EMBAJADA DEL LÍBANO BUENOS AIRES

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Mensaje de S.E. el Sr. Embajador del Líbano con motivo del Día de la Resistencia y de la Liberación

"El pueblo del Líbano festeja el 25 de mayo el Día de la Resistencia y de la Liberación. En este mismo día del año pasado, las hordas del ejército israelí se retiraron de la mayor parte del Sur del Líbano y de la Bekaa Oeste después de 22 años de ocupación. Y al igual que todos los invasores a través de la historia, este ejército se retiró derrotado por la firmeza y el heroísmo de los libaneses, que hicieron de la liberación de su patria, un objetivo sagrado para cuya realización se unificaron en todas sus confesiones, regiones y pertenencias partidarias.

Este día es un día de orgullo para el pueblo del Líbano. Es también un día de orgullo para toda persona en el mundo que cree en los principios del derecho internacional, en la justicia y en los derechos del Hombre. La victoria de nuestro pueblo sobre la ocupación es la victoria de la dignidad y del derecho, es la derrota de la soberbia y de la política del hecho consumado por la fuerza militar. Los libaneses han triunfado a pesar de que no poseían, en su enfrentamiento con la maquinaria militar israelí, considerada la más horrenda y desarrollada en el mundo, más que el arma de la resistencia con instrumentos primarios apoyados en la voluntad de la vida libre y la dignidad nacional. El altísimo precio que pagaron, sufriendo la destrucción, la muerte, el desplazamiento y la tortura en las cárceles, no los desalentó. Una vez más dieron un ejemplo de cómo la voluntad de los pueblos construye la libertad. El Sur será un hito y una bisagra en la historia humana moderna. Y por más que la publicidad informativa trate de presentar a Israel como ejemplo de país democrático, no logrará encubrir la verdad de su rol como fuerza de ocupación que ha practicado todo tipo de tormento, de tortura y de violencia contra los civiles inocentes. La historia registrará la derrota del ejército de ocupación israelí, y los amantes de la paz en el mundo maldecirán su rol como un símbolo del Estado que aprovechó su poderío militar, para doblegar al pueblo de un país pacífico y débil, que no ha tenido en toda su historia más que muestras de servicio hacia la humanidad, el progreso científico y cultural de la raza humana.

Israel ha argumentado permanentemente que sus operaciones militares en el Líbano se realizaban para enfrentar lo que él mismo llamaba "terrorismo". Empero, la verdad fehaciente es que lo que ha cometido Israel, tanto en los candentes, preventivos y sistemáticos golpes militares, las ocupaciones y asesinatos, la destrucción de ciudades, aldeas, puentes, estaciones generadoras de energía eléctrica y distribuidoras de agua, rutas y viviendas, como en el uso de bombas prohibidas internacionalmente, las llamadas bombas de fósforo, de racimo, de clavos o el uso de balas de dispersión y armas enriquecidas con uranio, tiene dos motivos principales:

Primero: destruir la próspera economía libanesa, empobreciendo a su pueblo y golpeando el ejemplo que ha dado a través de su historia, como país de convivencia entre las diferentes confesiones y como mensaje de civilización entre los pueblos. Puesto que Israel está establecido sobre la base de una sola etnia, no admite ver un país que goza de un sistema de pluralismo confesional y disfruta de la prosperidad y de la paz. Mas bien desea borrar la imagen que tiene este país ante la opinión pública mundial como un país prospero, pacificador y democrático, y pretende imponer en cambio, la idea de que nuestros hijos emigrantes son amantes de la guerra y la violencia cuando ellos son en verdad, amantes de la paz y nunca han agredido a nadie en su larga historia desde la época de los fenicios, cuando llevaron el alfabeto, el comercio y sus brazos para ayudar en la constitución de las patrias en las cuales se radicaron. Es por ello que el sufrimiento por la ocupación no se limito a los residentes en el Líbano sino se extendió también a los emigrantes. Y aquí en la Argentina tenemos el ejemplo de los intentos que aún insisten en acusar a libaneses por explosiones que afectaron a civiles. Nosotros en el Líbano hemos rechazado y seguimos rechazando cualquier hecho que atenta contra los civiles.

Segundo: aniquilar y extirpar a los palestinos para volver a desplazarlos. Pues, insiste permanentemente en desconocer sus legítimos derechos a la autodeterminación y a establecer su Estado independiente sobre los territorios que ocupó en Palestina en el año 1967, y se niega a considerarlos territorio ocupado. Israel, con sus intentos de borrar el recuerdo y la historia de 8 millones de palestinos desplazados en su propio territorio ocupado y en los países árabes vecinos y en el mundo, con su rechazo a reconocer los derechos palestinos a la autodeterminación, su negación a admitir la tragedia de la población Palestina que vive en campamentos en condiciones que no guardan el mínimo límite exigido para la dignidad humana, y con su negación a reconocer que el niño palestino tiene el derecho a soñar como todos los niños del mundo, con un Estado donde pueda ir al colegio, desarrollarse en un medio sano, tener una casa y un domicilio, todo esto hizo que nosotros y la región entera pagara siempre el alto precio de las guerras, la destrucción, las matanzas y el desplazamiento.

