Cuzco, Agosto 1997. Ya conocíamos la ruta larga, esta vez probamos la de dos días. partía del Km. 107 de la vía ferrea. Recién iniciando encontramos estas ruinas en muy buen estado. Si uno se fija bien durante el recorrido en tren, puede ver otras tantas más que no se visitan salvo uno se desvíe de la ruta normal.
A 2694 metros sobre el nivel del mar, escondido entre los cerros, el camino inca nos lleva directo a Wiñaywayna.
Una de las cosas que más impresiona de este lugar son sus muy cuidados sistemas de andenes, que desde gran distancia se pueden distinguir.
Sus grandes construcciones, sus andenes y su sistema para llevar el agua por canales y pozos nos hacen admirar los conocimientos de ingeniería de los incas.
Agosto 1997. Luego de visitar todas las ruinas en Wiñaywayna, nos detuvimos a ver el atardecer, el cielo se iba cubriendo y los cerros se iban pintando...
Conforme iban pasando los minutos, las nubes cubrían todo el valle del Urubamba, ya no alcanzábamos a ver el río que cruzaba cientos de metros más abajo... se empezarón a escuchar los truenos y algunos goterones cayeron, a las 7 de la noche empezó la lluvia. Permanecimos en las carpas hasta la mañana siguiente en que dejó de llover, fue increible. Las carpas soportaron.
