Actualidad   Panorama Internacional Nº 6

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PRESENTACION


Después de varios meses de receso forzoso reaparecemos con nuestra publicación Panorama Internacional . No es fácil mantener una publicación de carácter socialista, marxista, que no tiene publicidad y que se financia con lo que los lectores pagan por cada ejemplar. Pero aquí estamos, una vez más.

Tres secciones contiene la presente edición de nuestra revista. La primera, la hemos dedicado a la situación política mundial. Es tratada en extenso la huelga general del Ecuador que dio al traste con el gobierno de Abdalá Bucaram y la perspectiva política que este hecho ha abierto en el país latinoamericano. En el artículo se deja planteada una discusión de actualidad política para los trabajadores y el marxismo: los hechos del Ecuador fueron una simple huelga general como tantas que se realizan en la Argentina, en Brasil, en Uruguay, en Bolivia, etc., o fue algo más que eso, una revolución de febrero . Además de la situación del Ecuador se analizan, aunque menos extensamente, las luchas que han venido librando los trabajadores en Europa, Asia y América Latina, contra los planes de ajuste de sus gobiernos. Publicamos también un artículo sobre la situación en la ex-Yugoslavia, país en el que se ha librado una importante lucha contra el imperialismo europeo y mundial y contra el gobierno de Milosevic. Hacemos referencia a los acontecimientos en el Medio Oriente, Albania y Zaire. Estos tres procesos se analizan con las limitaciones de no tener información de primera mano dado que no contamos con militantes allí. Se incluye también un artículo sobre Colombia, país sacudido por una larga crisis política. Finalmente, se analiza un importante hecho político centroamericano: los acuerdos de Paz en Guatemala.

La segunda sección la hemos dedicado a la revolución rusa de 1917. Este año se cumplen 80 del primer gran triunfo de la clase obrera y el socialismo. La primera revolución fue la de febrero de 1917. Por eso hemos reproducido una selección de textos de Lenin, Trotsky y Nahuel Moreno, sobre las revoluciones de febrero y democráticas. No se trata de un problema histórico sino político de actualidad. Aunque son textos ya históricos, son puntos de referencia para analizar los proceso políticos que se vivieron en el Este de Europa desde 1989 y que tumbaron los regímenes burocráticos totalitarios stalinistas y también para analizar procesos más recientes como los del Ecuador y Albania.

La tercera sección, que incluimos por primera vez, se ocupa de reseñas bibliográficas. En esta oportunidad hemos tomado el libro Democracia, mercado y revolución de James Petras, intelectual marxista norteamericano. Además La Organización Socialista de los Trabajadores de Grecia, griegos nos han hecho llegar el documento “Lo que queremos construir y cómo lo vamos a construir”. Reproducimos un fragmento del mismo, lamentando no tener espacio suficiente para reproducirlo en su totalidad. Todas las fallas que se puedan presentar en la traducción del inglés al español son de nuestra entera responsabilidad.

Finalmente, esta edición de la revista se la dedicamos a la memoria de Nahuel Moreno, marxista y trotskista de toda la vida, militante internacionalista por excelencia, fundador de los Partidos Socialistas de los Trabajadores de Argentina y Colombia, así mismo de la Liga Internacional de los Trabajadores, LIT(CI), el más desarrollado embrión de partido mundial revolucionario que existió en las décadas del 70 y 80. Moreno, quien dio mucha importancia al estudio de los procesos revolucionarios de posguerra o sea a las revoluciones de febrero, murió en enero de 1987




EDITORIAL
La historia no ha terminado


Desde 1990, cuando se desintegró la URSS e Irak fue derrotado en la Guerra del Golfo, todos los gobiernos burgueses y sus ideólogos, se precipitaron a proclamar a los cuatro vientos que la clase obrera había desaparecido, el marxismo había muerto y la lucha de clases ya no tenía sentido. Se había llegado al final de la historia, cuya última y superior estación eran el capitalismo y la democracia burguesa. Ya no tenía sentido, según ellos, movilizarse, luchar y hacer huelgas para defender los salarios, las prestaciones sociales, las empresas estatales, tampoco se tenía que defender la economía nacionalizada, mucho menos mantener en alto, como un objetivo actual, la lucha por el poder para el proletariado y por el socialismo. Ahora se trataba de concertar, conciliar, integrase a la “sociedad civil" y ayudar a mantener en pie la "sociedad perfecta", el capitalismo imperialismo. Las direcciones políticas y sindicales mayoritarias dentro de los trabajadores, casi todas ellas socialdemócratas, stalinistas o guerrilleras, en su inmensa mayoría, le han hecho el juego a esta política.

