Chapter 4: In the market we meet and in the ice we separate.

Kouichi´s S.O. S

Por que tenía que haber desperdiciado el tiempo en esa chica? Si no la hubiera ayudado de repente hubiera podido alcanzar abierto el mercado y ahorita estaría abrazando a su hermano por primera vez en su vida. Camine hasta mi casa nuevamente, había pensado que esta vez lo iba a encontrar pero la oportunidad se le fue de las manos. El día se hacía cada vez más frío pero ahora no importaba mucho por que ya estaba cerca de casa, antes de entrar tenía que deshacerse de todas sus desilusiones para que mamá no se enterara de nada malo. Subí las escaleras hacía el departamento número 502, abrí la puerta muy lentamente para no preocupar a mamá aunque ella fue la que me sorprendió al saltar de la puerta, sus ojos estaban tristes como si hubiera estado llorando. Me abrazó muy fuerte como si no me hubiese visto en años.

-"Mamá.. que sucede? Paso algo malo?" – No sabía que le había pasado en mi ausencia como para que se pusiera así. Por que habría estado llorando?

-"Oh Kouichi es que… Sentí como si te hubiera pasado algo malo, no sabía a donde habías ido tampoco, te pudo haber pasado cualquier cosa. Dime que haría yo sin ti? Eres mi único hijo ahora”

-"Mamá, no tenías que preocuparte así, mírame, ya estoy grande, puedo protegerme solo. Si me ves bien te darás cuenta que estoy bien, nada malo me ha pasado". – solo le dije eso para no preocuparla pero algo me decía que no debía haber hablado tanto. Como si alguien tratara de contradecirme sentí cierto odio hacia mí, como si hubiera hecho algo malo, como si me quisieran castigar. Me empezó a doler todo el cuerpo y sin darme cuenta me encontré en el piso chillando de dolor, debí haberme aguantado un poco por que con eso asusté a mamá pero aún así no lo hubiera aguantado mucho por que el dolor se hacía cada vez peor, no lo hubiese podido soportar.

-“Kouichi, Kouichi que te pasa? Que sientes?” – todas sus preocupaciones se materializaron. Era terrible verla llorar. Yo era su único hijo por ahora pero comprendía que debía ser traumático para ella perderme a mi también pero de pronto como vino el dolor se fue. Me empecé a sentir mejor así que traté de pararme y tranquilizarla. Me miro y me volvió a abrazar esta vez con más fuerza que nunca. - "Kouichi que fue eso? Te sentías mal y no me dijiste nada? Déjame chequearte!” – Puso su mano en mi frente para medir mi temperatura, tenía razón tenía fiebre ahora. - "Tienes fiebre, ven, te llevaré a tu cama. Te traeré una taza de chocolate caliente en un minuto o prefieres te?

-"Mom no te preocupes, estoy bien, solo me siento un poco mareado nada más”. – Eso era la verdad, era solo un mareo pero no sabía por que si me había sentido bien durante todo el día. Mamá me miró confundida. Pero era mejor seguirle el juego – “prefiero chocolate, me gusta más que el te”. – Camine hacía mi cuarto sin poner mayor resistencia pero me empecé a sentir enfermo. Había estado muy bien y de pronto me había enfermado de pronto.

Me recosté en mi cama cuando entró mamá trayéndome el chocolate caliente, unas pastillas y frazadas extra para abrigarme. Tanta atención me ponía más enfermo, sabía que mamá me quería un montón por que por años había sido su único hijo pero era raro ahora que sabía que tenía un hermano gemelo ella siguiera dándole tanta sobre protección. Para ella esto seguro era como un desfogue mostrando todo el amor que no le pudo brindar a mi hermano, ella me lo da a mi. Me gustaba recibir afecto de su parte, se sentía bien pero no podía evitar pensar en Kouji que por lo que sabía ni siquiera recibía un caramelo por navidad.

Su hermano… Donde estaría ahora? Era obvio que Kouji no la había pasado tan bien como él según lo que le había dicho Takuya. Papá no era un buen hombre como ya me lo había imaginado, en el fondo hubiera querido que solo fuera mi imaginación, algo inventado por mi. Lo odiaba por lo que le había hecho a mi mamá y a mi hermano, mamá estaba a salvo de él pero Kouji no, tenía que salvarlo del infierno en el que vivía. Yo de alguna manera sabía, no, sentía que Kouji felizmente vivía no tan lejos de mi, por lo menos vivíamos en la misma región, lo sentía bastante cerca pero pensándolo bien, podría ser que en este momento el también estuviera enfermo. Eso también podría ser que estuviera de alguna forma experimentando algún tipo de sufrimiento? Tenía que ser eso, sino de que manera podría justificar el dolor que sentí ahora último en la sala. Tenía que contarle a Takuya de mi descubrimiento, estaban tan cerca ahora de encontrar a su hermano… después de todo este dolor no me cayó tan mal, tuvo su lado bueno.

Al día siguiente cuando me levante no me sentí enfermo, mamá estaba bastante sorprendida con eso tanto así que se negaba a que saliera al colegio, al menos por este día. No la podía persuadir así que le hice caso y me quedé en casa. Sabía de todas formas que Takuya vendría a verme después del colegio y así fue. Nos pasamos hablando entre susurros toda la tarde entre las cosas del colegio, las tareas que los profesores habían dejado. Mamá nos dejo solos para que hiciéramos las tareas tomando como excusa que tenía que comprar algo. Según ella tenía que alimentarnos apropiadamente por que estabamos haciendo un desgaste mental, no podía dejar de preocuparse por mi por la misma carencia de Kouji, de repente el estaba pasando hambre…

-"Bueno que querías contarme?” - Takuya no se podía resistir ni un minuto más, tenía que saber los detalles de todo lo que había sucedido ayer. Le conté todo lo más rápido que pude, lo que sentía y suponía. Takuya no podía creer lo que le contaba por momentos - "Todo esto que me estas diciendo es increíble, siempre creí que esas cosas entre gemelos eran una total basura, que era simple coincidencia. Ahora que vamos a hacer? Esperar a que tengas otra sensación para seguirla?”

