LA PROSPECTIVA COMO HERRAMIENTA PARA MODELAR EL FUTURO

 

Universidad Yacambu

Maestría en Gerencia de las Finanzas y de los Negocios.

Asignatura: Planificación.

Prof. Leonor Dillón.

Participante: Romeo Espina Alvarado.

CONCEPTOS-ORIGEN-EVOLUCIÓN

  CONCEPTOS:

    1.-    La prospectiva es una disciplina con visión global, sistémica, dinámica y abierta que explica los posibles futuros, no sólo por los datos del pasado sino fundamentalmente teniendo en cuenta las evoluciones futuras de las variables (cuantitativas y sobretodo cualitativas) así como los comportamientos de los actores implicados, de manera que reduce la incertidumbre, ilumina la acción presente y aporta mecanismos que conducen al futuro aceptable, conveniente o deseado.

    2.-   La prospectiva es la ciencia que estudia el futuro para comprenderlo y poderlo influir. Aunque de hecho es, paradójicamente, una ciencia sin objeto que se mueve entre la necesidad de predecir lo que puede ocurrir y el deseo de inventar el mejor futuro posible. Porque aunque el devenir no puede predecirse con exactitud, si podemos imaginar nuestro mañana preferido. Y los últimos suspiros del siglo veinte son un buen momento para ello.

    ¿La prospectiva es una ciencia? Sobre ello no hay consenso. ¿Cómo puede existir una ciencia que no tiene objeto? Para muchos la respuesta es simple: no puede, el futuro no existe, y por definición no puede existir, ya que en el momento en que se concreta deja de serlo. El futuro es un concepto mental, una constructo social (algunas culturas carecen de sustantivo para él), por tanto, la prospectiva puede aspirar a ser una disciplina humanística, como la filosofía, por ejemplo, pero no una ciencia. Todo esto es cierto, pero se pueden hacer ciertas matizaciones. En primer lugar, esta crítica que se hace a la prospectiva se puede extender a la mayoría de las ciencias sociales. La economía, con toda su tradición y peso académico y profesional, tendría problemas para pasar un examen estricto de su objeto. Al fin y al cabo, ¿qué es la economía?, ¿existe realmente la economía más allá de la teoría? La ciencia política, a pesar de su nombre, tiene un objeto que resulta, cuando menos, nebuloso. Si tomamos la historia hemos de aceptar que su objeto, el pasado, tampoco existe, y eso no es impedimento para que se estudie; la historia analiza documentos, restos y registros que han llegado hasta hoy, pero no el pasado en sí. Vemos, pues, que el criterio del objeto no puede ser determinante.

    En segundo lugar, la pretensión a la cientificidad de la prospectiva tiene más que ver con su empeño en estudiar el futuro mediante el método científico que con el cumplimiento estricto de todos los criterios para merecer el calificativo de ciencia. Si bien es cierto que el futuro no existe, no lo es menos que no carecemos de información sobre él. De hecho, sabemos bastante. Por un lado, conocemos la naturaleza cíclica de muchos fenómenos, como las estaciones, o los ciclos de actividad solar. Somos capaces de proyectar informaciones pasadas y/o presentes en el futuro (extrapolación de tendencias), cuyo caso más obvio son las previsiones demográficas. Nosotros mismos hemos situado en el futuro balizas que guían nuestra actividad: en el año 1998, la Unión Europea tendrá moneda única y en el año 2000 se celebrarán los Juegos Olímpicos de Sidney. Esta clase de información es contingente, pero es lo suficientemente real como para que influya en las decisiones que tomamos en el presente. Por último, y más importante, contamos con nuestros propios proyectos, sueños, esperanzas y temores, que guían toda nuestra actividad presente; son nuestras imágenes de futuro, todos las tenemos y la prospectiva las estudia, clasifica y procesa. Son el verdadero objeto de estudio de la prospectiva de forma análoga a lo que son los vestigios históricos para la historia.

    Para zanjar el asunto de la cientificidad se puede decir que, si bien la prospectiva carece de objeto real, sí dispone de pseudo objetos que le permiten emprender el estudio de los futuros posibles con el rigor y la sistemática que se suponen en la ciencia.