Hemos pagado un alto precio por esta injusticia sostenida por la tiranía de la maquinaria militar israelí y sus influencias en los mercados financieros y en los medios de información internacionales. Sin embargo, jamás dejaremos de creer en la paz. La paz justa y total es nuestra opción estratégica. De allí surge nuestro temor de que la retirada israelí haya sido en respuesta a su necesidad de lograr su seguridad a raíz de las pérdidas, y no por su creencia en la paz. Nuestro temor es que Israel, que mantuvo durante 20 años su rechazo a la Resolución 425, esté huyendo de la paz en búsqueda de su seguridad y a costa de nuestros derechos y los requerimientos de la paz justa y total. La paz es el camino hacia la verdadera seguridad. Más aún, ninguna fuerza, por más que se sostenga por armas y medios de apoyo financieros e informativos, puede lograr una seguridad que no esté basada en la legitimidad, la justicia y los principios del derecho. El Líbano insiste en recuperar toda pulgada ocupada de su territorio. Y consideramos que la Resolución 425 no fue cumplida en su totalidad. Israel mantiene todavía ocupadas las Chacras de Chebaa, y aquella Resolución exige explícitamente el retiro total hasta los límites reconocidos internacionalmente. No importa cuándo y cómo ocupó Israel dicho territorio. Lo importante es que este territorio nos pertenece y está ocupado por Israel, que debe retirarse del mismo de acuerdo con todas las normas internacionales .

Asimismo, no vemos cómo puede lograrse la paz mientras mantiene Israel su rechazo al derecho del pueblo palestino, expulsados y refugiados en los países árabes y el mundo, a retornar a su patria, su hogar y su tierra. Hoy argumentan que el pueblo palestino es de un gran volumen numérico que amenaza la estructura demográfica de Israel mientras que hasta hace muy poco tiempo negaban la existencia de este pueblo y su derecho a tener una identidad, y una historia a través de los siglos. Es para nosotros incomprensible como se puede adjudicar a centenares de miles de personas, cuyos padres y antepasados nacieron en otros países, el derecho a establecerse en territorios expropiados a sus dueños palestinos y negar al mismo tiempo a estos mismos palestinos, el derecho a retomar a esta misma tierra que los vio nacer. Nosotros en el Líbano no vamos a admitir el asentamiento de los refugiados palestinos. Existen allí más de 300 mil palestinos y consideramos que no habrá paz sin su retorno a su patria. Una de las condiciones de la paz justa es solucionar el problema de los refugiados conforme al derecho internacional y a las Resoluciones de la legalidad internacional, que sostuvo este derecho sagrado de los palestinos hace más de 50 años en la Resolución 194 de las Naciones Unidas y muchas otras Resoluciones similares posteriores.

Asimismo, cómo se puede establecer la paz mientras varios de nuestros hijos siguen como rehenes y detenidos en las cárceles israelíes, algunos de ellos ya llevan alrededor de veinte años en cautiverio. Ciertos fueron detenidos por Israel sin juicio alguno y mantenidos en calidad de rehenes para futuros intercambios. Procedimiento éste que fue condenado por las Naciones Unidas y las grandes Organizaciones de Derechos Rumanos. Nosotros creemos que la persistencia en mantenerlos detenidos y rechazar su liberación es un indicio más de las intenciones enemigas que aún anidan en Israel.

Del mismo modo, Israel sigue rechazando hasta el momento, entregar a las Naciones Unidas y a la Cruz Roja Internacional los planes de ubicación de las miles de minas que dejó diseminadas en los territorios de los cuales se retiró el pasado año, a pesar de los muertos y heridos que lo mismos han causado y causan a diario.

Los pasados 25 años nos proporcionaron numerosas lecciones :

enseñanzas. Probablemente la más importante entre ellas, es que la ilusión de que Israel puede ser amigo de algunos de nosotros contra otros es la engaño que nos costó a todos un precio muy alto. Incluso, los que en algún momento colaboraron con Israel, hoy están sufriendo sus política discriminatorias. Nuestro pueblo en el Sur y en la Bekaa Oeste, como también el Estado y todo el Líbano, los ha llamado para que retomen a si patria. La Patria es el único protector para ellos, sus familias y sus hijos Basta de ilusiones. Solamente con nuestra unión y el esfuerzo mancomunado aseguraremos a nuestros hijos una vida digna, un futuro merecido y las garantías personales.

El Líbano ha sobrellevado las heridas que dejaron los cohetes de Israel al bombardear las casas sobre sus habitantes, al incendiar las ambulancias con los heridos que llevaban dentro y al atropellar los lugares de culto y los cementerios.

El Líbano ha sobrellevado las heridas que depararon las matanzas consecutivas, desde Beirut que fue sitiada y bombardeada por Israel durante ochenta y cinco días consecutivos, hasta las matanzas de la montaña allanadas por Israel por medio de sus perversos planes, las que causaron la destrucción de más de 80 aldeas y poblados, hasta Qana donde cayeron más de cien civiles en la sede de las Naciones Unidas. Y al mismo tiempo que hemos de continuar con nuestro pedido de juzgar a Israel ante la Justicia Internacional para obligarlo a indemnizar nuestras pérdidas. hemos iniciado la obra de reconstrucción en Beirut, la montaña, la Bekaa. el Norte y el Sur, y en todas partes. Hoy estamos llevando a cabo una nueva epopeya en nuestra historia nacional al reconstruir la patria. . La obra de la reconstrucción y el desarrollo que está en marcha en el país desde hace varios años ya es un ejemplo en el mundo. Es la voluntad de vida heredada desde centenares de años entre los hijos de nuestra patria."

Buenos Aires, 25 de mayo de 2001

Hicham Hamdan

Embajador

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