-"Bueno, había pensado algo parecido a eso pero la verdad que no se. Si espero por una señal que haríamos en ese tiempo de espera? Todo puede pasar en ese tiempo, no sería justo para Koujihacerlo esperar de ese modo, tendríamos que seguir buscándolo mejor. De repente mañana podemos regresar a ese mercado y esperar a que vuelva a pasar por ahí” – esa era una buena idea por mientras al menos. No podían desperdiciar tanto el tiempo, cualquier cosa podría pasar, de eso si estaba seguro

-"Esta bien por mi entonces, pero no sabemos si tu mamá te dejara salir mañana de tu casa”.

-"Si lo hará, no te preocupes por eso, ya verás” – La verdad yo era el que esperaba eso por que sino no sabía como iba a seguir buscando a Kouji.

La tarde transcurrió tranquila como siempre, para suerte estuvo de mi lado y mamá me dejo salir de casa. No me pude concentrar en el colegio pensando en la tarde, los profesores me llamaron la atención un montón de veces algo según Takuya demasiado raro. Después del colegio salimos apurados hacia el mercado cuando llegamos no vimos nada sospechoso y a pesar que buscamos adentro no dimos con él así que nos sentamos en una caja afuera del mercado a esperar que pasar por ahí. Paso un montón de tiempo pero de Kouji ni los pelos, la gente entraba y salía rápidamente por el frío, todos querían regresar a sus casas, salían con varias bolsas, algunas veces cajas con comida. Algo debía de estar mal con él, de repente seguía enfermo. Takuya llamo mi atención de un codazo.

-"Mira por allá! Que me lleve el diablo si ese no es tu papá Kouichi! Esta llevando un paquete… no, corrección no es un paquete… es Kouji! Por Dios esta muy cambiado, casi no lo reconozco"

-"Donde, donde? No lo veo! Donde?” – No lo podía ver. Un montón de gente pasaba ahora en frente de nosotros como si fueran torres con sus bolsas y cajas. – “Donde? Donde esta mi hermano?”

-"Allí! Se estan metiendo a ese carro blanco!” – ahora podía ver algo pero ya era tarde para notar más cosas. Lo único que pudo ver de su hermano era una poco de cabello, un brazo que se negaba a subir al carro, un brazo delgado y golpeado. Takuya y yo corrimos detrás del carro pero no lo pudimos alcanzar por que arrancó. Takuya me agarró del brazo deteniéndome pero no quería hacerle caso, yo quería correr pero no tenía fuerzas, caí de rodillas a esperar que algo pasara… cualquier cosa.

-"Vamos Kouichi, no me hagas esto. Nosotros estamos perdiendo el tiempo aquí, vamos a buscar un taxi mejor” – escuchaba a grandes rasgos lo que decía pero mi cuerpo no quería obedecer, no tenía conciencia de mis actos en ese momento - "Por que tenía que hacerme amigo de un par de gemelos? Kouichi por favor levántate! Que le voy a decir a tu mamá?”

Kouji´s S.O.S

Cuando me levante no recordaba nada. Tuve que esperar un minuto para que las imágenes de lo que había pasado vinieran a mi recuerdo. Mis recuerdos se vieron corroborados cuando vi el charco de sangre otra vez en el piso. Aún tenía el sabor a sangre en mi boca, detestaba ese sabor, me dieron ganas de vomitar, gatee como un bebe por la sala, papá seguía ahí durmiendo en el sillón, seguí mi camino por el piso hasta que llegué a mi cuarto, me sentía mareado, puse mi mano en mi frente y estaba caliente. Me mire al espejo, mis ojos estaban hundidos y brillantes, mi cara estaba sonrojada a pesar que habían moretones en ella. mis manos seguían frías a pesar que mi frente ardía. Tenía que hacer algo para curarme por que papá no movería ni un pelo para eso. Por otro lado que sentido tenía curarse? Era mejor morir ahí, la vida no tenía un sentido para mi. Ya no me importaba nada en este mundo, nada me ataba a el. No le importaba a nadie, ni siquiera a mi mamá que parecía importarle más el oso que yo. Mi cabeza me dolía demasiado. Decidí curarme para evitar este dolo, no por que quisiera seguir con vida.

Me fui al baño a lavarme la cara pero papá me empezó a llamar. Tenía que ir a ver que quería, seguramente nada bueno para mi. Si no iba sería peor. Antes de ir a la sala a responderle a papá le di una mirada para ver si la situación sería favorable pero no estaba por ninguna parte. Donde se habría metido? No tuve que esperar mucho tiempo para verlo de nuevo. Una mano conocida me empezó a apretar el cuello mientras que la otra intentaba triturar mis huesos. Comprendía muy bien el significado de ser una bolsa de boxeador el problema era que jamás se lo podría contar a alguien si me dejaba sin aire. Traté de que dejara de apretar mi cuello pero sus manos eran demasiado fuertes. De la nada me soltó, quizá sería por que me estaba empezando a poner morado, la cosa era que podía por fin respirar aunque hubiera sido más piadoso matarme en ese momento por que no paso mucho tiempo para que la cosa se pusiera peor.

Era un misterio para mi el motivo de su odio, lo único que le gustaba a papá de mi era hacerme sufrir. Me levantó del cabello y con la misma fuerza me estrello contra la mesa de la cocina, la silla, el sillón, las puertas, todo con lo que podía estrellarme de la cocina. Me agarró y me echó en la mesa. Estaba totalmente borracho, ese olor era imborrable en el, ese olor siempre me recordaba la miseria en la que vivía, me recordaba tantas cosas feas de mi niñez inconclusa. Sus manos estaban alrededor de mi cuello otra vez, al parecer quería reventar mi cabeza contra la mesa, empezaba a perder mis sentidos en especial el tacto, era delicioso no sentir nada. Iba a morir ahora? Había estado esperando este momento desde siempre, al fin una oportunidad de escape me sonreía, había esperado este momento desde hacía seis años.