    Volviendo al ejemplar de "Futures" hay otro aspecto, que se refleja en las diversas aportaciones, y que me gustaría destacar: es la evolución de los enfoques en prospectiva. Hay tres grandes planteamientos y cada uno responde a un momento histórico completo, pero todos cuentan con representantes en la actualidad. El primero es el de la prospectiva predictiva, la que más trata de moverse dentro de los parámetros de cientificidad; su premisa básica dice que es posible comprender los mecanismos que provocan la ocurrencia de ciertos hechos y evitan la de otros abriendo así la posibilidad de conocer el futuro. Ello es consecuencia del optimismo de los años 60 sobre la capacidad humana de conquistar el futuro, de la fe inquebrantable en el progreso y su promesa de llevarnos a un mañana mejor, la visión de la prospectiva como herramienta para colonizar la última frontera, el futuro.

    3.-    La Prospectiva es una actitud de análisis que viene del futuro hacia el presente. Se apoya en la proferencia, ya que necesita de una configuración futurible o anticipada del mundo o de los fenómenos que se estudian, pero se guía hacia un futuro deseable o a lograr un objetivo determinado en un futuro supuesto.

    La proferencia determina un mundo futurible y la prospectiva construye un mundo futurable; uno tiene que ver con lo posible y el otro con lo deseable. Esta como actitud supone un futuro donde no caben nuestras influencias, sino que el contexto tiene un determinismo ajeno a nosotros.

    La prospectiva como actitud supone un futuro deseable y pone en consecuencia todo el énfasis en las decisiones que se deberán tomar en cada caso y ante cada evento contextual para modificarlos si se pudiera, o para adecuarnos cuando constituya una restricción que no puede vulnerarse.   

    4.-    La disciplina científica denominada “Prospectiva” tiene como finalidad el desarrollo del conocimiento sobre el futuro, en primer lugar en cuanto opciones o alternativas influibles por decisiones actuales.

    Los campos de trabajo de la Prospectiva se eligen según su relevancia práctica para la sociedad en general, y en particular para la ciencia, el desarrollo de tecnologías, la economía, las empresas, la Administración y otros subsistemas del gran sistema social. Como criterios para estimar esa relevancia se toman en general la utilidad resultante para la mejora de la calidad de vida, las perspectivas de desarrollo tecnológico y económico, o la prevención de riesgos. Uno de los dominios en que más se han desarrollado métodos de prospectiva es el del sistema de sanidad y medicina (prospectiva en terapias –prospective assessment).

    5.-    La Prospectiva constituye una herramienta estratégica. Es cierto. Pero antes de utilizar la herramienta, hay que tener la voluntad política de establecer una estrategia, y definir los grandes objetivos de la misma. Está tiene sentido en un contexto nacional o regional, pero siempre referida a un espacio socio-económico y cultural concreto. Parte de un buen conocimiento de las realidades de ese espacio, y una profundización en este conocimiento es una premisa previa indispensable en cualquier ejercicio de prospectiva. Puede afirmarse, sin riesgo a exagerar, que la prospectiva debe ser lo contrario de la abstracción.

    6.-    La definición  más usual de prospectiva tecnológica es la que se debe al Profesor Ben Martin, y que ha sido adoptada por la OCDE: Tentativas sistemáticas para observar a largo plazo el futuro de la ciencia, la tecnología, la economía y la sociedad con el propósito de identificar las tecnologías emergentes que probablemente produzcan los mayores beneficios económicos y sociales.

   
Hay que destacar varias cosas en esta definición: en primer lugar, se trata de tentativas sistemáticas, lo que presupone la aceptación de una disciplina metodológica y una voluntad de continuidad ordenada en el tiempo; en segundo, está proyectada y referida al largo plazo, lo que quiere decir que no se está hablando de prospectiva cuando se hacen previsiones sobre lo que puede ocurrir dentro de unos meses; finalmente, se tiene en cuenta la evolución y los condicionamientos de la economía y la sociedad, lo que hace que los ejercicios de prospectiva tengan un carácter multidisciplinar.

    Una segunda definición puede contribuir a precisar más el concepto de prospectiva tecnológica. Ejercicio colectivo de análisis y comunicación entre expertos para identificar las componentes probables de escenarios de futuro: las proyecciones tecnológicas de los mismos, sus efectos sociales y económicos, obstáculos y fuerzas a favor.
 

