La Llegada de los Españoles;
Llegados los españoles a las "Indias Occidentales", y organizada la
"colonización" del Imperio Inca, luego de conquistado el Perú, las huestes
decidieron comenzar su expedición hacia las tierras del sur.- Las primeras
penetraciones en el actual territorio de Bolivia se efectuaron en las
tierras del La Plata. La fama de las leyendas sobre el "Rey Blanco", y la
"Sierra de Plata" habían llegado a los españoles a través de los indios
guaraníticos de la región paranense-paraguaya.
Uno de los sobrevivientes de la
expedición de don Juan Díaz de Solís al Río de la Plata, Alejo García, con
algunos soldados se lanzó a la campaña de conquistar aquellas tierras
idílicas de las que relataban las leyendas, que no eran más que cuentos de
fantasía tejidos por algunos testigos de las riquezas incaicas. Para
realizar esta empresa organizó una expedición que de 1516 a 1524 atravesó
todo el actual Chaco –desde la ciudad de Nuestra Señora de la Asunción, en
el Paraguay - hasta las estribaciones de la pre-cordillera de los Andes,
llegando hasta la región de "Choquechaca" más tarde denominada
Chuquisaca, Charcas o La Plata, esta última en honor a las posibles riquezas
. Hacia 1535 entró procedente del Perú, por el sur del lago Titicaca, el
evangelizador dominico fray Tomás de San Martín, y más tarde los hermanos
Gonzalo y Hernando Pizarro, que luego de sangrientos enfrentamientos
con los indígenas afianzaron la conquista del Alto Perú.- Desde aquél
momento la nueva región descubierta y conquistada pasó a depender del
novísimo Virreinato del Perú.-
Primeras Fundaciones:
Luego de haber "reconocido" gran parte del
territorio, los españoles se dispusieron a fundar poblaciones, con fines
prácticos y estratégicos. La primera ciudad en ser creada fue la de La
Plata, en la región de Choquechaca. El 30 de noviembre de 1438 el capitán
pizarrista Pedro de Anzúrez erigió la población al pié de los cerros
Churuquella y Sicasica. Las tierras del Collasuyo rápidamente comenzaron a
ser habitadas, ayudadas por a las cuantiosas riquezas de las minas
circundantes especialmente a las de Porco, exploradas por Gonzalo Pizarro.En
1545 se produjo una gran revolución liderada por don Gonzalo Pizarro, cuyos
contrincantes eran los partidarios del capitán Diego de Almagro (pizarristas
y almagristas). La lucha llegó a ser incontrolable, por lo que el Rey de
España comisionó al licenciado don Pedro de la Gasca para "pacificar el
Perú". Luego de cruentas batallas y centenares de penurias la Gasca venció a
los rebeldes y los ejecutó (9 de abril de 1548).- Inmediatamente de calmada
la política interior, el licenciado la Gasca comisionó al capitán Alonso de
Mendoza, para que fundara una nueva población en memoria de la conclusión de
las luchas civiles. El capitán Mendoza cumplió su cometido a los tres días
del mes de octubre de 1549, bautizándola con el nombre de Nuestra Señora de
La Paz, ubicándola en el Valle de Chuquiabo (un año más tarde será
trasladada a la localidad de Yunguyo, su actual emplazamiento).
En 1544 sucedió un
acontecimiento espectacular: en la región de Sumac Orco un indio pastor, al
despertar de una pernoctada junto a una fogata, descubrió unos "hilos
plateados" que brotaban entre las cenizas. La noticia se difundió
rápidamente y así los españoles tomaron posesión del gran Cerro Rico de
Potosí y de su magnífica mina argentífera. En 1545 los españoles comenzaron
a construir en la zona viviendas y depósitos, con el objeto de explotar las
minas de plata. Enterado el Rey Carlos I, por medio de una Real Cédula en
1546 concedió el título de fundador de la ciudad al capitán Juan de
Villarroel, le dotó un escudo y el título de "Villa Imperial". Felipe II
concedería a esta célebre ciudad más motivos para sus orgullosos moradores:
un nuevo y más fastuoso escudo. La verdadera fundación de Potosí se realizó
en tiempos del Virrey del Perú Toledo 1572.
