¿QUÉ NOS ENSEÑA LA IGLESIA?

La Iglesia enseña entre otras cosas que el hombre y la mujer están destinados a una íntima comunidad de vida, y que "la institución del matrimonio y el amor conyugal están ordenados por su propia naturaleza a la procreación y educación de los hijos" (GS. 50).

Los Papas y el Concilio Vaticano II, apelando al fin natural de la sexualidad, condenan como intrínsecamente mala toda intervención directa para impedir la concepción.

El matrimonio es una comunidad de amor indisoluble ordenado a la vida... Toda vida humana debe ser respetada desde su concepción.

Dios es el único Señor de la vida y de la muerte.

El Papa Juan Pablo II, siendo Cardenal de Cracovia, se dirigió a unos ejercicios Espirituales a los jóvenes universitarios, y hablándoles del matrimonio entre otras cosas (año 1972), les dijo:

"Tenemos cada vez más "casas del niño", en vez de casas con niños. Y además ¡qué forma de brutalizar el problema de la vida humana!.

Dios ha dicho: "No matarás" (Ex. 20, 13). ¡No matarás al hombre!. En la concepción ya está allí el hombre.

Y Dios ha dicho: "No matarás". ¡Y nosotros lo permitimos!. Esto necesariamente provoca efectos letales en la conciencia social. Por otra parte, comporta siempre como consecuencia costos materiales. Porque costará lo que tiene que costar toda esa propaganda anticonceptiva, que no invita a la gente a gozar de la convivencia responsablemente. Se quiere sustituir al hombre por el instrumento. ... Digámoslo de una vez: ¡se renuncia al amor!...

Si la nueva generación de nuestros hijos, crece en la concientización de que existen medios anticonceptivos y de que hay aborto, en un determinado momento se darán cuenta de que podrán haber sido destruidos por sus padres.

¡Son estos problemas que nos dejan sin respiración!...

La Iglesia nos enseña la paternidad responsable, y esta doctrina tiene un alto valor. No debemos confundir los conceptos de paternidad y maternidad conscientes.

La paternidad responsable no permite lo que con tanta frecuencia se propala como maternidad consciente.

La paternidad es ante todo responsable para el otro. ¡Para el hombre que se acerca! para el nuevo ser humano al que se le da vida.

Finalmente, la paternidad responsable adquiere un sentido más amplio: es responsable de cara a la sociedad. Sabemos que los hombres se constituyen en sociedad y que el futuro de la sociedad depende de las personas.

Igualmente el porvenir de nuestra patria, en última instancia, tiene que ver con esto, con el modo en que viven las parejas y las familias de nuestra sociedad... ".

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