Testimonio Anónimo

 
 
 

 

Todo empezó un día, cuando yo era bien chica, y mi mamá comenzó una relación con un tipo, nunca pensé que el se convertiría en un “padre”, pero así fue. La verdad es que nunca me lleve bien con el, porque algo me daba raro , no se bien que era, pero como que no existía confianza, y mis hermanos tampoco lo querían.

Cuando empezó a pasar el tiempo yo lo quise un poco, pero justo note reacciones de mi mamá extrañas, por ejemplo cuando nosotras dos nos paliábamos, el se metía a opinar y mi mamá lo dejaba, eso a mi me daba demasiada rabia, y ella parecía como un robot, se movía de una forma muy robotizada. Un día la escuché peleando con el en su pieza, trate de hacer algo pero el me hecho.

Cuando crecí vi a mi mamá con un moretón cerca del ojo, ella trató siempre de disimular, hasta que yo no aguante más y un día dentro de mi desesperación, me di vuelta le tire el vaso con el que estaba tomando jugo y le llegó en la frente, se lo revente. Este hombre quedó congelado mirando sin saber que hacer ni que decir, fue este día que mi mamá terminó la relación asquerosa que tenían, y entendió lo equivocada que estuvo todo el tiempo.

Lamentablemente este personaje nunca nos dejo de molestar, y para acercarse a mi mamá le dijo que estaba enfermo, que fue al doctor y el doctor dijo que era bipolar, y le recetaron remedio que harían que el se sintiera mucho mejor, entonces ella lo perdonó, pero no lo dejó volver a la casa.

Después de un tiempo, ellos empezaron a verse de nuevo, pero yo creo que todo esto fue por cansancio, porque por el que todos nos hubiésemos muertos y quedarse solo con mi mamá, así que empezó la tontera denuevo, y me pidió perdón a mí también. Para ser sincera los remedios lo ayudaron mucho, pero cuando no se los tomaba era horrible, porque desgraciadamente el padecida de conductas agresivas totalmente, incluso recuerdo que en varias oportunidades cuando yo era chica me pegó.

Lo único que puedo decir es que por ningún motivo perdonen a este tipo de personas enfermas es mejor separarse para siempre, porque siempre vuelven a caer, y en una de esas caídas puede pasar lo más terrible.