Los territorios orientales, selváticos
y casi inexplorados debían ser asegurados para evitar que los indígenas
guaraníticos cercaran a la populosa ciudad de Nuestra Señora de la Asunción
ubicada a las márgenes del río Paraguay. Con ese fin fue fundada Santa Cruz
de la Sierra por un contingente originado en el Paraguay, y con el objeto
defensivo ya explicado y las intención de acortar la vía y vincular a la
ciudad de Asunción del Paraguay con la poblada región del Collasuyo. La
tarea la realizó don Ñulfo Chávez el 26 de febrero de 1561. Años más tarde,
don Lorenzo Suárez de Figueroa fundó un nuevo poblado entre Santa Cruz y La
Plata, al que lo denominó San Lorenzo el Real (1590), ciudad que fue
trasladada cinco años más tarde.- En el valle de Kjocha Pampa, por encargo
del virrey Toledo, el capitán Jerónimo de Osorio fundó la Villa Real de
Oropesa, el 2 de agosto de 1571. La nueva ciudad se encargaría de abastecer
por medio de su producción agrícola a los demás poblados instalados en el
altiplano.- Luego de creada la Villa de Oropesa (hoy Cochabamba), el mismo
virrey Toledo encomendó al capitán don Luís Fuentes asentar un nuevo poblado
en el Valle de los Chiriguanos, confín sur del Collasuyo, límite con el
Tucumán. El capitán Fuentes partió y el 4 de julio de 1574 fundó la Villa de
San Bernardo de Tarija.
A causa de las continuas sublevaciones indígenas capitaneadas principalmente
por los bravíos indios Chiriguanos-, el virrey encargó la fundación de un
conjunto de ciudades que tendrían como misión principal el resguardo de las
fronteras.- El capitán Melchor de Rodas se hizo cargo en 1575 de la erección
de Santiago de la Frontera de Tomina, y en 1580-de la Villa de San Juan de
Rodas. Al capitán don Pedro de Segura le fue encomendada la fundación de
Villar (1582); y la reducción de los pueblos de Presto y Tarabuco (1583).-
Hacia fines del siglo XVI ya se había descubierto y colonizado casi todo el
territorio de la actual Bolivia. Además se habían constituido instituciones
políticas y religiosas que demostraban el prestigio que había alcanzado la
región. La Real Audiencia de Charcas y el Obispado de La Plata fueron el
foco jurídico y religioso que durante siglos iluminó a un extenso
territorio.
Las Misiones Orientales:
La inhóspita región de Moxos fue continuamente considerada
"centro de interés" para el asentamiento de misiones. Con tal objetivo
partió el sacerdote Vázquez de Urrea, que tras explorar gran parte del
actual departamento de Pando, pereció víctima de un ataque perpetrado por la
tribu toromana (1562-1568).- Con autorización de la Audiencia de Charcas le
fue encomendado al padre Cabello de Balboa el reconocimiento de la región
del Beni (1594-1595).- Hacia el año 1605 el padre párroco de Colquemarca
descubrió minerales finos en el cerro de San Cristóbal, en la comarca de Uru
uru, pronto se expandió la noticia y comenzaron a llegar los mineros en
busca de riquezas. Instalados los exploradores y mineros en la deshabitada
región solicitaron a la Audiencia de Charcas que oficializara al
asentamiento. La tarea le fue encargada al licenciado Manuel Castro de
Pinilla, quién realizó la solemne ceremonia al pié del cerro "Pata de Gallo"
el 1º de noviembre de 1606, bautizándola con el nombre de "Real Villa de don
Felipe de Austria" (Oruro).
