La Gran Coatlicue.

Obra cumbre de la escultura Azteca.
El triunfo de lo inhumano está magistralmente representado por la colosal Coatlicue, digna culminación de la cultura Azteca. Coatlicue es la Diosa de la Tierra, la diosa – madre, la que nos dá el sustento para luego devorarnos, a la vez elemento fecundante y destructor, simbolizando la misma dualidad de la vida y de la muerte en una visión bárbara y aplastante.
Concentrando un sinnúmero de símbolos bajo una apariencia monstruosa, y con una energía que no puede calificarse sino de fulminante. Coatlicue se sitúa, en sus proporciones generales, más allá de las dimensiones humanas. Y si niega al hombre, afirma algo superior... Al opuesto de la plástica griega, representa la extrema posibilidad de deshumanizar lo humano sin hacerle perder sus nexos naturales.
Se ha considerado como el “más grande monumento surrealista del mundo”, así como de apariencia monstruosa, lo monstruoso monumentalizado hasta lo sublime.
¿Puede acaso imaginarse una visión más fantástica, más avasalladora, que esta concepción cósmo – religiosa de la Diosa de la Tierra en su aspecto dual de tumba y matriz? No hay en ella crueldad, ni tampoco bondad; no es sino la manifestación de una realidad, expresada de manera monumental.
Nótese las dos cabezas de serpiente que, encontradas nariz con nariz originan una impresionante cabeza monstruosa; las manos que aparecen como serpientes; las serpientes entrelazadas que constituyen la falda (y justifican el nombre de la diosa); el collar de manos, corazones y cráneos de sacrifacados, detrás del cual se adivinan dos largos y flácidos senos de mujer anciana, pues la vieja madre Tierra ha alimentado a todos los seres; la gruesa serpiente que baja entre las piernas simboliza un miembro viril, fecundante; los ojos y colmillos que aparecen en las coyunturas son otras tantas fauces monstruosas, por donde la tierra puede devorarnos en cualquier momento; y así podríamos enumerar muchos símbolos más...; altura 2.65 m., M.N.A.
CULTURA  AZTECA/ MEXICA
COYOLXAUHQUI

Templo Mayor, México.

Coyolxauhqui es una representación de la luna e hija de la Gran Coatlicue junto con su hermano Huitzilopochtli entre otros. Se le representa en  la forma de una cabeza cercebada por su hermano Huitzilopochtli, que es también el dios Sol.
Por eso su aspecto es el de una muerta que tiene los ojos esculpidos en forma de media luna. Sus mejillas están adornadas con cascabeles de oro y porta un tocado de plumas y bolas de plumón, éstas relacionadas con el sacrificio. Sus orejeras y el adorno labial representan los rayos solares. En la parte inferior figuran las símbolos de la guerra sagrada y el sacrificio.
Se le llama también Coyolxauhqui-Chantico, patrona del fuego y representa la Luna, sacrificada por el Sol.
Calendario Azteca
La piedra del Sol o Calendario Azteca es una representación de Huitzilopochtli, dios del Sol y fue encontrado el 17 de Diciembre de 1790, en las excavaciones hechas para arreglar el drenaje, en el sagrario de la Catedral de México; éste pesa 10 toneladas y mide 3 metros de diámetro y está esculpido en bajo relieve profundo; en el centro tiene la imagen del sol dividida en círculos concéntricos, el signo 4 mivimiento con el rostro del dio del Sol, los signos de los 4 puntos cardinales y de los 4 soles o edades del mundo; en seguida está un anillo que contiene los signos de los 20 días y a su alrededor hay un borde ornamental del disco solar que está circundado por los símbolos del cielo del día que rodea y sostiene al sol con dos grandes serpientes de turquesa.
En 1803 se descubrió que el Calendario Azteca se basaba en principios astrológicos y que el año civil Azteca estaba compuesto de 18 meses de 20 días cada uno, a los cuales se añadían 5 días intercalados, que eran nefastos (nemonteni), con lo que sumaban 365 días.
Al comenzar un ciclo de 52 años se hacía una ceremonia llamada Toxiu molpilia, en la sierra de Uixachtlan o de la Estrella; cuando Tenochtitlán estaba en tinieblas un sacerdote observaba el cielo y al ver pasar por el cenit una de las estrellas de la Constelación de las Pléyades o Siete Cabrillas, prendía el fuego nuevo sobre el pecho de un prisionero (que se sacrificaría después) y luego se prendía una hogera.
QUETZALCOATL

Quetzalcóatl significa “serpiente emplumada con plumas de Quetzal”, y fue venerado por los Teotihuacanos, lugar donde nace el quinto sol, siendo Teotihuacan, México, la primer ciudad construida en América en el siglo II A.C..
Hijo de Topiltzin sacerdote del Dios Pacífico Quetzalcoatl; adoptó el nombre de “Ce Acatl Topiltzin Quetzalcóatl”, fue el legendario fundador de Tula donde fue un gran sacerdote en el año 980 D.C.donde se inició la edad de oro para los Toltecas, tan rico que tenía palacios de plata y piedras preciosas. Inventó el arte de de fundir los metales y labrar las piedras; sabio y prudente dio leyes justas. Después de abdicar en Tula se estableció en Cholula durante un tiempo y finalmente se dirigió a Yucatán, estableciéndose en Chichén Itzá donde se le conoció como Kukulcán, no sin antes prometer que regresaría a recuperar su trono 500 años más tarde.
Al desembarcar Cortés en Veracruz, Moctezuma II se convenció rápidamente que era Quetzalcóatl que retornaba a reclamar sus derechos. Por una extrema casualidad Cortés llegó a costas mexicanas en el año I Acatl, año en que Quetzalcóatl prometió regresar.
A Quetzalcóatl se le reconoció como el Dios de los vientos, se dice que barría los caminos a los dioses del agua para que viniesen a llover. Se le festejaba con ofrendas de ricos ornamentes, flores, comida y bebida, danzas y cantos, así como un templo que lleva su nombre en Teotihuacan. Es la deidad más conocida y más antigua de América. Se le adoraba en todo el Continente Americano por todos los pueblos bajo diversos nombres.
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YUCATAN
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