El imperialismo y la burguesía necesitaban desarmar política, militar, ideológica y organizativamente a las masas trabajadoras para proseguir aplicando la contrarrevolución económica permanente que iniciaron desde 1968. Para lograrlo se configuró un frente contrarrevolucionario de hecho que ha venido actuando tiene tres columnas básicas: el imperialismo (estadounidense, europeo y japonés) y los gobiernos burgueses, la Iglesia ,con el Papa a la cabeza, y las direcciones políticas y sindicales mayoritarias. La política que se aplica es la de una adecuada combinación entre la zanahoria y el garrote. Apenas salen las luchas de los trabajadores y las masas les ofrecen la negociación, la concertación, las elecciones, en una palabra, la llamada reacción democrática, pero si no logran derrotarlas por esa vía entonces acuden al garrote, lo que quiere decir la dictadura, las medidas bonapartistas, las bandas paramilitares, las invasiones con “fines humanitarios” o directamente la guerra. En este proceso la Iglesia y el Papa han jugado un extraordinario papel contrarrevolucionario de ablandamiento, de desarme ideológico y de conspiración directa. Tal fue el papel desempeñado en Polonia, Centroamérica, en Yugoslavia y en el mismo sentido lo va a hacer con respecto a Cuba en su próxima visita. Las direcciones mayoritarias (socialdemócratas, stalinistas y guerrilleras) simplemente han traicionado. Ese ha sido el rol de la socialdemocracia en las huelgas de Europa, de la guerrilla en Centroamérica y América Latina y del stalinismo en todo el mundo. Pero este frente contrarrevolucionario no logra triunfar de manera definitiva sobre la clase trabajadora y las masas. El desorden capitalista es cada vez mayor y la lucha de clases continúa.

Los socialistas revolucionarios, los trotskistas, dijimos todo lo contrario. Que la historia no había terminado y que la lucha de clases se iba a seguir presentando y desarrollando. Que lo que había fracasado en el Este de Europa y en Rusia no era el marxismo, el socialismo sino el stalinismo y su política; que todos los problemas del capitalismo se mantenían y se iban a agravar. Que la clase obrera más temprano que tarde iba a regresar a la lucha contra el imperialismo, los gobiernos burgueses, los patronos y que esas luchas era muy probable que llevaran a un cuestionamiento de las direcciones reformistas, conciliadoras y, en últimas traidoras, de las luchas de la clase obrera y los pueblos. Los hechos de todos los días nos están dando la razón.

Crece la resistencia

Ante el ataque sin precedentes a su nivel de vida, las masas se defienden. Así lo ponen de presente los movimientos huelguísticos de Corea del Sur, Francia, España, Italia, Alemania, Honduras, Argentina, Colombia, Paraguay, Bolivia, etc. Otras luchas arrancando de los mismos problemas económicos y sociales, han adquirido un carácter mucho más político. Son los casos del Ecuador donde se empieza contra el plan económico de Abdalá Bucaram y se termina sacándolo del gobierno; Albania en donde los ahorradores empezaron por exigir la devolución de sus dineros y terminaron en un levantamiento armado contra el gobierno restaurador del capitalismo de Berisha, y del Medio Oriente donde las masas palestinas constantemente acuden a la Intifada para impedir la colonización de su territorio por Israel, poniendo así serios obstáculos a la traición de Arafat y la OLP. Africa igualmente es un continente convulsionado por la extrema pobreza, el saqueo imperialista y las guerras intestinas de las etnias alimentadas por las distintas alas del imperialismo y por las burguesías negras locales. Hoy uno de los puntos más altos de enfrentamiento, se localiza en Zaire.

Como lo hemos dicho antes, la gran amenaza contra el desenlace exitoso de estas luchas está constituida por las direcciones mayoritarias. Todas tienen una política para desmovilizar, concertar y conciliar a espaldas de las masas y, en últimas, para traicionar. No hay diferencias significativas en este campo, todas estas direcciones se parecen como una gota de agua a otro gota de agua: la dirección de Comisiones Obreras en España, la CGT y el Partido Comunista en Francia, los stalinistas en el Este de Europa, la guerrilla en toda América Latina, Mandela en Sudáfrica, Arafat en el Medio Oriente, Castro y el Partido Comunista en Cuba, Kabila en Zaire o el FUT, CANAIE y la UNE en el Ecuador, el Comité Nacional Unitario, en Colombia .

Para que la lucha de los trabajadores y el pueblo pueda avanzar se tienen que dotar de una nueva dirección independiente, clasista, solidaria, internacionalista y decidida partidaria de la democracia obrera. Una dirección que esté por la lucha anticapitalista y antiimperialista y que parta de la más absoluta desconfianza y estimulo al odio de clase en los gobiernos burgueses, el imperialismo y la iglesia como aparato contrarrevolucionario.

