La Guerra Divina ha terminado, es hora de reconstruir

Sword & Sorcery Studio es una colección de libros de fantasía basados en el popular juego Dungeons & Dragons.


   

Puedo avistar la ciudad de Mithril en lontananza; ¿cómo puedo estar tan seguro a pesar de que llevamos una semana perdidos en el Mar de Sangre? Fácil: el gigantesco golem parece proteger al templo del dios Corean, y a su alrededor está el resto de la ciudad. Cuentan las leyendas que Corean creó al golem para ayudarlo a vencer al Titán Kadum, por cuya sangre estamos navegando ahora. Siglo y medio después de la Guerra Divina, y el titán sigue sangrando en el fondo del mar.

El druida se ve alarmado, le lanza una pequeña oración a Denev, la Madre Tierra, y de inmediato empieza a gritar. Alisto mi espada, aunque no estoy seguro de qué podría hacer contra cualquier cosa que habite en este maldito mar corrupto. Mis ojos beben ante el espectáculo de Veritha, la hechicera, quien se desprende de su túnica para poder hacer su magia sin estorbos; incluso Feshir el monje parece estar disfrutando la espera.

Y de pronto ahí están, saliendo de las aguas como si fueran troncos que alguien retenía en el fondo y de repente retiró sus manos, una colección horrenda de cuerpos en descomposición, y junto a ellos cocodrilos que caminan como hombres. He viajado lo suficiente para saber que es una partida de bandidos del Karnival Krewe; pido a Enkili, dios de los rufianes de mi calaña, que si tiene un momento de sobra me eche una mano aunque, por mucho que los dioses todavía presten atención al mundo de los mortales no es ningún consuelo, pues Enkili se caracteriza por ser caprichoso.

Entre conjuros y el ruido de espadas y arcos, trato de alejar a las bestias no muertas de Veritha; los magos y hechiceros tienen el tremendo inconveniente de necesitar espacio para conjurar sus hechizos, y el resto de mis compañeros ya tiene otras cosas en las que preocuparse. Finta, salto y estoy detrás de un hombre cocodrilo, hundiendo mi espada entre sus omóplatos. Lo sé, no soy el más honorable de los guerreros, pero sigo vivo en estas Tierras Heridas, ¿no?



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