-"deja de sonreír idiota! Que te parece tan gracioso?” – sonriendo? Había estado sonriendo? Como pude haber hecho eso? Si había algo prohibido en la casa eso era cualquier tipo de muestra de felicidad, nadie podía ser feliz en mi casa. Pero ahora papá me haría pagar el precio de ser feliz. Había estado esperando por una excusa para castigarme, cerré mis ojos esperando el golpe… pero nunca llego. En su lugar una mano me hizo sentir como un niño común. Sentí una caricia a la que tranquilamente me podía acostumbrar, se sentía bien recibir un poco de afecto de vez en cuando pero ya sabía que algo no andaba bien, no era normal que su papá lo tratará así. La mano le acariciaba la cabeza pero poco a poco iba bajando. Sabía que esto no estaba bien, antes había tratado de frenar el abuso y le había resultado imposible principalmente por la fuerza, el era mucho más fuerte que yo. Pero que podía hacer, imposible detenerlo, estaba demasiado caliente para eso. Otra vez sus manos me arrastraban con él mientras que su boca no me dejaba respirar, mucho menos gritar por auxilio. Su mano me empezó a recorrer por partes donde jamás le había permitido. Como podía hacerme esto, yo que era su hijo! Pero en verdad lo era? Por ahora parecía no recordarlo. Trataba de safarme pero no podía, pesaba demasiado, quería llorar.

-"Mi hijita quiere llorar? Pero no tienes por que llorar, aún no te he hecho nada muy duro o si?” – Si quería salir de ahí tenía que hacer algo, incluso algo bastante suicida como darle un rodillazo en la parte baja cosa que hice apenas pude, salte de la mesa y corrí hacía la puerta principal para salir de una vez de esta maldita casa. Lo malo era que estaba cerrada. De repente podía correr y salirse por la ventana del baño. Pero todo esto quedo en una posibilidad reducida por una silla que golpeo contra mi espalda. – “Tratando de huir chiquita? Eres una mala niña. No deberías haber hecho eso, bueno ahora te has ganado un pequeño, no, un gran castigo! No te voy a mentir, te va a doler mucho pero tu sabes que es por tu propio bien y para mi placer”.

"Déjame ir! Déjame ir!” – pero era muy tarde ya me tenía atrapado y me llevaba cargado. Por más que forcejeaba no me podía bajar. Me acorralo entre la puerta y la pared para entrar en su cuarto.

Me echo en su cama y me jaloneaba la chaqueta, me sacó el polo a tirones, me jalo el pantalón… mi ropa interior también. Nunca me había sentido peor en mi vida, ahora si no me importaba nada, solo quería morir. Me amarró a los palos de la cama con lo que tenía a la mano que era mi propia ropa. Me metió una media a la boca para que no gritara y alarmara a algún vecino. Me dejó ahí en la cama mientras a duras penas se sacaba su ropa, fue un espectáculo horrible, cuando terminó se me acercó y se sentó encima mío, yo no quería verlo. Estaba decidido a hacerlo, lo veía en su cara. Me cacheteo hasta que sentí las mejillas rojas. Se me acerco más con su nauseabundo olor y me beso a la fuerza, introdujo su lengua en mi boca…

No se cuanto rato duro eso y tampoco quiero saberlo, quiero olvidarme de todo lo que paso en ese lugar. Lo primero que vi fue su cara junto a la mia, tenía ganas de gritar, en el fondo quería que hubiese sido una pesadilla. Su mano me tapo la boca y una lengua volvió a forzar su entraba en mi. Tenía que abrir mi boca para poder respirar, abrí la boca después de arrepentirme diez mil veces. No pude respirar debidamente después, tenía que hacer algo para que me dejara en paz pero sus brazos me tenían atado a él. No tenía más opción que aguantar un rato más y esperar una oportunidad… así sufriera después una golpiza, todo era mejor que esto. Me encomendé a todos los ángeles existentes para que todo saliera bien y le mordí la lengua.

Gritó. Traté de levantarme para correr pero había algo de lo que no me había percatado. Mi papá, que había estado encima mio había entumecido mis piernas y ahora no las podía mover. Me di cuenta de la estupidez que había cometido, esta vez no tenía salvación, iba a morir. En medio de todo los golpes me hicieron olvidar un poco el dolor que había sentido antes. No paro de pegarme hasta que estuvo seguro que no podría moverme más. En verdad no debí hacer eso ya que eso le dio más oportunidad a él para aporvecharse de mi.

Primero que nada me dejo solo un instante pero regreso con algo escondido tras su espalda. Me agarró y me puso al filo de la cama. Abrió mis piernas en el aire. – “No puedes decir que no te lo adverti. Siempre te dije que tenías que ser una buena niña y no hacer enojar a papi, pero tu no me escuchaste. Ahora tienes que afrontar las consecuencias de tus actos” – Cerré mis ojos para no ver, el dolor era extremo. Grite como un loco hasta que me quede sin voz. Me dolió tanto que hasta le rogué que me dejara, que aunque sea dejara de hacerme lo que estaba haciendo ahora pero no me hizo caso.

Mi papá estaba con una cara perdida en el limbo. Me daba asco mirarlo. Le gustaba verme sufrir, disfrutaba cuando gritaba. Lo que más me dolía no era el hecho que no me quisiera ahora, me dolía la brutalidad con la que entraba y salía de mí. No se que tanto así de ese modo pero me dolía un montón, se movía demasiado, pero estaba confundido. Me dolía todo el rato pero por momentos me empezaba a acostumbrar a eso, no se sentía tan mal, después de un rato por fin paró. Me miro cansado aunque el más agotado era yo creo. Después de eso el se paró a mi lado, yo no sentía las piernas. Piro entre mis piernas sorprendido al parecer, me arme de valor para ver lo que él veía. Sangre… mi sangre en las sábanas. Me sentí sucio, cochino, no merecía nada. Me miro con cara de felicidad, yo no comprendía nada de lo que había pasado como para que estuviera tan feliz. Saltó encima mío y volvió a repetir mi castigo. No podía oír mis lágrimas cuando le decía que parara, que ya no podía más, que me dejara morir.

A la mañana siguiente todo me dolía, no me podía parar. Mi papá me había violado y lo peor de todo aún seguía acostado a su lado o más bien debajo de él. Tenía que salir de ahí, quería ir al baño a vomitar todo lo que tenía adentro, no importaba si vomitaba mi estómago también. Traté de salir de mi incómoda posición sin despertar a papá pero era tan imposible como pararme solo y sin ayuda. Mis piernas no me querían sostener y temblaban como gelatina, termine en el piso. Traté otra vez pero esta vez las forcé demasiado por que sentí un dolor espantoso en ellas. Tomé valor y me agache a ver que había ahí, me asuste cuando vi que seguía sangrando, papá me había hecho una herida interna al parecer. Cuando por fin pude dar unos pasos papá también estaba de pie.