 

    ORIGEN:

    1.-    “PROSPECTIVA”. Este vocablo tiene un origen latino. Tal como lo señala Michael Godet en su libro de “lánticipation a láction manual de prospective et de strategie”, el verbo <PROSPICERE> significa mirar a lo lejos o desde lejos, discernir algo delante de uno. Fue empleado como sustantivo en el siglo XVI; fue utilizado por Paul Valery y relanzado por Gaston Berger en 1.957 en un articulo de la revista de LOS DOS MUNDOS.  Los años noventa del siglo XX han contemplado cómo los gobiernos de la mayor parte de los países industrializados ponían en marcha ambiciosos programas de prospectiva científica y tecnológica con el propósito explícito de que sus resultados sirvieran de apoyo a la definición de sus estrategias. El fenómeno es reciente, si se exceptúa el caso de Japón que inició la realización de ejercicios regulares de prospectiva a principios de los años setenta, aunque los conceptos relacionados con la prospectiva y las técnicas y metodologías empleadas existen y son conocidos hace varias décadas.

   

    EVOLUCIÓN:

    1.-  Desde la segunda guerra mundial, durante los años cincuenta y sesenta, los gobiernos ponen en marcha políticas científicas ambiciosas, basadas en la identificación de la inversión científica  como fuente de potencia e independencia de los países. Es la época de las grandes inversiones públicas en grandes instalaciones relacionadas con la ciencia básica. Es también la época en que se cree firmemente  que el conocimiento acumulado a través del esfuerzo en investigación básica, repercutirá automáticamente en el desarrollo de tecnología aplicada y, en definitiva, en utilización industrial, de una forma natural, casi por la fuerza de las cosas. Es el llamado modelo lineal de interpretación del desarrollo tecnológico.

    Sin embargo, el empeño de los países tropieza con la realidad de que estas políticas son muy costosas. No sólo es que las barreras de entrada sean  altas, que lo son, sino que la continuidad del esfuerzo es prohibitiva para las economías de buena parte de las sociedades. La identificación de las políticas científicas con un cierto tipo de nacionalismo encuentra sus primeros obstáculos en la limitación de recursos disponibles, aún en el marco expansivo de la economía de los sesenta.

    Las sensibilidades empiezan a cambiar en la década siguiente y lo hacen, como ocurre casi siempre, bajo la presión del ciclo económico. A partir de la crisis del petróleo de 1973 se puede considerar concluida la larga etapa expansiva de la postguerra, y la competitividad adquiere el protagonismo que le corresponde en las fases recesivas. La competencia se hace cada vez más dura y la tecnología, el conocimiento aplicado, es identificada como un factor clave de ella.

    Como consecuencia, comienzan a aplicarse políticas tecnológicas que presentan diferencias sustanciales con las políticas científicas anteriores: la más importante y significativa de estas diferencias es que se instrumentan ayudas económicas directas para las empresas industriales en sus actividades de investigación y desarrollo.  Es decir, se inyecta dinero público en actividades de desarrollo tecnológico puramente empresariales. Si se tiene en cuenta que esto ocurre en los años ochenta, es fácil percibir una cierta contradicción entre estas ayudas públicas directas y el liberalismo en alza en aquellos años en los países más industrializados. Tan evidente era la contradicción que en los foros económicos se tuvo buen cuidado de elaborar justificaciones que hicieran compatibles las prácticas de protección de la actividad de desarrollo tecnológico con la doctrina ortodoxa.

    La más extendida de estas justificaciones es la que hace referencia al llamado fallo del mercado. Se entiende por tal el hecho de que cuando una empresa realiza un esfuerzo y aplica unos recursos a realizar una actividad de desarrollo tecnológico, no puede apropiarse de la totalidad de los resultados conseguidos; ocurre esto así por la misma naturaleza del fruto de la actividad tecnológica, que siempre trasciende a un mayor o menor grado de utilización social a través de mecanismos de difusión de todo tipo. Entre estos mecanismos se cuentan la movilidad laboral del personal técnico, la expansión del conocimiento aplicado por los medios naturales de comunicación, la llamada ingeniería inversa, etc... Por unas razones o por otras hay evidentes limitaciones a la apropiabilidad por la empresa de la totalidad del producto tecnológico, y ello se reconoce como un argumento para justificar que el estado financie una parte del esfuerzo realizado, parte que en buena lógica debería ser equivalente a la parte del producto no apropiable, aunque en la práctica este criterio sea de imposible aplicación.

