Empecé a odiarlo. El oso me había dado esperanzas, como que había algo bueno en esta vida, pero a la vez me daba envidia que ese oso tuviera una mejor vida que yo.
Tuve un montón de divagaciones mientras mi papá intentaba matarme con cada golpe. La palabra dolor empezaba a tener nuevos significado y magnitudes. Después de un rato me vi por fin solo en el piso en medio de un charco de sangre, todo había acabado, una vez más había sobrevivido a la masacre pero quien sabía cuanto tiempo más iba a soportar mi cuerpo. Con lo poco que me quedaba de fuerzas me arrastre hasta mi cuarto. Mi cuarto no tenía muchas cosas. Solo una cama con un colchón viejo tan duro como una piedra, mi almohada era mi propia ropa sucia y no tenía frazadas, solo sábanas. Me mire al espejo para ver que tan mal estaba, ya nada me sorprendía, La chompa que me había dado el oso estaba ahora rota de una manga y manchada en sangre. Me la saqué y la lleve a lavar. Mi papá estaba en el sillón bebiendo toda la cerveza que podía mirando las moscas de la casa.
Lavé la chompa, el agua estaba demasiado fría, tanto que sentía como agujas en la mano. Cuando acabe la colgue para que el viento la secara. La sensación de mareo volvió, la visión se volvió a nublar, traté de llegar a mi cuarto pero me caí con una de las patas de la mesa de la cocina. Traté de gatear hasta mi cuarto pero las fuerzas ma abandonaban. Mi cuerpo estaba más pesado que nunca, mis ojos se cerraban. Podía ver algo… era el oso… estaba llegando a su casa… se parecía mucho a la que siempre soñaba… una mujer… mi mamá recibía al oso con los brazos abiertos… pero mi mamá no era un ángel? El oso se sacaba todas sus pieles… no era un osos… era un chico… idéntico a mí… sería yo? No, no podía ser yo, mi cabello era largo, el de ese chico era corto. Que haría mamá con el chico oso? De repente ella lo quería más a él que a mí, sería por eso entonces que nunca estuvo acompañado, siempre solo. En verdad nadie se preocupaba por mi.
Tenía que hacer algo, me sentía furioso y engañado, tenía que ver de nuevo al oso y decirle que lo odiaba de alguna manera, tenía que hacer que sufriera de aluna forma como sufría yo, por acaparar a mamá y no dejar que me cuidara. Me concentré todo lo que pude en eso, pero en verdad no se bien como lo hice. Vi en mi sueño como moría el osos de dolor, se tiraba al piso y rodaba como una pelota pero hubo algo que no pense. Mi mamá estaba llorando a su costado desesperada, ellos estaban sufriendo por que yo lo había querido así, estaban sufriendo como yo. No me gusto lo que ví, mamá quería mucho al oso para ponerse a llorar de ese modo, en medio de todo no quería que fuese así. Me enoje conmigo por haber hecho eso, nunca más lo volvería hacer, a pesar que nunca antes lo había hecho, me sentía terrible, desee que acabara. El oso se volvió a reponer como si nada hubiese pasado, mamá lo abrazo. Abrí mis ojos, como había podido ser tan malo con alguien que me ayudo como el oso. Tenía que castigarme por eso. Me di de golpes contra la pared tratando de morirme pero no resistí mucho. Caí rendido al lado de la misma pared, solo en el piso frío de la cocina, ni siquiera las moscas querían verme.
TBC…