La
situación del indígena;
La llegada del español significó el gran
colapso del Imperio Inca que ya sufría la desintegración por la lucha civil
entre Huácar y Atahualpa. El español se constituyó en nuevo domino. La
sangrienta invasión incaica era suplantada por un sistema, en principio más
humano.- Para tutelar al indígena, rápidamente, los monarcas españoles
comenzaron a legislar innumerables normas jurídicas con el objeto de que no
fueran ultrajados por el conquistador. Además se les adoctrinó sin destruir
sus culturas. En la región andina, y muy especialmente en Perú y Bolivia, se
produjo una maravillosa conjunción cultural. La cosmovisión hispánica se
fundió perfectamente con las culturas locales. Cada pueblo indígena fue
respetado en todas sus costumbres, salvo en aquellas consideradas aberrantes
como la realización de sacrificio, las prácticas poligámicas, etc, aunque a
pesar de todo se continuó con la explotación humana, comenzada por el
invasor inca.- El antiguo Collasuyo maravilló, y sigue cautivando, al mundo
con sus espléndidos tesoros culturales, frutos, justamente, de esa fusión y
de lacreación de una "cultura mestiza".
La Iglesia en el Alto Perú: Uno
de los principales fines de los conquistadores españoles fue la propagación
de la fe cristiana. Al lado de cada soldado se hallaba el sacerdote. En cada
fundación se erigía una iglesia.- Las primeras órdenes religiosas en
ingresar al Alto Perú fueron: la de los Franciscanos (1551), luego la
Dominica (1554), la de los Mercedarios (1555), la de los Agustinos (1562), y
por último la de los Jesuitas (1580). Tan grande era la misión por cumplir,
y tantos los que acogían la nueva doctrina, que el rey Carlos I pidió al
papado la creación de un obispado en el territorio altoperuano. El pontífice
Julio III, cumpliendo tal petición, erigió el Obispado de La Plata mediante
la Bula de junio de 1552. Su jurisdicción abarcaba a todo el Alto Perú,
parte de Chile, Tucumán y el Río de La Plata. Luego se separarían, en 1563
Santiago, y más tarde Tucumán (1571).
La nueva diócesis tuvo como su
primer obispo a Fray Tomás de San Martín. La tarea principal a la que se
abocó el Obispado fue la redacción de Catecismos y Biblias en los idiomas
autóctonos de los indígenas. Uno de los obispos que más se dedicó a esa
tarea fue el fraile dominico Domingo de Santo Tomás, que llegó a estudiar,
escribir y publicar Arte y Gramática de la lengua Quechua o General de
los Indios del Perú (Valladolid 1560).
En el año 1605, el pontífice Paulo V, decidió crear un nuevo obispado en la
región del Alto Perú: el de Nuestra Señora de La Paz, con su cede en la
Villa de Chuquiabo. Su diócesis fue demarcada por la Real Audiencia de
Charcas, desmembrándose gran parte de la de Charcas. Abarcaba los
territorios del Collado, buena porción de los de Oruro y Cochabamba. Su
primer obispo fue el criollo quiteño fray Domingo de Balderrama Centeno. Le
sucedió Antonio de Castro y Castillo.
Conjuntamente con la erección de la diócesis de La Paz, el Papa Paulo
V, creó el Obispado de San Lorenzo de la Barranca o de Mizque, bajo cuya
autoridad se puso a los territorios de Moxos y Chiquitos. El primer obispo
fue don Antonio de Calderón. Luego de su muerte se trasladó el obispado a la
ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Por último, en 1609, se elevó la
categoría al Obispado de La Plata. El nuevo "Arzobispado" se puso a la
cabeza de casi toda su antigua jurisdicción: La Paz, Tucumán, Santa Cruz,
Paraguay y Buenos Aires fueron diócesis sufragáneas de él hasta 1825. Así la
Ciudad Blanca, se constituyó en el centro religioso más importante de
Sudamérica, después de Lima y Cuzco.