Papá me miraba como si yo fuera un juguete nuevo, lo podía sentir. Empecé a temblar cuando vi que se acercaba a mi. Me puso una mano encima de mi hombro como tratando de relajarme – “Ayer fue un gran día hijo. Estaba tan borracho que te confundí con tu mamá. Te ves exactamente como ella con tu cabello largo y negro, tus ojos azules… por ahora no me importaría que tu fueras mi pequeña perra, prostituto barato… empieza a saltar así como lo hiciste ayer, se que te gusto sabes… por eso también estas sangrando” – Me sentí horrible, quería que dejara de decir esas cosas tan feas, quería llorar, quería morirme ahora mismo.

Sabía que no me podía resistir, cada intento era una esperanza muerta para mi. Mi papá me empujo en la cama, otra vez quedé al filo con mi papá cerrándome el paso. – “Te dire lo que vas a hacer. Primero lo que tienes que hacer es…” - con solo oir sus palabras ya me daba mucho asco. – “Entendiste?” – No podía hablar para decirle si o no. La idea era repulsiva – “Esta es la parte cuando tienes que responderme perra. Tienes que decir: Si mi señor Haré todo lo que me diga. Ahora dilo!”

-"Si mi señor. Hare todo lo que usted me diga” – ya no quería hablar si tenía que decir eso. Era su hijo pero no era un mueble más.

-"Eso es. Ahora empieza a hacer lo que te dije” – Si las indicaciones eran horribles esto definitivamente era peor. Hice exactamente lo que me dijo, no me gusto el sabor para nada y mucho menos cuando me comenzó a embarrar la cara con eso. Papá estaba demasiado prendido como para pedir que se detuviera. Cuando por fin detuvo la cosa me empujo en la cama y se echo encima mío. Me mordía el cuello mientras unos de sus dedos intentaba entrar en mi, me dolía pero a la vez no se sentía mal… me daba asco pensar en que me podía llegar a acostumbrar. Al parecer mis gemidos alentaban a papá para que fuera más brusco conmigo, cada vez me metía más dedos. No se que ganaba con esto, sus dedos se movían en mi como si hubiera perdido algo ahí dentro. Sacó sus dedos, pense que había acabado pero esto solo estaba comenzando. Me abrió las piernas y empezó a lamerme, sentí su lengua penetrándome, me empecé a relajar, mi respiración se elevaba con cada lamida, sin querer mi miembro se empezaba a elevar, me sentí mal conmigo mismo. Trate de calmar eso pero entonces entro como ayer.

-"Por favor… detente! Deja de hacer eso, por favor! Me duele!” – no podía tratar de hacer como si no hubiera dolor. El dolor me comenzaba a cegar, sentía que me moría… Gracias Dios por existir…

su papá entraba y salía de él ignorando las suplicas de su hijo. Le gustaba escuchar su dolor. La última vez lo izo con bastante fuerza y sintió como se rompía por dentro. Salió de él y vio lo que había hecho. Su hijo al que prefería pensar era mujer(esto se los explico abajo) estaba sangrando como loco. Se veía muy mal. Tenía que hacer algo sino ella podría morir y el se quedaría sin su juguete. Se vistió el primero y luego la vistió a ella con las ropas que le había quitado la noche anterior. Agarró una frazada y la envolvió con eso, salió con su hija en brazos y corrió para buscar un taxi. En el camino pensaba a donde podría llevarla, tenía que ser un lugar discreto, donde no le hicieran muchas preguntas y de pronto se acordó. El tenía un amigo que trabajaba como doctor en una posta, el entendería su situación y lo ayudaría. Lo malo era que le pediría una paga y el ahora no tenía mucho dinero… aunque de repente podían llegar entre los dos a un acuerdo con su hermosa hija

Siguió caminando hasta que llegó al mercado, ahí parado había un taxi blanco. Le pidió al chofer que lo llevara con su amigo, el hombre conocía la dirección y le ofreció un buen precio. Aceptó y entro al carro con su hija en brazos. Cuando iba entrando escucho la voz a lo lejos de un niño, de repente ese niño había visto a su hija y ahora quería verla, estaba interesado en ella, pero nunca dejaría que alguien se la quitara. Ella era de él, su padre, y él la amaba, ambos eran una pareja ahora unidos por algo más que palabras. Ella le había entregado algo muy preciado para ella, su virginidad y eso era un lazo para toda la vida, nadie los iba a separar…

Capitulo 5

Kouichi

Genial! Estaba apunto de ver a mi hermano por primera vez y la oportunidad se me fue de las manos. Volvimos a mi casa mi mamá un poco que se espantó al verme mojado, por que caí en la nieve, ella trataba de ver por algún modo si me había hecho daño, no quería hacerlo de frente por que sabía que no me gustaba que se preocupara tanto por mí. No era que no me gustara que ella me cuidase, no, es que no tenía nada serio por ahora. Mamá se estaba empezando a calmar de la preocupación, me di cuenta por que nos ofreció para comer algo antes que Takuya regresara a su casa. Takuya muy suelto acepto la comida, sería muy raro que se negara a ella. Por suerte a él no se le escapó nada de lo que ocurrió en el mercado, si su mamá se enteraba se pondría a llorar seguro. Yo sabía al igual que él que Kouji no estaba bien cuando lo subieron a ese taxi, según palabras del propio Takuya lo más probable era que estaba más que mal para que papá lo sacara en ese estado, lo más probable que su destino era algún hospital o algo así como una posta médica donde la gente de bajos recursos podía acudir.

Si sus suposiciones eran correctas entonces mañana irían a buscar a Kouji a todos los lugares posibles, como después del colegio tenían tiempo suficiente no había ningún problema. No podía esperar más para mañana…

Cuando Takuya por fin se fue a su casa me quedé solo en mi habitación. Empecé a pensar en Kouji, me preocupaba como estuviera él ahora. Ya estaría mejor? Escuche unos llantos y venían de la sala. Salí de mi cuarto y fui a revisar. Sabía que mamá lloraba por algo pero no sabía que era lo que lo causaba. Habría estado tan preocupada por él? El no estaba mal como para que ella se pusiera así. Me senté a su costado y le puse mi mano en su hombro para que notara mi presencia. Ella empezó a llorar más fuerte que antes, me abrazó, no sabía por que ese arranque de tristeza, no sabía que hacer. – “Mamàya esta bien. No te tienes que preocupar tanto por mi, me puedo cuidar solo sabes?” – pero ella seguí llorando. De repente yo no era su preocupación. – “Hay algo mal mamÿ Que pasa?”

