Cíclidos africanos apropiados para acuarios de 60 a 100 litros

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Cíclidos africanos apropiados para acuarios de 60 a 100 litros.

Por Manuel Zapater.

A menudo el aficionado se plantea antes cual es el volumen del acuario que puede adquirir, no pensando en que especies van a adaptarse mejor a ese tanque, lo que muchas veces es fuente de conflictos: peces demasiado agresivos, ausencia de reproducción, crecimiento demasiado lento, enfermedades, etc.

Ciertamente, los libros, revistas y últimamente, las páginas de Internet, nos ofrecen un gran surtido de peces y las características necesarias para su mantenimiento (por lo menos eso pretendemos hacer nosotros). Sin embargo, se me plantea la posibilidad de que en lugar de hacer en primer lugar la elección de las especies, a muchos nos sucede lo contrario: disponemos de un viejo acuario vacío o queremos instalar uno nuevo en un mueble de unas determinadas dimensiones. Partiendo de que esta no es la situación ideal, hay muchas soluciones, de las que voy a tratar de explicar unos cuantos casos en este artículo. Ciertamente, todo lo que voy a exponer es mi propia experiencia, pero siempre me ha dado buen resultado, por lo que espero que sirva también para aquellos que sigan los consejos que doy.


Neolamprologus brichardi, © Manuel Zapater.	Julidochromis marlieri, © Manuel Zapater.

En este primer artículo de la serie, mi meta es poner de manifiesto que no todos los cíclidos africanos son unos peces con un alto requerimiento de espacio. Partiré para ello del diseño de dos acuarios: el primero de 63 l. (base: 60 cm x 35 cm; altura: 30 cm) y otro de 96 l. (base: 80 cm x 40 cm; altura: 30 cm). Como se puede ver, ambos son de tamaño pequeño - medio, por lo que pienso que se adaptan perfectamente a gran parte de los casos en que nos encontremos limitados por el espacio. En ningún caso soy partidario de mantener ninguna especie de cíclido africano (y muy pocas de otras familias) en volúmenes inferiores a 60 l.

Acuario de 63 l:

Debido a su volumen, necesariamente debe plantearse como monoespecífico (es decir, sólo albergará una especie de pez). A pesar de esta limitación, dentro de las especies del continente africano, son varias las que se pueden adaptar perfectamente a este reducido entorno.

Como características generales, la filtración deberá tener un flujo de aproximadamente el doble del volumen del acuario por hora (entre 100 y 150 l/h). Puede utilizarse un filtro interno o uno de mochila (tipo Aqua-clear o similar). La carga filtrante será esponja o perlón.

La iluminación será de 10 - 12 horas al día, con una pantalla de dos tubos fluorescentes de 12 w. (la elección de los mismos dependerá de si se quieren poner o no plantas, aunque en líneas generales uno de tipo luz de día y otro gro-lux me parece una buena combinación).

El sustrato estará compuesto por sílice de granulometría fina (2 - 4 mm), el espesor no será inferior a 2 cm. Un caso particular de elección de sustrato se hará en caso de que se prevea introducir plantas con raíz, en cuyo caso, se colocará 1 cm de sílice, después una capa de abono de liberación lenta especial acuarios (tipo Azoo o similar) y después se cubrirá con otros dos cm de sílice.

La alimentación debe ser cuidada, no se debe caer en la tentación de usar como único recurso la comida seca, ya que todos los peces agradecen las variaciones en sus menús. Es siempre bueno utilizar comida congelada del tipo de Artemia, larva negra o roja de mosquito (con precaución según la especie de pez), tubifex, Daphnia, etc. Cuando sea posible ofrecer comida viva no debe desperdiciarse la oportunidad.

Cada semana se efectuará un cambio de agua de aproximadamente 15 l., en una o varias veces, sifonando el fondo del acuario y procurando no molestar a los peces, en caso de que estén criando. La temperatura del agua será de 24 - 26 ºC.