La Audiencia de Charcas: Una de
las instituciones más importantes del buen gobierno español en América la
constituyeron las "Reales Audiencias".- La más alta autoridad jurídica del
territorio del Alto Perú hoy Bolivia-, Tucumán, Río de la Plata y Paraguay
durante gran parte del período colonial fue la Audiencia de Charcas, situada
en el departamento de Chuquisaca, ciudad también llamada La Plata.- Este
órgano contaba con cinco oidores, un presidente, y algunos funcionarios
subalternos. El presidente de la Audiencia, aparte, era Capitán General de
La Plata –cargo similar al de Gobernador-, y por lo tanto gozaba de
facultades administrativas.- La Real Audiencia de Charcas fue creada por
Cédula del Rey Felipe II el 18 de septiembre de 1559, y sus límites fueron
fijados por Cédula del 29 de Agosto de 1563. Luego –por un conflicto
suscitado en Cuzco con la Audiencia de Lima- el mismo Rey- Felipe II-
modificó la jurisdicción y estableció que gobernaría al territorio del norte
hasta el Collao, provincia de Sayabamba y Carabaya; al noroeste las
provincias de Moxos y Chunchos; al este las zonas del desierto de Atacama
hasta el Mar del Sur Océano Pacífico y sudeste las tierras del Chaco y las
jurisdicciones de Tucumán, Juríes y Diaguitas. Su procedimiento fue
establecido mediante la Real Provisión dictada por don Felipe II en Monzón
de Aragón, el 4 de octubre de 1563. Luego, en 1680, la legislación referida
a las Audiencias –de Charcas, de Lima, etc- será agrupada en el Libro II de
la Recopilación de Leyes del Reino de Indias, imponente cuerpo
jurídico colonial destinado a regir en Hispanoamérica.
Con el transcurso del
tiempo y luego de finalizar la conquista y colonización de Sudamérica se
incorporaron, al dominio judicial de Charcas, Buenos Aires y Paraguay. Las
grandes distancias entre las ciudades y la sede de la Audiencia causaron
innumerables inconvenientes, al punto que durante el reinado de Carlos II,
el monarca mandó a erigir una nueva Audiencia que ubicará en la ciudad de
Nuestra Señora de Buenos Aires (20 de junio de 1661). La acción
jurisdiccional de la misma no logró obtener el resultado esperado –evitar el
contrabando mercantil y centralizar los pleitos de las jurisdicciones del
Tucumán y Río de La Plata- ya que los litigantes igualmente debían recorrer
grandes distancias para llegar a su sede. Con el objeto de remediar tal
situación, se propuso al Rey que la trasladase a la ciudad mediterránea de
Córdoba, ya que de ese modo sería más accesible por su situación geográfica
equidistante. Al final la reina-gobernadora dispuso suprimirla mediante Real
Cédula del 31 de diciembre de 1671.- Así nuevamente se le otorgó a Charcas
toda la jurisdicción del Tucumán, Paraguay y Río de la Plata.