"Eso es justo lo que te quiero preguntar a ti! Se que me escondes algo y quiero saber que es! Soy tu mamá y se que algo te fastidia. Sé que estas tratando de encontrar a tu hermano y eso es lo que más me preocupa. No sabes a que clase de hombre te vas a enfrentar, tu papá no esta muy bien de la cabeza. Solo sé que algo malo te puede pasar si te encuentras con tu papá”.

"Lo sé. Sé que papá esta ahora mismo en esta ciudad y sé que mi hermano esta con él. Sé que a él no le preocupa la vida de Kouji, él no sabe nada de ti ni de mi por ahora. Tenemos que sacarlo de donde papànos iremos a otro lugar, nos perderemos por ahí, nunca nos encontrará”.

"No entiendes en lo que te estas metiendo!"

"Y que es lo que tengo que entender? Es muy simple mamàsolo escapamos con Kouji y ya esta!”

"No podemos hacer eso Kouichi. Mira, si te ve te matara. Tu y tu hermano son las cosas que el más odia. Ya ha tratado de matarte con la almohada una vez pero no pudo por que yo se lo impedí. Cuando se fuey se llevó a tu hermano me dijo que tu serías mío y el se encargaría de Kouji con la diferencia que él sería de su propiedad. Ni tu ni yo no sabemos como, pero el tiene la custodia de tu hermano y ninguna prueba de algo en contra suya, ante los ojos de la ley él es un padre ejemplar. Así fuéramos a su nos lleváramos a tu hermano tu papá nos encontraría y se volvería a quedar con él. Tiene todas la de ganar”.

"Osea que es mejor dejar a mi hermano con él por que resulta que Kouji no tiene vida propia por que es propiedad de papÿ Es mejor que lo maten entonces si no puede aspirar a algo mejor. Lo mismo para ti conmigo? Mira mamàyo sé que mi hermano no ha tenido una vida muy divertida viviendo con él y la verdad no se como pero lo voy a probar ante todos. Se merece una vida mejor”.

"Entiendo eso, se como te sientes pero tienes que entenderme ahora. Si te llegara a ver cerca de él te matarày yo le creo eso, cuando el dice algo lo cumple. Si te mata entonces que voy a hacer? Sabes que fue horrible para mi vivir todo este tiempo sin tu hermano, será peor sin los dos. Me volvería loca si el loco de mi ex marido viene y te mata a ti también, me muero si te pasa algo, no puedo vivir sin ti!”

"Mamàte quiero mucho pero tu sabes que mi hermano se merece algo mejor. Por favor, por lo menos déjame ver si puedo hacer algo por él, tal vez solo hablar, de repente él podría dar parte a la policía. Lo pondrían en la cárcel!”

"Estas soñando despierto. Tu papá sabe como ponerse piel de cordero cuando le conviene. Pero esta bien, has lo que quieras pero por favor, prométeme que no dejaras que te pase algo, escapa apenas puedas!”

"Es una promesa entonces”.

Me fui a dormir tarde esa noche. No podía creer que después de tanto tiempo mi mamá aún le tenga miedo a ese hombre. Mañana sería de todas formas un nuevo día y de todas maneras salvaré a mi hermano.

A la mañana siguiente salte de la cama y me alisté rápido para ir al colegio. Como siempre tome mi desayuno con mamàagarré mi maleta y salí, mi mamá me atrapó y me dio un fuerte abrazo como si no me fuera a ver en mil años, a veces exageraba un poco pero aún así le dije que todo saldría bien, que no se preocupara tanto.

Estaba en mi camino diario a clases, me empecé a sentir mal pero no era como si yo estuviera enfermo, no tenía razón para estarlo, tenía ganas de botar mi desayuno cuando Takuya me sorprendió. Me miro y se dio cuenta que me sentía mal tanto así que me pregunto.

"Si estoy bien, de repente el desayuno me cayo mal”.

Seguimos caminando mientras le contaba a Takuya la conversación que había tenido en la noche con mi mamá. Takuya miraba al piso como si hubiera algo más interesante ahí – “Hey, que hay de malo Takuya? Estas preocupado por algo más?”

"Sabes que? Tu mamá tiene razón ahí. Me podrás decir cualquier cosa después pero primero escucha ok? Mira es verdad que tu papá es un hombre de palabra, es muy violento pero más que eso es brutal y no le importa si eres su hijo o no, si te ve alrededor de su casa lo más seguro es que te mate”.

"Ok Si me va a matar solo por estar cerca de su casa entonces por que tu no estas muerto?” – Takuya me miro con una de esas caras que uno usualmente pone cuando la gente no oye tus consejos.

"Eso era diferente. Verás, cuando yo iba a su casa estaba con Kouji y tu papá no estaba por ahí”.

"Exacto! Eso es! Crees que soy lo bastante estúpido, ni loco voy a entrar a su casa cuando el este ahí, entraremos los dos cuando el se halla ido”.

"Y crees que sobreviviremos después? Ese hombre es un demonio, lo sabe todo y se puede aparecer como por arte de magia en cualquier momento. – “Y por supuesto te estas olvidando de algo muy importante".

"Que?"

"Tu no sabes donde viven… o si?”

Eso era, se había olvidado de ese pequeño detalle, no sabía donde vivían. Takuya notó mi olvido por que se empezó a sonreír con esa característica mirada de ‘Te lo dije’. Por ahora solo seguimos nuestro rumbo hacia el colegio ya que no podíamos faltar a clases, ya nos ocuparíamos de ese pequeño detalle después. De repente podíamos continuar con el plan del otro día de esperar a que Kouji pasara por el mercado, pero si no se aparecía? Me senté en mi carpeta para pensar con más detenimiento pero me era inútil. Traté de prestar atención a lo que la profesora decía mientras hacía como que escribía apuntes en mi cuaderno, más bien lo rayaba pero cuando me di cuenta otra vez tenía un gran hueco en las hojas y a la profesora detrás mio mirándome, pero no era la única, todo el salón estaba pendiente de mí. Me disculpe con ella por mi falta de atención pero igual me castigo.