Partiendo de esta base, hay tres tipos de acuario que se pueden diseñar, dependiendo de las especies que tengamos pensado introducir: Pelvicachromis pulcher, Julidochromis ornatus o J. transcriptus, o cíclidos conchícolas (Neolamprologus brevis, N. ocellifer, N. multifasciatus, etc.).

El objetivo de este artículo no es describir concienzudamente cada una de estas especies, ya que esperamos tener información sobre aquellas aún no disponibles en breve en esta misma página web.

Pelvicachromis pulcher: (ver artículo y fotos). Su tamaño adulto no suele ser superior a 7 - 8 cm en los machos, además, su robustez y facilidad de reproducción lo convierten en uno de los cíclidos más fáciles de mantener y uno de los favoritos de los aficionados. En este caso puede partirse directamente de dos ejemplares jóvenes (un macho y una hembra), ya que la formación de la pareja no suele ser demasiado complicada. La decoración del acuario puede estar formada por un par de macetas de barro con diferente diámetro de entrada, plantas de tipo Anubias nana o A. barteri, helecho de Java (Microsorium pteropus), Synema sp. y también helecho de Sumatra (Ceratopteris sp.) como planta flotante. La reproducción es fácil y los padres cuidan bien a los alevines, por lo que el mayor problema será como deshacerse de los ejemplares sobrantes.

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Pelvicachromis pulcher, ejemplar macho.

Julidochromis ornatus (ver artículo) y J. transcriptus : Ambas especies son las del menor tamaño dentro de este género. En este caso la formación de la pareja es más problemática que en el anterior, por lo que es recomendable conseguir un pequeño grupo de juveniles (4 a 6) de alrededor de 3 cm, cuidando de elegir los más grandes y los más pequeños, para tener mayores posibilidades de conseguir una pareja. Una vez formada esta, sacaremos a los demás ejemplares, ya que de lo contrario corremos el riesgo de perderlos definitivamente. Debemos adecuar la decoración del acuario a esta circunstancia, por lo que unas cuantas lajas de pizarra colocadas en vertical, dejando pequeños huecos entre ellas, además de alguna maceta de barro o medio coco con una entrada cortada en forma semicircular para la pareja que se forme, además de algunas plantas robustas (tipo Anubia preferentemente), parecen lo más adecuado.

Cíclidos conchícolas: Ahora nos encontramos ante un caso realmente especial y unos peces que todavía no han alcanzado la difusión que merecen debido a su atractivo comportamiento. Esperamos disponer pronto de artículos sobre alguna especie de este grupo. Dentro del género Neolamprologus y de algunos otros, ciertas especies se han especializado reduciendo su tamaño, para poder vivir dentro de conchas de caracoles, protegiéndose así de los predadores. El comportamiento interespecífico es sorprendentemente agresivo para peces de tan escasa talla y a menudo compiten violentamente entre ellos por las conchas que les proporcionemos, por lo que es recomendable que haya más de una concha por pez. Podemos proporcionarles conchas de caracoles manzana muertos (Ampullaria sp)o de caracoles terrestres de gran tamaño (Helix sp), que a veces se pueden encontrar en ciertas tiendas de alimentación. Preferentemente en un acuario de estas dimensiones introduciremos un macho y 3 ó 4 hembras, con 7 - 8 conchas de caracol. No es necesaria más decoración, aunque siempre podemos poner alguna roca con plantas directamente sobre ella (tipo Anubia o Microsorium, ya que las que enraícen en el sustrato pueden ser desenterradas por los peces).

Acuario de 96 l:

En este caso, ya hemos ganado un 50% de volumen con respecto al anterior, lo que nos permitirá ampliar la elección de especies, así como disponer de una mayor superficie para lograr un decorado más agradable a la vista y a los peces.

Las especies descritas anteriormente son, naturalmente, también candidatas a ocupar este acuario, en el cual se encontrarán quizás más a gusto, lo que puede beneficiarnos a la hora de obtener la reproducción.

El mantenimiento será muy similar, aunque lógicamente habrá que aumentar el volumen de filtración hasta unos 200 l/h. El filtro de mochila puede seguir siendo suficiente en caso de caso de un acuario de cría con sólo una pareja o un pequeño grupo de adultos.