    2.-    Otra línea de justificación de las ayudas públicas al I+D empresarial es el reconocimiento del elevado nivel de riesgo de fracaso asociado a esta actividad, y la evidencia de que una buena parte de los factores de este riesgo son exteriores a la empresa, no teniendo ésta ninguna posibilidad de actuar frente a ellos. En este caso la intervención pública tendría el carácter de una compensación por la asunción de estos riesgos de origen exógeno, primando a las empresas que así lo hacen frente a las que eluden tal compromiso.

    Sean unas u otras las justificaciones teóricas a las que se recurra, hay una razón de fondo para aplicar ayudas públicas directas a la financiación del I+D de las empresas: todos los países lo hacen, de forma que el que renuncie a estas prácticas se encontrará en una situación desventajosa.



    En los años ochenta se extiende y profundiza la reflexión sobre las relaciones entre ciencia y tecnología y entre tecnología y sistema productivo, con aportaciones importantes entre las que hay que destacar el concepto de Sistema Nacional de Innovación. Es el Profesor Freeman, del SPRU de la Universidad de Sussex quien lo introduce, en un texto de 1987 Technology Policy and Economic Performance: Lessons from Japan, donde dice: "la red de instituciones del sector público y el sector privado cuyas actividades e interacciones contribuyen a lanzar, a importar, a modificar y a difundir nuevas tecnologías puede ser calificada de sistema nacional de innovación"..."El sistema nacional de innovación puede permitir a un país dotado de recursos muy limitados progresar muy rápidamente gracias a combinaciones apropiadas de tecnologías importadas y de trabajos de adaptación y de desarrollo realizados nacionalmente. En contrapartida, las debilidades del sistema nacional de innovación pueden llevar a una dilapidación de los recursos más abundantes mediante la persecución de objetivos inadecuados o la utilización de métodos ineficaces". Algo más tarde, Pavel y Pavitt definen estos sistemas como "las instituciones nacionales, sus sistemas de incitación y sus competencias que determinan el ritmo y la orientación del aprendizaje tecnológico (o el volumen y la naturaleza de las actividades generadoras de cambio) en un país". (Nature et importance economique des systemes nationaux d´innovation. STI Revue. 1994).

   
De acuerdo con estas definiciones, los elementos que constituyen el sistema nacional de innovación son:

    a.-    Los centros de investigación y desarrollo públicos, las universidades, y las entidades con capacidad tecnológica sin ánimo de lucro.

    b.-    Los recursos de innovación de las empresas, incluyendo, naturalmente, sus laboratorios y centros de I+D, pero no sólo ellos, puesto que el concepto de innovación es más amplio que el de tecnología.

    c.-    Los establecimientos de formación y enseñanza.

    d.-    Los organismos gubernamentales encargados de la promoción y control de actividades científicas y tecnológicas y su coordinación con las empresas.

    e.-    Los mecanismos de financiación.

    Lo que se propone es un análisis desde el punto de vista de la teoría de sistemas, en el que se tenga en cuenta que la eficacia del conjunto depende tanto de los contenidos de estos elementos, como de la forma en que se relacionan entre sí. Es más, la naturaleza e intensidad de las interrelaciones llega a ser más importante que el peso absoluto de cada elemento y la idea central es la de red, en la que la eficacia de cada nodo resulta potenciada por las interactuaciones de los restantes nodos sobre él.

    3.-    En resumen, el concepto de sistema nacional de innovación sirve para relativizar la potencia de un país como término de referencia absoluto, y resalta en cambio la adaptación a las condiciones concretas y las necesidades realmente existentes. Es en esta óptica en la que hay que situar la aportación de la prospectiva como herramienta estratégica.

    Una consecuencia de este proceso de reflexión que se está mencionando es la toma de conciencia  de que lo que antes se ha llamado modelo lineal de interpretación de las relaciones entre ciencia, tecnología e industria no se ajusta a la realidad y que es más adecuado para comprender la génesis y el desarrollo de la innovación tecnológica atenerse a un modelo interactivo en el que todas las partes implicadas en el proceso se relacionan constantemente entre sí y dónde la realidad socio-económica es un término de referencia permanente. En el fondo, lo que supone esto es situar la actividad industrial en el centro del sistema. Cabe preguntarse, sin embargo, si es totalmente cierto que ha sido generalmente aceptada la superación del modelo lineal. Desde luego, lo que es un hecho es la pervivencia de la tensión ciencia-tecnología.