El resto del día fue parecido, la verdad no podía prestar atención, lo tenía que reconocer. Al término de las clases convencí a Takuya para ir de nuevo al mercado a ver si Kouji pasaba hoy por ahí pero mi querido amigo Takuya me pidió ir a comprar algo para comer primero por que se moría de hambre, el siempre tenía hambre. Fuimos donde el Sr. Yoshima para ver que podíamos comprar para aplacar su hambre por que su estómago hacía todo tipo de ruidos. El señor Yoshima estaba sentado en una esquina de su tienda arreglando unas cajas.

"Hola! Buen día señor Yoshima. Mi amigo aquí se muere de hambre y quiere comprar algo para calmar su tenia. Tiene esa bolsa gigante de galletas que me ofreció el otro día?”

"Eres Kouichi… no?”

"Si, quien más podría ser?”

"Que bien! Gusto de ver después de tanto tiempo, ya no vienes a verme. Disculpa que no te haya reconocido pero hoy no traigo mis lentes, creo que necesitan un cambio”.

"Por que? Yo creía que usted tenía muy buena vista. No veía bien con los anteriores?”.

"Si, eso creí pero tú no sabes lo que me paso el otro día…”

"Creo que debe ser una historia fascinante y me encantaría escucharla pero ahora estamos algo apurados Sr. Yoshima”.

"Ok te comprendo. Aquí están las galletas para tu amigo. Si tienes tiempo después ven para contarte mi increíble historia, te aseguro que te dejara con la boca abierta de la impresión”.

"Ok vendremos en unas horas sin falta”.

"Los esperaré entonces”.

Nos fuimos de la tienda del señor Yoshima y nos fuimos corriendo hacía el mercado. Nos sentamos en el mismo lugar de la vez pasada a esperar algún tipo de milagro. Nos quedamos ahí sentados un buen par de horas pero Kouji nunca apareció. Lo que me extraño fue la mirada de uno de los hombres que trabajaban en el mercado, me miraba como con odio, como si no viera la hora de que me fuera. Por que le incomodaría tanto mi presencia?

"No te dije que nunca volvieras? Vete de aquí de una vez ladrón o recibirás otra paliza igual que la vez anterior!”

No sabía que estaba queriendo decir este hombre y la verdad no quería saberlo. Takuya me dijo que mejor nos regresáramos a casa ya mañana volveríamos a intentar suerte sin este hombre detrás de nosotros. Me pare y nos fuimos rápidamente. Takuya prefirió venir conmigo a mi casa para hacer la tarea juntos pero en el camino recordé que le dije al señor Yoshima que regresaría a su tienda. Los dos hicimos la parada ahí para escuchar la historia que nos contaría, las historias del señor Yoshima siempre eran las mejores.

"Enonces como empezaba su historia?”

"Oh regresaron! Espléndido! Por que no se sientan por ahí, voy a ir por algunas galletas para que coman algo”.

"Genial!" – esas palabras salieron desde el fondo del corazón de Takuya que para esos momentos estaba localizado en su estómago.

"Que le paso el otro día?" – No sabía si estaba seguro de querer escuchar la historia. Por lo general eran buenas pero estaban llenas de ciencia ficción, puras fantasías o cosas aburridas que a veces le pasaban, no estaba muy de humor para eso.

"Ya verás, no me vas a creer lo que ví. El otro día yo estaba limpiando la tienda como siempre lo hago con mi escoba. Empecé por la calle y recordé que tu mamá te estaba buscando, ella me había dicho que si te veía te dijera que la fueras a buscar…”

"Y que más? Eso siempre pasa, mamá siempre me esta buscando para ver donde estoy”.

"Shhh! Espera a que te termine de contar. Como iba diciendo yo estaba limpiando por el lado de la calle primero cuando de pronto te vi! Pero te miré bien a los ojos y me di cuenta que esa persona no eras tu. Tu sabes, tus ojos eran más brillantes y con más vida que esos que vi. Esos ojos también eran preciosos pero eran muy tristes" – empecé a hundirme en esas palabras, el señor Yoshima había visto a mi hermano, eso significaba que Kouji estuvo por aquí, no podía creerlo. – “Pero tu sabes lo más gracioso de todo esto? Ese chico que era igual a ti era la chica del otro día! Te acuerdas de ella? La chica que entró a robar a mi tienda. No era una chica, era un niño! Increíble verdad?”

Estaba completamente atontado. No me pude mover al principio y me sentía débil y tembloroso por al noticia. Mi hermano, Kouji era la chica del otro día, la que conocí hace meses, el era la chica que caminaba en la nieve sin más abrigo que una casaca de tela, como había podido ser tan ciego de no darme cuenta que era él!

"Kouichi te encuentras bien?" – Noté la mirada de preocupación de Takuya – “No te ves muy bien”.

"Estas sorprendido por mi increíble historia verdad? Siempre dejo a mi público así, desde que era más pequeño”.

"Takuya no la captaste?” – al fin podía hablar de nuevo – “Es él! La chica! Mi hermano, Kouji!” – Ahora Takuya recién empezaba a captar la información pero el señor Yoshima no entendía que estábamos hablando. – Nos tenemos que ir ahora! Se donde vive. Gracias por la historia, en verdad es excelente!”

"No es nada, pero sabes que no entiendo nada. Tu no tienes hermanos!” – Pero solo alcanzamos oír eso por que ya estábamos como a dos cuadras como para responderle. Takuya corría tan rápido como podía pero yo iba más rápido que él.

Corrimos si detenernos hasta que paramos frente a la casa vieja y destartalada. Podía ver una pequeña luz prendida, aparentemente en lo que era el comedor o la sala. Me acerqué para ver mejor por la ventana pequeña pero takuya me agarró por el brazo. – “Estas loco? No vas a entrar a esa casa. Primero evaluemos como son las cosas adentro y mientras tanto me vas a contar todo ese rollo de la chica” – Tenía razón, tenía que actuar con cuidado para no preocupar a su mamá después. Le conté a Takuya todo lo que paso entre la ‘chica’ que era Kouji y yo. La ventana estaba medio abierta así que podíamos escuchar algunas cosas aunque con un poco de dificultad. Los sonidos casi no llegaban hasta nosotros, de repente mi papá no estaba en casa. Si no estaba entonces estaba ahí escondido perdiendo el tiempo, me atreví a mirar por la ventana para salir de dudas. No fue una buena idea y la peor parte era que mi hermano casi se desmayó cuando me vió, abría y cerraba los ojos como si no pudiera creer lo que estaba viendo.

