¿Qué dice la Biblia del aborto?

La Sagrada Escritura es la Palabra de Dios, y en ella podemos ver el fundamento de nuestros asertos.

1º No se puede causar directa e intencionalmente la muerte de un inocente, porque ésta es una acción intrínsecamente mala.

Este es uno de los pecados que claman al cielo cuando Caín mató a su hermano, el inocente Abel, Dios le dijo: "¿Qué has hecho?. La voz de la sangre de tu hermano está clamando a mi desde la tierra" (Gén. 4, 10).

Y en el Éxodo (23, 7) leemos: "No hagas morir al inocente y al justo, porque yo no absolveré al culpable de ello".

El lenguaje de la Ley de los Profetas sobre los inocentes y desvalidos es enérgico e impresionante (y son muchos los textos en este sentido).

La muerte de un inocente es un crimen, porque le priva el derecho a la vida, y por ser un atentado contra Dios, único dueño de la vida.

2º Si es un crimen monstruoso matar a un inocente, ¡quién más inocente que un niño antes de nacer!.

Ahora bien, como dice el doctor Lejeune, profesor de Genética de la Universidad de París: "El feto es un ser vivo en miniatura, que posee un código genético completo capaz de diferenciarse", y también el doctor Ramiro Rivera, presidente del Consejo General de los Colegios Médicos de España, "para un médico es indiscutible que desde el momento de la fecundación tenemos un nuevo ser humano" (5-1-1983).

Y esto es lo que vienen a afirmar casi todos los doctores médicos, por tanto resulta que eliminar a una persona humana: un homicidio.

Siendo esto así, los textos bíblicos que aducimos aparecen ante nosotros con mayor claridad, si bien primero tomado del Éxodo es el que nos habla más directamente del aborto. Veámoslo:

"Cuando en riña de hombres golpeara uno a una mujer encinta y le acelera el parto, de modo que aborte, y el niño naciere sin más daño, el culpable será multado conforme a lo que imponga el marido de la mujer y según determinen los jueces; pero si resultase algún daño mortal, entonces dará vida por vida" (Ex. 21, 22-23).

En la versión griega de los LXX (hecha en Alejandría en el siglo III a.C.) se distingue claramente a niño o feto "formado", o sea, con forma humana, y así aparece con mayor claridad la gravedad del aborto y el castigo del culpable.

Veamos otros textos. En ellos vemos que Dios es el que nos crea y nos forma, y el feto es una creación de Dios, pues es el que crea la vida.

Decía la madre de los Macabeos: "Yo no sé como fuisteis formados en mi seno; porque ni yo os di el alma, el espíritu y la vida, ni fui tampoco la que coordiné los miembros de cada uno de vosotros; sino que el Creador del universo es el que formó al hombre en su origen... " (2 Mac. 7, 22).

¡Oidme, islas!. ¡Atended, pueblos lejanos! Yahvé me llamó desde el seno materno, desde las entrañas de mi madre, se acordó de mi nombre..., desde el seno materno me formó para siervo suyo (Is. 49, 1 y 5).

Asi habla Yahvé, que te ha hecho, en el seno materno te formé (Is. 44, 2).

Hablóme Dios en estos términos: Antes de formarte en las maternas entrañas te conocí; y antes de que salieras del seno de materno te santifiqué (Jer. 1, 5).

El que me hizo en el seno materno ¿no lo hizo también a él?. No fue el mismo el que al uno y al otro nos formó en el vientre? (Job. 31, 15).

Porque tu, -oh Dios- formaste mis entrañas, tu me tejistes en el seno de mi madre. Te alabaré por el maravilloso modo que me hiciste (Sal. 139, 13-14).

Somos ciertamente obra de Dios. "Don de Dios son los hijos, y es merced suya el fruto del vientre" (Sal. 127, 3).

Juan Pablo II en su discurso a las familias hizo referencia al texto de San Lucas (1, 44): "El primero que saludó y adoró a Cristo cuando encarnó en las entrañas de la Virgen, fue otro niño desde el seno de su madre (el Bautista)".

En consecuencia: No hay duda que el que provoca un aborto es un asesino, y es asesino, porque desde el primer momento ese nuevo ser es una persona humana.

EL ABORTO, ¿QUÉ DICE LA BIBLIA DEL ABORTO?, ES HIPÓCRITA HABLAR DE DERECHOS HUMANOS Y PERMITIR ABORTOS, EL ABORTO: ASESINAR A INOCENTES, ¿QUÉ NOS ENSEÑA LA IGLESIA?, DOCTRINA DE LA IGLESIA CATÓLICA, DERECHOS DEL NIÑO ANTES DE NACER