La Audiencia de La Plata,
perteneció al Virreinato del Perú hasta el año de 1776, fecha en que se
fundó el Virreinato del Río de La Plata, momento en el cual pasó a depender
de ese virreinato junto con los territorios a los que regía
jurisdiccionalmente –La Paz, Potosí, Chuquisaca, Santa Cruz, Moxos,
Chiquitos, Tucumán, Paraguay, Misiones y Río de La Plata-. Con la creación
de la segunda Real Audiencia de Buenos Aires el 14 de abril de 1783, Charcas
vio nuevamente disminuido su campo de acción, ya que las Intendencias de
Salta y Córdoba del Tucumán, Paraguay y Misiones salieron de su dependencia
para integrar la Audiencia de Buenos Aires.- El 3 de agosto de 1810, cuando
ya se había producido el intento independencista en el Río de la Plata, el
virrey del Perú don José de Abascal anexó la Audiencia de Charcas a su
dominio, porque era inminente que los "oidores" harían todo lo posible por
luchar para que las Provincias Unidas del Río de la Plata se separaran de
España, pues a ciencia cierta en Lima se conocía la existencia de
preparativos para comenzar la lucha por la independencia. A pesar de ello,
durante los últimos meses de 1811 y los primeros de 1812 ocupó la
presidencia de la Audiencia el coronel Juan Martín de Pueyrredón en su
carácter de Gobernador Intendente de Charcas y Comandante del Ejército del
Norte. Al poco tiempo, Pueyrredón, será desalojado del poder por parte de
los realistas, y el virrey del Perú nombrará nuevamente a un presidente
contrario a la causa de la independencia. Esa situación se mantendrá hasta
1824, fecha en que concluyó el mandato del último presidente realista de la
Audiencia, el Brigadier Antonio Vigil, nombrado por el comandantes de los
ejércitos españoles don Pedro Antonio de Olañeta. Para 1825 la acción de
Bolívar y de Sucre harán que el Alto Perú se independice y se organice
autónomamente, constituyéndose en el Tribunal de Justicia, antecesor de la
actual Corte Suprema de Justicia.-
Las Artes y Ciencias: El
espíritu renacentista llevado por todo español, sumado la inquietud y
docilidad del indígena para la aprehensión de los conocimientos españoles
produjeron como fruto una gran cantidad de obras artísticas únicas.- La
pintura, la escultura y la arquitectura fueron las artes más desarrolladas y
mejor concebidas en toda la región del Alto Perú. El estilo propio alcanzado
por pintores mestizos hicieron que sus obras se ganaran la estima popular,
especialmente las de temática religiosa. Los mitos aborígenes se fusionaron
con los cristianos, cuyo mejor ejemplo lo constituye la "Virgen del Cerro
Rico de Potosí", imponente y maravillosa obra del arte colonial
altoperuano.- La orfebrería y la carpintería también lograron enraizarse en
el indígena, sus técnicas fueron perfeccionadas por las hispanas, dando
lugar a un arte barroco único y exclusivo, que hasta el día de hoy deslumbra
por sus líneas simples y altamente cargadas con símbolos y elementos
naturales de la región.- En cuanto a la arquitectura, sus monumentales obras
son el mudo testigo de una era de esplendor. Al comienzo se caracterizó por
su simplicidad renacentista, pero con el paso de los años se fue
sobredimensionando el valor artístico dándole toques de trascendencia,
momento en el cual el barroco hispano americano alcanzó el punto de mayor
perfección (siglos XVII y XVIII).
El Alto Perú gobernador durante la decadencia de la monarquía
española: Producida la conquista, y asentado
los españoles, la prosperidad comenzó a llegar a las nuevas ciudades. Pero
los avatares políticos de la monarquía ibérica pronto se hicieron notar en
América, y por ende en el Alto Perú. Felipe III (1598-1621), Felipe IV
(1621-1665) y Carlos II (1665-1700) desarticularon todo el sólido sistema
creado y afianzado por Carlos I y Felipe II.- Los favoritismos políticos de
los reyes habían llevado a que el Reino de Indias fuera manejado por
funcionarios ineptos técnica y moralmente para gobernar. La decadencia
española, a pesar de todo, no logró destruir el reino ultramarino de
América.- Los criollos – hijos de españoles nacidos en América- los mestizos
– hijo de un español y un nativo- y algunos indígenas comenzaron a luchar en
Laicacota y La Paz por obtener un mejor trato y algunos puestos políticos,
pero al poco tiempo fueron reducidos por el virrey Pedro Fernández de Castro
(1668). Pocos fueron los que lograron tales mercedes.- Además, la fiebre de
la plata, había causado una seria lucha civil en la Villa Imperial de
Potosí. El bando de los "vascongados" (españoles de la región vasca) y el de
los "vicuñas" (extremeños y criollos) llevaban a cabo una encarnizada
batalla campal por el control público, en las que se vieron entrometidos
corregidores de la ciudad. Otro de los acontecimientos que opaco la célebre
fama de Potosí fue la reventazón las lagunas de Cari-Cari (1626), desastre
que trajo como consecuencia la muerte de miles de personas y la desaparición
gran parte de la Villa de Potosí, que luego será reconstruida para alcanzar
la actual fisonomía.- En 1680 se descubrió una importante mina de oro en una
de las laderas de imponente cerro Illimani, y misma dio mineral de tal
calidad y en tal cantidad, que prontamente causó una baja total en la
cotización de aquel metal en el Virreinato del Perú.