Estamos con los explotados y oprimidos de todo el mundo

Toda la actuación de los trotskistas apunta en el sentido de ayudarle a los trabajadores y las masas populares a resolver el problema de los problemas: la dirección . Con este propósito apoyamos incondicionalmente sus luchas, sus movilizaciones y la aplicación de la más amplia democracia obrera en todas sus decisiones .

Estamos contra el imperialismo estadounidense, europeo y japonés, sus políticas de saqueo de las riquezas naturales de los países pobres, contra todas sus intervenciones políticas y militares, así mismo contra sus leyes reaccionarias contra los trabajadores inmigrantes.

Estamos con el proletariado europeo en sus luchas de resistencia contra los planes de privatización y de supresión de las conquistas sociales, al tiempo que los llamamos a hacer causa común con el proletariado y las masas de los países semicoloniales.

Apoyamos la lucha de los trabajadores de Europa del Este , de Rusia , China y Cuba contra los planes restauradores del capitalismo y en defensa de sus conquistas sociales.

En Albania estamos por la expulsión de las tropas imperialistas y por que se vaya el gobierno procapitalista de Berisha.

Estamos con los trabajadores y masas explotadas de los países semicoloniales de América Latina y Asia en su lucha contra el imperialismo, los planes antiobreros de sus gobiernos y en defensa de las libertades democráticas.

En el Africa estamos contra los imperialistas que acuden a dividir para reinar y contra las burguesía nativas que le hacen el juego a estas políticas. Así mismo contra el saqueo del imperialismo, contra el enfrentamiento fratricida entre las distintas etnias, que sólo benefician a los burgueses negros y al imperialismo; por la unidad de las masas negras contra los saqueadores y explotadores y porque dentro del más absoluto respeto a los derechos democráticos de todas las etnias y minorías sean los trabajadores y las masas populares negras las que deciden su destino. De manera especial en Zaire apoyamos incondicionalmente la destrucción por las masas de la dictadura de Mobutu, el rechazo a cualquier tipo de intervención imperialista y que las masas negras pobres decidan democráticamente su destino .

En Palestina estamos contra el imperialismo norteamericano y su punta de lanza que es el gobierno de Israel; contra la política traidora de Arafat y por una Palestina laica, democrática, independiente y socialista. 

Apoyamos en todo el mundo la lucha de resistencia de los trabajadores y las masas populares contra sus gobiernos y el imperialismo. Al mismo tiempo les reiteramos constantemente el llamado a la lucha anticapitalista. Dentro del capitalismo no hay futuro distinto para los trabajadores y las masas populares, el futuro es el mismo presente, cada vez más acentuado, de explotación y opresión política. La disyuntiva sigue siendo la misma: socialismo con democracia obrera o más barbarie capitalista .

***

Ochenta años de la Revolución Socialista Rusa

En este número de Panorama Internacional, como primera parte de una campaña por reivindicar a 80 años la revolución rusa, centramos en la revolución de Febrero. Hemos escogido una serie de textos que por un lado explican los hechos, y por otro muestran algunas de sus principales lecciones como guía para el actual accionar revolucionario.

El primero es un apasionante relato, encarnado en los protagonistas obreros de la barriada obrera de Viborg, cuna de la revolución. A través de su magistral pluma, Trotsky va relatando día a día las cinco jornadas que terminan el 27 de febrero con la abdicación del zar y el surgimiento de un doble poder. Nos detenemos después en las respuestas de Trotsky a los dos grandes interrogantes de ésta revolución, que hacen a sus características esenciales: ¿quién dirigió la revolución? y ¿cómo a pesar de ser una insurrección obrera y popular, contra todas las clases dominantes, la burguesía se queda con el gobierno? en lo que él llama la paradoja de la revolución de febrero. Cerrando esta parte histórica reproducimos la propuesta política de Lenin al llegar del exilio para el avance de la revolución, con el documento que se conoce como las Tesis de Abril.

Finalmente reproducimos textos de Nahuel Moreno. Algunos de ellos explicando por qué, contra todos nuestros pronósticos, después de la rusa no se ha producido otra revolución de octubre, triunfante ni derrotada y en cambio si se repitieron revoluciones de febrero --triunfantes, derrotadas o congeladas -, pero solamente revoluciones de febrero. En estos textos también se encuentran valiosos análisis para examinar lo que pasó a finales de la década de los '80 y sobre la política que diferenció a nuestra corriente de otras.


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