La iluminación, debido a aspectos tanto estéticos como biológicos, debe ser de un mínimo de 36 w (2 tubos de 18 w cada uno), consiguiéndose muy buenos resultados para las plantas con 54 w (3 tubos de 18 w). Para la elección de los mismos, puede confiarse en los gustos personales o combinar diferentes tipos (biolux, gro-lux, day light, etc.). El fotoperiodo será de 10 a 14 horas, según las necesidades.

Según mi experiencia, no es recomendable mantener más de una especie en este volumen, deberemos dejar los acuarios comunitarios para al menos 200 l.

Se nos ofrecen nuevas posibilidades de población, siendo alguna de las más atractivas las siguientes:

Grandes Julidochromis: Con esta denominación me refiero a las tres especies de mayor tamaño: J. dickfeldi, J. marlieri y J. regani. Todas ellas alcanzan un tamaño de 10 cm., o incluso superior, por lo que no se encontrarían bien en menos de este volumen, lo que podría generar una excesiva agresividad. Puede obtenerse una pareja a partir de media docena de ejemplares juveniles, teniendo cuidado de retirar aquellos que sean demasiado acosados cuando se forme la pareja dominante.

Próximamente contaremos con artículos sobre alguna de estas especies en nuestra sección de africanos. La decoración del acuario estará formada por lajas de piedra colocadas en vertical, dejando grietas por las cuales se muevan los individuos. Para la cría utilizarán preferentemente pequeñas cuevas formadas por rocas planas o tiestos de barro de unos 10 cm de longitud y boca estrecha.

Lamprologus y Neolamprologus: Dentro de este género también pueden albergarse parejas aisladas de individuos reproductores, como N. Leleupi (ver artículo), N. moori y N. brichardi (ver artículo). En todos los casos, obtendremos la pareja a partir de un grupo de juveniles, pero al ser menos problemáticos que los Julidochromis, podremos utilizar otro acuario para este fin y pasar después a nuestra pareja al acuario de 96 l. Es particularmente atractivo para el aficionado observar una pareja de N. brichardi con alevines de diferentes tamaños, que van poblando el acuario, hasta que no queda más remedio que ir retirando aquellos que alcanzan 3-4 cm tanto por el riesgo de superpoblación como por el hecho de que sean ellos mismos los que empiecen a formar parejas y entren en conflicto con sus propios progenitores (que, lógicamente, son de mucho mayor tamaño y fortaleza).

Pequeños incubadores bucales: 96 litros puede ser un volumen adecuado para introducirnos en el particular modo de reproducción de algunas especies del lago Malawi. Todas ellas se caracterizan por formar harenes en los cuales hay un macho dominante y un número variable de hembras con las cuales este se reproduce. Después, las hembras guardarán los huevos y alevines durante 21-25 días en sus bocas hasta el momento de liberarlos. Hay unas cuantas especies de limitada agresividad interespecífica y tamaño inferior a los 10 cm, que entraría dentro de las posibilidades de población de nuestro acuario.

Por citar solo algunos ejemplos: Cynotilapia afra, Labidochromis caeruleus (ver artículos y fotos de ambos), L. exasperatus, Iodotropheus sprengerae, Metriaclima (=Pseudotropheus) crabro, M. aurora, etc.

Disponemos de la ventaja de que a partir de 4-5 cm es bastante sencillo diferenciar machos y hembras (con la excepción de L. caeruleus), por lo que adquiriremos 1 macho y 2-3 hembras de la especie deseada.

La decoración del acuario debe tener en cuenta que a estos peces les gusta refugiarse en grutas, que también servirá para que las hembras puedan esconderse del macho y como guarida de las hembras que estén incubando.

- Como conclusión, espero que este artículo sirva para dar ideas a aquellos que tengan un viejo acuario abandonado, a los que estén planeando poner uno nuevo en algún rincón de su casa o, simplemente, a los aficionados a los cíclidos africanos de pequeño tamaño. En próximos meses seguiré planteando ejemplos de acuarios de mayor volumen para cíclidos africanos.

MANUEL ZAPATER, Octubre 1.999