Fundación de la Universidad de San Francisco Xavier:
Debido a la creciente importancia de la ciudad
de La Plata, que había sido elevada a la dignidad de Arzobispado y en ella
se encontraba la prestigiosa Real Audiencia de Charcas, se creó por
Provisión de 1621 dada por el virrey del Perú Príncipe de Esquilache y por
Breve del Papa Gregorio XV, más la ratificación de títulos por parte del Rey
Felipe IV en 1622, la "Real y Pontificia Universidad de San Francisco Xavier
de Chuquisaca", cuya fundación se materializó en 1624.- Sin duda la Ciudad
Blanca era una de las pocas privilegiadas con una Universidad, factor que
hacía aumentar su prestigio dentro de todo el reino español de indias.- La
influencia que ejerció la Casa de Estudios en el Alto Perú y Río de la Plata
fue magnífica, y en ella se comenzaron los estudios de filosofía política
que germinaron en teorías liberales libertarias, que dieron su fruto a
partir de fines del siglo XVIII y principios del XIX, posibilitando que la
revolución americana encontrara en aquellas doctrinas sus fundamentos
idealistas.-
La Llegada de los Borbones al Trono
Español:
Concluida la dinastía Habsburgo, con la
muerte de Carlos II (1700), subió al trono de España la casa monárquica de
los Borbones. La política que la nueva casa reinante de España implementará
para con el "Reino de Indias" poco a poco irá virando, produciendo cambios
radicales con respecto a la administración de la anterior familia
gobernante. Las políticas francesas comenzaron a tener gran importancia para
España – ya que en ambos Estados gobernaba simultáneamente la misma "casa"-.
El primer virrey nombrado por el monarca Felipe de Anjou –Felipe V- fue don
Manuel Oms de Santa Pauls, que tomó posesión del cargo en 1707. Le sucedió,
en 1710, el Obispo de Quito Dr. Diego Ladrón de Guevara, quién puso afano en
aumentar y mejorar la producción minera de Potosí, Cojatambo y Huacavelica.
Le continuó en la función como titular del virreinato -con el carácter de
interino- el arzobispo platense don Diego Rubio Morcillo de Auñón, que en
1720 volvió a ejercer la alta función virreinal pero esa vez como titular.
Su gobierno fue uno de los más prósperos para la región. Apoyó todas las
iniciativas artísticas y se dedicó a recorrer el Alto Perú. Su entrada en la
Villa Imperial de Potosí fue fielmente plasmada en un lienzo por el célebre
pintor Melchor Pérez de Holguín. En la actualidad esa pintura se encuentra
en el Museo de América en Madrid, España.- Los primeros síntomas
revolucionarios comenzaron a aflorar con el levantamiento de los "comuneros"
en Asunción del Paraguay.- Los virreyes que le siguieron al arzobispo
Morcillo, José de Armendáriz y Antonio de Mendoza Camaño y Sotomayor,
pasaron por la amarga situación de tener que ordenar el sofocamiento de los
movimientos insurgentes en Cochabamba, Oruro y Cuzco. Éste último fue
liderado por el indio Juan Santos, y reclamaba la restauración de la
dinastía incaica y mayores libertades indígenas. Desde aquél momento las
sublevaciones indígenas comenzaron a sucederse una tras de otra, hasta que
José Condorcanqui se proclamó Inca Tupac Amarú II y la revolución se
generalizará, siendo mortífera y duradera.