Kouji´s S.O.S

No sé si se han dado cuenta pero es verdad cuando cosas buenas te pasan el tiempo transcurre más rápido, pero cuando te pasan cosas malas el tiempo transcurre demasiado lento, más que una tortuga. La cosas malas siempre me pasan a mí y no sé por que, de repente nací con un imán de mala suerte. Me dolía un montón la cabeza al igual que el resto de mi cuerpo. EN todo este letargo me sentía en movimiento, estaba en un carro o era mi imaginación? Era un carro, quería abrir mis ojos pero tenía una manta encima y no podía ver nada. El carro se detuvo de la nada, sentía unos dedos que jugueteaban en alguna parte de mi cuerpo, me cargaban como un bebé, podía oír voces de hombre donde quiere que estuviera pero por alguna razón no entendía lo que hablaban pero intuía que no era algo muy bueno… al menos para mí.

Sentí de pronto un frío en la espalda, me habían echado en una camilla fría, temblaba. Me quitaron la sábana que tenía encima, ahora mis ojos podían ver perfectamente la cara de mi papá y la de otro hombre, los dos a cada lado. Esto tenía que ser una pesadilla pero por más que me repetía eso no despertaba. Las pesadillas eran feas pero no te hacían daño y ese hombre me hacía llorar de dolor.

"Bueno querido amigo parece que solo es una herida bastante usual en este tipo de casos, lo que tienes que hacer es no darle con tanta fuerza, déjalo descansar un poco”. – este hombre tenía toda su mano dentro de mí como si buscara algo perdido y lo que fuere que hubiese perdido su mano me hacía doler demasiado. – “Tu no me engañas, tu hijo… perdón quiero decir tu ‘hija’ es muy bonita. Mira esas mejillas, que labios tan bien formados tiene…”

"Deja de mirar a mi hija de esa manera”.

"Ok. Pero como planeas pagarme, no me digas que no tienes dinero”. – El doctor miro a mi papàví la respuesta de él en sus ojos. – “Entonces como planeas pagarme? Por lo menos dame algo en retribución por mis esfuerzos”.

"Ok, Ok. Que quiere?”

"Que tal tu hija? Por lo menos una hora. Es lo menos que puedes hacer por mi”.

"No, hagamos algo más divertido. Que opinas si los dos jugamos un rato con ella? No me digas que nunca había soñado algo así, yp sé que sí”.

"Ok empecemos entonces!”

Los dos hombres se desvistieron mientras el doctor le ponía seguro a la puerta. Destrozaron la poca ropa que llevaba puesta. No quería que me pasara esto, traté de pararme y correr hacía la puerta pero estaba perdido, no había salida. El doctor me agarró de los brazos y mi papá de los pies, me dejaron otra vez en la camilla, mi papá tomo la situación primero sentándose encima mío mientras el doctor me traía algo. – “Esta droga nos puede servir, lo va a relajar”. – No quería tomar esa cochinada pero me obligaron y sin darme cuenta mi cuerpo ya no sentía nada, me sentía bien en ese aspecto pero estaba plenamente consciente de lo que pasaba conmigo, me hubiera gustado que esa roga me hiciera olvidar o no ver lo que pasaba, solo quería llorar pero esto no se iba a solucionar con mis lágrimas. Esto de no sentir nada era lo único positivo que podía encontrar, aunque no todo es lo que parece ser. El espejo del costado de la cama me mostraba todos los detalles sórdidos, los dedos del doctor escabulléndose dentro de mí, como me lamía mi papá. En un momento pararon, pense que ya todo había acabado, mi papá empezó a preparar algo… metió su miembro dentro de mí. Si no hubiese tomado eso antes ahorita estaría muerto de dolor, podía sentir a mí papá dentro de mí, moviéndose constantemente.

"Hey, hey! Cálmate un poco amigo, vas a romper de nuevo el juguete. Sal de ahí y déjame enseñarte como es que debes hacerlo” – Mi papá salió de mí y el doctor tomó su lugar. Tenía que reconocer que él no me hizo doler tanto, era algo más cuidadoso.

Fue la peor hora de mi vida. Me quería morir pero la gente no muere sin una razón, y si no tenía una razón entonces tenía que crearme una. Cuando por fin terminaron mi papá me envolvió otra vez con la sábana y me cargo como si fuera un bebé con la única excepción que si yo fuese un bebé mi papá no me metería los dedos constantemente.

En el camino a casa traté de dormir, no era que quisiese sino que antes de salir el doctor me hizo beber algo más de esa droga, me dio sueño. Cuando volví a abrir mis ojos estaba echado en la cama de mi papá. No me atreví a mirarme, me daba miedo ver que me podía haber pasado mientras estaba dormido, solo me limité a ver por la ventana y pude notar que era de noche. Lo mejor que podía hacer era irme de ese lugar, a donde fuera estaría mejor que en esta casa, para mi esto era una prisión eterna, como un infierno en la tierra.

Me paré y caminé como pude, me dolía más fuerte entre las piernas y sabía muy bien la razón. Estaba parado frente a la puerta de salida del infierno, a solo un paso de mi libertad, abrí la puerta y ahí estaba. La vida no era perfecta, la felicidad era algo que solo me podía pasar una vez en un millón de años, por ahora la puerta estaba con seguro, mi huida tendría que esperar. Tenía que salir de ahí ahora, una puerta con seguro no me podía detener. Me fui hacía la ventana del cuarto de papá pero él entro para detenerme.

"Oh ya te despertaste! Perfecto! Quieres comer algo? Si quieres comer algo entonces toma un baño antes por que estas muy sucia y despeinada. Es más yo mismo te bañaré. Y adivina que! Te he comprado un bonito vestido para que lo uses! Espero que te quede. Ahora vamos al baño!”