    4.-    En los años noventa, como culminación lógica de la evolución que se está describiendo, la tendencia manifiesta en los gobiernos es poner en práctica políticas de innovación. Esto no quiere decir que se abandone la promoción de la ciencia básica, pero sí que se identifica y se instrumenta un nuevo vector estratégico, conceptualmente autónomo respecto a aquella. La innovación tiene como marco de referencia el mercado y si bien uno de sus elementos clave (posiblemente el más importante) es la tecnología, su éxito también depende de otros: la situación de la competencia, el ciclo de vida de los productos, la capacidad de financiación, la calidad del personal (de todo el personal, no sólo del personal tecnólogo), la capacidad de localizar y utilizar información, etc...

    En una política de innovación pierden importancia relativa las ayudas directas a los proyectos de desarrollo empresariales, y en cambio la adquieren otros componentes como los siguientes:

    a.-    El marco jurídico y reglamentario.

    b.-    La creación de infraestructuras tecnológicas de utilización colectiva.

    c.-    La disponibilidad de mecanismos ágiles y específicos de financiación.

    d.-    La aplicación de una fiscalidad adecuada (no restringida a la protección de la actividad estricta de I+D).

    e.-    La formación de personal, con atención muy preferencial al reciclaje o formación permanente.

    f.-    El apoyo a la proyección en el extranjero de las empresas, especialmente las pequeñas y medianas.

    g.-    Otras.

    Todo ello implica la adopción de decisiones complejas, en muy diversos ámbitos de actuación, con consecuencias a largo plazo, y movilizando (directamente o por sus efectos inducidos) un volumen muy considerable de recursos.

    5.-    El contexto en que es preciso tomar estas decisiones está afectado por unos factores que, si bien vienen de más antiguo, se hacen patentes con gran visibilidad en esta década. El primero de ellos es la globalización de la economía. No es éste el momento de insistir en este fenómeno a cuyo análisis se han dedicado tal cantidad de millones de litros de tinta y miles de horas de ordenador, pero sí de recordar dos connotaciones del mismo: la primera es que los términos de referencia de la competitividad se convierten en mundiales, o, si se prefiere, que desaparece el concepto de mercado local. La segunda, que la globalización afecta también a la tecnología, de forma que cualquier desarrollo que se emprenda ha de hacerse en el convencimiento de que su éxito está en función de los desarrollos sobre esa materia que se llevan a cabo en cualquier otro lugar del mundo. Un esfuerzo bien intencionado e inteligente en unas coordenadas locales puede ser invalidado por los resultados de otro esfuerzo paralelo realizado en las antípodas.

    6.-    Un segundo factor a tener en cuenta es la evolución de la tecnología, caracterizada por una parte por el vertiginoso ritmo de avance que se produce, especialmente en los elementos más críticos, y, por otra, por el volumen de recursos necesarios para hacer posible este avance. Las inversiones son cada vez más cuantiosas si se quiere mantener la posición en la carrera de la competición tecnológica. Al mismo tiempo, y no por casualidad, sino parcialmente como consecuencia de dicho ritmo acelerado de innovación y de la presión de un mercado ávido de novedades y regido por la omnipotente presencia de la oferta publicitaria, es patente el acortamiento de los ciclos de vida de los productos, que obliga a amortizar en plazos cada vez más cortos esfuerzos de innovación que han exigido dedicación cada vez mayor de recursos. La contradicción entre ambos términos es evidente.

    7.-    Un tercer factor afecta sobre todo a la toma de decisiones públicas en este terreno, y es la tensión presupuestaria a que está sometida la gestión de las administraciones en estos tiempos y prácticamente en todas las latitudes. La necesidad de aplicar criterios estrictos a la dedicación de fondos públicos, y la pugna entre las legítimas prioridades que para ello se definen, en un contexto en el que la restricción de los presupuestos  es un objetivo generalmente aceptado, hace que las decisiones sobre ciencia y tecnología sean más delicadas que nunca.