Fundaciones en el Oriente:
La región oriental (Beni, Moxos, Santa Cruz de
la Sierra y el actual territorio de Pando) ya habían sido relevados por los
conquistadores del siglo XVI, y por numerosas expediciones en el siglo XVII,
en las que sólo se habían limitado a descubrir y fundar unas cuantas
misiones. La región selvática constituía un gran obstáculo difícil de
vencer.- A principio del 1700 la Compañía de Jesús comenzó a evangelizar
masivamente en la zona mazónica, fundándose innumerables poblados entre los
indígenas Chiriguanos, Maropas, Maremonos, Movimas, Zamucos, Baures, etc.-
Al fin se pudo lograr la unión casi completa del Alto Perú con el Paraguay.-
Cada misión se organizó religiosa-política y económicamente de una manera
autónoma y autárquica, produciendo excedentes en las manufacturas que
aprovecharon para exportar y vender a los pueblos vecinos. La calidad de los
instrumentos fabricados por artesanos indios de las misiones hicieron que
sus productos alcanzaran fama mundial, y se comercializaran por todas partes
de América del Sur, logrando de esa forma la entrada de importantes
capitales económicos a las misiones.- Entre las más importantes se
destacaron: San Borja, San Javier, San Ignacio, Santísima Trinidad,
Concepción, San Joaquín, etc. Luego de la expulsión de los jesuitas, por
orden del Rey Carlos III (1767) muchas de las misiones fueron saqueadas y se
perdieron entre la selva, otras han sobrevivido al paso del tiempo y, hasta
el día de hoy, continúan con la tarea evangelizadora empezada por los padres
jesuitas en aquellas épocas.-
Creación del Virreinato del Río de la Plata
–
Últimos años coloniales:
A la muerte de Felipe V, le sucedió su hijo Fernando VI, que
gobernó desde el año 1746 hasta 1759. Posterior a él vino Carlos III cuyo
primordial acto de gobierno respecto a la Sudamérica fue la constitución del
Virreinato del Río de la Plata (1776), a propuesta del fiscal de la Real
Audiencia de Charcas, Licenciado Tomás Alvarez de Acevedo. La nueva
jurisdicción administrativa estuvo integrada por todos los territorios del
Alto Perú, el Tucumán, el Paraguay, el Río de la Plata (desmembrado del
Virreinato del Perú) y la región de Cuyo (desmembrada de la Capitanía
General de Chile).- Existieron causas políticas y prácticas que influyeron
en la determinación del rey español. Entre las primeras se encontraba el
constante avance de las colonias portuguesas del Brasil hacia los
territorios españoles, y entre las segundas la enorme distancia que había
entre la capital del Virreinato del Perú –Lima- y las cabeceras de las
gobernaciones.
De ese modo, Carlos III
firmó la Real Cédula de erección el 8 de agosto de 1776, en la que –además-
establecía la capital virreinal en la ciudad de "Nuestra Señora de los
Buenos Aires" (Buenos Aires).- El primer virrey fue don Pedro de Ceballos.
En 1778 fue suplantado por don Juan José de Vertiz, virrey que tuvo que
hacer frente a las sublevaciones del Marqués de Oropesa, José Condorcanqui,
más conocido como "Inca Tupac Amarú II", y la de sus lugartenientes
altoperuanos, el cacique Nicolás Catari y Julián Apaza ("Tupac Catari"). La
intención revolucionaria era suplantar a la autoridad española y preservar
la organización impuesta, pero antes otorgar la tierra a los indígenas y
suprimir la mita. La Paz fue la ciudad altoperuana que más padeció
(1780-1781).- Los sucesores de Vértiz, en la titularidad del Virreinato,
poco y nada se ocuparon del Alto Perú, el que continuó unido en sus aspectos
sociales, comerciales y en gran medida políticos al Virreinato del Perú.
Gobernantes hispanos durante este período
I -
Virreinato del Perú
-
1535-1541 Francisco
Pizarro (gobernador)
-
1541-1544 Lic.