Por supuesto esto fue algo más parecido a una pesadilla que un baño pero no podía hacer nada para detenerlo. Mi papá me paró encima del inodoro como si fuera un bebé. Me preparó el agua caliente y se volteó para verme. – “Quieres que yo te saque tu ropa? Ah bueno lo haré por ti mi amor. No se que una chica como tu insiste en usar esta ropa de niño. Las chicas lindas no usan boxers” – cuando termino todo su rollo del vestido me cargo y me metió al agua caliente. En verdad estaba muy caliente, mi piel se empezó a poner roja y traté de salir de la tina. – “Esta muy caliente para ti? Lo enfriare un poco entonces” – cuando termino de enfriar el agua me volvió a meter a la tina. No me atreví a moverme otra vez. Las manos de mi papá se metían por todas parte, me hacían llorar. Cuando termino de bañarme me paro encima del inodoro otra vez para secarme pero cambio de opinión, esta vez me sentó con las piernas abiertas. Miré hacía el techo mientras sentía la lengua de mi papá adentro de mí, su boca me comía lenta y dolorosamente, por que no me caía el techo encima y me mataba de una buena vez?

Mi papá me cargo hacía mi cuarto esta vez y me sentó en mi cama. Me puso al costado una bolsa de papel. – “Quiero verte con ese vestido puesto” – Luego camino hasta el otro lado de mi cuarto y se sentó en una silla para verme vestir. Yo no quería ponerme ese vestido, mucho menos delante de él, yo no era una niña como para usar esas cosas. Pero también podía ver que mi papá se ponía ansioso para verme en ese vestido. Se paro, abrió la bolsa y me mostró el vestido, luego camino a mi ropero para buscar algo. Me agarró por el cabello para hacerme parar. – “Te estas comportando como una niña muy mala, ya que no te quieres vestir… te vestiré yo también”. – y así lo hizo. Me vistió con una medias blancas, un vestido azul que me había comprado. – “Ahora donde esta tu ropa interior?” – Le señale el cajón donde guardaba mis boxers, me paré para ir por uno pero mi papá me cachetó tan fuerte que me tiró al piso. - "Entiende! Tienes que usar ropa de acuerdo a lo que eres… un niña! No tienes que usar boxers, pero no te preocupes, te comprare algunas mañana pero por ahora… no usarás nada. Ahora vamos a la mesa a comer”.

"No tengo hambre, me gustaría quedarme aquí”.

"Dije: A la mesa!” – No era justo, papá me obligaría a comer? El no quería comer… él quería comerme apenas pudiera, tenía que sentarme lo más lejos de él posible, sin ropa interior le sería todo más fácil.

Papá me sentó frente a él y con una orden me ordeno comer mi cena. Estaba nervioso de cómo pudiera reaccionar, tanto que sin querer tire mi vaso con agua. En otros tiempos esto hubiera significado irme a dormir sin comer pero esta vez yo era su plato principal.

"No te preocupes por eso querida, ven aquí para ayudarte a comer, siéntate en mis piernas para que estés más cómoda”.

"No, …estoy bien aquí…voy a limpiar todo esto”.

Me paré de la mesa y agarré el trapo para limpiar pero el brazo de mi papá me paro en seco tomándome por la cintura. – “Te dije que vinieras aquí y te sentaras en mis piernas… AHORA!” – No esperó a que limpiara nada, solo me sentó en sus piernas y comenzó a pasar su mano por mi cabello. Sentado ahí encima de él, sentía que algo quería penetrarme por debajo de la falda. Trate de no abrir mis piernas para que nada pasara. Papá intuyo esto y me agarró por la cintura y me sentó en la mesa.

Recodé que fue aquí mismo donde papá había abusado de él, y ahora como la vez pasada mi papá logró separar mis piernas, el vestido lo hacía todo más fácil para él. Mientras el se paraba yo volví a cerrar mis piernas lo más rápido que pude. Mi papá me pego en la mejilla una vez más aunque esta vez no solo cayeron lágrimas, unas gotas de sangre salieron de mi labio, mi papá lamió la sangre y mordió mis labios con hambre mientras me quitaba las cintas que el mismo había puesto en mi cabello. Mi cabello cayó libre y quedo suelto todo el tiempo. Papá uso las cintas para amarrar mis piernas a las patas de la mesa. Ahora mis piernas estarían constantemente abiertas, no lo podría detener. Papá metió su cabeza entre mis piernas y me miraba de manera grosera mientras mordisqueaba mi cadera, traté de gritar pero un beso violento me quito el aliento, metía su lengua en mi boca. - "No grites, o será peor para ti” – me quedé quieto mientras sentía algo filudo al costado de mi cuello. Papá se escondió debajo del vestido mientras yo seguí llorando. Sentía en todo momento sus manos recorriéndome, su boca estaba decidida a no dejarme respirar. Odiaba que me hicieran esto a pesar que de vez en cuando papá lograba sacarme algunos gemidos de placer, pero no lo disfrutaba, yo no quería esto, nunca lo pedí. No me quedaba más remedio de pensar como morir, alguna manera de matarme sin que hubiese una oportunidad de salvarme, quizá con el cuchillo de papàcorriendo por la calle para que algún carro me atropelle. Necesitaba algo que me librara de esto ahora, necesitaba una esperanza que todo saldría bien, que las cosas podían cambiar y si continuaba viviendo sería lejos de este hombre que decía ser mi papá. Ya no quería seguir viviendo más… hasta que vi la señal que tanto esperaba… en la ventana había un chico igualito a mí mirandome, mirando toda mi miseria. Pero a diferencia mía este chico tenía el cabello bastante corto y me miraba sorprendido, me dio vergüenza por lo que me veía pero mientras pasaba esto se me venían una palabras a la mente…

Una mujer anciana me había contado algo una vez, decía que cuando veías a una persona igual a ti significaba que tu doble de la tierra había venido a recoger tu alma, esa alma me mataría, era un presagio de muerte. Cerré mis ojos y espere a que la muerte viniera por mi,pero en vez de eso algo golpeo mi cara. Mi papá me puso el cuchillo en la garganta y empezó a presionarlo, pero en vez de eso corto las cintas y me levantó. Sabía lo que venía a continuación, venía pasando desde hacía días ya. Papá me sentó en sus hombros y paso sus manos por mis piernas para acariciarlas.

TBC

Shattered Mirror
Cap 1 - 2 -3 // Cap 6 - 7 // Cap 8 -9
Home // Author // Fanfiction // Links