    8.-    En resumen, se está hablando de decisiones que tienen una considerable transcendencia a medio y largo plazo, aunque se adoptan en el marco de las condiciones objetivas inmediatas, y la evolución de cuyas consecuencias se sitúa en un clima de una gran incertidumbre. Quizá conviene recordar el concepto de incertidumbre, bien distinto del de riesgo. Mientras éste (el riesgo) es evaluable en términos de probabilidad de ocurrencia en el marco de un escenario de futuro razonablemente conocido, la incertidumbre consiste, precisamente, en el desconocimiento del escenario en que se van a producir los acontecimientos. Todo lo que sea avanzar en el conocimiento de los posibles escenarios de futuro contribuye a reducir el nivel de incertidumbre en el que se producen las decisiones estratégicas, si bien, es evidente, la idea de reducir la incertidumbre es siempre relativa y no existe la posibilidad de hacerlo en una forma científicamente valorable. No obstante, la reducción, en la medida que sea posible, es un objetivo importante para mejorar la calidad de las decisiones estratégicas adoptadas. Es aquí donde se sitúa la utilidad de la prospectiva tecnológica. Su objeto no es gastar más en tecnología, sino gastar mejor.
 

    INFOGRAFÍA

    1.-    http://www.prospecti.es/prospect/concepto.htm

    Local

    2.-    http://foren.jrc.es/Docs/artpdfword/Spanish/MovilizacionES.pdf

    Local

    3.-    http://www.ciencia.vanguardia.es/ciencia/portada/p371.html

    Local

    4.-    http://www2.uiah.fi/projekti/metodi/290.htm

    Local

    5.-    http://www.cnam.fr/lipsor/spa/data/bo-lips-esp.pdf

    Local

    6.-    http://www.monografias.com/trabajos10/copla/copla.shtml

    Local

    7.-    http://sunwc.cepade.es/~jrivera/org_temas/metodos/prospectiva/prospectiva.htm

    Local

    8.-    http://www.aecientificos.es/empresas/aecientificos/revistashtml/Prospectiva.htm

    Local

    9.-    http://www.madrimasd.org/revista/revista17/editorial/editorial.asp

    Local

    10.-  http://www.monografias.com/trabajos11/comopien/comopien.shtml

    Local

 

    PREGUNTAS

    1.-    ¿La prospectiva es una disciplina con visión global, sistémica, dinámica y abierta que explica los posibles futuros, no sólo por los datos del pasado sino fundamentalmente teniendo en cuenta las evoluciones futuras de las variables (cuantitativas y sobretodo cualitativas) así como los comportamientos de los actores implicados, de manera que reduce la incertidumbre, ilumina la acción presente y aporta mecanismos que conducen al futuro aceptable, conveniente o deseado?

    V (    )    F (    )

    2.-   ¿Según Michael Godet en su libro de “lánticipation a láction manual de prospective et de strategie”, el verbo <PROSPICERE> significa mirar a lo cercano o desde cerca, no discernir algo delante de uno?.

    V (    )    F (    )

    3.-    Según el profesor Ben Martin, la Prospectiva Tecnológica se define como: Tentativas sistemáticas para observar a largo plazo el futuro de la ciencia, la tecnología, la economía y la sociedad con el propósito de identificar las tecnologías emergentes que probablemente produzcan los mayores beneficios económicos y sociales.

    V (    )    F (    )

    4.-    La disciplina científica denominada “___________” tiene como finalidad el desarrollo del conocimiento sobre el futuro, en primer lugar en cuanto opciones o alternativas influibles por decisiones actuales.

     5.-    ¿La Prospectiva constituye una herramienta estratégica?.

    V (    )    F (    )

    6.-    “PROSPECTIVA”  es un vocablo etimológicamente de origen latino.

    a.-    Griego.

    b.-    Anglosajón.

    c.-    Latino.

    d.-    Ninguna de las anteriores.

    7.- En una política de innovación pierden importancia relativa las ayudas directas a los proyectos de desarrollo empresariales, y en cambio la adquieren otros componentes como los siguientes:

    a.-    El marco jurídico y reglamentario.

    b.-    La creación de infraestructuras tecnológicas de utilización colectiva.

    c.-    La disponibilidad de mecanismos ágiles y específicos de financiación.

    d.-    Todas las anteriores.

    8.-    La prospectiva es la ciencia que estudia el ______ para comprenderlo y poderlo _______.

    9.-    La proferencia determina un mundo _________ y la prospectiva construye un mundo __________

    10.-    Defina Prospectiva. 

   

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