Cristóbal Vaca de Castro (gobernador)
-
1544-1546 Blasco Nuñez
de Vela (primer virrey)
-
1546-1549 Lic. Pedro de
la Gasca (Presidente de la Real Audiencia)
-
1550-1552 Antonio de
Mendoza
-
1552-1560 Andrés
Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete
-
1560-1564 Diego López
de Zúñiga y Velazco, Conde de Nieva
-
1564-1569 Lic. Lope
García de Castro
-
1569-1581 Francisco de
Toledo
-
1581-1583 Martín
Enríquez de Almansa
-
1583-1586 Cristóbal
Ramírez de Cartagena (Presidente de la Real Audiencia)
-
1586-1589 Fernando de
Torres y Portugal, Conde de Villar don Pardo
-
1589-1596 García
Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete
-
1596-1604 Luis de
Velazco
-
1604-1606 Gaspar de
Zúñiga y Acevedo, Conde de Monterrey
-
1606-1615 Juan de
Mendoza y Luna, Marqués de Montesclaros
-
1615-1621 Francisco de
Borja y Aragón, Príncipe de Esquilache
-
1621-1628 Diego
Fernández de Córdoba, Marqués de Guadalcazar
-
1628-1640 Gerónimo
Fernández de Cabrera, Conde de Chincón
-
1640-1648 Pedro de
Toledo y Leyva, Marqués de Mancera
-
1648-1655 García
Sarmiento de Sotomayor, Conde de Salvatierra
-
1655-1661 Luis Enrique
de Guzmán, Conde de Alba de Liste
-
1661-1667 Bernardo de
Iturrizana (Presidente de la Real Audiencia)
-
1667-1672 Pedro
Fernández de Castro, Conde de Lemos
-
1672-1678 Baltazar de
la Cueva, Conde de Castelar
-
1678-1681 Melchor de
Liñán y Cisneros, Arzobispo de Lima
-
1681-1689 Melchor de
Navarra y Rocaful, Duque de la Palata
-
1689-1705 Melchor
Portocarrero, Conde de Monclova
-
1705-1707 Miguel Nuñez
de Zanabria (Presidente de la Real Audiencia)
-
1707-1710 Manuel de Oms
y Santa Pauls, Marqués de Castell dos Ríus
-
1710-1716 Diego Ladrón
de Guevara, Obispo de Quito
-
1716-Diego Morcillo
Rubio de Auñón, Arzobispo de Charcas
-
1716-1720 Carmine
Nicolás Caraccioli, Príncipe de Santo Buono
-
1720-1724 Diego
Morcillo Rubio de Auñón, Arzobispo de Charcas
-
1724-1735 José de
Armendáriz, Marqués de Castelfuerte
-
1735-1746 José Antonio
de Mendoza, Marqués de Villagracia
-
1746-1761 José Antonio
Manso de Velasco
-
1761-1776 Manuel de
Amat
-
1776-Manuel de Guirior
II -
Virreinato del Río de La Plata
-
1776-1778 Pedro de
Ceballos Cortés y Calderón
-
1778-1784 Juan José de
Vértiz y Salcedo
-
1784-1789 Nicolás del
Campo, Marqués de Loreto
-
1789-1795 Nicolás de
Arredondo
-
1795-1797 Pedro Melo de
Portugal y Villena
-
1797-1799 Antonio
Olaguer y Feliú
-
1799-1801 Marqués don
Gabriel de Avilés y Fierro
-
1801-1804 Joaquín del
Pino y Rozas
-
1804-1807 Rafael Núñez,
Marqués de Sobremonte
-
1807-1809 Santiago de
Liniers y Bremond
-
1809-1810 Baltazar
Hidalgo de Cisneros (último Virrey del Río de la Plata)
III -
Virreinato del Perú
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1810-1816 José Fernando
de Abascal
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1816-1821 Joaquín de
Pezuela
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1821-1824 José de la
Serna
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1824- Pedro Antonio de
Olañeta (último Virrey del Perú)
Félix Alberto Montilla
Zavalía
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